14.- Estocada final.

Una disculpa por no haber actualizado, pero me fue imposible la compensaré con estos capítulos, un gran abrazo a todas; bendiciones...

...ALINA...

Cuando abrí mis ojos al intentar moverme un peso sobre mi cintura me lo impedía, al girar mi cabeza estaba a mi lado Dorian, sonreí al verlo, estaba tan calmado, sus facciones estaban tan relajadas que se veía aún más guapo, toque su mejilla hasta entrelazar mis dedos en su cabello.

Sé que entre él y yo no hay algo en específico, nunca hemos hablado abiertamente de nuestros sentimientos, pero aun así no puedo negar este sentimiento que ha surgido por él, tan instantáneo como la conexión que hicimos desde el día uno.

Seguía acariciando su cabello hasta que se removió de su lugar, pero aún no abría sus ojos, me quede contemplándolo hasta que su voz me hizo exaltarme un poco.

- ¿te sientes mejor?- asentí, intente levantarme, pero sus brazos me lo impidieron acercándome a él- sabes, me está gustando despertar a tu lado y poder ver ese hermoso rostro, preciosa.

Me sonrojé a más no poder por su comentario, paso su mano tras mi nuca, besándonos tan lento que mis prejuicios se esfumaron de mi mente al separarnos solo sonreía hasta dejar un pequeño beso en mi nariz.

- Alina, sabes no puedo retener más esto que siento por ti, sabe que siempre te había dicho que te quería, pero créeme que esto que está aquí- pone mi mano sobre su pecho, sintiendo sus latidos muy acelerados- es más que querer, preciosa yo te amo.

- Dorian, yo, yo- mi mente se a quedado en blanco por su confesión tan sincera, no sabía que decir es como si se me olvidara formular una palabra, volvió a besarme hasta separarnos.

- tranquila, esto que te dije no es para presionarte, solo necesitaba decírtelo, créeme es tan nuevo para mí esto que siento preciosa, así que tranquila- asentí recostándome en su pecho.

Quedándonos así por algunos minutos porque la puerta se abrió entrando Tahis y Lenin, nos levantamos y mientras platicaba con ellos tranquilizándolos que ese mal episodio de ayer ya había pasado, jurando que jamás volvería a pasarme.

Escuché un teléfono sonar y me di cuenta que Dorian salía de mi habitación me hizo señas y se fue cerrando la puerta, se quedaron por algún tiempo hasta que salieron, me di una ducha, me aliste y baje las escaleras, sentándome junto a Lenin para almorzar, pero ni Tahis ni Dorian estaban.

No sé pero una gran preocupación se había alojado en mi cabeza, tanto así que no pude pasar bocado y Lenin pudo darse cuenta, él solo me tomó de la mano dándome a entender que me relajará, pero por más que intente no pude, necesitaba verlo para saber que estaba bien...

...DORIAN...

Después de haberle confesado un poco lo que tenía guardando por largo tiempo, me gustó verla sonrojarse a mis palabras, sabía que ella sentía lo mismo por mí, no necesitaba expresármelo con palabras, sus besos, su mirada junto a sus caricias me lo demostraban que yo ya era parte de su vida y su corazón.

Al verlos entrar era el tiempo perfecto para poder comunicarme con Dan, pero antes de salir entro su llamada y de inmediato conteste.

-📲 hola hermano, estamos en la bodega.

📲 ¿está todo listo?.

📲 más que listo para tu visita.

📲 perfecto, voy para allá.

Al colgar la llamada, venían bajando y de inmediato le hice señas a Tahis que me acompañará, entrando al despacho.

- Tahis, tú serás la encargada de llevarla a la bodega cuando te lo pida- ella asintió.

- pero, Dorian, ¿crees que esté lista para ver a ese hombre?.- niego de inmediato.

- yo sé que no está lista Tahis, pero tampoco puedo obligarla a que desista de sus deseos- ella asintió palmeando mi hombro.

- solo esperemos que no se salga de control esta situación- asentí entregándole un radio, para cuando decidiera Ali ir, Tahis me avisara.

Nos despedimos y de inmediato salí de la casa, al llegar entre hasta la habitación donde tenían amagado a Williams, estaba dormido hasta que lo desperté con un golpe en su estómago sacándole el aire por completo.

- ¿que hago aquí?, ¿que quiere de mí?, ¡dígame!- no respondí, me acerque a él, arrastrando el tubo entre el piso, para causarle pánico.

Y lo estaba logrando, porque se removía en la silla donde estaba, conforme me acercaba a él, levante el tubo sobre el suelo posándolo en su hombro.

- Williams, Williams, Williams, no nos hagamos pendejos, sabes perfectamente por qué estás aquí o ¿no?- alcé el tubo golpeándolo en el rostro y de inmediato salió sangre de su boca.- ¿aún no lo recuerdas?, créeme esto te ayudará a hacer memoria muy rápido.

Levante de nuevo el tubo para darle otro golpe, pero su grito de piedad me hizo detenerme.

- espera, espera, por favor, no recuerdo nada, no se a que se refiere, se han equivocado de persona- niego encendiendo un cigarrillo.

- ¿estás llamando incompetentes a mis hombres?- él niega suplicando por lo que a dicho- tú eres al que buscábamos y ahora que estás aquí tu vida me pertenece, cobraré cada sufrimiento de mi princesa, Alina- Lo vi sorprenderse con solo escuchar su nombre, me acerqué apagando mi cigarrillo en su mejilla- vez, claro que sabes del porqué ahora estás aquí.

- no, no sé dónde está esa maldita mocosa, hace tiempo que no la e visto desde que salió de mi casa- negué más que furioso por como se expresó de ella.

Le di un golpe a puño cerrado, trayendo en mis nudillos los bóxers, lo escuché quejarse, pero volví a golpearlo comenzándo a inflamarse su rostro.

- no te permito que hable así de ella- jale su cabeza para atrás ejerciendo fuerza con mi brazo en su cuello, él solo se removía intentando pedir piedad- esto es solo el principio de lo que llegaras a experimentar.

Seguí torturándolo cuando entró por la puerta Dan y entre sus manos estaba el radio, él asintió hasta salir, tome un cuchillo enterrándolo en su muslo.

- ya regreso, no te vayas a ir- le di un golpe al cuchillo clavándolo más profundo.

Salí de la bodega donde estaba Dan, fumando, hice lo mismo, porque aunque no quiera estoy nervioso por como reaccione esta vez ante ese pendejo.

Los minutos avanzaron hasta que estacionó la camioneta, bajo Tahis junto a Alina, quien al verme me abrazo con mucha fuerza, sabía que estaba nerviosa por lo que haría.

- tranquila, preciosa, ¿estás segura?- - asintió y negó a la vez, tomó mi mano sintiendo su piel más que helada.

- no lo sé, pero necesito saber por qué lo hizo- asentí llevándola a dentro.

Pasamos varias puertas hasta que abrí una, ella aún no entraba, la abrace hasta besarla, quería que se sintiera segura de lo que quería hacer porque ya no había vuelta atrás.

- mi amor - al decirle así, se sorprendió, pero se relajó muy rápido- yo estaré contigo, cuando sientas que no puedes seguir dime y te sacaré de este lugar- asintió acercándose a mí dándome un corto beso, hasta abrazarme.

- gracias, amor - sonreí, tome su mano, suspiro hasta asentir- estoy lista.

Cruzamos la puerta, ella al ver a Williams solo apretó mi mano, cuando él levantó su rostro pude notar odio en su mirada la cual se dirigía a ella, Alina me soltó acercándose a él hasta que le dio una fuerte bofetada.

- ¿por qué papá? - él silenció se hizo al no contestarle Williams.- ¡contéstame!.

Y volvió a abofetearlo hasta que el grito paralizándose Alina con sus palabras.

- no vuelvas a llamarme papá, es momento que sepas la verdad, tu madre fue una hija de puta que quiso sacarme dinero, sabes por qué nunca me interese por tu vida, - estaba parada frente a él con su rostro de sorpresa- porque tú no eres mi sangre, no sé de donde te saco Mairan, claro que ella inventó todo tan bien que nunca pensó que la descubrirá, el hijo que esperaba lo perdió por consumir drogas.

- no, no te creo, eres un mentiroso Williams- él negó hasta escupir a su dirección.

- no miento y tú más que nadie debe saber que por esa razón ella nunca te quiso,- la vi tambalearse y de inmediato fui a abrazarla, su cuerpo temblaba y sus manos estaban tan frías que estaban pálidas.- Alina, sabías que la muerte de Mairan no la causó el hombre que había contratado, sino una sobre dosis, pero ella falleció cuatro meses después.

- cállate no quiero escucharte- puso sus manos en sus oídos tratando de no escuchar.

- duele verdad, pero ella fue la única culpable de todo, ella al saber tu paradero te vendió al hombre del club para que te prostituyera, sabes lo único que quería evitar entre Aidan y tu, pero no pude fue que mi estúpido hijo se enamorara de ti, por esa razón ese día hice lo posible porque te desilusionaras presentando a mi otra hija como su esposa- para este momento sus piernas fallaron, me enfurecí sacando mi arma disparándole en las piernas escuchándolo gritar.

- te haré pagar todo lo que hiciste y encontraré a la rata de tu hijo quien te hará compañía en el infierno- me acerque a él teniendo abrazada a Alina, le restregué el cañón por el rostro metiéndolo por su boca al jalar el gatillo, sabía que no dispararía porque le había puesto el seguro.

Solo lo escuché gritar como una maldita perra, lo golpee en el rostro con mi arma.

- mi amor, quiero irme, solo llévame contigo- asentí besando su cabeza gire a la dirección de Williams le apunte con mi arma disparándole en su entrepierna, caminamos hacia la puerta, dándole la orden a uno de mis hombres- saben que hacer, solo manténganlo vivo, que aún le falta sentir mi furia.

Asintieron y salí cargando en brazos a Alina, estaba perdida y con sus mejillas húmedas, la subí a la camioneta sin darle razón a Tahis, ni a Dan, llevándola hasta mi casa, solo necesitaba alejarla por un momento de toda esta mierda, pero cuando regrese a la bodega y ponga de nuevo mis manos sobre él me pedirá que termine con su vida algo que no está en mis planes hacerlo.

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