Capítulo 6: Viejas amistades (Parte I)

—¿No sería mejor ir despertando a Loïc para que se despabile? —pregunta su hermano mayor.

—Deja que duerma un poco más, no sabemos cuánto tardarán en traernos la comida. Cuando lleguemos le pediré a uno de los empleados que nos ayude… —Antes de terminar de hablar se detiene el carruaje.

—Llegamos —le dice su hermano, tras correr levemente la cortina de la ventana.

El primero en bajar es Liam, quien se queda a un lado estirando su mano para ayudar a su hermana a salir del carruaje, lo que siempre se complica gracias a ese largo velo que tiene su sombrero.

Ambos son recibidos por uno de los encargados principales del establecimiento, el cual se quedó en la entrada aguardando la llegada de los hermanos desde que oyó que habían reservado la habitación privada de Alina.

—Buenas tardes Señorita Ada, Joven Liam. —Los saluda el encargado amablemente.

La casa de comidas Ñam-Ñam, al igual que muchos otros sitios populares de la ciudad, pertenecen a la familia Aquila.

Un par de años después de que el Clan se mudara al Norte, el General Tobas invirtió dinero de su propio bolsillo en viejos comercios, con el único fin de generar puestos de trabajo seguro para aquellos soldados que ya no podían seguir sirviendo en el ejército, cuyas ganancias eran principalmente para los veteranos mayores y para las viudas y huérfanos de los caídos.

Tras la muerte del anterior Señor de Tobelius, sus hijos y su hermano menor continuaron con esta iniciativa, solo que a una mayor escala y con un diseño más actual que el de Tobas. Debido a esto se puede encontrar al menos uno o dos negocios por cuadra, pertenecientes a uno de los miembros mayores de Aquila, en donde cada encargado tiene una pequeña habitación de uso exclusivo para el dueño y su familia, donde se los suele atender como si fueran parte de la realeza misma.

—¿El Joven Loïc no ha venido con ustedes hoy? —les pregunta extrañado.

Por lo general, siempre que se utiliza la sala privada, Loïc está presente con cualquiera de sus hermanos o simplemente va solo.

—Aún está durmiendo dentro —le responde Ada, señalando con un gesto sutil el vehículo en el que vinieron—. Podría mandar a…

—¿Qué es ese olor? —preguntan desde dentro del carruaje, el aroma proveniente de la casa de comidas despertó al menor de los hermanos.

Loïc levanta la cortina de la ventana, del lateral frente al negocio, y asomando su nariz por ella olfatea tratando de descifrar cuál sería el origen de esa tentadora fragancia.

—Buenas tardes Joven Loïc —lo saluda cortésmente el encargado.

—¡Tío Ternera! —exclama emocionado tras oír su voz, y luego baja a toda prisa—. ¿Por qué te fuiste tanto tiempo? ¿Cuándo volviste?

—Justo a tiempo para ver su tan increíble batalla —le responde, sonriendo nostálgico por lo grande que se ve el pequeño Saltamontes.

En el tiempo en que el encargado principal de esta casa de comidas, aún era un miembro infravalorado de la cocina en el ejército, su familia sufrió un accidente y debido a ello se quedó solo y deprimido.

Un día de esos en que su mente le estaba jugando una mala pasada, un Loïc de apenas cuatro años lo interrumpió pidiendo comida, tras reconocer el uniforme de la cocina que tenía puesto. Creyendo que podía encargarse de lo suyo después de alimentar al niño, que se miraba igual a su fallecido nieto, prendió una fogata y luego puso a cocinar en ella una pierna de ternera.

Para cuando Alina vino en busca del pequeño Saltamontes, este se estaba devorando la pierna como si fuera la cosa más sabrosa que había probado jamás, algo que la hizo llorar de felicidad; desde que su madre había fallecido tiempo atrás, no había alimento que el pequeño pudiera consumir sin vomitar después de unos cuantos bocados.

Esa misma tarde, tras sentarse junto a ellos, la hermana de Kane le contó al ayudante de cocina lo que estaba pasando con su sobrino, a lo que sintiendo pena por el niño se ofreció a intentar darle una mano con ese problema, lo cual muy agradecida aceptó de inmediato.

Llegada la hora de irse le dijo al pequeño que se despidiera de ese señor, al que desde ese momento en adelante debía referirse como tío en señal de respeto. Loïc obedeció rápidamente, y se despidió de él diciendo “Hasta mañana Tío Ternera”, haciendo que el ayudante sonriera por primera vez en mucho tiempo.

—¿Qué cosas ricas trajiste de tu viaje tío Ternera? ¿Aprendiste algún platillo nuevo en Aurum? —le pregunta Loïc insistentemente.

—Su tía Alina me mandó muchos obsequios para usted y sus hermanos… —Empieza a contarle mientras van caminando directo hacia la sala, seguidos de Liam y Ada, quienes se ríen de la forma aniñada en que se comporta su hermano cada vez que se encuentra con el encargado.

Antes de poder subir las escaleras, uno de los meseros comienza a discutir fuertemente con un comensal que no tiene dinero para pagar lo consumido.

—Pueden ir subiendo, haré que les lleven los platos apenas estén listos —le dice a los hermanos, y luego le pide a un empleado que pasa junto a ellos que los guíe.

Liam y Ada siguen al otro mesero, mientras que Loïc se queda mirando al encargado, quien se dirige hacia la mesa a un lado de la entrada para intentar arreglar la situación.

—Si no tenía dinero debió quedarse con un par de cadenas del premio —balbucea al reconocer a aquel comensal—, ¿por qué tiene que venir a molestar al tío Ternera?

Loïc está enojado porque la escena del otro concursante interrumpió una animosa charla.

—¿Qué sucede? —le pregunta Ada.

—Mira allá —le responde, apuntando con su mentón hacia donde fue el encargado.

El sujeto sin dinero no es más que el otro finalista con el que empató su hermano, quien decidió donar todo el contenido del baúl por considerarse a si mismo un hombre altruista.

—Aunqueee…, podría decirse que le debemos un favor. Si no fuera—insinúa, mirando a su hermano con ojos de cachorro…

Sin emitir ni una palabra, Liam lo interrumpe lanzando hacia él un atado de monedas, para luego seguir su camino sonriendo de extraña manera, dejando perplejo a Loïc.

—Ve —le dice Ada, riendo al ver que su hermano se quedó inmóvil sin saber qué hacer—. Dile que puede cenar con nosotros si así lo desea —agrega antes de ir tras una empleada de la cocina que se acerca a ellos.

Al recibir permiso de sus hermanos, baja contento en busca de Alec.

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