Capítulo 12: Escala de Virtudes

Los dos días faltantes pasan rápidamente en la monotonía, llegando por fin el tan esperado debut de la única niña de Aquila ante los ciudadanos de Tobelius.

Emocionadas por la pequeña dama de su familia, todas y cada una de las mujeres del Clan asisten al evento junto a los hermanos de Ada, quienes de alguna manera se sienten más nerviosos que ella misma.

—Respira hondo y has tu mejor esfuerzo —le dice Liam, antes de que Ada se una al resto de las concursantes.

—Si, no te preocupes por el resultado, siempre serás la mejor de las hermanas —comenta Loïc, haciendo que las risas que provoca reduzcan un poco la tensión.

—Soy la única que tienes —responde Ada, riendo con una mezcla de nervios y agonía.

—Te irá bien —le augura Alec, sosteniendo las manos temblorosas de la pequeña, lo que hace que Ada se sienta en calma.

—Ya es hora —interrumpe Stela, apurando a los niños para irse hacia los palcos.

—Voy a dar lo mejor de mi, gracias —les dice a sus hermanos, y luego por fin ingresa al sector donde están todas las demás niñas.

Una vez dan el presente las participantes faltantes, el presentador anuncia las postas seleccionadas al azar, y los cambios que se debieron realizar debido a la enorme cantidad de inscriptas.

Al parecer este año vinieron jovencitas de todo el Imperio, entre alguna que otra niña extranjera que se animó a último minuto. Pero como fuera, la familia de Ada está confiada en que logrará llegar a una de las últimas rondas; eso, más sus antecedentes, sería más que suficiente para conseguir una buena cantidad de excelentes pretendientes.

La competencia se siente feroz apenas arrancan las pruebas de habilidades domésticas, principalmente por parte de las niñas más adineradas de Tobelius, quienes comenzaron a prepararse desde que finalizó la anterior edición, si no es que más. Aún así, pese a todas las dificultades presentes, la pequeña se las apaña para pasar cada una de las postas con lo justo y necesario; Ada siempre fue una niña libre, bordar y coser no son para nada lo suyo, aunque en la cocina se luce lo suficiente como para seguir en juego.

Afortunadamente agregaron tareas como la lectura y cálculo de libros contables, deberes mínimos de los que deberán hacerse cargo si se llegaran a comprometer con una familia de prestigio, o en cualquiera generalmente.

Gracias a esta sección Ada consigue los puntos necesarios para quedar entre las diez mejores candidatas, pasando a la última ronda.

Para esta última etapa se decidió permitir que cada participante elija por sí misma, una habilidad artística con la que se sientan más a gusto, lo cual llena de alivio a todas las niñas y a sus familias, menos a las mujeres del Clan Aquila. Sus primas, sus tías o la misma Stela, ninguna creyó que Ada lograría avanzar hasta la gran final, y por ello no se molestaron en practicar ninguna de las opciones en esa área.

Pasadas las otras nueve finalistas, una vez más llega el turno de Ada. En cuanto oyen su nombre sus hermanos comienzan a gritar para alentarla, mientras que él resto de su familia no sabe qué hacer o para dónde correr; están que no pueden más de los nervios.

—Tranquilas —les dice Loïc, quien conoce muy bien todas y cada una de las habilidades de su hermana, y por lo cual está confiado en que le irá bien.

Después de que el presentador anuncia lo que hará la pequeña niña de Aquila, Ada sube al escenario con absoluta calma tras quitarse el sombrero, por primera vez frente a ajenos a su familia. Su extraña belleza y su aura angelical cautiva a gran parte del público presente, y rápidamente se vuelve una de las favoritas tanto de los hombres como de las mujeres por la ternura que irradia.

En cuanto el acompañamiento comienza a sonar, la pequeña se transforma por completo, mostrando una fuerte danza que destaca todos sus atributos sin perder la esencia de una niña inocente; un baile que más que ser simplemente eso, es una especie de coreografía que cada una de las descendientes del Clan al que pertenecía su madre debe aprender.

La danza de la Luna es una serie de movimientos y pasos que se debe realizar en un orden y un ritmo específico para ser efectivo, la cual se suele practicar con el único fin de mantener en equilibrio un corazón en el que siempre debe reinar la paz; la historia de este Clan no es algo de lo que necesitemos hablar ahora, solo diremos que cargan con una fuerte bendición o maldición, dependiendo desde qué perspectiva se lo mire.

Todas las mujeres de su familia están completamente sorprendidas, ninguna de ellas tenía idea de que Ada había llegado a aprender la danza que hacía su madre cada noche de luna, dado que ella apenas tenía siete años cuando pasó a mejor vida. Muy por lo contrario este baile no es algo nuevo para sus hermanos, ya que ellos la suelen acompañar cuando siente deseos de hacerlo, a excepción de Alec claro, para él es la primera vez, quedando pasmado de lo bella y delicada que se ve.

A la hora de votar, Ada rompe el mejor récord de la historia de la Tercer Primavera, consiguiendo a su favor poco más de dos tercios de las boletas con su nombre en la cima, cuyo valor total se estima que es lo suficiente como para abastecer los comedores y orfanatos de Tobelius, por los próximos tres años hasta el siguiente encuentro.

Tras anunciar que la pequeña dama vencedora no es nadie más que la última niña descendiente de Tobas, el público inmediatamente la ovaciona con el título de “Princesa del Norte”; previamente se presentó a las concursantes sin mencionar el nombre de sus familias, para así evitar entorpecer la elección individual.

Luego de que el segundo gran evento termina al fin, los hermanos Aquila deciden volver a casa caminando, para así disfrutar de la última noche de las ferias típicas que se arman solo para esta semana particular. Y mientras que lo hacen, no pueden evitar molestar a Ada con el nuevo título que se ganó, llamando a la pequeña Princesa a todo momento, lo cual hace que intente huir de la compañía de sus hermanos repetidamente de tanta vergüenza.

Con los cuatro hermanos reunidos, pasando un agradable momento familiar, todo parece parte de un hermoso sueño del que ninguno quiere despertar, pero el sol volvió a descender y era la hora de apurar el paso.