Escarlata veía a Lucifer preocupado, pero este al igual que todas las personas normales no sabía cuando esta mentía, ya que se había convertido en una perfecta máquina tanto de matar cómo de mentir a lo largo de los años. Dark la había educado muy bien para ello y sabía de sobra cómo mentirle incluso al Diablo.
– Dinos Essy – pidió Jazz, pero Escarlata volvió a negar con la cabeza diciendo que no tenía la más mínima idea, salieron del infierno al rededor de 4 horas después, hora normal.
– ¿En serio no sabes nada Escarlata? – le preguntó Jazz suplicante, Escarlata volvió a negar con la cabeza – Algo tienes que saber amor.
– En serio no sé nada, estoy en una Laguna mental que aumenta y aumenta – mintió Escarlata – No sé qué hacer.
Esa noche Escarlata sin ser vista por nadie volvió a salir, esta vez ni siquiera se le pasó por la cabeza ir dónde Lucifer, se encaminó (aunque aquel lugar siempre cambiará de ubicación al igual que el infierno real) a encontrar aquel falso infierno.
Cuando llegó su abuelo la esperaba, esta vez tenía mucho alcohol y una que otra droga que Escarlata estaba dispuesta a probar, fue así cómo en tres horas normales salió del infierno completamente drogada y ebria. Se sentó en la plaza cercana a su casa, eran alrededor de las 6 am. Cuando Jazmín salió a buscarla y la encontró ahí sentada.
– Escarlata – la llamó, esta no respondió.
Se acercó aún más y la vió durmiendo, la tomó en brazos y la llevó a casa, acostandola en el sofá, notó que había bebido y eran muy comunes los lugares que dejaban beber a adolescentes así que pensó que estuvo en uno de ellos.
Le preparó comida y la despertó suavemente.
– Essy – decía con suavidad y amor hasta que Escarlata por fin despertó de aquel transe que la había dejado su abuelo.
– Jazz – susurró Escarlata.
– Hasta que despertaste, te hice comida – le dijo Jazmín sonriendo.
Escarlata aceptó y comió, se sintió algo más liberada de aquél peso que sentía, pero igualmente no hizo nada, estaba engatuzada por aquél viejo, que si no era el diablo, más se le parecía a todo lo que se le sabia de él.
Escarlata y Jazz comenzaron a hablar de temas que prácticamente nada importaban, Escarlata dijo que bebió tanto que no sabía cómo había llegado a casa y rieron juntas.
Escarlata parecía estar bien y eso le gustaba a Jazz, pero al mismo tiempo parecía estar ocultando algo o por lo menos Jazz tenía sospecha de aquello.
Jazz dejó de lado lo que pensaba para ponerse 100% pendiente de Escarlata, le encantaba verla sonreír y contar cosas, Jazmín amaba a Escarlata de una forma inimaginable, ni siquiera ella era consciente de lo mucho que la amaba.
Por otro lado Mar y Andrea disfrutaban estar juntas, Marta había hecho varias cosas (sexuales) a Andrea castigandola por decirle aquello, pero en realidad ambas estaban disfrutando, sus padres apenas aparecían en la habitación y la madre de Marta sólo la llamaba para que llevara la comida a la pieza.
– Me está quitando a mi princesa – decía Manuel, el padre de Marta.
– Lo sé Manuel, pero ya está grande y tiene su vida.
– No es más grande que yo – dijo Sophie con la boca llena.
– Ni mucho menos que yo – dijo Manuel Junior sonriendo.
– Pero parece tener vida más formada que ustedes dos juntos– dijo su madre pegándole a Manuel Junior en la cabeza con la cuchara, dejándolo con comida en el pelo.
– ¡Mamá! – protestó Manuel J.
– Mamá, ambas están raras de antes de la muerte de mamá Mari... ¿No crees? – volvió a hablar Sophie, esta vez sin comida en la boca.
Manuel padre tragó pesado, sabía perfectamente que ambas ya habían aceptado el trato. Lo había hablado con Dominick, estaba todo hecho.
Luego de unas horas Manuel Junior con Sophie fueron a la pieza de esta última.
Ambos se gustaban y estaba más que claro que había algo entre ellos aunque sus padres se opusieran ya estaba claro que ellos eran pareja y difícil era cambiarlo, después de todo creen que no son hermanos de sangre, pero desde ésta vida, si que lo eran.
Sophie dejó ver sus colmillos y mordió el cuello de Manuel tragando su sangre, no sabían exactamente porque, pero esta tenía dotes de vampiro, incluso sus colmillos se alargaban cómo los de un vampiro. Después de un rato paro de tomar su sangre y siguieron en lo que querían... Sexo.
Finalmente Manuel Padre y Lilit eran liberales con lo que querían realmente sus hijos, eso estaba más que claro.
Escarlata y Jazmín se encontraban almorzando junto a Dark y Lucía. Estaban todos con semblante alegre, puesto que Ya habían conseguido el trato ambas.
Escarlata era la única que realmente sabia lo que pasaba por su propia cabeza. Adonis, su abuelo, le estaba dando lo que quería.
Realmente ahora aquél viejo la tenía en la palma de su mano y Escarlata ni enterada.
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