Capítulo XIX

Andrea salió de la habitación y se encaminó a las escaleras, mediante bajaba sentía su cuerpo pesado, vio a Sophie al final de las escaleras y se desmayó a mitad de estas, Sophie se hizo a un lado para no ser aplastada y la miro en el suelo, Sophie tocó su cara.

– ¡Papá! – Gritó llamando a su padre y se agachó junto a Andrea tocando aún su rostro.

Su padre llegó junto a ella y vió a Andrea desmayada.

– ¿Que pasó?

– No sé, yo iba a subir y la vi caer y rodar, me aparté para que no me aplastara y ahí está, no reacciona.

El padre de Marta mediante Sophie decía todo eso la tomó en brazos y llevo a la pieza de su hija.

Al abrir la puerta la vió llorando.

– Marta – dijo y esta no lo Miró.

– Papá dejame.

– No es eso... Andrea se desmayó – Marta miro y se hizo a un lado para que se recostara en la cama.

– ¿Que hacemos? – susurró Marta preocupada

– Llama a tú madre, no traje mi teléfono, llamemos al médico de la familia y no sé, estoy pensando.

Marta corrió a llamar a su madre y esta última subió con ella.

– Andrea se desmayó – le dijo Manuel a Lilit.

– Joder – dijo Lilit tomando su teléfono

– Y creo que se rompió el brazo – dijo nuevamente el padre.

– Mierda, mierda y más mierda – Dijo la madre, Lilit llamó al médico que atendía a su hija Marta.

Este llegó casi al instante y le dió dos meses de descanso, puesto que se había quebrado el brazo izquierdo, esguinzado la muñeca derecha, un par de golpes en la cabeza y cuerpo y esguince en el tobillo derecho.

– Tiene que cuidarse, no la dejen salir, sé cómo es pero si es necesario la amarran a la cama – Al escuchar las recomendaciones del médico Marta que se encontraba ahí con sus padres sonrió.

"Amarrada a la cama" pensó también pensando la variedad de cosas que puede hacer con esta así y cómo la castigaría por lo dicho antes de que saliera de la habitación.

– Bueno cuidenla y no la dejen salir – Manuel el padre de Marta asintió

– No la dejaremos salir – le dijo Lilit al doctor – Muchas gracias y digamos cuanto le debemos.

– Nada en Memoria de María – dijo el doctor y tanto Manuel cómo Lilit sonrieron con rabia, seguro era uno de sus clientes.

Por otro lado Escarlata hablaba con Jazmín de Andrea.

– Está loca – dijo.

– Se nota – dijo Jazmín – Nunca te había visto así.

– No es nada común esa chica – dijo Escarlata.

– Claro está – susurró Jazmín.

– Cada vez se nota más que son ellas y aún no me puedo creer que Marta sea mi hermana.

– Su madre o mejor dicho tú madre te tuvo cuando tenía 15, digamos que ella es mayor de edad, tipo tercera edad... Aunque poco lo aparenta– dijo Jazz sonriendo.

– Lo entiendo pero sigue siendo raro todo para mi.

– Lo sé.

– Tengo que salir – dijo Escarlata.

– Ve con cuidado esta vez – le sonrió Jazmín.

Escarlata salió de la casa y raramente en el camino al infierno no lo encontró, encontró la copia y aunque se dió cuenta algo la llamó a entrar.

– ¿Adonis? – dijo Escarlata cuando entró.

– Llamame abuelo – dijo el anciano sonriendo en su trono parecido al de Lucifer.

– Me quieres hacer daño, ¿no? – el anciano notó que había olvidado parte de la conversación pasada, normal en ella.

Comenzó a hablarle, a hacerle notar cómo era él, que aunque mintiera Escarlata le creía, le decía que el no era malo, que quería deshacerse de la mierda del mundo.

Escarlata lo escuchaba y se sentía hipnotizada por su voz, tal cual cómo dicen que es el diablo, quien te hipnotiza para hacer el mal. Para caer en tentación.

– Escarlata, no hay nada malo en matar – decía el hombre – si hay gente mala y la acabas, ¿no te hace la mejor?

Escarlata asintió, casi no hablaba.

– Ten – le dió una Copa con vino y esta la tomó. Bebió su contenido y luego el anciano le mostró nuevamente a una persona a la cuál el quería que matara.

Esta vez Escarlata no se negó y lo mató cómo siempre, luchando contra aquella persona.

– Te mató "D" dijo Escarlata al Final, "D" de Diablo – dijo con grandeza y Adonis padre se sintió orgulloso, Escarlata ya no le haría daño a él.

Salió del falso infierno tres días después del tiempo normal, donde Jazmín se encontraba muy preocupada.

Le dijo lo de Lucifer, el cuál quería verla, este estuvo mal los últimos dos días, ya que parecía que estuvo en contacto constantemente con veneno parecido al de Andrea, pero ya estaba algo mejor y mando a Ángeles del infierno a limpiar todo. También que había perdido una de sus dagas.

Escarlata apenas recordaba lo que había pasado en el falso infierno, pero igualmente aunque lo recordara no diría nada.

Fueron a ver a Lucifer y este ya estaba mejor pero aún se encontraba débil, ya que lo que le dió a Escarlata para mejorar también estaba contaminado.

Nada puede matarlo en sí. Pero lo dejó cómo si se hubiera enfermado por unos días.

– Escarlata – dijo Adonis/Lucifer a Escarlata.

– Dime – dijo esta saliendo de sus pensamientos.

– Dime donde estuviste estos últimos tres días.

– Yo... No recuerdo – mintió.

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