Realmente Escarlata y Jazz quedaron muda con aquella información, el padre de Marta es un arcangel, lo que era de esperar tanto por sus poderes cómo por que ellas tenian que hacer el trato, pero ¿Y Andrea? Aquella no sabían de donde provenía todo más que de su madre, ¿ella era ese ser sobrenatural? Era la madre de andrea la que había salido de uno de los otros planos, no tenian idea... Pero la madre de Marta era igual... Tenia los mismos poderes que tenía Marta, todo era lo suficientemente raro y sin explicación lógica al parecer.
– Si te lo preguntas la madre de Marta es elegida, la cuarta hija de esta seria la chica que tendria que hacer el trato con ustedes.
– Pero Marta es la tercera hija – dijo Escarlata mientras Jazmín procesaba toda aquella información.
– La madre de Marta es tú verdadera madre, Escarlata – dijo lucifer – al momento de tú nacer te quite de ella y te deje con un par de angeles, que fueron los suficientemente malos contigo cómo para que Dark acabara con ellos.
– Joder Lucifer, no entiendo nada – dijo Exasperada Escarlata.
– Además 15 años no es tú verdadera edad, tienes aproximadamente desde 27 a 40 años.
– Imposible – Escarlata rió nerviosa.
– te mantuvimos toda tu infancia encerrada, bueno ellos, los angeles que te custodiaban. Sólo una persona te cuidaba a sus ¿cuantos años? – Miró a Jazz
– Prefiero no decir mi edad – dijo Jazz – pero yo aparentaba 25 cuando cuidaba a Escarlata de pequeña.
– Te cuesta crecer Escarlata – susurro Lucifer – siempre aparentas menos edad de la que tienes, en unos 100 años apenas te veras de 20 y algo, es lo que pasa por ser hija del diablo, la primera etapa de tú vida se supone que crecerias normal. Pero no.
– No siquiera sé que edad tengo – susurró Escarlata.
– Ni siquiera sabes cuantas veces has matado a Jazmin – rió lucifer.
– ocho – susurró Jazmin – contando la ultima, siempre lo que crio me mata, te enseñe todo Escarlata, todo lo que sabía, pero con los años volverás a olvidar esta conversación, siempre es así, pero ahora que sé que me correspondes... Te enamoraré una y otra vez, las veces que sea necesario.
Escarlata se sentía rara, sentia que era la que menos información tenia de todo, después de todo era la más joven del lugar. Y ella a comparación de los demás, olvidaba las cosas, olvidaba lo que había ocurrido, no tenia idea si en años más adelante recordaría lo que le acababan de decir, ya que según Jazmín, no es la primera vez que se lo dicen.
Salieron del infierno con esa tormenta de información para Escarlata, con el tiempo que estuvieron casi había pasado un día entero dentro en el mundo normal.
Pero Andrea seguia ahí, simplemente supuso que le había costado recuperarse, no sabia la realidad, se posiciono justo en las puertas del infierno cuando ambas estaban lo suficientemente lejos, cuando sintió por la tierra que no había nadie dentro aquella entró, llevaba sus frascos de veneno y puso aquellos que dejaron mal a Escarlata en cada cosa, incluso en una copa que si bien se la quería robar notó que alguien bebia regularmente alcohol en ella, la copa parecia un cáliz con la inscripción.
"Erase en el cielo cómo en el infierno"
Puso veneno en todo lo que pudo y cuando llego a las armas de lucifer puso veneno en casi todas, una le agrado y se la guardó, se acababa de robar un arma del mismo Diablo.
Salió del infierno y noto que habian pasado varias horas de que había entrado, pero realmente sólo estuvo unos minutos, no entendía nada.
Salió con poca fuerza pero aún podia andar bien, se sentia cansada.
Por otro lado es padre de Marta, Manuel, hablaba con Lilit, la madre de Marta, Lilit sentia que algo estaba ocurriendo con Marta, no sabia qué, pero era algo. Manuel que sabia todo simplemente omitió decir algo al respecto, el era un humano común, o eso tenia que mostrar siempre.
Marta se encontraba en su habitación, no sabia nada de Andrea de hace un día y un poco más, estaba preocupada, se estaba haciendo él velorio en la casa de Marta, pero Andrea no había aparecido, hasta una hora más tarde.
Andrea entro por la ventana de Marta y la saludo con un simple "hola"
– Hola – la saludó triste Marta.
– Mi madre está en un ataúd abajo – dijo Andrea cabizbaja
– Lo sé, pero no he bajado – susurró Marta, aquella no sabia cómo reconfortar a Andrea, la madre de marta iba a ser velada tres dias y este era él ultimo, pero Andrea acababa de aparecer y no tenia idea de porqué, pero Andrea se veia diferente, cómo si hubieran pasado más cosas además que la muerte de su madre.
– Bajaré a despedirme y quizás nos veamos en unos días más– dijo Andrea, Marta quería protestar porque no la iba a ver en unos días, pero no lo hizo, finalmente comprendía el dolor que sentía.
– Esta bien – susurró finalmente Marta.
– Te amo – le dijo y salió de la habitación, por primera vez no esperaba que le dijera él "te amo" de vuelta.
Pero Marta aún así lo dijo.
– Te amo – susurró finalmente para ella misma, puesto que no había nadie en la habitación.
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