Capítulo XVI

Jazmín abrazó a Escarlata con mucha fuerza después de lo dicho.

– Quiero rescatarlo – dijo Jazz.

– Entonces lo haremos – susurro Escarlata.

Dark se encontraba hablando con Lucifer.

– ¿Está seguro? – dijo Dark.

– Más que seguro, las encontraron, esas son las chicas que necesitan.

– Pero es posible de que te equivoques...

– No, esas dos chicas junto con Escarlata y Jazmín son las que harán que nada de esto se vaya a la mierda, no podemos permitirnos que mi padre vuelva a lo de antes, ese hombre por algo fue sustituido.

– Lo sé.

...

Andrea a pesar de que le dolía el alma con todo lo ocurrido estaba pensando en su chica, esta había salido a buscarla y terminó golpeada, aunque Marta ya estaba bien le preocupaba ahora perderla a ella. Al final era la única que le quedaba.

Manuel padre llegó a ver a su princesa después de que Andrea lo llamó, ésta estaba acostada con Marta en su cama.

– Hola – dijo Manuel entrando a la pieza.

– Hola – dijo Andrea fría.

– ¿Cómo estás? – le preguntó acercándose a la cama.

– Da igual, ahora importa Marta, un par de perras la golpearon hasta dejarla mal, el agua ya curó sus heridas, pero le dolerá el cuerpo igualmente.

– ¿Está durmiendo? – Preguntó y Andrea asintió – Entiendo, gracias por cuidar de mi niña.

– Es el amor de mi vida, la cuidaré siempre. – le sonrió y Manuel le sonrió a ella.

Manuel quería que su niña despertara y Andrea fue en dirección a su casa, el cuál sin su madre no podía llamarlo hogar.

Cuando llegó seguía ahí la policía y nadie entendía porque la mataron, le dijeron que fuera a otro lugar y cómo no quería volver a casa de Marta fue hacia el bosque.

Por otro lado Jazz salio de casa, sentía que podía hablar con Andrea sin que nada malo pasara ahora.

Llegó al lugar donde estaba Andrea, sentada a los pies de un gran árbol, apenas se acercó a ella Andrea lanzo una especie de daga muy pequeña la cual Jazz sentía cómo si le quemara.

– Pero... ¿Que?

– Tiene veneno, dime que quieres y te doy el antídoto.

– ¿Te acuerdas de mi?

– Con el ultimo temblor de mi madre recordé todo, dime que mierda quieres.

– Quiero hablarte de eso, del trato, podrás vivir con Marta cada vida... Y volver a ver a tú madre en cada una, son la clave para algo que va más allá de esta vida, necesito que aceptes el trato...

– ¿Tú eres un ángel no? – Jazz asintió – ¿por qué no devuelves a mi madre?

– En si cada persona vuelve a reencarnar cuándo llega su momento, pero esta es la primera vida tanto de tú madre cómo tuya y de algunos que conoces, pero si aceptas el trato... No sera la ultima.

– Tienes que confirmarlo – susurró Andrea

– Escarlata te lo puede confirmar – Jazz no sabia en que metía a Escarlata al decir eso.

– No me entiendes, si eres un Ángel, dejame ver a mi madre

Jazz no sabía que hacer para que ella aceptara, pero con todas sus fuerzas hizo que Andrea logrará ver a su madre por un insignificante segundo para Andrea. Andrea pidió más y Jazz le explicó que no podía más, que todo se quebraba, que ella fue quién la puedo hacer que la viera, pero que en realidad era su padre quien dejaba que la viera y no quiso más que eso. Andrea se enojó y enterró una aguja en la pierna de jazz, inyectandole otro veneno y exigiendo ver nuevamente a su madre, cuando finalmente comprendió que no podía bajo la cabeza y dijo:

– ahora te daré el antídoto. – Andrea pincho nuevamente una aguja en la pierna de Jazz y esta comenzó a sentirse mucho mejor.

– Dime, ¿aceptas? – Jazz tendió su mano, Andrea la tomó.

– Acepto.

En la habitación de Marta también se encontraba Lucifer.

Viendo cómo una parte de la salvación de todo se encontraba dormida con su padre.

– Vete hijo de puta – le dijo Manuel.

Él no hizo más que sonreír y desaparecer del lugar.

No creía realmente que a sus pequeños 12 años ella ya debía pasar todo, no estaba lista su princesa, aunque sabia que desde siempre estuvo lista.

Escarlata esperaba a su padre en el infierno. Su padre le comentó lo de las chicas que la golpearon, eran mandadas por el segundo hijo de su padre, pero el problema es que ambas se habían obsesionados tanto con Andrea cómo con Marta.

Esas dos chicas tenían un amor destructivo, Andrea y Marta las cuales no les correspondían eran víctimas de ellas.

– ¿Cómo está? – le preguntó a su padre cuando éste apareció.

– Está bien, esta tranquila, espero la otra chica este bien.

– Esta con Jazz – dijo Escarlata.

– Ahora me preocupo por Jazmín. – rió Lucifer.

– El segundo hijo de tú padre... ¿Quién es?

– No es aún momento de saberlo querida Essy – acarició su mejilla.

– Creo que entiendo. – le sonrió

– debes hacerlo – miro su reloj, el cuál decía la hora de fuera– Han pasado dos horas, vete.

– Me voy, estas visitas de 20 minutos de tú tiempo son raras– ríe Escarlata.

Saliendo del infierno encontró nuevamente con que era mucho más rápida y corriendo llego a su casa en menos de 5 minutos.

Llegó a casa y fue a la cama, estaba sumida en sus pensamientos cuando Jazz entró a la habitación y se acostó junto a ella.