Había estado pensando durante toda la noche, como empezar a investigar la muerte de mis padres. Incluso dejé a un lado mis tareas mientras ideaba un plan. Al final, llegué a la conclusión que primero debía ir al lugar del incidente.
Entre al instituto sintiéndome soñolienta.
Iara que se encontraba a mi lado soltó una risita antes de aplicarse una capa de labial sobre sus labios.
— Nos vemos a la salida — comentó.
Sin embargo, antes de que se fuera la detuve.
— Iara, me quedaré en la biblioteca, así que no me esperes — le dije.
Mi hermana me dio una mirada dudosa antes de asentir.
— Está bien, solo no te metas en problemas — comentó haciendo que riera.
— ¿Qué clase de persona crees que soy? — le pregunté.
— Una muy problemática — respondió antes de alejarse.
Luego de hablar con Iara me dirigí hacia mi salón de clases, en el trayecto me encontré con algunos maestros a los que saludé de manera animada. Incluso a ese profesor gruñón que ayer no me había dejado entrar al salón.
Después de todo, no era alguien rencorosa. Bueno, al menos no tanto.
Las clases eran tan aburridas que tuve que pedir muchas veces permiso para ir al baño, para lavarme el rostro, no haber podido dormir bien, anoche me estaba cobrando factura.
Juliet junto con Hannah, que era otra amiga mía a la que le gustaba hacerse coletas y usar lentes a pesar de que no tenía ningún problema con sus ojos, me pasaron sus apuntes.
Y aunque trataron de conversar de cosas al azar tratando de mantenerme despierta, sin embargo, en vez de ayudarme a despertar, terminaron haciendo que me duerma.
Así que cuando al fin terminó mi jornada escolar, me encontré siendo, despertada por Jax Hunter, un compañero de clases alto de ojos grises, un chico apuesto, como todos los jóvenes de este pueblo.
— ¡Lo siento! No quise despertarte bruscamente, pero eres la única que falta por salir, y a mí me toca cerrar el salón y ya me quiero ir — dijo mirándome con una mirada apenada, olvide decir que es el presidente de la clase y un chico muy amable y amistoso, tanto que a veces es espeluznante.
Tal vez estaba siendo demasiado susceptible, pero sentí que nadie podía ser tan amable como Jax lo era.
El tipo parecía ser un pan de Dios. Parecía que nada lo podía hacer enojar o perturbar. Era como si todas sus emociones estuvieran bajo estricto control.
Incluso cuando una vez Ryan, el chico problemas de Grandiel, lo golpeó. Jax no hizo nada, es más, cuando Ryan terminó de golpearlo sonrió como si él no fuera la persona a la que habían golpeado.
— No te preocupes y gracias por despertarme — le dije mientras metía mis útiles en mi bolso.
Me levanté dispuesta a irme. Pero antes de que pudiera dar un paso, una mano me detuvo.
Jax me miró fijamente antes de darme un abrazo que se sintió tan extraño.
¿Qué estaba tratando de hacer este chico?
— Lo siento por lo de tus padres, sé lo que se siente — me susurro al oído, sin querer mis ojos se llenaron de agua, su abrazo se sintió reconfortante.
No sabía por qué, pero me encontré algo de consuelo en sus palabras.
Tal vez porque él era la primera persona ajena que sabía acerca del dolor que estaba sintiendo dentro de mi corazón.
Me liberé de su abrazo, solo asintiendo, muy afectada por todo para decir siquiera algo, no supe como, pero cuando caí en cuenta ya me encontraba afuera del instituto.
Iba tan concentrada en mis pensamientos, que no sentí cuando aquella moto se atravesó en mi camino, cuando me di cuenta de ella, no pude evitar gritar y cuando vi a su conductor, grité incluso más. Se trataba de nada más ni nada menos que de uno de los hermanos Bommer, si no me equivocaba por su postura rígida y su mirada helada, era Varen.
— ¿Qué haces aquí? — le dije mirándolo mal, ya que no quedamos en buenos términos desde que nos conocimos.
Él parecía tener un serio problema de personalidad.
— Podría decir lo mismo, súbete te llevo a casa — dijo tendiéndome la mano, él creía que me iba a subir con él, si así lo creía, estaba completamente equivocado.
— No, no quiero tener nada que ver contigo — le dije intentando esquivarlo.
Varen se bajó de la moto a una velocidad sorprendente, que me dejo desconcertada.
¿Cómo lo hizo?
— No te pregunte — dijo antes de arrastrarme hasta su moto.
Ni siquiera tuve tiempo de protestar o decir algo por qué cuando me di cuenta ya estábamos andando.
Todo había pasado tan rápido.
De todas maneras, ¿qué se supone que estaba haciendo?, ¿por qué me había arrastrado a su moto cuando ni siquiera éramos amigos?
Además, mi plan de ir al bosque para investigar acerca de la muerte de mis padres se estaba viniendo al carajo incluso antes de que lo implementará.
— No quiero ir a casa, así que bájame — le grité en medio del ruido del motor.
No sabía si Varen me escuchó, sin embargo, no tuve más remedio que abrazarlo debido a que su forma de conducir era demasiado aterradora.
¿Qué pasaba con este tipo? ¿Por qué estaba haciendo este movimiento tan absurdo?
Lancé un suspiro mientras pensaba en como Varen Bommer tiene que darme una buena excusa para sus acciones tan irrazonables y si no tiene ninguna deberá atenerse a las consecuencias.
—¿Eh? ¿Dónde demonios estamos? — cuestioné al bajarme de la moto, aunque un poco renuente porque me había enamorado de esa monstruosidad, debido a que me hizo sentir libre durante todo el trayecto del viaje.
Deseaba mantener esa sensación un poco más.
Al ver el lugar al que habíamos llegado, me sorprendí un poco al notar que Varen me había traído a las afueras de Grandiel. Podía ver solo árboles y más árboles a mi alrededor, lo que me hizo sentir algo de temor. Después de todo, si este tipo decidiera hacerme algo, no había nadie que me pudiera ayudar.
Contemplé con curiosidad el rostro estoico de aquel muchacho.
— ¿Será que planea matarme? No quiero morir, aún soy muy joven, no he amado aún. Tranquilízate Casandra, no te adelantes a los hechos. Quizás solo te trajo para hacer pícnic, si debe ser eso.
Una suave risa mal fingida por tos me sacó de mis absurdos pensamientos, claramente dichos en voz alta.
Hacía eso a menudo.
— Lamento sacarte de tus ensoñaciones — soltó aquel chico antes de volver a su expresión seria — Pero, esto es urgente Casandra, hay algo que tienes que saber.
Tras decir aquello, aquel muchacho empezó a caminar con intención de adentrarse en el bosque al que la mayoría de las personas le temen entrar, no porque ocurran asesinatos o encuentren cadáveres por montones de montañistas, sino por lo que la gente que entra en el bosque termina desaparecida, nunca salen.
Al mirar alrededor, no pude evitar pensar que este bosque es tan parecido al de mi sueño con esa aura sombría y tenebrosa, solté un suspiro mientras trataba de acomodar mi uniforme.
No sabía que deseaba este chico, no me dio alguna explicación o algo, sin embargo, siempre he sido alguien curiosa y aunque él tenía una aura un tanto espeluznante, sentí que no me haría daño, después de todo no lo ha hecho aún, así que decidí seguirlo.
Desde la distancia podía apreciar la retaguardia de Varen, su trasero era demasiado llamativo, era mucho mejor que el mío.
Al seguir esta línea de pensamiento sentí que me estaba convirtiéndome en una pervertida, refunfuñando en mis adentros me dedique a seguirlo.
— Pero al menos dime a donde vamos, o porque me trajiste aquí, no sé, háblame.
Varen no dijo nada al escuchar mis palabras, es más, aceleró sus pasos que si no fuera por mi curiosidad lo hubiese mandado hace rato a la mierda.
No creo que él sea peligroso, pero y si es un asesino, bah, es demasiado lindo para ser un asesino, aunque también existen asesinos lindos, maldición, ¿por qué lo estoy siguiendo?
Aunque deseaba detenerme y lanzar alguna rabieta, no lo hice porque había algo que me atraía de él.
Era como si estuviera bajo algún hechizo, aunque deseaba detenerme de seguirlo, no podía hacerlo.
— No solamente puedes esperar que te siga así porque sí, entiendes, no te seguiré. Dime, ¿dónde estamos?
A pesar de que dije eso, mis pies seguían andando.
Malditos traidores, maldita curiosidad, malditos todos.
Varen de repente se detuvo para mirarme, su rostro estoico me mostró una sonrisa burlona, no más bien me pareció arrogante.
Él siguió caminando hacia el claro.
El claro del bosque era un lugar hermoso, tenía ese toque de misterio y hasta mágico con los suaves destellos del sol que se reflejaban y el rocío de la mañana.
Varen se detuvo de manera repentina haciéndome tropezar sobre mis talones. Él se dirigió hacia un árbol caído y se sentó sin decirme una palabra, pise sobre mis talones, no queriendo acercarme a él, así vestido de negro, parecía alguna especie de señor de la muerte.
De repente se escucharon gritos desgarradores, lo que hizo mi corazón saltar, y por el tono de voz era la voz de una mujer, no más bien eran los gritos de dos personas, un hombre y una mujer.
Los gritos persistieron por mucho tiempo, eran casi aterradores, sin querer me acerqué a Varen, el cual mantuvo una expresión inmune, era como si ya estuviera acostumbrado a ello.
— Vamos, párate, debemos ir a ayudar — traté de levantarlo, pero el chico no se movió y pesaba más que una roca, él solamente me miro de manera aburrida, como si nada de lo que pasaba le interesaba.
Aún no entendía para qué demonios me había traído con él y porque lo seguí, sentía como si debiera estar con él, lo cual es ilógico, apenas lo conozco.
— Aquí murieron tus padres — comentó después de algunos segundos haciendo que lo miré con sorpresa — Dentro de este bosque los asesinaron. Los gritos que estás escuchando son los que hicieron tus padres cuando los estaban matando.
Él no estaba hablando en serio.
¡¿Verdad?! ¿Acaso era humano? ¿Cómo podía bromear con algo así?
Incluso si sus palabras eran ciertas. Las personas que estaban gritando en este momento no eran mis padres. Después de todo ellos ya estaban muertos.
— ¡¿No puedes estar hablando en serio?! Deja de bromear y mejor vayamos a buscar ayuda, busquemos al alguacil o a alguien — le dije.
Al ver que no sé levantaba, gire sobre mis talones siguiendo el sonido del grito, si él no me quería ayudar allá él. Por qué yo iba a conseguir la ayuda o al menos investigar lo que estaba sucediendo.
Como era posible que ese chico fuera tan insensible y tan idiota, mientras más lo trataba más ganas de permanecer alejada de él me daban, gire con la intención de sacarle el dedo de en medio. Sin embargo, grande fue mi sorpresa al notar la mirada en el rostro de Varen, él me miraba de una manera que no podía describir con palabras.
— ¿Por qué no me crees? — cuestionó de la nada — ¿Acaso no querías investigar acerca de la muerte de tus padres? Estoy siendo sincero cuando digo que tus padres murieron aquí — tras decir aquello sonrió de una forma que no la pude relacionarla con la felicidad, más bien su sonrisa se veía algo fría.
— ¿Qué está pasando? ¿Qué quieres decir? ¿Cómo sabes que mis padres murieron aquí? ¿Y esos gritos? ¿Acaso tú tuviste algo que ver con sus muertes? — cuestioné con intriga mientras recogía un palo del suelo.
Varen se acercó a mí con pasos amenazantes.
— Me preguntaste la razón por la que te traje a este lugar, bueno, quería saber si eras la persona que he estado buscando durante todo este tiempo — contestó dejándome confundida por sus palabras — Logan está seguro de que lo eres, sin embargo, no quería creer que esa persona eras tú. Una niña tan inmadura y problemática. Y déjame decirte que lo eres, aunque creo que estás no son buenas noticias para ti.
¿Qué diablos?
— ¡Oye! Me estás…
— Ahora solo necesito probar algo — susurró interrumpiendo mis palabras.
— ¿Qué quieres probar? — cuestioné con la respiración pesada debido al ambiente algo pesado.
Varen sonrió ante mi pregunta para luego mostrarme una hilera de dientes blancos.
— Tu sangre — soltó antes de abalanzarse sobre mí.
Quise salir corriendo, pero en menos de un minuto me encontraba sobre mi estómago con Varen presionándose contra mí.
— Querida Casandra, sabías que la curiosidad mató al gato — susurro en mi oído, estaba demasiado asustada de él como para contestar.
— ¡Suéltame! ¡Por favor! — traté de librarme de su agarre mortal, pero me era imposible, los gritos en el bosque se calmaron, ya no se oía nada más que, mi reparación errática por el miedo inducido que sentía al estar en una situación precaria.
— Aunque quiera me será imposible dejarte ir — susurro para sí mismo que para mí.
Lágrimas erráticas bajaban por mis ojos mientras él enterraba su nariz en mi cuello, en ese entonces no sabía el significado oculto de sus palabras, no las entendía.
— Esto te va a doler un poco — comentó antes de morder mi cuello.
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Updated 52 Episodes
Comments
gabi56
me encanta
2023-06-14
1