No tengas miedo

Mientras pensaba en ese par de chicos vampiros, no pude evitar sentir temor. Pensé que quizás ellos no eran los únicos vampiros aquí en Grandiel.

No pude evitar preguntarme cuántos más aparte de ellos había.

Después de todo, según sus palabras, mis padres habían sido asesinados por un vampiro.

Rápidamente, me levanté de la cama mientras buscaba un crucifijo, ahora cada vez que me encuentre con alguien estaré insegura de saber si estaba hablando con un ser humano o algún ser mitológico.

Luego me dirigí hacia la televisión y empecé a buscar alguna película sobre vampiros.

Después de todo, el conocimiento es poder, por lo que bien podría investigar algo acerca de estos seres.

Vi la película de Drácula e incluso las de Crepúsculo. Sin embargo, sea como sea que miré no había nada relacionado sobre otros vampiros cazando a otros, ni siquiera existía alguna información que diga que se les permite salir a la luz del día, aunque tampoco puedo confiar todo lo que había en la televisión.

De lo único que estaba segura es que no puedo confiar fácilmente en nadie.

De repente, empecé a escuchar algunos ruidos extraños desde la ventana de mi habitación.

Cuando me asome no pude evitar sentir incredulidad al ver al ser que estaba debajo de mi ventana.

Esto me estaba volviendo loca.

Abajo de mi ventana se encontraba una mujer parecida a la de mi sueño, su cuerpo estaba rodeado de hojas y su rostro lleno de suciedad. Cerré los ojos esperando que desaparezca, pero, cuando los abrí de nuevo, aquella mujer árbol aún se encontraba ahí, después de algunos segundos en los que trataba de interpretar lo que trataba de decir, justo cuando el auto de Iara estaba por llegar en menos de un parpadeo aquella mujer desapareció.

¿Qué me quiso decir?

Aunque me encontraba temerosa con toda esta situación, me sentía más curiosa por saber la verdad detrás de todo lo que me estaba pasando.

— Cassie — llamó mi hermana con voz cantarina.

Al escuchar su llamado, baje rápidamente las escaleras para ver que necesitaba.

— Aquí estoy — respondí notando como en sus manos llevaba una caja — ¿Qué es eso?

Iara sonrió de manera pícara como si lo que me fuera a decir era algo escandaloso.

— Aquí está la solución a toda la amargura que nos ha invadido desde que aquello pasó — sentenció mientras colocaba aquella caja sobre la mesa con la intención de abrirla.

De seguro era algo dulce.

Iara tenía aquella manía de comer cosas dulces cada vez que se sentía triste o deprimida.

Ella decía que eso la hacía sentir mejor, como si toda la tristeza solo desapareciera con algo dulce.

— ¡Oh! — proclamé al notar un hermoso pastel de chocolate.

Iara me miró con alegría — ¿Qué dices? ¿Te gusta? — cuestionó sonriente.

¿Cómo ignorar su sonrisa?

Además, amaba el chocolate.

— Sí — respondí animada debido a que no había nada más delicioso que el dulce para curar cualquier emoción.

De un momento a otro nos encontramos comiendo pastel con sonrisas en nuestros rostros, el momento en general se sintió perfecto que casi olvido todo el enredo con los hermanos Bommer y aquella mujer que había aparecido en el patio de la casa.

Al mirar la cara complacida de mi hermana mayor me pregunté por un momento si ella sabe de la existencia de todos estos seres. Aunque ella es una fanática de los mitos sobre vampiros y cualquier de esos seres extraños, no puedo estar segura de su reacción al saber que aquellos seres existen. Además, tenía miedo de que se vea envuelta en situaciones inesperadas con todo esto de que mi sangre era especial debido a que podía romper la maldición de un ser maldito y no sé qué cosas más.

La verdad aún creía que ese par de gemelos me había hecho una pequeña broma. Por lo que decidí vigilarlos un poco más.

— ¿Qué pasa? ¿Acaso sabe mal? ¿Por qué me miras así? — cuestionó en un aluvión.

Tragué saliva ante sus preguntas, luego no pude evitar fruncir el ceño al ver como se robaba una tajada un poco más grande.

— ¡Oye! ¡Pareces una muerta de hambre!

Iara de rio a carcajadas ante mis quejas, su risa se me hizo reconfortante, parecía como si nada del mundo fuera importante, así que sin querer me contagie de su carcajada y reí junto a mi hermana

Sentí que su sonrisa era algo que debía proteger.

Por lo que cuando cayó la noche y mire la herida que se encontraba en mi cuello, no pude evitar pensar en las últimas palabras que me había dicho Logan.

Él había dicho que así como mis padres habían muerto, también Iara podía morir.

— Hermana, ¿por qué no nos vamos de Grandiel? — cuestioné.

Iara me miró confundida.

— ¿Por qué lo dices? ¿Te pasó algo? Si te soy sincera, en realidad, no quiero irme aún. Me he acostumbrado a estar aquí. Ya sabes, aquí está Derek y no quiero alejarme de él.

Guardé silencio ante su respuesta.

— Solamente estaba preguntando al azar — le dije sonriendo.

¡Aish!

Todo esto era tan complicado.

¿Cómo fue que terminé enredada en este tipo de situación?

Tsk.

Antes de hacer algo, debía verificar algunas cosas con los hermanos Bommer.

Por lo que decidí ir hacia su casa mañana.

Respiré hondo mientras veía la mansión enfrente de mí. Era tan inmensa, tenía un aire medieval como si perteneciera a alguna clase de pintura de la edad media.

Cerré los ojos mientras pensaba en lo que iba a decir cuando viera a esos sujetos.

Por un momento sentí que había tomado la decisión incorrecta, pero, de nuevo, no era como si tuviera muchas opciones.

Al fin y al cabo había encontrado una pista del rompecabezas en el que se había convertido mi vida. Por lo que no podía desentenderme y renunciar antes de siquiera encontrar la verdad de todo lo que me estaba pasando.

Después de todo, esto también tenía que ver con lo que le había pasado a mis padres.

Por lo que ahora era el momento de encontrar respuestas.

Toqué el timbre de la entrada de la mansión sintiéndome algo nerviosa.

— Sabía que ibas a venir — comentó aquel gemelo algo desagradable debido a su forma de hablar tan despreciable — Pasa.

Dudé por un momento antes de respirar fuertemente y entrar.

Toda la noche la pasé pensando en este par de hermanos, sobre si era correcto confiar ellos, no sé si a la conclusión que llegué fue la correcta, pero, no tenía más alternativa que hacerlo después de todo, este era un mundo desconocido para mí en donde seres que creí que no existían lo hacían.

Por lo que decidí darles el beneficio de la duda.

— Necesito respuestas — dije tratando de que mi voz no tiemble, pero había fallado de manera estrepitosa — Ayer vi un ser extraño desde mi ventana, así que necesito saber todo lo que pasa con este tipo de seres.

Tsk.

Aún les tenía algo de miedo. Después de todo, la herida en mi cuello aún no había sanado por completo.

El ambiente se puso tenso.

Logan me miró con lástima antes de darme un abrazo fugaz que me tomó desprevenida.

De todas maneras, ¿por qué me estaba abrazando?

— Te lo dije — soltó Varen sus ojos grises se veían llenos de desprecio — Tu sangre es especial, por lo que sí nosotros te descubrimos muy pronto, los otros lo harán y no será nada bonito.

— Varen, deja de comportarte como un lunático — lo regañó Logan.

Cerré los ojos por un momento, cuando los abrí noté un poco el lugar en donde habitaban estos chicos.

El interior de la mansión tenía un aire cálido, había floreros, un televisor gigantesco, además de un montón de fotos de ellos dos en diferentes lugares del mundo, pude reconocer un par como: el monte Everest, las islas Galápagos, la torre Eiffel y un montón de lugares desconocidos.

Todo era tan acogedor que no se sentía como la vivienda de dos vampiros, al menos creí ver algún ataúd por ahí, pero no había nada.

Sabía que no debía confiar en esas películas.

De todos modos, ¿qué significa eso de que los consideré cazadores?, ¿eran vampiros o no lo eran?

¡Aish!

Todo era tan complicado.

— Casandra, sé que hay un mar de preguntas en tu mente y quizás no confíes en nosotros, después de todo recién nos conoces, sin embargo, déjame decirte que no te haremos daño alguno, hemos tenido el tiempo suficiente para hacerlo y no lo hemos hecho — dijo Logan con una mirada amable que contrarresta de una manera interesante con el rostro de Varen el cual tiene una expresión odiosa en su rostro.

— Pero, quiero confiar, han pasado tantas cosas que son indescriptibles, además de que deseo que el ser que mató a mis padres pague lo que hizo, lo necesito. Así que díganme de qué va su trato o que es lo que desean de mí — manifesté decidida.

Logan y Varen se miraron, era como si tuvieran una conversación entre ellos de la que no forman parte, luego de algunos segundos Logan habló.

— El trato es simple, Casandra, como te dije, nosotros somos una clase peculiar de vampiros, no como las leyendas que has leído en Internet o que has escuchado de otras personas, nosotros Varen y yo nos alimentamos de otros vampiros, los cazamos, nuestra línea de sangre proviene de una familia de cazadores de vampiros y lo que queremos de ti es que te unas a nosotros a cambio de protección, tu sangre es especial, no sabes cuánto, decir que es una panacea solo es la punta del iceberg. La descripción correcta sería que tu sangre es como un afrodisíaco para otras especies, este tipo de sangre especial aparece muy pocas veces en la historia de la humanidad, por lo general las personas que tienen este tipo de sangre mueren cuando cumplen 18 años que es el momento de su despertar debido a que el olor que desprenden en ese momento es irresistible para cualquier ser. Además de que hay algunas leyendas que mencionan algo sobre un sacrificio…

¡Guao!

Toda la información que estaba escuchando me dejó anonadada. Todo era tan inverosímil como alguna especie de sueño de nunca terminar.

— Pero, ¿qué pasa con ese ser que mató a mis padres? — cuestioné — Sabe que poseo este tipo de sangre, ¿por qué no me mata simplemente?

Varen me dio una mirada que denotaba desprecio, parecía que a sus ojos era alguna especie de estúpida. Pues lo que era obvio para él no lo era para mí.

¡Por el amor de Dios!

¿Qué clase de mundo era este?

Recién me estaba enterando de la existencia de estos seres.

— Aún tienes dieciséis años, casi diecisiete. El poder que tiene tu sangre, aún no ha despertado. Por lo que, ningún ser que desee poseerte te matará hasta ese momento. Sin embargo, eso no significa que no le harán daño a las personas a tu alrededor. Después de todo, a todo cazador le gusta jugar con su presa, ya sabes, ver su desesperación. Así que, si nuestra suposición es correcta y tus padres fueron asesinados por ese ser que está encerrado en el bosque, todos a tu alrededor empezarán a morir.

Un escalofrío de terror me recorrió por la espalda.

Eso significaba que mi hermana podía salir lastimada.

— Iara está en peligro, estoy dispuesta a ayudarlos, solamente deseo que cuiden de mi hermana, si necesitan mi sangre se las daré.

— Bueno, ya que todo está explicado, es mejor que realicemos el ritual — mencionó Varen con una sonrisa extraña.

— ¿Qué ritual?

— A pesar de que aún falta algún tiempo para tu cumpleaños, es mejor realizar un ritual de vinculación — explicó Logan, — Esto hará que los seres que te acechan se alejen porque te considerarán una esclava de sangre y no te harán nada si no quieren enfrentar las consecuencias.

— ¿Esclava de sangre? ¿No me convertiré un vampiro?

— No, convertir a una persona en vampiro no es tan fácil, no es como si con solo morderte te convertirás, todo depende del cuerpo de la persona, si es compatible o no, si fuera tan fácil este mundo estaría plagado de vampiros con tantos locos que existen de nuestra especie. Con este ritual solamente tendrás la identidad de una mascota por así decirlo.

— ¡Oh!

— ¿Estás lista? — cuestionó Logan mientras se acercaba a mí.

Al escuchar su pregunta cerré los ojos y asentí, a pesar de que en realidad no me encontraba para nada lista.

De un momento a otro sentí dos cuerpos junto a mí, sin querer me sentí nerviosa, aunque sabía que todo esto era parte del ritual y que todo esto no tenía ninguna connotación subyacente, no pude calmar mi corazón, el cual latía de forma apresurada al sentir a estos dos chicos junto a mí.

Había algo oscuro y sensual al estar atrapada en esta situación, de repente abrí los ojos y noté la mirada de Logan sobre mí, era tan intensa que me estremecí.

— No tengas miedo — señaló antes de olisquear mi cuello — No dolerá.

— ¡Sí que va a doler! — proclamó Varen que se encontraba detrás de mí antes de morderme.

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