Grandiel

Grandiel, es un pueblo alejado del mundo, con un clima espantoso, cuando es invierno el frío puede congelar tus huesos y cuando es verano el calor puede incinerarte. Incluso dudó que tenga un lugar en el mapa, no estoy exagerando, después de todo, cuando mis padres decidieron mudarse a este lugar hace cinco años, anduvimos perdidos durante un mes entero tratando de llegar a este sitio olvidado de Dios.

Es más como alguna especie de pueblo fantasma. Del que nadie ha oído hablar o siquiera conoce.

Sin embargo, no puedo negar que no sea agradable vivir aquí, hay muchos lugares hermosos, lagos e incluso cascadas por explorar, claro está si eres amante de la naturaleza, pero para alguien como yo que estaba acostumbrada al internet es un infierno.

Porque déjame decirte que no hay internet, la razón es simple, je, es porque es un lugar que está ubicado en el culo del mundo.

Así que olvídate de las redes sociales e incluso las series de Netflix o alguna otra plataforma de streaming. Aquí hay electricidad a duras penas, incluso la televisión por cable tiene los mismos cinco canales que pasan las mismas programaciones durante la mayor parte del año. Sin embargo, los habitantes están bien con eso. Después de todo, ellos han pasado la mayor parte de su vida en este pueblo, por lo que no conocen nada más, no como yo que tuve que renunciar a mis hermosos bebés, ya sabes a mi laptop, iPad e incluso iPhone porque aquí no servían de nada.

El mayor entretenimiento que encontrarás son el café bar del pueblo, el mirador y la iglesia, la cual está hecha de una manera exquisita, casi parece sacada de algún cuento de la edad medieval.

Durante estos últimos cinco años, aunque fue algo difícil, al final logré acostumbrarme a vivir aquí. Aunque si soy sincera, aún deseo volver a la gran ciudad, que ahora parece un recuerdo lejano en mi mente, es solo que, creo que será algo difícil en el corto plazo debido a que mis padres aún tienen muchos asuntos pendientes que resolver, quizás me quedé aquí para siempre.

— ¡Cassie! Deja de estar perdiendo el tiempo y ayuda a tu hermana a sacar la basura — gritó mi madre haciendo que saliera de mi ensoñación.

Ante su llamado tuve que dejar a un lado mi tarea de matemáticas para salir a ayudar a mi hermana.

Después de todo, no podía ignorar a mi madre o el infierno se desatará sobre mi cabeza. Aquella mujer de cuerpo esbelto y rostro angelical escondía un genio terrible. Aunque sus ojos azules la hacían ver cómo alguien dulce, esa solo era su fachada exterior porque su interior era el de un dragón.

Pero, así, con su genio de los mil demonios la quiero como a nadie más quiero en esta vida.

— ¡Ya voy, jefa! — grité mientras bajaba las escaleras.

Mi madre, que se encontraba a punto de subir un escalón al notar mi presencia, frunció los labios antes de sonreír.

— Apúrate, mocosa o le diré a Iara que no tire la basura, sino que te tire a ti, mira, no más como te truenan las rodillas, ya parece que te me vas a desbaratar — comentó con un aire lleno de diversión.

Solté una carcajada para luego estampar un beso sonoro en su mejilla.

— No seas mala, mamá — le dije haciendo un puchero.

Mi madre negó con la cabeza antes de volver a sus labores. Mi padre que se encontraba viendo televisión soltó una carcajada como si le hubiese causado gracia algo, lo que hizo que no pudiera evitar mirarlo.

Je…

A mí no me puedes engañar papá, sé que te estás riendo de mí porque no creo que te cause tanta risa ver a un león rugir.

— !Eres tan malo! ¡Tú y mamá son una pareja hecha en el cielo! — susurré de manera inaudible antes de ir hacia la cocina para ayudar a mi hermosa y algo torpe hermana mayor.

Cuando llegué no pude evitar sorprenderme al ver su manera de empacar la basura. Ahora entendía por qué mi madre me había dicho que le venga a ayudar, porque al paso en que estaba clasificando la basura mi hermana, quizás terminemos mañana.

— ¿Qué crees que estás haciendo? — le pregunté.

Iara levantó su mirada azulada con algo de desconcierto. Ante la vista de sus ojos azules no pude evitar sentirme celosa, debido a que yo también quería tener los ojos de ese color, no este color mierda que era conocido como ojos cafés claros que me habían sido heredados por mi padre. Incluso mi cabello era de un color horrible, bueno, aunque quizás estoy siendo algo dramática con el asunto, pero yo también quería ser una rubia despampanante de ojos azules.

¡Aish!

Papá, ¿por qué tuviste que ser el activo cuando me procreaste?

— Estoy reciclando, es la nueva moda, ya sabes, debemos cuidar el medio ambiente para evitar la destrucción de nuestro planeta — mencionó mientras revisaba la basura de manera minuciosa — Sabías que…

La interrumpí antes de que empiece a explicarme las ventajas y desventajas de reciclar.

— ¡Hermana! ¡Para! Eso de reciclar casi nadie lo hace en Grandiel. Solo hace unos diez minutos vi como nuestro vecino estaba quemando un montón de fundas plásticas. El fuego era tan grande que casi llame a los bomberos. Así que, ¿por qué nosotros debemos hacerlo?

Iara se levantó del suelo antes de colocar sus manos en la cintura como si me fuera a regañar.

Tragué saliva ante su acción.

— Bueno, él no lo hace, pero nosotros sí, no somos todo el mundo, somos la familia Nethers. Así que no seas vaga, Cassie y ponte a clasificar esas botellas. Ya sabes vidrio en dónde es vidrio, plástico en dónde es plástico y la basura orgánica en dónde es basura orgánica.

Torcí los labios antes de sentarme en el suelo y empezar a clasificar la dichosa basura.

— Nuestros padres se irán durante varios días, esta vez — comencé a hablar luego de un par de minutos — ¿Qué tal si hacemos una fiesta? No hemos hecho una desde hace mucho tiempo.

Iara sonrió ante mis palabras.

— No lo creo — canturreo — Alguien debe estudiar para su examen de matemática — sentenció lanzándome una mirada burlona.

Apreté los dientes ante su burla.

— Eres tan mala, al igual que papá y mamá, puedo ver porque eres su hija — le dije haciendo que se ría — Pero…— dudé un momento antes de continuar hablando — ¿Cuándo podremos irnos de este pueblo? Ya sabes, pronto deberías ingresar a la universidad, pero ellos no han dicho nada sobre el asunto e incluso cuando les preguntó cambian de tema. ¿Será que tendremos que vivir aquí por siempre?

Mi hermana dejó de clasificar la basura antes de mirarme fijamente.

— Tienes tantos pensamientos en esa cabeza, ni siquiera yo me he preocupado por el asunto. Sabes escuché a mamá decir que quizás el próximo año nos mudaremos, sin embargo, es algo que no es seguro, por lo que no te ha dicho nada porque conociéndote como te conoce supuso que empezarías a despedirte de todo el mundo.

Tsk.

— ¿Qué clase de persona creen que soy? Pero, lo que dices, ¿es cierto? — cuestioné — En serio, nos iremos de aquí.

Iara sonrió ante mis palabras y el entusiasmo que escondí en ellas.

— Solamente si el viaje de negocios que van a realizar hoy sale bien. Parece que encontraron algo grande que cambiará nuestras vidas. Creo que eran algunos vestigios de alguna cultura que ha existido en el bosque de Grandiel — me explicó.

Respire hondo como si las palabras que me había dicho Iara me hubieran inyectado una buena dosis de adrenalina. Incluso la basura me pareció algo linda.

Después de todo, había estado esperando esta noticia durante mucho tiempo.

Aunque aquí tenía amigos, no podía verme viviendo toda mi vida en este lugar.

El tiempo pasó rápidamente y luego de una hora y algo más pudimos de una vez por todas de terminar de clasificar la basura.

Miré la hora en el reloj de pared que marcaba las 6:00 pm. Pronto iba a ser el momento en que mis padres se vayan.

Dejé que Iara terminará su buena acción de salvar al medio ambiente mientras me dirigí hacia la pequeña sala. Mi padre se había ido hace mucho tiempo, quizás estaba en su habitación terminando de empacar sus pertenencias.

— Leidy, cariño, ¿por qué odias tanto mis bóxer de Bob Esponja? Incluso lo destruiste enfrente de mí, esos eran mis favoritos — comentó mi padre con la voz llena de agravio.

Desde mi posición escuché la risita de mamá que sonaba como el sonido que las campanas hacían.

— Porque no son nada sexis. Además, odio a ese bicho amarillo que sonríe como si todo en la vida estuviera bien — se explicó haciendo que no pudiera evitar fruncir el ceño ante este tipo de conversación extraña.

De todos modos, ¿cuál era el punto en esta conversación?

— Estás pensando en hacer cosas sucias, cariño, no te preocupes que agregue un par de bóxer negros, esos que tienen un agujero…

Me aclaré la garganta para que noten mi presencia, después de todo, no quería escucharlos hablar de su historial sexual.

El solo pensar en mis padres haciendo eso hacía que mi estómago se revuelva.

— Cassie, estás aquí — mencionó mi madre con el rostro plano — Nosotros estamos bajando nuestras maletas.

Mi padre que se encontraba a su lado tenía el rostro rojo como si fuera explotar en cualquier momento.

Así que como digna hija de él no pude evitar soltar una carcajada.

— Lo siento, un mosquito me picó — me excusé con la expresión seria.

Mi madre negó con la cabeza antes de tomar la mano de mi padre.

Ante su acción protectora no pude evitar soltar otra carcajada.

— ¡Casandra! — me regañó mi madre mientras se sacaba una sandalia — Si ese mosquito te sigue picando, te ayudaré a matarlo, solo que no seré suave. Lo sabes.

Alcé mis manos en son de paz mientras sellaba mis labios y veía con satisfacción la salida vergonzosa de mi amado padre.

¡Cuánto lo amaba!

Iara salió de la cocina mientras hacía una mueca como si algo la estuviera molestando.

— Quería clasificar los papeles del baño, pero al final desistí — dijo con la cara apenada para luego aclararse la garganta — Confío en que todo está en orden.

¿Qué había hecho qué?

— Bueno, ayer tiré en aquel bote algunos envases de champú y cremas que estaban vacíos — le dije haciendo que su rostro palideciera — Parece que el mundo no es algo que pueda evitar ser destruido.

Iara me dio un coscorrón antes de echarse en el sofá.

— Eso ya lo veremos — replicó.

— ¿Qué piensas ver? — le pregunté — Vas a elegir de nuevo entre un documental o una película.

Iara levantó la ceja antes de colocar el canal local.

— Entonces verás las noticias — susurré.

Justo en ese instante mamá entró de la mano de papá, parecía que ya habían terminado de arreglar su equipaje.

— Niñas, ya nos vamos — anunció mamá mientras me daba una mirada mordaz. ¿Ahora qué hice? — Nada de fiesta mientras no estamos, ¿entendido? Iara confío en ti para cuidar de este pequeño terremoto.

— Está bien, mamá — contestó Iara.

Papá me dio un abrazo fugaz antes de que pudiera protestar las palabras de mamá. — Olvida lo que escuchaste, sí, te traeré muchos regalos — susurró en mi oído.

Sonreí de lado antes de asentir.

— Trató.

Luego abrace a mi mamá, la cual me dio un aluvión de besos en el rostro.

— Pórtate bien, sí.

Coloqué los ojos en blanco ante sus palabras debido a que se preocupaba demasiado por mí. Aunque mi personalidad era la de una alborotadora no era tan extrema. Además, entre Iara y yo, claramente yo era la más responsable. Olvídate de su apariencia dulce como chica buena, ella no lo era, je, solo el cielo era testigo de todas las veces que tuve que detenerla, de cometer alguna locura. Esa hermana mía una vez que se soltaba la rienda se convertía en un completo huracán.

Luego de despedirnos, miré por la ventana como su auto se alejaba de casa. Sin querer sentí un apretón en el corazón.

Si hubiese sabido que esa sería la última vez que los vería con vida, quizás los hubiese abrazado un poco más.

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Comments

Jessica Flores

Jessica Flores

🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣

2024-04-23

0

Maita Yai

Maita Yai

demas de artrapadora esta novela autora 😁

2023-06-02

3

Karina Vazquez Gonzalez

Karina Vazquez Gonzalez

excelente empezando a leer los primeros capítulos y ya estoy atrapada felicidades escritora

2023-05-17

1

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