Tortura

Samuel correspondió al abrazo de Elena y se sintió aliviado de que ella estuviera a salvo. “Me alegra mucho que hayas vuelto, no sabes cuánto te he extrañado”, le dijo mientras le acariciaba el cabello.

Elena se separó del abrazo y tomó la caja de la mesa. “Te la daré dentro de tres días”, le dijo con una sonrisa. Samuel la miro con una sonrisa en los labios y asintió. Después de unos minutos dijo “Deberías descansar, has pasado por mucho”.

Elena asintió y se recostó en la cama. Samuel la cubrió con una manta y se sentó a su lado, acariciándole el cabello, Elena estaba preocupada por el estado de Samuel sabía que no había descansado, entonces dijo “Samuel quieres acostarte junto a mí”. Ese gesto le sorprendió y se quedó en silencio, “Vamos acuéstate conmigo, de ese modo me sentiré segura” insisto. Samuel rodeo la cama y se acostó junto a ella, Elena se le acercó y colocó su rostro en el pecho de Samuel, se sentía bien estar entre sus abrazos. Samuel se relajó y después de unos minutos ambos se quedaron dormidos abrazados.

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Raúl se encontraba en las celdas y les dijo a sus hombres que prepararan el pasillo para el interrogatorio. Los caballeros, llegaron con una silla que tenía en su reposa brazo y en las patas delanteras de la misma, dos correas, las cuales servían para quitarle la movilidad de los brazos y piernas de la persona que se sentará en ella, también arrastraron una enorme mesa, donde se encontraban una serie de clavos, ganchos y anillos. También había cuchillas, pinzas, tenazas y agujas.

Cuando Sofia vio todo aquello entro en pánico y empezó a llorar. Raúl se acercó a su celda “Tranquila, no serás la primera, pero, si no dejas de comportarte como una loca consideraré que lo seas” replicó con voz llena de odio. Pues Raúl odiaba a Sofia por todo el daño que le había hecho a su gran amigo Samuel.

“Señores dejaré que entre ustedes elijan quien irá primero”. Dijo Raúl.

Pero tanto Alberto como el hombre de la capa no respondieron, Alberto miraba con un odio intenso a Raúl, y el hombre de la capa quien ya estaba consciente simplemente le dio la espalda, provocando que Raúl se echara a reír, camino hacia la celda del hombre misterioso y dijo “prefiero que te quedes de espalda, no vaya ser que cuando descubras quién eres, ya no pueda divertirme con aquel par”. Dándose la vuelta se acercó a la celda de Alberto, “decidido, serás el primero, guardias sáquenlo y siéntelo allí”. Dijo.

Raúl sabía muy bien que Alberto no se iba a dejar agarrar fácilmente, sabía de las habilidades de Alberto, no por nada era el ex general del reino vecino, así que tomo un dardo, de la mesa, lo cubrió con un líquido transparente y se lo lanzó, al hacer contacto con la piel, Alberto se sintió débil y cayó al suelo, los guardias abrieron la celda y lo acomodaron en la silla, sujetándole los pies y brazos. Raúl espero unos minutos para que el efecto pasará, tomó un cubo de agua que estaba cerca y se lo lanzo encima, el agua estaba helada, lo que provocó que Alberto abriera los ojos, cuando intento levantarse no puedo, pues ya se encontraba inmovilizado.

“Suéltame, exijo hablar con Samuel” dijo Alberto.

“ja ja ja, tu aquí no exiges nada” respondió Raúl.

“Si no me sueltas de inmediato, Elena morirá” replicó Alberto, pues estaba seguro que el nombrar a Elena detendría a Raúl.

Por un momento la expresión de Raúl cambio, pues le parecía desagradable que Alberto jugará con la vida de gente inocente, ese cambio de expresión no paso desapercibido para Alberto lo que hizo que se relajara por un momento. Raúl se dio la vuelta y se dirigió hacia la mesa, se quedo pensativo un momento mirando los objetos que estaban allí, cuando al final se decidió tomo una de las cuchillas y girándose hacia Alberto, se acercó y la clavo sin piedad en una de sus piernas. Alberto dio un grito de dolor y Sofia empezó a llorar.

“Quita esa mierda de mí, cuando Elena muera será tu culpa” dijo Alberto.

Raúl por su parte no retiro la cuchilla, sino que tomo otra y sin piedad se la clavo en la otra pierna.

Sofia no hacia mas que llorar, pues jamás imagino vivir aquella experiencia tan aterradora para ella, cuando se fue a girar para no seguir viendo lo que le hacían a Alberto, escuchó.

“Si te atreves a girarte, te saco de allí y te siento al lado de tu amado”, dijo con voz tranquila Raúl.

Sofia se quedó quieta, pues no se atrevió a moverse, en ese instante Raúl se dio cuenta que Sofia haría lo que le pidiera, él no era de torturar mujeres, así que no pensaba colocarle un dedo encima a Sofia, pero sabía que, sin necesidad de tocarla podría atormentarla. Acercándose a la celda de ella dijo.

“Así me gusta, quédate quieta” levantando ligeramente la comisura de sus labios y alejándose de la celda empezó a reírse.

Mientras Alberto jadeaba del dolor. Raúl lo miro y acercándose a la mesa nuevamente y dijo.

“veamos, veamos, qué más puedo clavar en ti”.

Cuando agarró los clavos, los sumergió dentro del ácido que había en un recipiente de vidrio, al sacarlo caían gotas de este, una de las gotas cayó sobre la mesa e instantes después se quemó el lugar, donde cayó el líquido, haciendo que Sofia y Alberto se estremecieran, el clavo empezó a corroerse, y empezó a perder su forma, Raúl dijo.

“Creo que será mejor que te lo bebas”. Tomo el recipiente y empezó a acercarse a Alberto. Sofia se quedó estupefacta pues sabía que si tomaba aquello tendría una muerte horrorosa y Alberto luchaba por zafarse de la silla. De repente Raúl empezó a reírse. “Sería una muerte demasiado sencilla para ti”, volvió a colocar el recipiente sobre la mesa. Y se dirigió a Sofia.

“Dime donde está Elena”, Sofia no respondía, Raúl fingió enfadarse y tomo una aguja de la mesa y se la clavo en la mano a Alberto, haciendo que Sofia y Alberto gritaran al mismo tiempo. “Dime ¿dónde está Elena?, no pienso repetir la pregunta”. Raúl era conocido por ser un gran estratega, lo que no sabian muchas personas era lo bueno que es para jugar con la mente de las personas y aunque no le iba a colocar un solo dedo encima a Sofia, si le iba a infligir mucho daño psicológicamente. Sofia lo miraba con pánico y en un hijo de voz respondió

“No lo sé”, haciendo que Raúl frunciera el ceño, al ver que Raúl se molestaba dijo “Te juro que no lo sé, ella escapó” dijo, mientras le caían lagrimas por su rostro.

Raúl relajó su rostro y dijo “Finjamos que te creo, dime ¿Quién los está ayudando?”. Sofía asintió, Raul sabía en ese momento que ella respondería y haría lo que él le pidiera. Cuando Sofia iba a responder Alberto se estremeció y el hombre de la capa. Gritó “Cállate bruja o quieres morir”. Raúl volteó a verlo y se empezó a carcajear, asustando aún más a Sofia, pues a sus ojos Raúl parecía un maniaco cuando reía, Sofia no aguanto más la presión y cayó desmayada.

"Lástima, creí que duraría más" dijo Raúl decepcionado. Se volvió hacia Alberto "Pero tu y yo podemos continuar" dijo Raúl. En su mirada se reflejaba el odio que sentía hacia Alberto. "Te clavo unas cuantas cosas más o prefieres responder la pregunta que acabo de hacerle a Sofía". Alberto no respondió solo se quedó viéndolo a los ojos. "Excelente, me gusta más torturar, no te imaginas el daño que puedo causar" Raúl comenzó a reírse con un loco y se dirigió a la mesa a seleccionar los artículos que usaría y en voz alta decia que iba hacer con aquello. Lo que ocasionó que Alberto por primera vez en su vida entrará en pánico.

Raúl pasó toda la noche torturando en silencio a Alberto, no le hacia más preguntas, solo le infligía más y más dolor. Cuando Alberto iba a decir algo, Raúl lo miraba y colocaba dos dedos sobre su boca y lo callaba. "Estoy en medio de algo importante, no me interrumpas, no seas maleducado" aquello lo decia con una sonrisa siniestra en su cara. Al aburrirse de Alberto y al examinar a Sofía y comprobar que no se había despertado, camino hacia la celda del hombre de la capa "Es tu turno y como no se quién eres y no conozco tus habilidades he preparado esto especialmente para tí". Levantó la mano y lanzo el dardo. haciendo que el hombre cayera en el suelo. Llamó a los guardias y les indico.

"Coloquen a éste en la celda" señalando a Alberto. Los guardias desataron a Alberto y rápidamente lo colocaron donde le indicaron. "Ahora lleven aquél a la silla". En silencio los guardias obedecieron las órdenes de Raúl, sujetaron los brazos y piernas a la silla y salieron rápidamente.

Cuando Raúl se acercó al hombre y le levantó la capa quedó estupefacto, no podía creer que esa persona se encontrará allí. Espero que el efecto somnoliento pasará del cuerpo del hombre, pero está vez no le vacío agua encima, simplemente esperó. Cómo tardaba tanto en despertar, Raúl empezó a inquietarse y llamó a uno de los guardias y le dijo "Cuando despierte, ve a buscarme" el guardía asintió y Raúl salió de las celdas, se fue directo a su recamara. Cuando llegó se desnudo y se metió en el baño, cuando terminó se vistió con ropa cómoda y se acostó en su cama. Sabía que no podía hacerle nada de momento aquel sujeto, pero por lo menos no dejaría que durmiera cómodo, pensando en que reacción tendría Samuel, se quedó dormido.

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Comments

Nimonous

Nimonous

Debería torturarla, se lo merece, el que sea mujer no la hace menos malvada que sus cómplices.

2023-07-03

5

Laura Imelda Vazquez Lopez

Laura Imelda Vazquez Lopez

para mí que es el amigo

2023-06-22

0

Betty

Betty

quien es el hombre de capa estoy intrigada 🤔🤔🤔🤔🤔 un personaje importante ,?????? pero no debería importar el estatus porque el hijo de chingada , también que lo torturen al hdpm 🤬😠😡😡😠😠

2023-05-13

2

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