Un invitado

Después de una estancia maravillosa en casa de los padres de Samuel, él y Elena regresaron a su hogar. Cuando llegaron, se despidieron del cochero y se dirigieron a la entrada principal. Mientras se acercaban a la puerta, Elena se volvió hacia Samuel y dijo

“Debo decir que esta ha sido una de las mejores semanas de mi vida. Tu familia es maravillosa y me hicieron sentir muy bienvenida.”

“Me alegra mucho que hayas disfrutado de tu tiempo allí. Y por supuesto, no hay nada que me haga más feliz que verte feliz.”

Elena sonrió y luego miró hacia la puerta. Samuel tomó su mano y juntos entraron en la casa.

Al entrar a la casa, Samuel y Elena se encontraron con un hombre de edad avanzada sentado en uno de los sofás de la sala de estar. Era el abuelo de Samuel, un hombre elegante y distinguido.

Samuel se sorprendió al verlo allí y corrió hacia él para saludarlo. “Abuelo, no esperaba verte aquí. ¿Cómo estás?”

“Estoy bien, Samuel. Solo quería pasar a saludar y conocer a tu esposa. Tengo que decir que es una mujer hermosa y encantadora, justo como lo esperaba de ti”.

Elena sonrió y se inclinó para saludarlo. “Es un placer conocerlo, señor. He oído mucho sobre usted por parte de Samuel y su familia”.

El abuelo de Samuel le devolvió la sonrisa. “Por favor, llámame como lo hacen todos, abuelo. Y estoy encantado de conocerte también, Elena”.

Samuel se sentó junto a su abuelo y comenzaron a conversar animadamente. Elena se unió a ellos y pronto estaban hablando de todo, desde la historia de la familia hasta las últimas noticias del pueblo.

Después de un rato de conversación, Elena se levantó para ir a la cocina y preparar algo para compartir durante la tarde. El abuelo de Samuel aprovechó la oportunidad para hablar con él a solas.

"Samuel, tengo que preguntarte algo. ¿Cómo van las cosas con Elena? Me parece que, como pareja recién casada, se ven un poco distantes", dijo el abuelo con una sonrisa pícara.

Samuel suspiró y se pasó una mano por el cabello. "Tienes razón, abuelo. He estado intentando conquistar a Elena. Me he enamorado de ella, pero ella no parece estar muy interesada y claro no la culpo. En un principio yo coloque límites. Pero ahora necesito conquistar su corazón".

El abuelo de Samuel se rio. "Eso es lo que yo llamo un verdadero amor. Pero no te hagas el tonto, Samuel. No es necesario que la conquistes, solo tienes que hacerle saber cuánto la amas y aprecias".

Samuel asintió y sonrió. "Lo sé, abuelo, y estoy trabajando en ello. Quiero hacerla feliz y ser un buen esposo para ella".

El abuelo de Samuel se levantó y se acercó a él. "Bueno, tengo un consejo para ti, y es que no te demores demasiado. Ya eres un hombre casado y es hora de que tengas un heredero. ¿Por qué no intentas dejarla embarazada pronto?"

Samuel se sonrojó y se rio, sabiendo que su abuelo era un poco descarado. "Bueno, abuelo, eso es algo que dejaré en manos del destino. Pero gracias por tu consejo, lo tendré en cuenta".

Elena regresó a la sala y los tres continuaron hablando amistosamente. Después de la agradable charla con el abuelo de Samuel, Elena fue a la cocina a ver si ya estaba lista la cena.

Samuel y su abuelo continuaron hablando, éste último le propuso preparar el trago especial de la familia, el cual tenía un sabor único. Samuel sabía lo bueno que era este trago y quería que Elena lo probara. Así que cuando Elena regreso, le cometo sobre la bebida de su familia y que su abuelo la prepararía para ellos.

Aunque al principio Elena estaba un poco reacia, finalmente aceptó probar el trago y se sorprendió gratamente al probar su sabor único y delicioso. Sin embargo, lo que ella no sabía era que el abuelo de Samuel había agregado un afrodisíaco a la bebida sin que ella o Samuel lo notaran.

Durante la cena, los tres disfrutaron de una deliciosa comida y continuaron hablando animadamente. A medida que avanzaba la noche, Samuel comenzó a notar que Elena se estaba poniendo un poco mareada y que su temperatura corporal estaba aumentando. No se dio cuenta de que el efecto del afrodisíaco estaba empezando a hacer efecto en ella. Pues no sabía lo que su abuelo había hecho.

Finalmente, cuando llegó el momento de retirarse, Samuel acompañó a Elena a la alcoba. A medida que avanzaban por el pasillo, notó que ella estaba un poco inestable y la tomó en brazos para ayudarla. Fue entonces cuando se dio cuenta de que ella estaba caliente al tacto y se dio cuenta de que algo no estaba bien.

Preocupado, Samuel la llevó rápidamente a la cama y llamó a un médico de confianza para que la examinara. El médico confirmó que Elena había sido víctima de un afrodisíaco y le dio algo para contrarrestar los efectos, aunque no le aseguraba que los efectos desaparecieran, por lo que le recomendaba mantenerla hidratada y si era posible bañarla.

Samuel se sintió extremadamente culpable por lo que había sucedido y se disculpó con Elena por no haberse dado cuenta de lo que estaba sucediendo antes, pues al verla de esa manera supuso que había sido su abuelo por la conversación que habían tenido horas antes.

Samuel tomó a Elena en sus brazos y la llevó al baño. Notó que la temperatura de su cuerpo aun no disminuía, lo que le preocupó un poco, pero asumió que cuando el agua tocara su cuerpo, su temperatura se normalizaría. Al llegar al baño, Samuel la sentó en una silla que estaba cerca de la bañera y mientras la llenaba se giró hacia Elena y dijo, no te preocupes voy a llamar a una de las doncellas para que te ayuden a bañar. Elena asintió y antes de que saliera le dijo tengo un fuerte dolor de cabeza, me puedes traer un poco de agua.

Samuel se fua a buscar a las doncellas para que ayudaran a su esposa, lo que esté no sabía es que todas las jóvenes de la mansión no se encontraban, pues el abuelo había aprovechado y se las había llevado de paseo a la feria, que se celebraba a pocas horas de la mansión, solo quedando algunos trabajadores.

Samuel desperado fue a la cocina a buscar el agua, pero minutos después comenzó a sentirse extraño. Y sabiendo en la situación que se encontraba Elena, ya se imaginaba que era lo que tenía. Trató de reprimirlo, pero el deseo solo se intensificó. Samuel no sabia que hacer, pero de lo que estaba seguro era de que no podía dejar sola a Elena y rápidamente volvió a la habitación.

Cuando entró, Elena estaba sentada justo donde la había dejado, luciendo más aturdida y confundida. Samuel cerró el grifo de la bañera y se acercó a ella, le ofreció el agua, pero ella apenas pudo beber un sorbo antes de sentirse aún más mareada.

Mientras tanto, el abuelo de Samuel estaba disfrutando de su truco. Sabía que el afrodisíaco que había puesto en sus bebidas comenzaría a hacer efecto pronto. El abuelo se había tomado la misma bebida, pero en una cantidad menor, por lo que no estaba tan afectado como los jóvenes duques.

Por su parte, Samuel comenzó a sentir una creciente urgencia sexual, mas sin embargo, tenía mucha resistencia. A pesar de que sabía que no era él mismo, no podía dejar de pensar en su esposa, entonces para bajarle la temperatura le propuso.

"Y, si te bañas con ropa. No encuentro a ninguna de las doncellas” dijo con preocupación.

Elena acepto y le pidió ayuda a Samuel para entrar a la bañera.

El simple hecho de tocarla hacia que su ansiedad aumentara, pero estaba dispuesto a respetar a Elena y no sucumbir antes sus deseos.

Finalmente, cuando Samuel la estaba colocando en la bañera con el agua fría Elena sintió un escalofrió por todo el cuerpo, pero ella no estaba diferente de Samuel, cuando lo veía su ansiedad crecía y al sostenerla en los brazos el recuerdo de los besos que intercambiaron volvieron a su mente haciendo que ésta se sonrojara y que su deseo aumentara.

Elena no pudo resistir más y acercó a Samuel a su cuerpo. Él parecía estar confundido por lo que estaba sucediendo, pero no se resistió cuando Elena comenzó a besarlo.

Mientras tanto, Samuel se entregaron al deseo que sentía y cayó dentro de la bañera con Elena.

Pero en un momento de serenidad, se separó de Ella.

“Esto no está bien, Cariño” dijo con mucho esfuerzo.

Elena lo miraba incrédula por lo que escuchaba.

“Acaso no te gusto, sé que dijimos que íbamos a tomar las cosas con calma, pero de verdad lo necesito, te necesito Samuel”, Respondio Elena con una voz entrecortada.

“Por supuesto que me gustas y mucho. Pero no quiero que mañana te arrepientas, no te imaginas como me estoy resistiendo en este momento”, dijo Samuel acariciando su mejilla.

“No te contengas” y mientras decía esto Elena lo beso.

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Comments

MINNY@24💕

MINNY@24💕

hay Elenita espero que si no te arrepientas y le reclames al pobre hombre que ni culpa tiene

2024-08-01

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MINNY@24💕

MINNY@24💕

hay abuelo!!!!!! tan bien quieres tu n9che feliz 😄 😬🤭😂😂😂😂

2024-08-01

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MINNY@24💕

MINNY@24💕

hay viejito bien planeado todo 🫣

2024-08-01

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