estamos en banca rota

En un barco, Alondra y Brittany estaban besándose apasionadamente, desnudas en la cama. Alondra comenzó a recorrer con sus manos el cuerpo menudo y delgado de Brittany. Amaba la idea de verla como una niña inocente. Le excitaba sentirse poderosa al lado de ella y que no tuviera miedo a matar, como ya lo habían hecho desde que estaban juntas. En un momento, le separó las piernas a Brittany y se puso sobre ella. El ruido de sus sexos mojados chocando era la mejor sensación para ellas. Cuando ambas llegaron al clímax, Alondra se puso un arnés con un pene de 22 cm y se acostó sobre Brittany. Comenzó a moverse hasta llevarla al clímax. Tendidas en la cama, se quedaron pensando en su próximo plan que dejaría a los Remington en la banca rota totalmente.

Mansión Remington. La fiesta de matrimonio duró hasta las dos de la madrugada. Alberto le prestó su jet a Tango y Charlotte para que viajaran a Cancún. Estábamos despidiendo a los novios cuando se sintió una explosión horrible. Había fuego y todo estaba lleno de humo y cristales rotos. Solo recuerdo estar abrazada de Elaia y Alberto, que se puso sobre nosotras protegiéndonos de la estampida de los asistentes. Quienes entraron en pánico y empezaron a correr en diferentes direcciones. Gracias al cielo, Elaia estaba conmigo al momento de la explosión. Estábamos muy asustados. Jamás pensamos que en nuestra propia casa sucedería algo así. Emergencias llegó a los pocos minutos controlando la situación. No podía creer lo que sucedía. Hubo varias personas heridas, entre ellos importantes empresarios, quienes no dudaron en amenazar que nos demandarían por daños y perjuicios. Los paramédicos me estaban revisando y tomando la presión. No me percaté de que tenía una herida en la frente que sangraba mucho, por lo que necesité puntadas. Elaia estaba ilesa, eso me tranquilizaba. Me revisaron si los bebés estaban bien. Gracias al cielo, no presentaron problemas. Alberto tuvo cortes en su brazo por los cristales del salón. Charlotte estaba solo con su tobillo hinchado y Tango tenía cortes en la espalda. Ludmila y Ozan solo tenían algunos cortes y rasguños por los cristales que rebotaron.

El fiscal del estado nos pidió salir al sector de ambulancias mientras entraba el equipo SWAT, ya que esto no era una simple explosión o corte de circuito. Esto se tomó como un atentado, ya que encontraron 3 bombas en diferentes lugares de la casa que no estallaron. Las desactivaron con cuidado, ya que aún había heridos que esperaban ambulancias. Murieron alrededor de 4 personas que eran del servicio contratado para atender a los invitados. Hubo 70 heridos entre personal e invitados. Aún no podíamos creer que una boda se transformó en tragedia y cómo en un segundo puede cambiar tu vida.

-Sofia, mi amor estaba muy asustado, pero al verlos a todos bien, ya puedo empezar a respirar un poco más tranquilo. Hoy, como nuestra casa es escena del crimen, Ozan quiso que fuéramos a su casa. No sé qué quieren de nosotros, pero hoy mismo triplicaré la seguridad. Creo que es más seguro que por un tiempo nos quedemos con Ozan.

-Creo que deberíamos irnos apenas estén listos. Ya mandé a empacar nuestras cosas. Es mejor que no vayamos a ninguna propiedad Remintong hasta que revisen todo.

-Ozan y yo creemos lo mismo. Si entraron a nuestra casa esos malditos que hicieron esto, pueden haberlo hecho a todas las propiedades de la familia, incluyendo las oficinas. Prometo que buscaré y acabaré con mis propias manos a quien se atrevió a tocar a mi familia.

Estaba tan enojado y furioso que no quise decirle nada para que se calmara, porque estaba tan furioso que de seguro me gritaría. Además, tenía motivos para estar furioso. Alguien nos quiso matar a todos, incluyendo a nuestros bebés. Pero ¿quién podría tenernos tanto odio como para querer matarnos?

Una vez listas las maletas, salimos en la camioneta de Ozan. Él mandó a traer a su chófer para llevar a Tango y a la familia de Char a su casa. Elaia estaba casi dormida, y me preocupaba que esto le afectara en su recuperación. Ozan la revisó, estaba todo en orden. Me quedé pensando en que Ozan y Alberto tienen el mismo color de ojos grises que impactan y rasgos similares, aparte de la alergia que mi Elaia también padece, y estos aseguran que mis bebés también la tendrán al nacer.

Mientras tanto, en el barco, Alondra y Brittany miraban cómo su plan había fallado.

- Me dijiste que tu ex amante sabía poner bombas. ¿Cómo eres tan estúpida, por Dios, Brittany? Además, conocías todas las claves para entrar. Era más fácil que quitarle un dulce a un niño.

- ¿Crees que es muy fácil derribar la seguridad de los Remington? No, mi amor. Averiguaré por qué las bombas no estallaron.

- Espero que las bombas del edificio Remington lo hagan y las que pusimos en todas sus propiedades. Si tenemos suerte y fueron a su otra casa de seguridad, cuando sea la hora de despertarnos, estén todos muertos.

En la casa de Ozan, habíamos llegado hace unas horas. Bebí un poco de leche y me fui a la cama. Decidimos esa noche dormir Ludmila, Elaia y yo en la misma cama. A mi esposo no le gustó mucho la idea, pero necesitaba hablar con Ozan para coordinar detalles sobre la estadía de nosotros en su propiedad.

Durante la madrugada, me despierto con unos gritos de Alberto. Creo que discutía al teléfono con alguien.

- ¿Cómo es posible que sucediera algo así? ¿Acaso mi seguridad es inútil? Les pago millones al mes para que cuiden a mi familia y la exponen de esa forma. Están todos despedidos, malditos desgraciados.

- Alberto, cálmate. Primero debemos averiguar por qué alguien quiere dañar a la familia Remington de esa forma. Creo que debemos esperar que amanezca y sacar a nuestras mujeres del país. Las llevaré a Estambul, donde tengo mi casa, y luego averiguamos qué sucede. Tienes mi fortuna y propiedades a tu disposición.

- Ozan, ya no queda nada de la familia Remington. Como hicieron estallar todas las propiedades y vaciaron la cuenta de la empresa, los abogados no dan respuesta alguna. Estoy de brazos cruzados. No tengo cómo darle la cara a mi madre, a mi esposa y a mi hija.

- Tranquila, hijo. Quizás no soy tu padre, pero eres el hijo de Ludmila, la mujer que amo hace 40 años. Ella es mi vida y tú eres un hijo para mí. Nunca pude ser padre y créeme que al verte con Sofía, me hubiese encantado un hijo que ame tanto a su esposa y sus hijos como tú.

Se lo agradezco mucho, Ozan. Sé que me he comportado grosero con usted, pero son esos celos de hijo y confío totalmente en la idea de llevar a las chicas a Estambul por un tiempo.

¿Qué sucede? Acabo de ver las noticias en los portales. ¿Es cierto que hubo bombas en todas las propiedades? ¿Las hicieron estallar? ¿Han muerto muchos trabajadores de la empresa?

-Sí, mi amor. Así es. Por eso mismo quiero que viajemos a Turquía lo antes posible. Ya no tengo nada que hacer aquí. La junta me destituyó como presidente y con mi patrimonio debo responder por las pérdidas. Estamos en bancarrota total.

-Te dije que mi dinero está a tu disposición totalmente para todo lo que necesites, incluyendo los pagos que faltan aún.

-Se lo agradezco mucho, Ozan.

-Iré a preparar a Elaia para que salgamos cuando ustedes nos indiquen.

Al otro lado de la ciudad:

-Malditos, los maldigo mil veces. Esto no puede estar pasando. ¿Cómo es posible? Invertimos todo el dinero que robamos de la caja fuerte para nada.

-Cálmate. Aún no está todo perdido y dinero tenemos más que suficiente.

-¿A qué te refieres?

-Ser la amante de un hombre poderoso te da acceso a diversos privilegios. Tenemos 1 millón de dólares para nuestros planes, mi amor.

Ambas siguieron armando su siguiente paso para intentar destruir a los Remintong.

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