somos los Remington

Ha pasado 1 año desde la donación de Elaia Alexia Remington Ventura. Por fin, su acta de nacimiento pudo ser modificada. Tuvimos que ir a terapia. Costó que se acostumbrara a la idea de que Alberto y yo somos sus padres y mamá Ludmila es su abuela. Llevo 6 meses casada con Alberto y tengo 5 meses de embarazo. Estamos esperando 2 bebés. ¿Quién diría que en un año tendríamos 3 hijos? Con mi esposo decidimos tener una terapia de pareja antes de casarnos y nos dimos cuenta de que cada día que pasa nos amamos más.

Hoy es la boda de Tango y Charlotte. Vera se fue a vivir a España por el trabajo de su esposo. Allá son felices junto a su hijo. Hablamos casi todos los días por videollamada de WhatsApp. La extraño demasiado, pero sé que ellos son felices allá. No les falta nada y pueden tener más oportunidades para su profesión.

Estamos Ludmila, Elaia y yo junto a Charlotte preparándonos para la boda. Mi vestido es color verde esmeralda. Hace que resalte mi pancita. Como la boda será en el jardín, llevo sandalias estilo romanas sin tacones. Como Charlotte, amo mi estilo. Quiso que todas estuviésemos cómodas, así que su única petición a las invitadas es hippie chic. Tango, como buen novio, aceptó esto y la boda será totalmente playera. El altar estará en la playa privada que tenemos en la mansión. La fiesta será en el salón del invernadero. Todo muy estilo Charlotte.

Quedan 2 minutos para la ceremonia y ya estamos a punto de salir hacia la playa. En ese momento, todos se levantaron cuando vieron entrar a la novia. La boda fue maravillosa, pero no estuvo exenta de momentos cómicos cuando supimos el verdadero nombre de Tango. Todos reímos cuando el juez lo nombró como Diego Rufino del Rosario Maradona. Elaia comenzó a reír y todos reímos porque su risa se nos contagió. Hace mucho que no veía reír tanto a mi esposo. Con él, hicimos una apuesta sobre el nombre. Solo Alberto lo sabía y prometió una salida a un lugar que quisiese de la ciudad a la ganadora. Por supuesto, yo le pedí a Char que revisara la identificación de Tango. Así tendría puntos extras. Sí, hice trampa, pero no quería ir a Disney por décima vez en el año. Elaia hizo que fuésemos con 5 amigas más a Disney, a quienes conoció en su nuevo colegio. 7 veces en 6 meses. Solo porque sabe que mamá y papá no dicen que no. Pero cuando se lo decimos, va de soplona con mamá Ludmila. Solo porque sabe que jamás dejaremos que sea una niña infeliz.

En cuanto a mi madre, jamás volví a dirigirle la palabra. Solo sé que se recuperó de su cáncer y desapareció. Tampoco quiero saber de ella. Personas como Alondra no merecen vivir cerca mío, más si sabe que ella puede ir a la cárcel por secuestro y asesinato.

- ¿En qué piensas, amor?

- ¿En qué? Estos caballeros tienen los pies de mamá hinchados y con ganas de comer helado de chocolate con dulce de leche, mi amor.

- Pediré que te lo traigan ya mismo, mi amor.

- Cuando estaba embarazada de Alberto, siempre comía lo mismo que tú. Casi me da un coma diabético.

- Antes de que dé a luz, me dará si sigo así, estoy segura jajajaja.

Seguimos charlando hasta que llegó Ozan y la sacó a bailar. Vi cómo Alberto miraba con cara de niño celoso a su mamá bailar con el doctor Ozan, con quien se casó hace un año en una locura de amor en Las Vegas. Alberto aún no asimila que su mamá se casó y es feliz.

- Papi, deja a mamá Ludmila ser feliz con el abuelo Ozan.

- ¿Tú dejarías a mamá tener novio?

- Sí, de hecho, la dejo estar casada contigo.

- ¿Cómo es eso?

- Mamá no es solo mía, ella también tiene derecho a ser feliz. ¿Qué mejor que contigo, papá? Otro hombre queda descartado, papi. Solo tú puedes estar con mami, aunque seas gruñón y le grites a todos en la oficina. Sé que mamá te ama y tú a ella. Si no están juntos, ambos estarían tristes, como ese día cuando habló el abuelo en esas pantallas. Vi cómo se miraban.

- Mi pequeña princesa de ojos iguales a mamá, eres tan inteligente y hermosa, mi niña bella. Te prometo que cuidaré a mamá siempre y jamás volverá a sentirse triste como ese día que nos viste.

- Así somos los Remington, papi. Personas de palabra.

Escuchar a mi Elaia decir esas palabras, no puedo creer cuán inteligente es mi hija. Y con sus ocurrencias, cada vez me sorprende más. Soy una mamá orgullosa de mi hija. Sé que aún nos falta camino, pero cada día amo la idea de ser la señora Sofía Remington, madre de los hijos de Alberto, y disfruto día a día a mi familia, porque me hace inmensamente feliz.

Ludmila y Ozan regresaron a la mesa con nosotros y en eso pasaron los meseros ofreciendo postres.

-¿Señores, gustan cheesecake de almendras?

Elaia, Alberto y Ozan respondieron al mismo tiempo.

-No, gracias. Las almendras me producen alergia.

Ludmila se atragantó al escuchar esto y ambas nos quedamos mirando como si estuviéramos pensando lo mismo. Creo que habrá otro reencuentro familiar.

Me quedé con la duda si éramos los Remington o los Aslanbey.

En un barco a 2 kilómetros de la fiesta, mar adentro, dos personas charlaban desnudas en una cama después de hacer el amor.

-Mi amor, debemos esperar el momento preciso para atacar a estos infelices. Ellos pagarán por lo que Giancarlo nos hizo. Nos engañó y nos usó como títeres. Hizo que mi madre se suicidara por ser echada como un perro por Ludmila después de trabajar 30 años para ella.

-Mi preciosa, yo creía que Sofía y Alberto eran hermanos, por eso hice todo lo que hice y lo perdí todo, absolutamente.

-No todo, amor, porque por Giancarlo llevamos 7 años de relación. Jamás olvidaré el día que lo matamos y miraba estupefacto cuando le dijimos que llevábamos 7 años de relación y que nos amamos con locura.

Alondra Ventura y Britanny Williams se besaban apasionadamente, desnudas, en la cama del barco que habían comprado con el dinero de la caja fuerte que robaron el día que mataron a Giancarlo Remington.

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