hogar dulce hogar

A la estúpida de mi hija le quité el poder que le daba para vender la casa que me dejaron mis padres. Cuando llegué a mi casa, habían guardias que no me dejaban pasar, tuve que llamar a la policía para que se fueran. Después de llamar a su jefe, lo más probable es que me entregaron mis llaves y se fueron. Cuando pasaron unos 40 minutos, llamé a mi Brit para que viniera a la casa y me ayudara a buscar lo que escondí.

Después de un rato, llegó a la casa. Le abrí la puerta y una vez adentro, nos besamos como solo dos mujeres enamoradas sabían hacerlo. Ella era muy importante para mí. La conocí el día que intercambiamos las mocosas en el hospital. La noche que dejé a mi hija llorando por la mocosa y por la vieja senil de mi mamá que habían muerto, me dirigí a mi casa. En eso, recibí un mensaje de Britanny, quien me había dado su número para no perder contacto por si le daban el alta de su parto falso y no me podía ver en el hospital. Habíamos tenido un coqueteo durante esos días. No habíamos llegado a nada más que un par de besos escondidas en el baño de su habitación. ¿Quién sabía si esta noche me follaba a esa rubia? Yo, desde niña, sentí atracción por las chicas. Tuve relaciones con mujeres mayores que yo desde los 14, hasta que vi en Giancarlo la posibilidad de obtener dinero. Sabía que un embarazo siendo menor de edad me daría una ventaja monetaria muy buena, más si tenía la excusa del amor prohibido. En el fondo, no era más que un plan para sacar ventaja de ello.

La invité a mi casa a tomarnos unos tragos. Llegó, me preparé y cuando estaba encendiendo las velas, sentí el timbre. Iba con un vestido diminuto y muy bien maquillada. La hice pasar, nos besamos, comenzamos a conversar y coquetear sentadas en el sillón. Cuando llegó el momento de irse, le pregunté si se quería quedar a dormir conmigo. Estaba asustada, así que la relajé y me la llevé a mi habitación.

A la luz de las velas, la comencé a besar y quitar su ropa. Ella se dejó llevar, excitada por lo que estaba a punto de suceder. Comencé a besar su cuello, mi lengua bajó hasta sus pechos. La dejé en la cama solo con las bragas puestas. Yo me quité la ropa y me subí desnuda a la cama para empezar a disfrutar con esta rubia. Le quité las bragas, dejándola desnuda. Comencé a pasar mi lengua por su estómago hasta llegar a su entrepierna, donde comencé a darle un placer que jamás había sentido. La llevé al clímax, totalmente exhausta. Ella estaba totalmente excitada, tanto que me hizo tocar el cielo de la misma forma en que yo se lo acababa de hacer. Después de hacer el amor toda la noche, decidimos empezar una relación a escondidas de todos y planeamos vengarnos de todos esos malditos que nos usaban como títeres. El primero que decidimos matar fue el idiota de Antonio, quien descubrió nuestra relación y lo que habíamos hecho con esa bastarda que parió mi hija. En realidad, le hicimos un favor. De todas formas, iba a morir. Por eso, el día de la boda, lo envenenamos en la habitación del hotel y después murió lentamente como queríamos. Jamás nadie supo que murió por cicuta y no por su cáncer.

Lo de Giancarlo lo planeamos mucho antes, pero no tuvimos oportunidad de hacerlo antes. Fue maravilloso cuando creía que haría un trío con sus dos amantes sin saber que habíamos depositado en su copa una gran cantidad de veneno. Fue muy gracioso cuando Britanny se hizo pasar por una niña de 19 años frente a las autoridades, las que no se imaginaron que tenía 33 y no 19. Por eso la amo, porque ambas somos psicópatas. Nos dolió mucho la muerte de su madre. Ella era nuestro apoyo como pareja y nuestra cómplice en todo.

"Aquí está, mi amor", le dije a Brit, abriendo el maletín que sacaba de la muralla, donde había un millón de dólares.

"Mi amor, eres brillante. No puedo creer que tuvieras esto escondido aquí en la casa. ¿Y cómo harías para sacarlo si tu hija vendía?"

"Sofía es orgullosa y ella jamás le vendería al hombre que arruinó su vida. Más si durante años la envenené con mi odio para que sintiera rencor por esa familia."

"De verdad, amor, que eres brillante. Cada cosa la planeaste de forma tan perfecta que, la verdad, por eso te amo tanto".

"Yo a ti, mi amor. Ahora prepara tus maletas, mi amor. Nos vamos a Turquía".

Ambas mujeres reían y planeaban cómo matar a toda la familia, incluyendo los bebés.

Afueras de la casa, en una camioneta blindada que llevaba meses siguiendo a Britanny y Alondra.

"Patrón, ¿usted cree que este par de locas sepa dónde está su familia?"

"Lo más probable, Scott. Pero veré qué intentan hacer este par de psicópatas. Antes de que canten victoria, las llevaré al infierno conmigo. Muy pocas veces los muertos nos levantamos de la tumba para ajustar cuentas con los vivos, y este par tiene muchas cuentas conmigo".

Giancarlo Remington sonreía al ver cómo este par sufriría por todas las cosas que han hecho.

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