Kylie.
El viento sopla mi cabello, mis ojos se mantienen fijos en el camino, mis manos están aferradas al volante y mi mente está en otro lugar.
No he parado de pensar en lo de esta tarde, el partido. Lo de Noah me tiene preocupada. Pensé muy bien lo de ir a la fiesta y decidí que era mejor no ir. Mi novio está en un hospital, sus padres me dijeron que estaba grave porque el balón lo golpeó tan fuerte que está afectando sus vías respiratorias.
Cuando estábamos en el auto;le dije a Emma que no iba a ir, se decepcionó un poco pero comprendió que primero están las personas que quiero y luego las fiestas.
Me dejó en casa y luego se fue a la suya para cambiarse y ponerse como una "Diosa del Olimpo" para la fiesta. Mientras que yo me dí un baño rápido, me puse lo primero que ví en el armario y tome las llaves del auto para ir al hospital.
Camino por los pasillos del lugar y visualizo a los padres de mi chico parados, su madre está llorando mientras su padre no para de mirar el reloj en su muñeca.
—¿Cómo está? — me acerco.
—Mal —solloza su madre —. Lo último que nos dijeron es que está muy grave, tal vez tenga que depender de oxígeno para poder respirar ya que no podrá respirar por si solo, podría darle un paro.
Me tapo la boca con las manos sin poder creerlo.
Esto no puede estar pasando.
Mi novio, mi tierno novio está colgando de un hilo entre la vida y la muerte. Joder, él estaría bien.
—Kylie ¿Cómo pasó? — pregunta su papá serio —. Estuviste ahí, viste lo que pasó, así que dinos.
—Ehhh...
¿Le digo o no?
Es abogado y si le pasa algo a su hijo, Adam podría ir a la cárcel y no quiero imaginarme como será. Sería un caos posiblemente. Y no queremos eso, cierto? Porque...
Una mano pasa frente a mis ojos.
—Oye, te estoy hablando hace tres minutos — me regaña el hombre.
—Oh, si lo siento — me tallo los ojos.
—Si, ajá —rueda los ojos —. Dime ¿Qué mierda le pasó a mi hijo como para estar al borde de la muerte?
Pienso rápido que decir ya que su tono me da un poco de miedo.
—Fue.. fue.. — balbuceo —.Fue un accidente, él estaba corriendo hacía el que tenía el balón y el que tenía el balón lo pateó y le pegó en el pecho y.. y no podía respirar y.. — hablo tan acelerado que alza la mano para que me calle.
—Hablas mucho —se queja.
—Kylie, cielo — la sra. Wilson me toma de las manos —. Gracias, mi hijo te ama mucho, sabes?
«Si, lo sé pero...»
También sientes lo mismo, estúpida.
Maldita conciencia
Cállate, si? Te estoy ayudando para que no la cagues más adelante, ahora respóndele a tu quería suegra, dile que también amas a su hijo.
—Lo sé — sonrió —. Yo también lo amo mucho.
—Me alegra que mi niño haya conseguido a una chica tan buena y amable, muchas gracias por todo lo que has hecho por él.
—No hay de que.
Mira por encima de mi hombro y me suelta las manos me doy vuelta y es el doctor. Es alto con pocas canas y ojos cafés claro, calculo que tiene como unos cuarenta años.
—Familiares de Noah Wilson — llama.
—Somos nosotros — dice Stephen, el padre de Noah —. Somos sus padres ¿Cómo está nuestro hijo?
Mira la tabla de notas que tiene en las manos.
—Su hijo está fuera de peligro, por ahora — empieza —. La fuerza con la que el balón fue pateado fue mucha, lo golpeó tan fuerte que le cuesta respirar por si mismo. Tendrá que usar oxígeno por unos meses hasta que pueda hacerlo solo, tiene que quedarse aquí hospitalizado para que podamos tener control de su salud.
Respira hondo antes de continuar.
—Si no se queda, empeorará y podría morir. Justo ahora no puedo dejar que lo vean en su estado tan demacrado, no es por ser exagerado ni nada pero el balón casi le hunde el tórax.
Eso último que dijo hace que la Sra. Wilson llore más.
—Necesito saber que le pasó, para poder entender el por qué terminó así.
Stephen me mira con ojos fríos y volteo la cara hacía otro lado para no mirarlo, me da miedo. No es que tengamos una buena relación suegro- nuera.
—Dile, dile lo que "pasó" — dibuja las comillas con los dedos —. No te creo nada de lo que dijiste. Así que iré mañana a tu instituto, y si me mentiste — me amenaza —. Tendrás que..
—¿Qué? — lo interrumpo —. ¿Cree que puede venir a amenazarme y tratarme de mentirosa? — lo encaro —. Vaya y pregúntele a cualquiera de esos idiotas, le dirán lo mismo.
El doctor pasea los ojos por ambos, sorprendido por la situación.
—¿Cómo me estás hablando? —da un paso adelante.
—Con todo respeto, señor. Se que no tenemos una buena relación después de lo que pasó pero no tiene porque tratarme de esa forma por los errores de otros.
—¿Errores de otro? — bufa —. Eres tan patética.
—¡Basta! — se mete su esposa —. ¡Step basta ya! Me tienes harta con tanta mierda, nuestro hijo la ama y si no quieres aceptarlo pues mal por ti. Además, no es momento para tener está discusión.
El doctor abre la boca sorprendido.
—¡Pues que se vaya! — me señala —. ¡No tiene nada que hacer aquí!
—¡No! —alza la voz —¡Ella tiene derecho a estar aquí!
—¡Ya! — alzo la voz también —. Está bien me voy.
—No tienes que hacerlo, linda.
—Señora, está bien. De todas formas estaré viniendo para saber cómo está, y usted también manténgame informada de todo.
Sonríe débilmente.
—Esta bien — me abraza —. Gracias por todo, cuídate mucho.
—Usted también —rompo el abrazo y le dedicó una sonrisa antes de irme.
Camino hacia el ascensor cuando Stephen se me atraviesa y me da una mirada de odio, lo aparto y sigo mi camino. Espero el ascensor, minutos después este llega y abre sus puertas dándole paso a Luca el hermano mayor de Noah.
—Luca — saludo.
—Kylie — asiente en modo de saludo.
—Tus padres están allá — señaló detrás de mí.
—Espero papá te haya tratado bien — sonríe.
—No pudo haberme tratado mejor — digo con sarcasmo.
Se ríe por lo bajo —.Bueno, entra al ascensor que se va a ir y te va a dejar — sale del aparato.
—Cierto — entro.
—Adiós, chica loca — se ríe.
Ruedo los ojos y el ascensor cierra sus puertas desapareciendo a Luca.
Llegó al primer piso y cruzo la puerta saliendo del hospital, me subo al auto y emprendo camino a casa. Con la vista al frente pienso en la fiesta pero una parte de mí me dice que no vaya.
Minutos después llegó a casa y estacionó el auto frente a está, noto que el Mercedes de mamá no está, supongo que debe seguir en el trabajo. Cruzo la puerta de entrada y la casa está a oscuras, enciendo las luces y me dirijo a la cocina. Abro la nevera y busco que puedo comer, quiero algo nutritivo pero que mate está hambre y de nutritivo solo hay: ensalada, frutas y juego de naranja.
Saco todo eso de la nevera y lo pongo en una bandeja, apago las luces y me dirijo a mi habitación. Pongo la comida en la mesita y me voy al baño, entro en la ducha y dejo que el agua fría se impregne en mi piel, salgo y me pongo mi pijama de unicornio. Enciendo la televisión y comienzo a ver Game Of Thrones.
Debería llamar a Emma para preguntarle cómo va la fiesta pero mejor no, le preguntaré mañana en el instituto. Pasan cuatro horas y ya me he visto casi una temporada completa.
Quede impactada cuando Cersei hace la caminata de expiación, en parte de lo merecía. La temporada seis es mi favorita, ame con locura la batalla de los bastardos. Joder, casi me da un infarto, creí que no saldrían victoriosos pero no fue así, todo dió un giro inesperado y...
Creo que estoy un poco obsesionada con la serie. Se supone que Emma, Iván y yo la íbamos a ver juntos pero como están las cosas y ya que no sabía que más hacer.
Terminó de comer y apagó el televisor, pongo la bandeja con los platos y el vaso en la mesita y voy al baño a lavarme los dientes. Vuelvo y me meto en mi cama calientita, apago la lámpara, cierro los ojos y cuando menos me doy cuenta; me quedo dormida.
———∆∆———
Me tapo los oídos con la almohada, cuando mi teléfono suena. No le presto importancia. Deja de sonar y trato de dormir, vuelve a sonar y con un suspiro de molestia, estiro la mano hacia mi mesita de noche y lo agarro.
La luz de la pantalla me quema los ojos. Los entrecierro para poder mirar bien el aparato. Miro el nombre en la pantalla «Emma» ¿Qué hace llamando a esta hora? Son las 2:00am.
—Hola — contesto somnolienta.
—Hola, mejor amiga — balbucea.
—Emma, ¿Sabes que hora es?
Se ríe
—Si, estoy en la fiesta aún y — suelta una carcajada —. ¡Dame más de eso! — separó el teléfono de mi oreja con el grito que suelta.
—Creí que estabas en tu casa — me tallo los ojos.
—Nah, no, no, no — balbucea «esta ebria» —. ¿Por qué no viniste? La fiesta esta jodidamente buena
—Sabes porque...
—Shhh, no me importa tu novio — me interrumpe — Adam — suspira —. Se ve jodidamente sexy, te lo estás perdiendo.
—¿Quieres que te envié una foto? — suelta una risita coqueta.
Cierro los ojos, respiró hondo y me pellizco el puente de la naríz.
—Esta justo frente a mí, Ky — sigue hablando —. Deberías venir, sabes? No es tarde.
—No voy a.. — trato de hablar pero no me deja.
—Cállate y escucha — alza un poco la voz —. Está vestido con vaqueros negros, rotos a la altura de las rodillas, tiene una camisa negra que se le ciñe al torso y se le ven unos músculotes. El cabello revuelto y justo ahora se está pasando las manos por el.
Suspiro con la imágen que tengo en mi cabeza, pequeñas mariposas revolotean en mi estómago con solo imaginarlo así. Joder, si Emma sigue hablando no podré con las ganas de verlo y tendré que ir.
—¿Vas a venir?
¿Quiero ir? ¡Sí! Pero es muy tarde, no voy a ir a una fiesta a las 2 de la mañana.
—No, no voy a ir.
—Anda, no seas mala — insiste.
—No iré — respondo decidida.
—Bien — se queja.
—Estas muy ebria — le digo —. ¿Qué estás tomando?
—Ehhh — piensa antes de responder —. Whisky, Vodka, Tequila y no recuerdo que más. Bebo todo lo que se me atraviese.
—¿Cómo puedes beber tanto? Te podría dar un coma etílico — le reclamo.
—Calma, quería — suelta una risita —, si tú estuvieras aquí, también estarías bebiendo hasta caer en coma así que no hables.
Ruedo los ojos mientras ella balbucea.
—Emma, no te entiendo la música está muy fuerte.
—¡Gracias, Adam! — grita —. Oye, tu amiguito es un buen bebedor, me acaba de traer esto que es.. se llama.. — suelta una carcajada —. No sé cómo se llama que estúpida. ¡Oye tú!
Separó el aparato de mi oído cuando grita, me va a dejar sorda.
—¡¿Cómo se llama esto?! — sigue gritando.
Cuando está ebria suele gritar y reírse mucho, también suele ser muy fastidiosa. Sigue gritando preguntando el nombre de la bebida y a mí se me está quitando el sueño con tanta cosa.
—¡Gracias, idiota! — le agradece al chico cuando esté por fin le dice el nombre.
—Oye ¿Estás ahí?
—Ajá — digo con ojos cerrados.
—Bueno, la bebida tiene un color así como salmón o coral una vaina de esas y — se ríe como loca —. Se llama.. ¿Sabes cómo se llama?
—No, no sé cómo se llama — contesto cansada.
Se sigue riendo como maniática — Se llama Esperma.
—¿Qué? — pregunto perpleja.
Qué clase de bebida tendría un nombre como ese, la gente sinceramente está loca.
—Sí, esperma — se escucha un sorbo —, pero es delicioso, tienes que probarlo.
Debo admitir que me causa cierta curiosidad pero no voy a probar eso.
—Ven, ven, ven, ven, ven — empieza a cantar.
Dios mío, dame paciencia para soportar a esta fastidiosa.
—No — contesto otra vez —. Tengo mucho sueño y mañana tenemos que ir al instituto. Además, tengo un plan que poner en marcha. Dile a ese Dios del Olimpo que nos vemos mañana en las gradas, luego de la clase de Sociales.
Suspira —Esta bien. Beberé por tí.
—Ok. Adiós, disfruta la fiesta — me despido — No llegues tarde a casa después no te querrás levantar — le digo en tono de mamá regañona.
—Ok, mamá — dice sarcástica.
—Pórtate bien — cuelgo.
Pongo el teléfono en silencio y lo de Jo en la mesita. Ahora, por culpa de mi mejor amiga tengo ganas de ir a ver a cierto chico de ojos grises. La imagen que creo mi mente de él, no sale de mi cabeza.
Recuesto mi cabeza en la almohada, cierro los ojos tratando de que el suelo vuelva y no lo logro. Doy vueltas en la cama hasta que el sueño me gana y vuelvo a quedarme dormida.
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Comments
GiovannaXchelMayaCejudo
estuvo bien que no fuera...
se vería muy mal...
no sé qué pasó entre su Padre de Noah y Ella pero no debe tratarla así...
y Adam creo se pasó con eso que hizo...
2024-03-02
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