Capítulo 6.

Kylie.

—Esa clase fue una total mierda — dice Emma molesta — esa vieja está loca ¿Viste cómo me gritó?

Acabamos de salir de la clase de Química y la profesora estaba como loca desde que entró al salón. Estaba gritándole a todo el mundo. Emma no podía ni respirar porque la profesora la regañaba. Le entregamos los trabajos que ella había mandado y... ¿Saben lo que hizo? Estaba tan alterada que tomó uno de los trabajos y los rompió. Lo peor fue que el trabajo era el mío —buenísima suerte la mía, ¿no? Nótese el sarcasmo— además, dijo que mi trabajo estaba horrible y que de seguro había investigado mal. ¿Notan lo loca que está? Luego de ir a clase, a Emma se le ocurrió ir al patio (cancha) porque los chicos del equipo de fútbol estaban entrenando para el partido de este viernes.

—Sí, lo vi... sinceramente estoy pensando en que deberíamos conseguirle un psiquiatra — digo mientras caminamos hacia donde están los chicos.

Nos sentamos en el pasto a observarlos. Emma me habla sobre quién de todos es el más guapo y no para de hablar. Ok, cuando Emma ve chicos sumamente atractivos y empieza a hablar de ellos, no hay quien la pare.

—Emma, cierra la boca, te entrarán moscas —digo rodando los ojos.

—Por dios, Ky, ¿no los estás viendo? — dice viéndolos con corazones en los ojos.

—Sí, los estoy viendo y no es tan impresionante que digamos, solo son chicos comunes — digo.

—¿Chicos comunes, en serio? Solo míralos, son perfectos. Además, esos chicos comunes pueden dejarte en silla de ruedas — dice botando la baba.

—Emma, por dios, no son tan... — no termino de hablar cuando veo a los chicos quitándose la camisa, pero mis ojos se centran en el chico de ojos grises. Me quedo perpleja cuando veo esos abdominales, esos músculos, esos brazos fuertes, esos...

Kylie, ¡BASTA! Lo estás mirando como una psicópata. Mientras peleo con mi conciencia, noto que Adam me mira y nuestros ojos se encuentran, azul y gris. Nos quedamos unos minutos así, mirándonos. De vez en cuando, mis ojos viajan automáticamente recorriendo ese cuerpo definido. Por un instante, veo que Adam me da una sonrisa torcida y una mirada traviesa que hace que me dé cosquillas en el vientre. Noto la razón de eso. ¡Mierda! Y es que, inconscientemente, me estaba mordiendo el labio.

—¿Kylie? ¿Estás bien? — dice Emma, pasando una de sus manos delante de mis ojos. Gracias a eso, dejé de ver a Adam, sintiendo vergüenza. Él se fue hacia su equipo, ya que su entrenador lo estaba llamando.

—¿Ah? ¿Dijiste algo? —dije anonadada.

—Espera... ¿Estabas viendo a Adam? — pregunta sorprendida — después dices que yo soy la que babea por todo el mundo y mírate estas... ¿¡Te estás mordiendo el labio!? — dice sorprendida, muy sorprendida, mejor dicho, alterada.

—¿Qué yo qué? —digo aún perpleja por el gran paisaje de hace unos minutos — Ah ya, mierda— digo lo último en un susurro.

—A ver, ¿Qué te está pasando con él? — pregunta mi mejor amiga, mirándome con ojos coquetos.

—Emma, no pasa nada con ese idiota ¿Ok? Además, Noah llega esta noche y debo preparar su fiesta de bienvenida —digo levantándome y limpiando las hojas de mi trasero.

—¿Invitarás a Adam a la fiesta? —dice, pero esta vez intercalando la vista entre el chico y yo.

—No, irán todos los de su equipo menos él — digo, empezando a caminar. Emma se levanta rápidamente y empezamos a caminar lado a lado.

—¿Invitarás a Jhon? Sabes que Adam, Noah y Jhon son mejores amigos y siempre van juntos a todos lados, sobretodo si es una fiesta donde habrá alcohol — dice obvia. Sinceramente, no había pensado en ello. Es cierto que ellos tres son buenos amigos, pero Jhon me agrada más que Adam.

—Jhon irá. Jacobs se irá, pero a la mierda — respondo molesta. Odio que Adam esté en todo. Además, sé que a Emma le agradará que Jhon vaya, ya que ellos tuvieron su historia años atrás.

Jhon irá, bien. Siempre me agradó. Es un buen chico — dice cuando entramos al instituto — no es porque salí con él ni nada, pero lo conoces y... — no completa la frase cuando ve a la persona que se acerca.

—Hola chicas, ¿cómo han estado? — dice Madeline. Por sus expresiones y en la forma en la que lo dijo, debe estar feliz.

—Bien, gracias — respondo para no ser grosera. Miro a Emma, la cual no responde, solo se queda mirándola con ojos de asesina. Ambas estamos bien.

—Me alegro mucho. Oye, Ky, ¿Noah llega hoy, no? — pregunta mirándome y haciendo como si Emma no existiera.

—Sí, llega esta noche — digo.

—Me alegro por ti. Oye, he escuchado que le harás una fiesta de bienvenida — dice la pelirroja. ¡Vaya, ya se esparció el rumor!

—Sí — respondo fría.

—Bien, se me hizo extraño no recibir una invitación. Me puse triste, de hecho. ¿Podría ir? ¿Es en tu casa? — pregunta de una manera acelerada. No la invité porque no la quiero cerca de mi novio, pero no quiero ser mala con ella, aunque se lo merezca.

—¡Ups! Lo olvidé, lo siento. Y no, no será en mi casa. Y sí, puedes... — no termino de hablar porque Emma me interrumpe.

—No, no vas a ir. No estás invitada y no eres bienvenida — responde molesta.

—¿Qué? ¿Acaso la fiesta es tuya? Ky es la que decide si voy o no — responde con aires de querer pegarle una cachetada a Emma.

—Por si no sabes, yo soy su mejor amiga y ambas sabemos lo puta que eres — dice acercándose peligrosamente a Madeline.

—Chicas, basta — intervengo tratando de evitar una pelea.

—Me importa una reverenda mierda quién seas y... ¿Cómo me llamaste? — dice muy cerca de Emma. Ok, si no las separo, esto va a terminar muy mal.

—Mads, basta. Emma, por favor, vámonos — digo lo más calmada posible.

—¡No! Ky, de aquí no me voy hasta que le digas a esta puta que no va a ir a ningún puto lado — dice furiosa.

—Emma... — suspiro. —Mads, lo siento, pero no puedes ir. La próxima será — digo tratando de que Emma deje esto y nos vayamos.

—¡JA! ¿Es en serio, Kylie? Qué bajo has caído, haciendo lo que esta estúpida te dice. Se nota que eres fácil de manipular — lo dice ahora acercándose a mí. Mierda, veo a mi alrededor y la gente nos encerró a las tres en un círculo.

—Mads, tranquila. No hay por qué alterarse. Solo es una fiesta — digo retrocediendo. Esta situación me está poniendo nerviosa.

—Claro, solo es una fiesta. ¡No es solo una fiesta! ¡Es la fiesta de bienvenida de mi amigo! — dice gritando y luce muy molesta que creo que es capaz de golpearme.

—¿Un amigo o la persona que has tratado de ligar? Porque sé muy bien que te has estado metiendo con Noah, enviándole mensajes, nudes y toda esa mierda —digo furiosa. ¿Amigo? Noah y ella no son nada, él no la soporta.

—Por si no sabías, linda, Noah y yo somos muy amigos. Además, yo nunca le he enviado nada —dice y me hace molestar más que lo niegue.

[[Hija de puta]]

—Claro, claro, la "amiga" que le envía mensajes a su amigo diciéndole que se vean a medianoche en tal lugar, que vaya a su casa y bla, bla, bla. Aunque lo niegues, todos sabemos que eres una maldita arrastrada —digo dándole una mirada furiosa. Ok, realmente lo estaba, esta chica me saca de mis casillas.

—¿Cómo me llamaste? —dice lentamente separando las palabras.

—Maldita arrastrada —dije igual de lento y separando las palabras.

Ella no se iba a quedar de manos cruzadas al haberla llamado de tal forma, así que acto seguido Madeline levantó su mano para darme una bofetada y yo cerré los ojos esperando el golpe, pero no llega, así que abro los ojos y veo a la persona que tengo al frente, de espaldas a mí. Sé quién es, reconocería ese olor masculino a donde fuera. Es Adam, tiene agarrada a Madeline fuertemente del brazo.

—¡Adam, suéltame! —dice tratando de zafarse de su agarre, pero no lo logra.

—¿Qué mierda ibas a hacer? —dice en un tono amenazante.

—Iba a darle una lección a esa estúpida. ¿No ves? —dice retorciéndose de dolor por el agarre del chico.

Adam voltea la cabeza para mirarme por el rabillo del ojo.

—¿Qué pasó? —dice dirigiéndose a mí en un tono frío, típico de él.

—Nada, solo que a alguien le cuesta aceptar lo que es: una puta.

Madeline trata de zafarse nuevamente y esta vez lo logra. Trata de venir sobre mí, pero Adam no se lo permite.

—Madeline, deja el escándalo —dice John, que está al lado de Emma—. Si no te quieren invitar a un lugar, no tienes por qué hacer tanto show por eso.

—¿Show? ¿Qué me llamen puta y defenderme es hacer un escándalo? —dice con ironía.

—Madeline, cuento hasta tres y te vas por las buenas. Si te quedas y sigues con esta mierda, no me darás opción y saldrás por las malas —dice Adam amenazando a la ojiazul.

—¡Ja! ¿La estás defendiendo? Estás loco si crees que me iré —dice. Y bueno, ya sabemos lo que pasa cuando Adam amenaza. El chico se agacha, toma a Madeline por las piernas y la lanza encima de su hombro para llevársela.

—¡Adam, bájame! —dice gritando y pataleando. Ya conocemos a Adam, no le hizo caso y la ignoró.

—Emma, vámonos —le digo a mi mejor amiga, tomándola de la mano.

—Ya voy. Adiós, Jhon. Nos vemos esta noche —se despide del chico y caminamos por el pasillo, desapareciendo por la puerta del instituto.

Cuando salimos del instituto, vimos a Adam meter a Madeline en un taxi y, seguido de esto, arrancó. El chico se dio vuelta para volver al instituto, pero al vernos, se detuvo y se quedó mirándome como siempre. Siguió caminando hasta detenerse justo al frente de mí.

—Así que, ¿la chica del café estuvo a punto de ser golpeada por la puta del instituto? —dice en un tono burlón.

[[Sí, y tú evitaste que me golpeara, idiota.]]

—Sí, y el chico, el cual la chica del café ha manchado su camiseta dos veces, la defendió —digo en un tono igual que el suyo.

—Vaya, me sorprendes. No creí que fueras capaz de meterte en una pelea, pero me equivoqué —dice con una risita ronca—. Y si te defendí, agradece que evité que le dejaran la cara roja.

—¿Por qué lo hiciste? —pregunto curiosa. Él no tenía razones para defenderme.

—Porque me importas —dice acercando su rostro al mío—. ¿Crees que no vi cómo me mirabas en el patio? La forma en la que te mordiste el labio —dice rozando nuestras narices.

No doy paso atrás y me quedo mirándolo a los ojos. Tras decir eso, siento mis mejillas arder. ¿Me estoy sonrojando por alguien como Adam Jacobs? No puede ser, que alguien me golpee. Por el rabillo del ojo, veo a Emma con la boca abierta, sorprendida por lo que dijo el chico.

—Ah... eso... yo... yo no... — trato de decir algo, pero el chico me interrumpe.

—¿Por qué no admites que te gusto? — dice, pasando su brazo por mi cintura y pegando mi cuerpo al suyo, lo cual hace que mi corazón se acelere a un ritmo desenfrenado.

—Eso nunca pasará porque yo no siento nada por ti, ¿ok? — digo nerviosa y aún con las mejillas carmesí.

—Claro, claro, vamos a hacer como que te creo... ¿Has reconsiderado mi propuesta? — pregunta con ojos traviesos.

—No tengo nada que pensar sobre eso — digo, tragando saliva.

—¿Es por Noah, cierto? No te preocupes por él, no se enteraría y... — no termina de hablar porque una voz lo interrumpe.

—¡Adam, vamos, el entrenador nos necesita! — grita Jhon.

—¡Ya voy! — dice Adam en un grito y luego me mira—no te metas en problemas mientras no estoy, cuídate preciosa porque esto apenas comienza — dice lo último en un susurro cerca de mi oído, antes de irse. Adam me da un beso en la nariz y me suelta la cintura para marcharse. Volteo hacia mi mejor amiga y está mirándome con los ojos como platos. Ok, creo que le debo una charla sobre la propuesta.

—Emma, no digas nada y vámonos de aquí — digo caminando, pero me devuelvo al no sentir pasos detrás de mí. Aún está perpleja por mi cercanía con el chico. La tomo del brazo y la arrastro a mi auto. Cuando llegamos a mi casa, le cuento todo con lujo de detalles lo que ha pasado con Adam. Luego, vamos al bar que renté para la fiesta de Noah y nos ponemos manos a la obra para dejarlo listo para esta noche.

Terminamos de decorar el lugar y quedó como esperaba, increíble. Nos fuimos a mi casa a cambiarnos para luego volver al bar. Los invitados empezaron a llegar a la hora acordada y, wow, son muchísimos.

Algo me dice que será una noche muy interesante.

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