Capítulo 9.

Kylie.

Podría decir que anoche fue una noche increíble, que la pasé bien, que me divertí; pero estaría mintiendo. Despertar y sentir ese dolor que te oprime el pecho, tal vez dirán que estoy siendo dramática, pero ¿sabes cómo se siente que te rompan el corazón? ¿Sabes cómo se siente que esa persona especial te lastime? Si no lo has sentido, te digo que es el peor sentimiento. Entregarle tu corazón a alguien, tu confianza y que lo destruyan de una manera tan horrible puede que te debilite, pero a veces te fortalece y aprendes de los errores cometidos. No es fácil confiar en esa persona luego de eso.

Estaba acostada en mi cama mirando hacia la nada, pensando en el por qué, mientras mis lágrimas descendían por mis frías mejillas. Me siento culpable de lo que pasó. Si no hubiera descuidado a Noah, tal vez nada de eso estaría pasando. Tal vez, si Adam no se hubiera puesto en mi camino, lo habría evitado. El caso es que ya pasó y no quiero ir al instituto, no quiero ver a nadie. Salí de mis pensamientos cuando tocaron la puerta de mi habitación.

—¿Ky? Cielo, llegaremos tarde — dijo mi madre. Solo espero que no entre, odio que me vea de esta forma. Tan débil, tan mal.

—Kylie, voy a entrar y si no estás lista, tienes prohibido el cajón de chucherías —dijo en ese tono de mamá amenazante pero calmado. 

El cajón es una de las gavetas de la cocina, ahí guardamos todo tipo de chucherías y cada noche vemos películas juntas y tomamos algo de golosinas, pero en estos momentos, el cajón ni siquiera me convence. Volteo hacia la puerta pensando en si debería abrirla o no, pero tardé mucho, ya que mi madre estaba en mi habitación con el ceño fruncido.

—Hija, ¿por qué no estás lista? Vas a llegar tarde y no quiero recibir una llamada de la directora — dice molesta — ¡Kylie Ferguson, mírame cada vez que te hablo!

—No me siento bien para ir, es todo — dije levantando la cara para mirarla a los ojos. Cuando lo hago, cambia la mirada de madre asesina a una de madre comprensiva.

—¿Qué tienes, amor? ¿Por qué lloras? ¿Te duele algo? — dice, sentándose a mi lado. No quiero decirle la verdad porque la conozco y sé que armaría un despelote.

—No, mami, no me duele nada, es solo que no me siento del todo bien. Es un bajón normal como el de siempre — digo, formando una sonrisa débil.

—Está bien, sabes que puedes contar conmigo siempre y decirme cualquier cosa, ¿cierto, chiquita?

—Sí, mami, lo sé.

—¿Quieres un abrazo? — dice, abriendo los brazos para recibirme.

—Siempre voy a querer un abrazo tuyo — me acerco, correspondiendo el abrazo.

Es real que los abrazos de mamá son los mejores que hay en el mundo, son tan acogedores. Sientes seguridad y que todo va a estar bien aunque no sea así, te hace sentir lleno, feliz y amado. No sé cuándo fue la última vez que vi a papá, la última vez que recibí un abrazo de su parte. Verlo de nuevo sería un cambio radical en nuestras vidas, sobretodo después de lo que hizo.

—Oye, si no te sientes bien, no irás a ningún lado. Hablaré con la directora y los maestros para que no te marquen una falta — lo dice cuando nos separamos.

—Está bien, gracias, ma.

—Recuerda que siempre estaré aquí para lo que necesites, sabes que aunque él no esté, me tienes a mí.

—Lo sé. Te amo, mami.

—Yo mucho más — dice, mientras se levanta y se encamina a la puerta — Debo ir al trabajo, Emily no puede ir porque está enferma y me toca ser su reemplazo, o sea, doble trabajo.

—Ok, entonces nos vemos esta noche.

—Cuídate mucho, si vas a salir, me avisas adónde y con quién.

—Claro.

—Adiós, mi hermosa creación — dice, cerrando la puerta de mi habitación para irse.

Definitivamente, mi madre tiene unos apodos algo "cursis", por así decirlo, pero son los mejores porque me hacen sentir especial. Creo que ya sé de quién saqué mi lado cursi.

Bajé a la cocina, ya que mi estómago me pidió algo para comer. Entonces, me preparé unos panqueques y les puse unas fresas y crema encima para que se viera bonito. Me senté en la barra de la cocina para comerme mis deliciosos panqueques. Aunque no esté de humor, lo único que se me antoja es comer todo lo que se me atraviese.

Cuando ya había comido la mitad e iba por la otra, sonó el timbre.

—¿No puedo comer tranquila? —dije en un quejido.

Quien sea que esté detrás de esa puerta es un idiota al no dejarme disfrutar mi comida. Ok, si sigue tocando así va a dañar el timbre.

—¡Ya voy! ¡No tienes por qué tocar así! —dije mientras abría la puerta, rodando los ojos con la persona que se atrevió a interrumpir.

—Hola, espero no haberte molestado. Es que me levanté con unos ánimos de mierda y tu estado físico está del carajo, así que supongo que tú también aún estás con la rasca de ayer.

—Emma... ¿Sabes que acabas de interrumpir mi desayuno? —dije arqueando una ceja.

—Sí, ajá, lo siento. ¿Puedo pasar?

—Sí —dije mientras me apartaba de la puerta para que pudiera entrar.

—Bien, ¿qué quieres? —dije mientras me encaminaba a la cocina a terminar de tragarme mis panqueques.

—Tu mamá me dijo que no te sentías bien, así que vine a levantarte el ánimo aunque tenga una resaca de mierda.

—Eso te pasa por tomar tanto, y pues gracias por venir en serio necesito a alguien con quien desahogarme.

—No es mi culpa que me guste el Tequila, ok? Yo también tengo muchas cosas que contarte. Pero primero, ¿me das? —dijo señalando mi plato.

—No.

—Solo un pedacito —dijo acercando su mano a mis panqueques.

—No —le di un golpecito en la mano para que se alejara.

—Eres pichirre, muy pichirre.

—Bien.

—Soy tu mejor amiga y ¿no me vas a dar ni un pedacito? No seas mala chica.

—Cállate y déjame comer.

—Me callo si me das.

—¡Ok, está bien, si jodes! —dije mientras cortaba un trocito para dárselo— Toma.

—Gracias —habló mientras masticaba— Bueno, te voy a contar todo lo que pasó anoche luego de que desapareciste. Pero primero debo preguntar ¿recuerdas algo de anoche? Lo pregunto porque casi no recuerdo nada.

Bueno, lo único que recuerdo es la llegada de Noah al bar, mis ojos centrados en los ojos de Adam. Los chicos del equipo de fútbol, mi mejor amiga y yo tomando como si no hubiera un mañana, Noah se perdió, Emma y yo bailando y pues algo quiero olvidar aunque lo intente no creo que pueda ya que mi cerebro grabó cada uno de los segundos de lo que vi.

Mi beso con Adam es algo que quiero olvidar, porque no debió pasar. No está bien y lo peor, Noah y Madeline. Eso fue lo que más me desestabilizó emocionalmente.

—No, no recuerdo nada —no sé por qué dije eso, recordando lo que pasó hace unos minutos.

—Ok, escucha. Luego de que bailamos como dos locas, me volví a la mesa donde estábamos. ¿Recuerdas dónde? —niego con la cabeza— Donde estábamos sentadas con los chicos del equipo. Ahí, sentada rodeada de esos chicos bien formados, los vi. Perdón por lo que diré, sé que es tu novio, pero aja, necesitas saber esto.

Sé de lo que habla y me estoy muriendo por dentro al hablar de este tema. Si Emma lo sabe, ya lo debe saber todo en el instituto, ¿no? Espero que no.

—Dime ya, deja el suspenso que me pones nerviosa.

—Vi a Noah y a Madeline juntos.

Auch, lo sabía.

No sé cómo responder a eso, si decirle a Emma que yo también los vi, pero de una forma horrible, o hacerme la pendeja y decirle que no sé nada.

Mejor me hago la pendeja.

—¿Qué? —digo en un tono dramático, poniendo una mano en mi pecho.

—Como lo escuchaste, para ser más específica, los vi bajando las escaleras de la zona VIP y ella le dio un beso en la mejilla.

—No puede ser —me hice la sorprendida.

—Sí, puede ser. ¿Te cuento qué hice? O mejor dicho, ¿qué le hice a esa sucia? —dice dando pequeños saltos en la silla.

—¿Qué hiciste, Em? —dije frunciendo el ceño.

—Madeline se fue al baño y entonces fui detrás de ella, pues para darle una lección, así que...

—Así que...—dije animándola a seguir. 

La verdad es que Emma puede hacer cualquier locura estando en sus cinco sentidos, pero estando ebria se pone como una loca psicópata.

—Así que entré al baño y ella estaba retocándose el maquillaje y ¡Boom! La golpeé. Fue una pelea donde hubo sangre —dice airosa.

—¡Ya va! ¿La golpeaste? —digo tomándola de los hombros.

Esperen, ¿dijo pelea? Mi Emma la golpeó hasta sangrar. Ok, si es una bestia estando sobria, pues es lo doble de bestia estando ebria.

—Sí, lo hice. ¿Creías que iba a dejar que se burlara de mi mejor amiga y arruinara mi relación? Pues no, además se lo merecía.

—Cuéntame más — aparté el plato para acercarme más a ella y poner más atención.

Así pasamos cuatro horas hablando sobre la fiesta, sobre su relación con Iván, la cual está un poco mejor. Ya no han vuelto a discutir y eso me alegra. También tocamos el tema de la persona que no sale de mi cabeza: Adam.

Desde ese día que lo manché de café por primera vez, ese chico no sale de mi cabeza. No sé en qué clase de hechizo estoy, pero tengo un presentimiento de que no es bueno. Sienta lo que sienta, no está bien.

—Bueno, entonces ¿qué pasó anoche con la oveja negra? — dice mi mejor amiga entrecerrando los ojos.

Me echo a reír.

—¿Oveja negra? — suelto una carcajada— Estás loca, Em.

—Sí — se ríe— No sabía qué apodo ponerle. Ajá, dime ¿qué ha pasado con él?

Pues quería, Emma, como te digo, que me besuqueara con él, en frente de todos mis amigos y conocidos y sin ningún tipo de decencia, mientras mi novio follaba con otra.

—Lo besé.

Pone los ojos como platos y abre la boca sorprendida por lo que acabo de decir.

—Espera, ¿lo besaste? ¿Besaste a Adam? —asiento— ¡Omg! Quiero los detalles. ¿Te gustó? ¿Besa bien? Me imagino que sí, porque un semental como ese debe besar como los mismísimos dioses.

Sabía que iba a comenzar con sus preguntas...

—Sí, besa bien, sí me gustó — se pone la mano en el pecho— Pero no estuvo bien — abrió la boca para hablar, pero no la dejé— Lo besé yo, fui yo la que empezó el beso que terminó en mordiscos y lamidas deliciosas.

Mi cerebro estaba hundido en alcohol hasta que mi conciencia me hizo razonar y me alejé de él. Lo único en que podía pensar era en Noah, en que le fui infiel al besar a su mejor amigo.

Los ojos se me llenan de lágrimas que no dejo soltar, no quiero reventar delante de mi mejor amiga.

—Me alejé de él y fui directo a buscar a Noah y... — dejo salir las lágrimas— Lo vi follando con Madeline... Creí que yo había hecho algo muy malo, pero lo que él hizo me lastima mucho cada vez que lo recuerdo.

Terminó de hablar y ella no dice nada, solo se acerca y me abraza, un abrazo fuerte que hace que reviente a llorar sobre su hombro.

—Shhh — acaricia mi espalda para que me calme — Todo va a estar bien, ¿ok? Yo te ayudaré en lo que necesites. Si quieres vengarte, yo te ayudo.

Rompí el abrazo para mirarla.

—¿Me ayudarás? — pasé una de mis manos por mi nariz.

—Claro, ¿para eso estamos las mejores amigas, no?

—Eres la mejor amiga del mundo — la abrazo de nuevo.

—Bien — rompe el abrazo — Pensemos en cómo arruinarla.

No sé me ocurre nada.

—Podemos llenar su casillero de chicles. O podemos cortarle el cabello. Sabes cuánto lo cuida, así que le afectará.

Los planes de Emma no están mal, pero necesito algo más. Necesito a alguien que me ayude para esto, a alguien que la conozca muy bien. Así que pensé un momento y entonces le dije:

—Necesitamos a alguien para esta tarea. No somos tan malas, bueno un poco, pero Madeline se merece algo grande.

Frunce el ceño ante lo que dije anteriormente.

—¿Necesitamos a alguien? — asiento — Bien, pero ¿quién es ese alguien?

Sé a quién pedirle ayuda, es lo suficientemente desalmado para hacer algo muy malo sin sentir culpa. Pero sé que me pedirá algo a cambio y, con tal de que la pelirroja sufra un poco de su propia medicina, estoy dispuesta a todo.

Dije el nombre de la persona y mi amiga se queda boquiabierta.

—¿Estás segura de que nos ayudará?

—Muy segura.

—¿Cuándo se lo dirás?

—Mañana. Ya basta de llorar como estúpida. Iré mañana al instituto, hablaré con — digo el nombre de la persona — para que nos ayude y ponerle fin a esto. Después me encargo de Noah.

—Wow, en serio me sorprendes, amiga.

Suelto una risita de malicia.

—Gracias, gracias.

Nos quedamos dos horas más hablando sobre el plan. Ya se estaba empezando a poner el sol. Con Emma, las horas pasan volando.

—¿Qué hora es? — dice mientras bajamos las escaleras.

Alzo mi muñeca para ver la hora en el reloj que se posa sobre ella.

—Las 6:00 p.m.

—Oh, ya es tarde. Debo irme. —abre la puerta— Oye, recuerda que mañana es el partido.

El partido, lo había olvidado.

—Oh, ok. Ya lo había olvidado. ¿Irás?

—Si tú vas, claro.

—Tenemos que hablar con... entonces, sí iré.

—Iremos —me corrige—. Bueno, enana, nos vemos mañana. Te quiero.

—Adiós, Emy.

Veo a mi amiga desaparecer cuando cierra la puerta y me devuelvo a mi habitación. Voy a mi estantería de libros, miro qué hay de interesante para leer, pero no encuentro. Me he leído casi todos. Como no tengo nada que hacer, me lanzo en la cama mirando al techo y pensando en mañana.

Un ruido me saca de mis pensamientos. ¿De dónde viene ese ruido? Oh, es de mi teléfono. Veo el nombre de mi "novio" en la pantalla. Me está llamando. Como no tengo ganas de hablar con él por lo de anoche, no le contesto, solo apago el aparato y vuelvo a entrar en mis estúpidos pensamientos, hasta que me quedo profundamente dormida sin darme cuenta.

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Comments

GiovannaXchelMayaCejudo

GiovannaXchelMayaCejudo

cuando sepa que Adam lo planeo todo lo odiara o lo perdonará???.

2024-03-02

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