Capítulo 10.

Kylie.

Sus labios se movían salvajemente sobre los míos, me besaba solo como él sabía. Sus manos recorrían delicadamente mi espalda. Mi pecho estaba tan pegado al suyo que podía sentir los fuertes latidos de su corazón.

Solo estábamos las gotas de lluvia que golpeaban las ventanas, él y yo.

No sabía que Noah besaba de esta forma, tenía claro que sus besos eran los más tiernos y sus caricias las más delicadas.

Pero este Noah me gusta más. Su antigua versión no era capaz de besarme como lo está haciendo ahora, su nueva versión me besa hasta dejar mis labios rojos, me chupa hasta que mis labios arden, me muerde hasta que mis labios sangran y el contacto de su lengua con la mía dando lamidas deliciosas que me hacen caer más en el abismo.

La habitación está tan oscura que no me permite ver a la persona que tengo al frente.

Paso las manos por su cabello y este se pierde en ellas por lo suave que está, la luna hace presencia con su luz, iluminando un poco la oscura habitación.

-Noah...quiero más -jadeo y me separó un poco para respirar.

Responde una voz ronca que se me hace familiar.

-¿Noah? -se ríe ronco -Es Adam Jacobs el que te está besando de esta forma.

La luz lunar me deja mirar al chico de ojos grises, que ahora los tiene negros.

¿Qué? ¿Adam? Se supone que estaba con Noah.

Él no tiene porque estar aquí.

Pero quiero que pase con él.

Trata de acercarse, me le voy encima y...

Me despierto de golpe por el sonido de la alarma, volteo para mirar la hora en esta y son las 6:00am. Mi pecho sube y baja rápidamente, mi respiración está agitada. Estaba soñando con... No... ¿O sí?

Quiero besarlo de nuevo... ¿Qué mierda estoy diciendo?

Me levanto de la cama para comenzar mi día. Hoy es el partido más importante porque si ganamos este partido, vamos a las estatales pero eso no es solo lo que ocurrirá el día de hoy. Comenzará mi plan de destrucción a Madeline.

Ya en la ducha. Empiezo a sentir todas las emociones de ira, tristeza, culpa y emoción evadirme, lloro por unos minutos hasta que salgo de la ducha y como siempre me dirijo a mi gran armario. Ok, quiero lucir algo lindo.

Deprimida pero jamás derrotada

Además lo voy a necesitar para convencer a ese alguien de que me ayude, así que, elijo una falda amarilla de cuadros, un top, una chaqueta a juego con la falda y unos tenis blancos, me hago un maquillaje sencillo. Tomo mi mochila para salir de mi habitación e ir a la sala donde siempre me espera mamá, empiezo a bajar las escaleras cuando toco mi cuello por costumbre y me devuelvo al notar que no traigo la cadenita que me dió papá antes de irse. Me la coloco y bajo a la sala.

-¿Lista? - dice mirando su reloj.

-Si - me encojo de hombros.

-¿Cómo amaneciste hoy? -me mira a los ojos.

-Bien, con muchos ánimos - le doy una sonrisa.

-Me alegra mucho - me devuelve la sonrisa - Vamos.

La sigo y atravesamos la puerta para después subir a su Mercedes, como siempre pingo algo de música. A mamá y a mi nos encanta.

-¿Vamos a Starbucks? - pregunta mientras maneja.

-Si, necesito un café para despertarme aún estoy algo dormida.

-Ok. Próximo camino Starbucks - dice tomando el volante para dirigirse a aquel lugar.

Después de quince minutos de camino, llegamos. Nos bajamos a pedir. Yo solo pedí café pero mi mamá pidió donas para ambas y chocolate caliente. Volvimos al auto para ir al instituto.

-No como nada dulce en las mañanas - rechazo la cajita que contenía las donas.

-No te estoy preguntando - me mira -Solo tomalas, compré para ambas y odiaría que me rechazaras las donas. ¿Qué clase de persona rechaza unas donas?

Bueno, tenía razón. No podía rechazar semejante delicia. Así que tomo las donas y las pongo sobre mi regazo. Luego de unos minutos llegamos al instituto.

Ok... Estoy nerviosa.

-Adiós, ma - le doy un beso en la mejilla -Gracias por las donas - me bajo del auto y acelera.

Entro en el instituto con los donas y mi café, busco con la mirada a mi mejor amiga pero la encuentro, solo veo a Iván buscando algo en su casillero.

-Hola - me acerco al chico.

-Hola - Responde seco.

Usualmente siempre me dice:

Hola fea bruja gruñona.

Algo anda mal... Él no es así de seco conmigo, algo tuvo que haber pasado.

-¿Cómo estás? - dije.

-Bien - se da vuelta para mirarme, su expresión es fría y sería.

-¿Pasa algo? - mencioné preocupada.

-No.

No pareció sincera repuesta, se veía mal. Tenía ojeras y los labios resecos, los ojos rojos y tenía una mirada triste y molesta.

-¿Seguro? - insisto.

-Si - dice en un tono irritado.

-¿Es Emma?

-Kylie deja de joder, si? -dice con voz firme -.No me pasa nada.

Dicho esto cerro su casillero de un tirón y se dió media vuelta para irse y dejarme sola. No lo había visto así nunca, me sorprendió la frialdad con la que me habló, tengo que buscar a la rubia para que me diga que está pasando.

La campana suena y significa que debo entrar a mi primera clase: Literatura. Así que, me encamino al salón pensando en la actitud de Iván y dónde podría estar mi mejor amiga ahora. Espero que esté en el salón. Empujo la puerta con la punta de mi zapato y... Sí, está aquí.

Camino hasta su mesa y me siento a su lado. Tomo asiento y volteo para mirarla y la noto algo rara.

-Hola - dice sin ganas.

-Hola... Cómo estás?

-¿Sabes lo que es que te destrocen el corazón? - dice con voz entrecortada.

Algo paso, está no es la Emma que me saluda toda animada. Está triste. Muy triste.

-Si.

Claro que sabía cómo se sentía que te destrozaran el corazón, lo estoy viviendo con Noah.

-Bien. - asiente.

-¿Ocurrió algo? - digo preocupada.

-Pues... Iván me pidió un tiempo - respira hondo tratando de contener las lágrimas que empiezan a asomarse.

-Ya va ¿Qué? - digo sorprendida.

-Si. Lo hizo, es que... -no termino de hablar porque la profesora llegó -Te cuento luego, si? -susurro.

-Esta bien.

La profesora Johnson comienza la clase, entregamos las tareas que teníamos para hoy, mando más tarea, nos explico cómo hacer las demás tareas.

Quiero que acabe el año escolar.

La campana suena y miro a Emma que aún está en su mood sad, me mira y sonríe y ambas sabemos que tenemos que hacer, entonces recogemos rápidamente nuestras cosas. Somos las primeras en salir. Corremos por el pasillo hasta llegar al salón del grupo A. Los alumnos nos atropellan cuando nos atravesamos en la puerta. Escucho una risa y.. está aquí. Así que dejo que el gentío salgan, poso en el umbral de la puerta cuando lo veo, viene hablando con su mejor amigo y aún no me ha visto. Mira al frente y..

-Hola - hago que suene en un tono coqueto.

Mira mis ojos por un momento para luego recorrer mi cuerpo, sus ojos grises reparan mis piernas y van subiendo por mis pechos, mi cuello, mis labios hasta llegar a mis ojos y darme una sonrisa torcida.

-Hola - habla con voz ronca.

-Quiero hablar contigo, Adam.

-¿Si? ¿Sobre qué? - da un paso hacía mi.

-No puedo decírtelo aquí -miro a Jhon y este frunce el ceño - ¿Podemos hablar a solas?

-Si - voltea a ver al chico a su lado - Busca a Iván y dile que lo quiero en el campo entrenando, jugará en el puesto de Dylan.

El chico asiente pero antes de que salga, no puedo contener las palabras que salen:

-Iván no sé siente bien, no sé si pueda...

-¿Crees que me importa? - me corta -Ve - le dice al chico.

Jhon se pasa por mi lado cuando sale pero se detiene a decirme algo en el oído.

-Ten cuidado - me susurra.

No sé a qué se refiere o, tal vez si.

-Bien ¿De qué quieres hablar? - da dos pasos hasta que quedamos frente a frente.

-No puedo decírtelo aquí - frunce el ceño, confundido -.Vamos a un lugar más privado - le digo último acercando mi boca a su oído.

Respira hondo antes de responder.

-Conozco un lugar.

Se dirige a la puerta y como me quedo parada, se da la vuelta y me mira.

- Vamos - me hace una seña con la cabeza de que salga.

Salgo del salón y corro para alcanzarlo. Caminamos lado a lado. Las personas nos miraban. Estando él a mí lado pude ver mejor su perfil, su abundante cabello negro, esos ojos grises cargados de secretos, esa nariz perfecta, su mandíbula definida - más definida que mi futuro -, esos labios carnosos que ya he probado antes y su altura, dios su altura. Es muy alto juraría que mide casi 1.90.

Mientras lo detallaba me di cuenta de que lo estaba mirando sin descaro alguno y al parecer se dió cuenta. Volteo hacia mí y me sonrió con picardía, tuve que mirar hacia otro lado y bajar la cabeza para que no viera el color carmesí que adornaba mis mejillas. Salimos por la puerta que deba al campo, dimos una vuelta y me señaló una puerta que estaba en la parte de atrás del instituto. Entramos y mire mi alrededor era como un tipo de almacén. Habían sillas, mesas y olía a cigarrillo, el lugar no se veía muy bien cuidado, al parecer aquí venían a hacer cosas no tan apropiadas por así decirlo. También habían colillas de cigarro regadas en el piso, y también.. había un.. ¿Qué es eso? Es un.. ¿Condón?

Escuché que cerraron la puerta detrás de mí así que me di la vuelta y Adam estaba pegado a esta, volvió a recorrer mi pequeño cuerpo por unos segundos para luego avanzar y quedar a unos pasos de mí.

-Bien, dime - ladeó la cabeza.

-Necesito que me ayudes.

Frunció el ceño.

-¿Ayudarte? ¿Para que? - mencionó confundido.

-Es una larga historia - di un paso al frente -¿Conoces a Madeline Davies?

-Mmm.. -se agarró la barbilla como si pensará - Tal vez.

-¿Tal vez? - levanté una ceja.

-Si, tal vez.

-Oye, necesito tu ayuda para... - no pude terminar porque el chico me interrumpió.

-Para tu plan de venganza, porque tú supuesto novio se la tiró -dice.

No dije nada, me quedé perpleja.

¿Cómo sabía él sobre eso? ¿Alguien se lo habrá dicho?

-¿Te comieron la lengua los ratones?

-No... - dije - ¿Quién te dijo eso?

Rueda los ojos.

-Te advertí que no te gustaría lo que verías.

-Cierto. -asentí.

-Te lo advertí después del beso - sonríe.

Hola Dios soy yo de nuevo...

-¿Que beso? - me hago la pendeja.

-El beso, nuestro beso - se acerca peligrosamente y me obliga a retroceder.

-No recuerdo ningún beso.

-Ajá - se acerca más -Ahora me vienes con esos cuentos, te haces la que lo sabe nada.

-Es que no sé nada... - miro mis zapatos.

-Tranquila -me toma del menton, alza mi cara y mis ojos se encuentran con los suyos -. Yo tampoco puedo olvidarlo, aunque quisiera no puedo dejar de pensar en el roce de tus labios contra los míos.

Roza nuestras narices y estoy que me desmayo, este chico es capaz de ponerme nerviosa en un dos por tres. Estoy temblando por su cercanía, es más alto que yo así que me pongo de puntillas y le rozó los labios. Grave error debo decir. Intenta besarme pero lo empujo.

-Ya basta de tanta mierda -me molesto --. Vine para que me ayudes, no para que me seduscas gran imbécil.

Rueda los ojos.

-Bueno ya - alza los brazos en forma de rendición y se aleja -. ¿Dime para que soy bueno? -se cruza de brazos.

-Conoces a la chica ya que todo el mundo sabe sobre su relación de hace dos años - hecha una risita negando -. Eres mi única opción. Odias a Noah, cierto? - asiente lentamente -. Entonces ayúdame, si? Haré lo que quieras.

Olvidé que este pendejo se toma muy literal lo de "Haré lo que quieras". Pero lo hice porque enserio lo necesito y todos sabemos por qué, además, si les soy sincera me estoy empezando a sentir atraída hacía él. Hay algo que nadie sabe y es que...

Salgo de mis pensamientos cuando otra vez tengo el rostro del chico a centímetros del mío.

-¿Lo que yo quiera? - susurra.

-Seeh - me encojo de hombros restándole importancia.

-Que conste que te ayudo porque soy un buen samaritano, aparte tú novio me cae como un grano en el culo.

Ruedo los ojos.

-Te advierto que vas a salir lastimada de todo esto. ¿Segura quieres mi ayuda? -me mira a los ojos.

Aquí vamos otra vez con sus advertencias raras, le tengo algo de miedo debo admitirlo pero también me da curiosidad que me pasará si trabajamos juntos.

-Si - digo sin rodeos.

-Bien. Ten mucho cuidado entonces.

Se da media vuelta para irse. He de admitir que Adam es un chico muy atractivo, no es fácil ignorarlo. Es como esos chicos que ves en el supermercado o en el autobús, no sale de tu cabeza.

Nota que no lo sigo y se vuelve a dar vuelta para encargarme.

-¿Vienes? ¿O te vas a quedar ahí botando la baba por mí? -sonríe.

La clase comenzó hace unos minutos. Justo en esa clase nos tocaba juntos. Ya no podría entrar al salón ni aunque quisiera, llamarían a mi madre y eso sería un problema. No sé que haría él pero creo que será más entretenido que estar caminando por ahí.

-Ya quisieras que botara la baba por tí - camino hacia él.

Me mira y se ríe.

Habré la puerta para que salga primero y después él sale. Caminamos por el campo y estaba algo desolado. Todos estaban en clases. Nunca creí caminar al lado de alguien como él, él por qué, es que no sé siempre creí que cada uno estaba en un rumbo diferente. Ahora, la venganza nos une o una mierda así.

Caminamos en silencio, solo se escuchaba las hojas de los árboles moverse con el frío viento. Abrí la boca para decir algo y no sentir este incómodo silencio pero Adam hablo primero:

-¿Te gusta leer? - dice sin mirarme.

-Si.

No sé a qué viene esa pregunta pero con tal de no seguir en ese silencio raro, pues le respondí. De hecho, no me gusta leer, me encanta. En los libros he encontrado un lugar seguro, un lugar donde puedo refugiarme del mundo. Un libro es como vivir mil vidas en un segundo, puede hacerte feliz como también puede ponerte triste pero siempre están ahí para hacerte compañía con cada uno de sus personajes y llevarte a un buen viaje.

-¿Qué tipo de libros lees? - me mira de reojo.

-De todo - me abrazo a mi misma.

-¿A qué te refieres con "de todo" - hace comillas con los dedos.

Pues... Si supieras lo que leo me verías como una pervertida.

-¿Eres de esas chicas que leen mundos de hadas y duendes? -se detiene, me toma del brazo y me da vuelta para que lo mire -¿O eres de las que leen cosas sucias en esas apps de libros? - me mira con picardía.

-Si fuera así ¿Qué? -me cruzo de brazos.

Se ríe.

-Serías mi tipo -arrugó las cejas confundida - ¿Qué? También leo si es lo que quieres saber.

Estoy.. no sé ni cómo estoy. ¿Adam leyendo? Me lo imagino..no pero sería muy sexy.

Kylie por Dios, cierra el osico.

-No sabía que lees - mencionó -. De hecho, me es extraño que alguien como tú lea.

-¿Por qué te parece extraño? - se mete las manos en los bolsillos -. Que sea un chico no significa que no pueda leer.

Suspira.

-Leer es para todos, no solo es para las chicas. Nosotros también podemos vivir esas mil vidas que encontramos en los libros - respira hondo -. Si te soy sincero, cada que leo me gusta pensar que soy el protagonista de la historia, me ayuda a salir de este mundo de mierda por unos instantes pero ¿Sabes que es lo que quiero?

Niego con la cabeza.

-Quiero crear mi propia historia - me toma del menton para que lo mire a los ojos - Quiero vivir mi propia historia con la chica que me gusta.

No digo nada, solo me quedo parada mirándolo a los ojos.

No sé que siento. Mi corazón está tan acelerado que siento que se me va a salir del pecho, mi cuerpo tiembla cuando su aliento mentolado roza mis labios. Siento cosas muy raras cuando estoy cerca de él, empecé a sentirlo el segundo día que me lo cruce. No estoy segura de que sea esto pero me gusta sentirlo. Aunque creo que está mal.

Cuando siento que sus labios van a juntarse con los míos, me pongo de puntillas le rozó los labios y cierro los ojos esperando su toque. Hasta que una voz masculina nos interrumpe haciendo que lo empuje para que se aleje.

-Jacobs - dice el hombre.

Es el entrenador de su equipo. Es un hombre de unos cuarenta y algo, creo que ronda casi los cincuenta. Es de ojos y cabello castaño, va vestido con ropa deportiva.

Mira al chico con el ceño fruncido.

-Te estaba buscando - mira el reloj que tiene en la muñeca -. El entrenamiento es en cinco minutos y tú aquí perdiendo el tiempo con tu novia.

¿Novia? ¿Yo? ¡Ja! Está muy equivocado señor entrenador.

-No soy su novia.. - levanta la mano para que me calle.

Me mira.

-No te pedí hablar, linda - mira al chico a mi lado -. ¿Qué esperas? ¡Camina!

-Te veo luego del partido - me dice.

El chico me da una última mirada y me guiña el ojo antes de irse. Me quedo sola en el campo, así que voy a la cafetería. Supongo que ya salieron de clase. Empujo la puerta de la cafetería con la punta de mi zapato, localizó a Emma que está sentada con la mirada perdida en su sandwich. Me dirijo hacia ella para hacerle compañía.

Me mira cuando me siento.

-Hola - digo.

-Hola - dice igual de desanimada - ¿Cómo te fue?

-Podría decir que me fue bien - me encojo de hombros.

-¿Qué pasó? - dice intrigada.

-Pues.. si va a ayudar - sonrió.

-Me alegra mucho, alguien tiene que darle su merecido a esa loca.

-Si que sí.

-Arruino mi relación - enumera con los dedos -. Se tiró a tu novio, se metió a la fiesta y casi te golpea - le da un mordisco a su sandwich.

-No sé cómo alguien puede ser así - le doy un mordisco a mi dona.

-Seeh - traga su sandwich y posa los ojos en mis donas - ¿Me das una?

-Emma - digo su nombre lentamente -. No empieces.

-Anda - hace puchero -. No me siento bien.

-Esta bien - le doy una dona con chocolate y chispas.

-Gracias, enana - le da un mordisco.

'Enana" odio que me digan así, que mida 1.68 no está mal. No es para que me digan enana todo el tiempo, ella solo mide unos centímetros más y no le ando diciendo gigante.

-No me digas así - se ríe - Emy, no es gracioso.

-Si lo es.

Terminamos de comer y nos vamos a nuestra última clase. Íbamos a tener más clases pero como hoy es el partido, las suspendieron. Nos toca geografía, odio esa materia pero que podemos hacer.

Salimos del salón y nos dirigimos juntas al campo, las gradas ya estaban empezando a llenarse. Subimos a las gradas y nos sentamos en un lugar donde podamos tener una buena vista del partido.

Minutos después las gradas ya estaban llenas, el presentador llega y avisa que ya va a comenzar el juego.

-¡Pronto iniciará el esperado partido! ¿Están listos? - todos gritamos en respuesta -. Bien ¡Qué comience el juego!

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Comments

GiovannaXchelMayaCejudo

GiovannaXchelMayaCejudo

empezaron con Iván y Noah y terminarán con Adam y Jonh...
a veces solo es destino...

2024-03-02

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