Eres muy fuerte

Entre a la oficina del director, trate de explicar lo que había pasado pero no me escucharon, solo llamaron a mi madre y me suspendieron una semana.

En el camino mi madre no dejaba de decir que era una mala hija, que yo tenía la culpa de todo.

Me sentía frustrada, ella era mi madre y no me escuchaba. Me quitó el celular, tenía miedo porque Rodrigo me llamaría, lo único que agradecí es que esa tarde Maritza llegó a mi casa.

El timbre comenzó a sonar y yo no paraba de llorar y comer.

- ¿quién?, pregunté nerviosa.

- Kami soy Maritza.

Abrí la puerta y abrace a Maritza.

- ¿que sucedió?

- Me suspendieron una semana, trate de explicar las cosas pero el profesor de inglés me vio que yo tenia a Samantha pegada a la pared y acuso con el director.

Mi mamá me quitó el celular y no tengo como comunicarme con Rodrigo.

Si se da cuenta que Rodrigo me llama me va matar.

- tranquila, te sabes el teléfono de Rodrigo

- Si

Ella comenzó a marcar y no contestaba sabía que estaba en la tienda de la abuela.

- ¡Vuelve a marcar no pares!

Marco el número telefónico casi por 30 minutos seguidos.

Hasta que por fin contesto.

- Hola.

- Rodrigo soy Kami, me pasó algo en la escuela mi madre me castigo y me quitó el celular, por favor no me mandes mensajes, por qué si ella los ve me va matar.

- ¿que te paso?, estás bien.

- me suspendieron de la escuela por una semana, por qué me defendía de una chica que me golpeaba.

- ¡Kami eso es una injusticia!

- No se cuando mi mamá me va regresar el teléfono, cuando ya sea seguro te mando mensaje, te extraño en estos momentos quisiera que estuvieras aquí.

- ya amor tranquila, no llores todo se va arreglar, intenta hablar de nuevo con el director, para que sepan lo que te está pasando.

- no creo que me escuchen

- inténtalo amor, ya tengo que regresar al trabajo tu abuela ya está gritando, voy a estar al pendiente de tu mensaje, trata de llamarme para saber si te encuentras bien.

- Si, te amo

- te amo bella, no llores.

Colgó y yo mire a Maritza triste.

- ¿lo amas?

- Si, estoy muy enamorada de él.

- Amiga es tu primer novio, no crees que deberías ir más lento.

- Por qué tendría que ir más lento, si ambos sentimos lo mismo.

- Solo no te hagas muchas ilusiones aún estamos muy jóvenes.

- Pero por qué me dices eso, ¿a ti te ilusionaron ?

- Recuerdas del amigo de mi hermano que te dije.

- Si, ¿el te ilusiono?

- Si, hace un año en mi cumpleaños de 15 el y mi hermano fueron mis acompañantes en mi baile de 15. Practicar todas las tardes por varios meses, me hizo enamorarme de el, el tenía 22 años, era todo un caballero, muy atento, siempre me hacía reír, me decía que era hermosa, cuando estábamos practicando el me abrazaba de una manera muy linda y me miraba con dulzura.

Un día mi hermano nos dejó solos en el salón por qué tenía que ir a recoger al profesor que nos enseñaba el baile.

Yo estaba enamorada de él quería que el lo supiera ya no podía callarlo más el estaba sentado en el piso del salón mirando su celular, yo me subí encima de él, el se sorprendió me miró y sonrió.

Le dije mirando sus ojos que estaba enamorada de él.

El sonrió y yo lo bese.

El me respondió el beso, nos besamos con mucha pasión, el después beso mi cuello jamás nadie me había tocado así yo estaba muy tonta, no lo pare por qué me gustó sentir esa sensación.

Los dos estábamos muy excitados, cuando escuchamos el auto de mi hermano el me empujó.

Me dijo esto está mal Maritza tu eres muy pequeña, no soy una niña le contesté acomodando mi blusa y mi short.

Dejemos esto así, dijo enojado.

Seguimos practicando yo lo miraba con amor y el me ignoraba.

El día de mi fiesta, mi familia comenzó a beber, lo invitaron a la casa a seguir con la fiesta, el estaba bebiendo mucho, cómo me ignoró después de lo que había pasado, invite a Ian a mi fiesta, el y yo nos conocemos desde la primaria, así que bailamos toda la noche juntos, la verdad es que quería darle celos con Ian, lo miraba pero el no me miraba.

En la noche me subí a dormir mientras todos se quedaban abajo en la fiesta.

En la madruga tocaron mi puerta pensé que era mi mamá, al abrir la puerta estaba el con su camisa desabotonada.

Lloraba y me decía que me amaba.

Yo me acerque y toque su pecho, el cerro los ojos, me quemas niña.

Me cargó y cerro la puerta de la habitación.

Hicimos el amor, fue tan lindo. No me cansé de decirle que lo amaba una y otra vez.

Cuando termino me dijo que lo perdonará pero esto jamás iba a ser, que el estaba enamorado de mi pero que mi hermano no lo iba a perdonar.

Se marchó, no entendí nada, muchos dirían que el abuso de mi, pero para mí fue entregarme al hombre que amaba.

Después se mudó a otro estado por trabajo y yo me quedé como tonta sin saber de él, hace poco me enteré que el se va casar.

Ahora entiendo que el si abuso de mi y eso me duele mucho por qué yo lo amaba.

Maritza comenzó a llorar con un dolor muy grande, jamás la había visto así, siempre es una chica alegre, pero ese príncipe azul se había convertido en el moustro de su cuento de Ada.

La abrace y deje que llorará su dolor, entendía a la perfección lo que sentía, por qué yo me entregaría a Rodrigo sin pensarlo por qué lo amo, pero si el me deja yo no podría soportarlo, me sentiría usada y esa sensación debe ser horrible, el que se burlen de ti duele, pero que se burle de ti la persona a la que amas debe ser terrible.

Maritza terminó de llorar y sonrió.

- Pero la vida sigue, aún tenemos mucho que vivir.

- Quisiera ser como tú, eres muy fuerte yo no podría.

- El tiempo lo cura todo.

Ella se quedó una hora más, me pasó los apuntes y se marchó.

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