Los Príncipes Azules No Existen.
Siempre dicen que debemos aceptarnos tal y como somos, pero nacemos en una sociedad donde te dicen como tienes que ser y comportarte.
Mi nombre es kami, tengo 20 años y tengo sobrepeso, fue la primera vez que acepte que tenía sobrepeso en una reunión para mujeres que desean cambiar su cuerpo.
Pero esto no se trata sobre mi cuerpo, esta es mi historia de amor, dónde caí en una depresión a la edad de 16 años y no pude detenerme, creo que a esa edad es difícil comprender sobre si no es para ti déjalo ir.
Ahora lo entiendo, pero el mirar tantas historias de princesas y príncipes nos perturba, aferrada a la idea de que así es el amor.
Aún no lo encuentro pero quiero contarte un poco de lo que fue mi vida a la edad de 16 años y por qué termine amando la comida. Ahora que me miró en el espejo me doy cuenta que tengo que luchar por amarme a mi misma y no hay mayor obstáculo que tus propios pensamientos negativos.
Al cumplir 14 años, mis padres se divorciaron, en ese momento no entendía que fue lo que sucedió y aún no lo entiendo. Pero con lo poco que he experimentado me doy cuenta que las relaciones no se basan en el amor, sino que se basan en el deseo y cuando eso se termina, buscamos de nuevo sentirnos deseados.
Escuché los gritos de mi madre, arrojaba los platos y gritaba con odio.
Ella tenía el corazón destrozado y mi padre le decía que estaba loca.
cómo no iba a estar loca, si le había hecho trizas el corazón.
Yo solo escuchaba en mi habitación, las palabras que se decían, escuchaba el dolor de mamá.
Pero que mis padres se divorciaran no cambiaría mi manera de esperar a mi príncipe azul.
Pues yo quería ser rescatada como una princesa y sentir amor.
Despues que mi padre se fue mi mamá no quería salir de su habitación, comencé a comer lo que estaba a mi alcance pizza congelada, pollo frito, hamburguesas si eran mis favoritas, era lo que estaba al alcance.
Y a mi madre se le facilitaba, sobrevivimos por el servicio a domicilio.
Al divorciarse tuvimos que cambiarnos de casa y de escuela, ya no podía estar en el mismo colegio, ya no tenía quien pagará mis colegiaturas, llore como un bebé y le rogaba a mi madre que no me sacará pero fue imposible no dependía de ella, pero no lo podía entender.
El primer día de clases en la nueva escuela fue algo aburrido, me presentaron a una chica para que ella me integrará en las clases su nombre es Zoe ella era la más popular del salón no solo la mejor en calificaciones, era la chica más bonita del salón.
-Hola soy Zoe y tú, ¿como te llamas?, dijo con una sonrisa, sus dientes eran perfectos.
- soy Kami, respondí nerviosa.
- Muy bien chicas, las clases van a empezar por favor Zoe, le puede mostrar su horario de clases y presentarla con los profesores.
Si claro directora.
Gracias.
Zoe me tomó de la mano y caminamos por un enorme pasillo.
- Del lado izquierdo están las canchas de fútbol, del lado derecho el estacionamiento para los profesores, los salones de los de último grado en la parte de arriba, los de primero al fondo y pues los de segundo año son los más alejados.
- Es muy grande la escuela.
- Si somos muchos alumnos.
- ¿Tu escuela anterior era pequeña?
- si, estudiaba en el colegio Juárez
- Dicen que está muy bien, ahí te dan clases de música.
- si, aquí no.
- No, aqui solo te enseñan a tocar la flauta, se reía, llegamos al salón.
Sentía muchas ganas de vomitar, estaba nerviosa, hasta este momento no sabía que mi vida cambiaría.
Las clases terminaron Zoe era una chica muy atenta, me presento a su grupo de amigas, las chicas me miraban de pies a cabeza, me sentía el bicho raro, todas ellas estaban delgadas, en ese momento pensé que buen metabolismo tienen por qué a la hora del receso ellas comían demasiado.
Mientras esperaba a mi madre, miraba a todos los alumnos como se marchaban, ahí fue la primera vez que lo vi, mi príncipe azul, mi corazón latía muy rápido, el sonreía con sus amigos y acomodo su cabello.
Escuché a lo lejos que le gritaban Ian.
Mi madre sonó el claxon del auto muchas veces, llamando mi atención y la de todos los estudiantes que aún estaban esperando.
Me dio mucha vergüenza que mi madre fuera tan escandalosa.
- ¡Ya voy!, le contesté molesta cuando me subí.
- No te enojes tu tienes la culpa de que yo me ponga de loca a tocar el claxon, estás tonteando y no pones atención.
¿que estabas haciendo que no estabas poniendo atención?
- nada.
No le iba a decir que miraba a un chico, ahora mi madre está en el rollo de los hombres son unos idiotas.
Llegamos a casa, mi madre tenía dos cajas de pizza.
- Trae unos platos, me ordenó.
Ella saco dos sodas de dieta, si era algo gracioso, comer pizza con soda de dieta.
Comencé a comer como si me hiciera falta algo, sentía un vacío y no lograba llenarlo.
Y mi madre era igual.
Entre a mi habitación, me quite el uniforme y me acosté en la cama, lo único que agradecí de este nueva escuela es que no dejaban tarea.
Cerré los ojos y la imagen de ese chico apareció en mi mente.
Era muy guapo, era todo un príncipe, era de tez blanca, su cuerpo atlético, su cabello color castaño, sus cejas bien definidas, sus ojos de color café claro.
- Ian, es su nombre susurré.
Tomé un pequeño diario que me regaló mi abuela.
Al mudarnos de casa, la madre de mi padre estaba enojada con el por la manera en la que había tratado a mi madre, lo único que pido darme al salir de la casa fue un viejo diario, las hojas ya estaban un poco amarillas pero me gustó.
Así que comencé a escribir, empecé con un querido.
Querido Ian:
Hoy es el primer día que te conocí, mi corazón latía muy rápido, me gustó mucho tu sonrisa, espero que también me hayas mirado mi príncipe, quiero que me salves, me siento triste y estoy atrapada en este cuarto sola, quiero conocer más de ti, me haz flechado.
Te esperare con los ojos cerrados, esperando mi primer beso.
Dibuje unos corazones alrededor.
Estaba enamorada, mi corazón latía tan rápido al pensar en el.
Ese día escuché a mi madre llorando en la noche, me levanté y la abrace.
Ella estaba desecha, me sentía culpable por qué tal vez yo tenía la culpa de que mi padre nos dejara.
- Estoy bien cariño fue lo único que ella pudo decir.
Salí de su habitación con lágrimas en los ojos, me acosté y me aferre a mi almohada.
- Mi príncipe ayúdame, dije con el rostro sumergido en mi almohada.
En la mañana me sentía triste, mi mamá colocó pizza en mi lonchera y jugo.
Me baje del auto, caminaba con el rostro agachado.
- ¡cuidado!, grito un chico a lo lejos.
Tropecé con un poste de aluminio, me apreté mi frente, el dolor era muy fuerte.
Todos los chicos que estaban ahí, comenzaron a burlarse de mí.
Yo camine rápido, sin mirar a nadie y entre al baño.
Me miré al espejo no tenía nada, solo una marca roja.
Las lágrimas salían de mis ojos, me sentía avergonzada.
- Estás bien, dijo Zoe, ella salía de uno de los cubículos.
Enjuagó su boca con el chorro de agua.
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Updated 84 Episodes
Comments
Ana Alicia
Desde ahorita digo que la zoe sufre de bulimia al igual que sus amigas.
2024-01-04
0
*Mairu Yu*
que triste para ella y su mamá 🥺
2023-09-03
0
*Mairu Yu*
es muy cierto
2023-09-03
1