Cuando subí al auto mi mamá me miro enojada.
- ¡por qué no usaste el uniforme, a qué vas a la escuela, ya no eres una niña Kami, debes de ser responsable, que puedo esperar de ti con esa actitud!, gritaba mientras aceleraba.
Ella no se tomó el tiempo en preguntar, solo me regaño, era su comida chatarra la que me había convertido en una gorda.
- ¡Estoy gorda mamá, no me queda el uniforme!, grite
- ¡pues deja de tragar!, me contestó histérica
Pasamos a la tienda donde venden los uniformes, se bajó enojada y compro la camisa más grande que había.
Me quedaba enorme pero era esto o no iba a la escuela.
Esa noche mi mamá me disminuyó la ración de comida.
Volví a refugiarme en mi diario.
Querido Ian.
Mi príncipe azul, hoy sentí tus brazos, me sentía tan feliz, quería quedarme asi por mucho tiempo, espero volvamos hablar, me gustaría saber tu color favorito, tu sabor favorito, tu música favorita, muero por saber todo de ti, me sentía rescatada hoy, gracias mi príncipe.
En la mañana me miré al espejo, me veía más gorda, la camisa me quedaba muy grande pero era la única manera de entrar a clases.
Al entrar al salón Samantha me arrojó una pelota de fútbol en la cara.
Todos se reían de mi, me sente en mi pupitre con lágrimas en los ojos.
Escuché que Maritza me defendía y discutía con Samantha.
- Dejala en paz tonta.
- Por qué la defiendes ella es una traidora
- Ella no ha hecho nada.
- ¡Si vas a estar a favor de ella, entonces lárgate con tu amiga la gorda!, grito Zoe.
Maritza se acercó y me abrazo
- No te preocupes amiga, ya sabes cómo son.
- si gracias.
Las clases iniciaron yo tenía miedo, conozco a Samantha ella está loca, no va descansar hasta verme destrozada.
Todos salieron al receso, yo saqué mi desayuno y me di cuenta que mi mamá solo había colocado tres pedazos de salchicha, no podía creer que pensara que con esto me iba a llenar.
Maritza se acercó y se sentó a mi lado.
- ¿eso es lo único que vas a desayunar?
- Mi mamá me está quitando la comida.
- Deberías de prepararte tu el desayuno, tal vez eso sea lo mejor, mi mamá te puede ayudar con algunas recetas.
No es difícil, además no estás tan gorda, es solo que tienes mucha bubis, se empezó a reír.
- ¿de que hablas?
- amiga tienes unos pechos muy grandes, pero no estás gorda, creo que es la razón por la que Zoe te envidia, ella esta flaca.
Mire mis pechos, yo los veía normales y para mí todo lo demás era solo grasa.
- Yo me siento gorda.
- Bueno si no te voy a negar que subiste de peso por comer esa chatarra pero pues tu cuerpo no es delgado.
- pero yo quiero ser como ellas.
- Cruel, sin sentimientos...
- bonita.
- eres bonita tonta, pero tienes que aceptarte tal y como eres.
En ese momento no entendía a Maritza yo sólo miraba lo gorda que estaba en el espejo y los comentarios de la nueva esposa de mi padre que decían ella es fea.
Ian entro al salón y saludo a Maritza. Despues se acercó, me dio un beso en la mejilla.
- ¿cómo estás?
- bien gracias
- me contaron las locas esas que te pegaron en la cara.
- estoy bien gracias.
- ignoralas, ellas están locas.
- si gracias.
- Tengo que irme ya va salir del baño.
- Si adiós.
Yo estaba en el paraíso, el se preocupo por mi. Me dio un beso en la mejilla, pensaba.
- Idiota, dijo Maritza
- ¿por qué?
- por qué como sabe que te gusta, te va coquetear, pero ni te ilusiones ese solo le es fiel a Zoe.
La verdad ignore a Maritza, tenía que aprovechar que mi príncipe se acercaba a mi.
Las clases terminaron, Maritza caminaba a mi lado, me sentía segura de saber que ella era mi amiga.
Ella también era una chica popular, saludaba a chicos y chicas de otros años.
Al salir mi madre ya estaba esperando, a lo lejos mire a Zoe y a Samantha con una sonrisa, no le di importancia y me subí al auto.
- hola mamá.
- ¿que hice para merecer todo esto?, decía mi madre decepcionada.
- ¿qué pasa mamá?
- Estás castigada Kami, jamás pensé que te comportarias de esa manera, tus amigas me contaron que entrastes a un bar y que es la razón por la que tu mochila la dejaste en la casa de Zoe, me dijo que ya te habías puesto deacuerdo con un hombre que te esperaba en el bar, que tú le pediste a ella que me pidiera permiso para que te dejará ir.
Mi mamá se detuvo y me dio una cachetada.
- ¡No quiero tener una hija put*, tienes prohibido salir, quedo claro!, me grito.
Yo solo la mire con lágrimas en los ojos, no podía creer que mi madre no se tomará el tiempo de preguntar si era verdad, cómo podía creerle a ella y no a mi.
Cuando llegue a la casa, mi mamá tomo mi celular y mi computadora, no quiero que te comuniques con nadie.
- Me daba igual yo no tenía con quién hablar.
Mi mamá regreso al trabajo y yo me quedé encerrada, tenía mucho dolor me sentía sola, baje a la cocina, abri el refrigerador y comencé a comer todo lo que encontraba, lloraba mientras comía.
Al terminar, trate de vomitar pero no pude, era muy tonta para provocarme el vómito.
En la mañana mi mamá seguía molesta.
- Te quejas de que estás gorda y te comes todo lo que hay en el refrigerador.
¡Así jamas bajarás de peso!. Hoy te vas sin nada, ya comiste mucho ayer.
Mi estómago comenzó a gruñir tenía hambre, solo me entregó mi botella de agua.
Al llegar a l escuela Maritza me esperaba en la puerta.
- hola amiga.
La abrace y comencé a llorar.
- ¿que te pasó?
- Mi madre cree que soy una put*, ayer Zoe y Samantha le contaron que entre a un bar con un hombre y que es la razón por la que mi mochila se quedó en su casa.
- ¡que chismosas!, grito Maritza enojada.
- Ayer comí desesperada pizza, helado, papas, donas, galletas, me la pasé todo la tarde comiendo después me arrepentí y quise vomitar pero no pude.
- Estás loca, por qué no me llamaste, para que te escuchará.
- me quitó el celular y la computadora
- hay tu mamá está loca por qué le cree a dos tontas y no a su hija.
- No lo sé y hoy me mandó sin desayuno, sin dinero, solo agua.
- Tranquila yo te voy a dar de mi desayuno.
- gracias amiga
- de nada, Ahora sonríe hoy será un buen día, no le des gusto a esas brujas.
- No puedo me siento muy triste.
- Solo no llores frente a ellas.
- No lo hare.
Entramos al salón las brujas me miraron y se reían de mi.
Maritza las miraba enojada.
Ya era hora de salir al receso, Maritza me propuso comer en las gradas de las canchas, acepte pero me lleve mi mochila, ya sabía que esas locas les encanta vaciar su jugo en mi mochila.
Maritza me convido de su manzana y su sandwich de atún, todo estaba delicioso y nutritivo.
Regresamos al salón, al entrar en el pizarrón estaba dibujado un cerdo y tenía mi nombre escrito.
Maritza lo borro yo mire a Zoe ella se carcajeo.
- ¡La cerdita Kami!, grito Samantha.
Maritza y yo nos sentamos, pues la maestra estaba entrando.
Al salir de clases, Maritza y yo fuimos las primeras en salir.
- Ignoralas Kami, no dejes que sus comentarios te afecten, creo que deberías de contarle a tu madre lo que te hacen esas dos.
- No me va creer, además tienen razón son una cerda, las lágrimas corrían por mi rostro.
- no es verdad ellas solo quieren dañarte por qué tienen envidia.
- Adiós nos vemos mañana amiga, me marché rápido mi madre ya me esperaba, seque mis lágrimas y me subí al auto.
Mi mamá me ignoro, ella seguía enojada conmigo.
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Comments
Lorena Angulo
me da mucha tristeza 😔😔
2023-06-25
0
Karime
que mal como puede creer mas en otros que su propia hija 😭😭😭
2023-04-14
1