Primera cita

Mi abuela y yo regresamos a casa.

- hoy estuviste distante Kami, paso algo.

- Nada abuela.

- Segura, por qué note extraño a Rodrigo también.

- Nada abuela, solo que le dije que no me hablara.

- ¿por qué cariño?

- odio que las personas me tengan lástima y me digan que soy bonita cuando no lo soy.

- Pero tu eres bonita Kami, que no te das cuenta.

- ¡No lo soy abuela!

- No se quién te dijo que no lo eres pero eres una tonta, tu eres bonita.

Me subi a la habitación sin cenar no tenía ganas de escuchar a mi abuela.

Esa noche analice todo y creo que si era muy tonta pensar que Rodrigo lo dice para dañarme, pero es que tantas personas se han burlado de mi, que ya no puedo creer en lo que las personas piensan de mi.

Hoy decidí que me tenía que disculpar con Rodrigo, no quería que tuviera una idea errónea de mi.

Nos saludamos como siempre, al entrar a la tienda se alejaba de mí.

- Rodrigo disculpame, le dije mientras limpiaba las mesas.

El me miró serio.

- Si te disculpo, se dio la media vuelta y siguió con su trabajo.

Entre a la cocina y comencé a picar las lechugas.

Ya era más rápida, la abuela acomodaba el pan en el mostrador.

Rodrigo dejo la escoba en la parte trasera, después sentí que estaba atrás de mi.

- Hoy te ves bonita niña, tomó una jarra y se marchó sin mirarme.

Yo sentí mis mejillas calientes, creo que el podría ser mi príncipe azul que tanto he esperado, pensé.

A la hora del almuerzo el volvió a pegar su rodilla con la mía, yo me puse nerviosa pero está vez no quite mi pierna.

Cuando mi abuela no se daba cuenta el me buscaba la mirada y sonreía. No podía aguantar su mirada, el me ponía nerviosa.

Después de una semana larga de trabajo llegó el fin de semana, mi abuela nos entrego nuestro pagó.

- Abuela ¿dejarías a tu nieta salir mañana conmigo?, quiero mostrarle el pueblo.

Mi abuela lo miro enojada.

- Solo le voy a enseñar el pueblo y la regresaré temprano a tu casa.

- ¿tú quieres ir?, me preguntó mi abuela.

- No se, dije nerviosa no esperaba que Rodrigo me invitará a salir, por qué ayer lo único que hablamos fue sobre los clientes y la masa para el pastel.

- No quiere ir, dijo mi abuela.

- Si quiero ir abuela, solo que no se a que hora va pasar el por mi.

- voy a pasar a las diez de la mañana va ver una exposición al aire libre.

- ¿Qué clase de exposición?, preguntó mi abuela.

- Son estructuras hechas de metal.

- Pero cuídala mucho por favor.

- te lo prometo abuela.

Yo no podía creerlo iba a ser mi primera cita, estoy tan nerviosa y al mismo tiempo no lo creo.

No pude dormir, pensaba en que ropa usar no quería mirarme mal y sentirme cómoda.

Me levanté muy temprano, me duche y comencé a probar toda la ropa que traía en mi maleta nada me gustaba, comencé a revisar la ropa que mi abuela me había entregado.

Encontré un conjunto muy cómodo, disimulaba muy bien mis lonjas, use el cabello suelto y encontré unas gafas viejas de mi madre, era un lindo look para pasar el día en el parque.

La abuela me insistió en desayunar pero no quería, estaba tan nerviosa que tenía ganas de vomitar.

El timbre comenzó a sonar, yo tomé mi pequeña mochila y abrí la puerta. El me miró y sonrió.

- Cuídala Rodrigo, dijo mi abuela molesta.

- claro que sí abuela.

- Vamos, ya está el taxi esperando.

- Si, me subí al taxi, Rodrigo iba a mi lado yo estaba nerviosa podia oler su perfume era muy refrescante.

Se miraba guapo con su gorra negra.

- ya llegamos dijo el taxista.

Rodrigo pago y me dio la mano para ayudarme a bajar.

- Espero te guste la exposición, la verdad es que quería que tus vacaciones no fueran solo trabajo.

- Gracias y si me gusta el arte.

- Si lo noté cuando preparas la comida te gusta que todo se mire perfecto.

- No es verdad.

- Si picas la fruta del mismo tamaño y la que no cuadra en tu ecuación la botas.

Pero sabes que las cosas que no son iguales a las demás son las más hermosas.

- No estoy de acuerdo.

- Tu eres diferente a las demás Kami y eso te hace única y hermosa.

El tomo mi mano y me jalo para que observará la primera escultura.

- ¿cuántos años tienes Rodrigo?

- Tengo 19

- Eres mucho mayor.

El se carcajeaba, por ser mayor no puedo invitarte a salir.

- Yo soy una niña tonta a tu lado, debes tener muchas mujeres queriendo salir contigo.

- si algunas pero me gustan las chicas más jóvenes.

- Eres un asalta cunas o algo así.

El se carcajeo

Me miró a los ojos estaba tan cerca que me quedé helada.

- ¿Soy un peligro para ti?

- No, mi corazón latía tan fuerte.

- Me gustas niña hermosa, trate de no mirarte por qué eres la nieta de mi jefa pero toda tu me vuelve loco.

- Mientes, dije molesta.

- Por qué te enojas, no me crees, no te estoy pidiendo nada solo quiero que sepas que me gustas y que quiero que te dejes consentir hoy, déjame.

- Ok pero si no me gusta lo diré.

- Totalmente deacuerdo, puedo tomarte la mano.

- Si puedes.

Al tomar mi mano yo sentía que flotaba, era un sueño acaso el era mi príncipe azul, creo que si lo era pensaba una y otra vez.

Mientras mirábamos las esculturas el me compro un globo que tenía una frase que decía eres tan bella.

Así que camine por todo el parque con mi globo sentía mucho vergüenza, pero la gente me sonreía.

Despues me llevo a comer, yo no tenía hambre pero el me insistió el pedía un emparedado y yo una ensalada.

- creo que son mejores lo de tu abuela, dijo cuando probó su emparedado.

- Si la ensalada le faltó aderezo.

Nos reímos juntos.

- ¿y ya pensaste que vas a estudiar más adelante?

- No la verdad he pensando en dejar la escuela.

- ¿por qué kami?

- No soy buena estudiante.

- Tu abuela siempre dijo que eras una buena estudiante

- Eso era antes, ahora solo trato de sobrevivir

- ¿por qué lo dices?.

- Las chicas de mi escuela de burlan de mi.

- Tal vez te tienen envidia por ser tan bella.

- Eres un mentiroso no soy bonita.

- Pues estás ciega señorita por qué para mí tu eres perfecta.

- Lo dices de broma.

El acaricio mi mejilla y me miró con deseo.

Yo me perdí en sus ojos.

- Muero por besarte pero no es justo para ti que yo solo te ilusione estos días y después tengamos que separarnos

Yo quería que el me besara, moría por un beso tierno de un apuesto joven.

- Perdoname será mejor que te lleve a casa.

Yo me quedé callada, creo que después de todo yo no le gustaba.

Al llegar a la casa de mi abuela me abrazo y solo me dio un beso en la mejilla.

Yo estaba triste, creo que el solo estaba jugando conmigo.

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