No lo superamos

Durante esa semana, Maritza pasaba a dejarme los apuntes y me prestaba su celular para hablar con Rodrigo.

Le conté a Rodrigo que mi amiga Maritza era la que me prestaba su celular, solo teníamos poco minutos para hablar, porque el negocio estaba más lleno que en vacaciones.

A veces cuando Maritza se marchaba sentía nuevamente ese vacío y comenzaba a comer, después me sentía mal, pero el estar encerrada y sola no me ayudaba.

El fin de semana mi mamá estuvo en casa pero no me dirigía la palabra, seguía ignorando mi presencia así que yo hice lo mismo, tenía muchas ganas de hablar con Rodrigo los fines de semana nos mandamos muchos mensajes y nos hablamos por muchas horas.

En mi mente imaginaba que Rodrigo llegaría a salvarme de mi madre, que escaparemos juntos y tendríamos un final feliz.

Estaba muy enamorada de él, todo el día me la pasaba pensando en el, soñando despierta con nuestro encuentro, quería escapar y correr a sus brazos, pero la realidad era que tenía que vivir con mi madre y soportar a las tontas de mi salón que me molestan.

Pensaba en lo que Maritza me había contado y si Rodrigo fuera mi primera vez, me daría mucha pena que mire mi cuerpo, no lo soportaría, tal vez no le guste y me rechacé, entonces me ponía a comer, después saltaba como una loca tratando de bajar las calorías que había ingerido.

Me miraba al espejo y me detestaba, si Rodrigo y yo lo hiciéramos creo que sería muy incómodo y no sería lindo, las lágrimas salían de mi rostro, después las limpiaba y pensaba en una dieta, en una rutina de ejercicios quería tener un lindo cuerpo para el.

Al regresar a la escuela, trate de entrar a la dirección y explicar lo que me había sucedido, pero no tuve el valor.

Llegué al salón Maritza, me saludo.

- Hola amiga, bienvenida.

- Sabes que si extrañe todo esto, claro menos a esas dos tontas.

- Ignoralas, me enteré de algo mientras no estabas.

- ¿De que?

- El profesor de inglés está acostándose con Samantha.

Mi expresión lo dijo todo, Maritza movía la cabeza diciendo si así es.

- ¿cómo sabes?

- Las escuché en el baño, yo estaba ahí cuando ellas entraron y corrieron a las demás pero yo me escondí me subí al escusado.

Entonces Samantha dijo te dije que acostarme con el me iba a traer cosas buenas, gracias a el corrieron a kami, bueno no lo dijo así ya te imaginarás como dijo la tonta, si no me importa y luego.

Pues el tipo lleva saliendo con ella desde el año pasado antes de salir de vacaciones ella se le ofreció por qué la materia la iba a reprobar.

Pero el tipo es mucho mayor que ella, si pero a ella no le importa, siempre sale con hombres muy mayores que parecen su papá.

Creo que deberíamos de entregar una nota anónima al director sobre su relación para que la corran a ella.

- Lo van a correr a el.

- Si pero así ella ya no sería la alumna que todos creen.

- No lo sé Maritza yo no quiero problemas.

- Bueno era una idea que se me ocurrió. Ya te regreso tu mamá tu celular.

- No

- El tonto de Ian te marco y tu mamá contesto.

- ¡No cómo crees!

- Si amiga pero cuando escucho la voz de tu mamá le pregunto por Pablo, tu mamá me contestó que estaba equivocado.

- Al día siguiente me preguntó si tú mamá te había quitado el celular y le dije que si.

- Pues mi madre no me ha dicho nada ni me lo ha regresado.

- Qué mal amiga.

La maestra entro al salón y puso un examen sorpresa de lo que habían visto en la semana, no me sentía nerviosa por qué mi amiga me había pasado los apuntes y cuando comenzaba a pensar en tonterías o comer, optaba por leer mis apuntes y repasar las clases.

Zoe y Samantha me miraban, se reían porque pensaban que yo iba a reprobar.

Al terminar el examen la profesora salió del salón y Zoe se me acercó.

- Creo que terminarás el siguiente año escolar en otra escuela por qué aquí no creo que dures con tu mala conducta y tus malas calificaciones.

- Gracias por preocuparte, fue lo único que pude contestar.

- Samantha se acercó para darme una cachetada y Maritza la detuvo.

- deberías de pensar las cosas dos veces Samantha.

- ¡Cállate machorra! le gritó Samantha

Maritza se empezó a reír.

- Ya déja a las novias en paz, no puedo creer que te gusten gordas Maritza.

- ¡idiota!, grito Maritza siguiendo con un puño a Zoe.

- ¡Si, te gusta la gorda!, grito Samantha.

- Tranquila amiga no le hagas caso.

Las brujas se marcharon, se reían a carcajadas.

- Ya amiga tranquila, no les hagas caso.

- Maritza estaba furiosa.

- ¿que pasa tranquila yo sé que no te gusto?

- Obvió no, es solo que me choca que me digan machorra solo por qué me gustan los deportes, que bueno que nunca les conté lo que me pasó en mis 15 por qué ya toda la escuela lo iba a saber.

- Tu secreto está seguro conmigo amiga.

- Lo se amiga.

Salimos del salón con nuestros almuerzos, nos sentamos en las gradas de siempre.

- Te puedo hacer una pregunta, tenía algo que me daba muchas vueltas en la cabeza ella ya superó a su primer amor.

- Si claro

- Te gusta alguien de la escuela.

- si, dijo sin importancia

- ¿quién?

- Me gusta el chico de allá.

- ¿El más alto?

- Si creo que es por qué me recuerda a el, es alto y cuando hablo con el tengo que alzar la mirada como lo hacía con el.

- ¿Entonces no lo has superado?