Fanáticas

Hoy Rodrigo me entregó otra caja pequeña, en ella se encontraba una pequeña rosa, era de las rosas silvestres de los jardines de la iglesia. También contenía una pequeña nota.

Es la primera flor de muchas.

Yo quería salir abrazarlo y decirle que me encanta que sea un romántico.

Cuando entro, lo único que hice fue buscar sus labios y besarlo.

- Te gustó la flor.

- Me encanto.

- Estuve pensando, me gustaría decirle a la abuela que si me da permiso de tener una relación contigo para no ocultar esto.

- No y si se enoja, le va decir a mi mamá y yo soy menor, mi mamá me mata, dije preocupada.

- Tienes razón no pensé en tu mamá.

La abuela volvió a gritar su nombre.

- ¡Rodrigo necesito ayuda!

El salió corriendo.

A la hora del almuerzo, ambos bajamos la mano debajo de la mesa para tomarnos de la mano, el se reía.

Y yo cada que mi abuela nos dejaba solos lo besaba.

- Me escribirás.

- Sabes que si.

- ¿quiero saber cómo te va?

- Si

- vendrás en cuando tengas varios días libres.

- Le pediré a mi madre que me mande con la abuela, también le diré que si puedo quedarme a vivir con ella.

- Sería una buena noticia.

El almuerzo termino y regresamos a nuestros labores.

Nos despedimos rápido por qué mi abuela estaba todo el tiempo cerca de mi.

Los días fueron pasando rápidos, el y yo nos comenzamos a desvelar mientras nos texteamos, ya sabía su color favorito era el color negro, su sabor favorito de helado era el de galleta oreo, su comida favorita eran los tacos de pescado, ya nos estábamos conociendo mejor.

El fin de semana llegó, volvió a pedirle permiso a mi abuela, le dijo que tenia un partido de fútbol, que su hermana iba a estar ahí con nosotros.

Mi abuela le decía que no tenía problema mientras llegara temprano.

Quedó que pasaría por mi a las nueve.

Esa noche estaba feliz, pensaba en la ropa que me pondría en que tenía que verme linda por qué estarían todas sus fans y que su hermana iba a conocerme.

Termine usando ropa que mi madre había dejado en la casa de mi abuela cuando era joven.

Me sentía cómoda porque ocultaba mis lonjas, al estar con mi abuela y tener una buena dieta me había ayudado a sentirme un poco más delgada o creo que era que al estar enamorada y que el me llamara hermosa me hacía sentir hermosa.

Baje las escaleras la abuela me decía que me portará bien, yo le decía que si, la abrazaba por darme permiso, mía abuela se quedó pasmada porque yo jamás la abrazo. Pero la razón era por qué me sentía insegura.

El tocó el timbre, yo sentía que el corazón se me aceleraba, las manos me sudaban.

Al abrir la puerta el me sonrió.

- ¿Y tu hermana?, preguntó mi abuela

- Ella nos alcanzará en las canchas

- Por favor cuídala.

- Si lo voy hacer abuela confíe en mí.

- Adiós abuela.

- Adiós

El me abrió la puerta del taxi.

- Pensé que nos iríamos caminando.

- El partido va ser en otro lugar.

- Muy bien, nos tomamos de la mano.

- Te ves hermosa.

- Gracias tu estás muy bien, dije nerviosa.

Llegamos a un estadio, el me tomó de la mano, entramos al lugar de escuchaba gente animando.

El se detuvo y me abrazo.

- puedo besarte.

- No necesitas pedirlo Rodrigo solo hazlo.

Nos besamos con pasión, sentía mi cuerpo hirviendo, ese beso era el más largo que nos dimos.

- Vamos que mi hermana se muere por conocerte.

Caminamos tomados de la mano, llegamos a las gradas estaba lleno. Me puse muy nerviosa, me quedé helada.

- Vamos bebé que no te de miedo, yo estoy a tu lado.

Lo mire y sonreía.

Su hermana corría a saludarnos.

- ¡Rodrigo hola!, gritaba

- Hola, dijo sonriendo cuando me miró.

- Hola soy Kami

- Hola Kami soy Miranda, me da gusto conocerte, me abrazo con muchas fuerzas.

- Por favor cuídala, voy a entrar a jugar kami, el me acaricio la mejilla y me dio un beso rápido.

- No podía creerlo el me besaba frente a tanta gente.

- ven vamos cuñada.

Camine atrás de ella y nos sentamos.

Este es un partido muy importante para mí hermano, hay muchos reclutadores, tal vez lo elijan.

- Vaya el no me, dijo eso.

Algunos de sus seguidoras, me miraban horrible.

- Ignora kami ellas así son.

- ¿Son tus amigas?

- No lo son, pero si les hablo por qué ellas apoyan a mi hermano.

- creo que no les gustó la idea que Rodrigo tuviera novia.

- Eso se nota, pero Rodrigo te eligió a ti.

Era verdad Rodrigo me eligió a mí me sentía muy feliz, miraba a Rodrigo corriendo por toda la cancha, pero mi mente arruinaría ese momento feliz.

Te irás y el se quedará con todas esas fanáticas.

Sentí dolor, trate de sonreír pero mi rostro lo decía todo. Extrañare horriblemente a Rodrigo, aunque hablemos y nos mandemos mensaje voy a extrañarlo horrible.

- Estás bien te ves pálida, Kami.

- Estoy bien, sonreí.

El partido termino la verdad es que estaba tan afectada por pensar que no estaremos juntos que no pude gritarle.

Todas gritaban su nombre y aplaudían por qué metía gol.

Miranda y yo esperamos a que salieran los jugadores.

- El se despedía de sus amigos.

- Van a dar una fiesta en la casa de Luis.

- Genial, vamos, dijo Miranda.

- ¿Tu qué dices Kami?

- Si, dije nerviosa.

La verdad no estaba muy feliz, eso implicaba que el me presentaría a sus amigos.

Y no quiero que se burlen de el.