Capitulo 10

Danna:

Me había quedado dormida. Me removí sintiendo que ya tenía hambre. Me daba muchísima pena en ir a molestar a Megan. Bastante ya había hecho como para que además fuera a quitarle su comida.

Tocaron la puerta. Miré hacía la puerta, ¿Quién podría ser? Miré por la ventana que daba al edificio de enfrente, ya era de noche. ¿Tanto dormí? De nuevo volvieron a tocar a la puerta. Me levanté con ganas de no hacerlo.

Abrí empujando con gran fuerza. Sonreí al ver a Megan que levantó sus manos con unas bolsas.

Danna: No te hubieras molestado.

Megan: No es ninguna molestia. Al contrario. Me puse a pensar en el camino, no conoce el lugar y no sabe donde se encuentra el supermercado.

Sonreí tomé las bolsas.

Danna: Te prometo en pagarte todo lo que has gastado conmigo.

Megan: claro. Por cierto, hay una vacante en el trabajo. Me ascendieron hoy…

Me dio tanta felicidad que la abracé con tanta fuerza.

Danna: Te lo mereces.

Megan: En un rato iré a presentar mi renuncia en la cafetería.

Asentí con la cabeza. Las dos empezamos a sacar todo lo que estaba en las bolsas, había de todo un poco, fruta, cereal, panecillos, café, té, jugos, ensaladas.

Mis ojos se llenaron de lagrimas, de nuevo recordé lo que era vivir en mi casa, donde no tenía que preocuparme por nada. Todo ya lo tenía listo.

Megan: Vamos Danna, no estes triste. No me gusta ver esos ojitos llorosos.

Ella se acercó rodeando mis hombros con su brazo, me atrajo hacia el sillón que estaba allí, me hizo sentarme. Bajó su carita para que la mirara. Sonreí, me había causado mucha curiosidad.

Megan: Ves, si se puede sonreír.

Danna: Sé que si. Solo que los recuerdos dolorosos son muchos.

Megan: Te tengo una buena noticia. Te conseguí empleo.

Danna: Ya me has dicho que hay una vacante en tu empleo. Pero es empresa de un Ferrer y no lo aceptaría por nada del mundo.

Ella puso su mano en las mías, con su otra mano me tomó de la barbilla para que la mirara. Pasaba mi cabello hacia atrás de mi oreja, suavemente acariciaba mi cabello.

Megan: No eres la única que ha pasado por un mal momento. Eso te lo puedo asegurar. No sé lo que pasó, pero si te encierras en ese pasado, nunca podrás salir adelante.

Danna: Sé que tengo que ser fuerte y lograr salir adelante, pero no me siento capas ahora. Todo ha sido muy reciente.

Megan: Se escuchar.

Danna: No lo dudo, pero en verdad ahora no.

Ella se levantó con una gran sonrisa. Me extendió su mano, le entregué la mía.

Megan: Hagamos una cosa. Sé que no quieres estar cerca de los Ferrer. Aquí como te dije hay muchos negocios que so de ellos y te los vas a topar de una o de otra manera. Ven mañana conmigo. Has la entrevista, si no te parece o no te convence, solo no lo aceptes.

Negué con la cabeza, de cierta manera no le podía decir no, por que ella realmente no sabe lo que me ha pasado y por consiguiente ella tiene en su cabeza que es un asunto de mal de amores.

Levanté mi mirada… El brillo de sus ojos me decía que si podía enfrentar lo que estaba por venir.

Danna: Tienes razón, por lo que me hayan hecho no significa que tenga que esconderme por culpa de ese hombre.

Megan: Así se habla. Sonríe, te vez mejor con esa hermosa sonrisa.

Miré a Megan que tomó su bolso. Sacó una carpeta entregándomela.

Megan: Pasó por ti a las 7:30 am. Puedes llenar tu curriculum.

Danna: Te veo en tu departamento, para que no tengas que subir.

Ella asintió con la cabeza. Le dio trabajo abrir la puerta, negó con la cabeza.

Megan: Tenemos que componer esta puerta.

Danna: Será lo primero.

Ella levantó su mano en señal de adiós. Le devolví el gesto. Solté un gran suspiro. Al menos estando platicando con alguien podía olvidar los malos ratos que tenía en mi mente.

Tomé un jugo y unos panecillos. No tenía ganas de comer nada. Todo pasaba por mi mente.

Me senté en la silla recordando ese día… Mis gritos para que se detuviera, mis ojos se llenaron de lagrimas.

¿Pensaba que si era normal sentirse de esa manera? Levanté mi blusa viendo aun las marcas de ese hombre en mis pechos, eran moretones que me causó mientras me maltrataba. Quería borrarlos… empecé a pasar mis manos con fuerza en mis pechos, sintiendo dolor, mis lagrimas caían.

Me metí al baño para lavarme los dientes. Me eché un poco de agua en mi rostro, mis lagrimas se combinaban con el agua. Pasé una de las blusas que traía puesto. Para limpiar mi cara.

Me recosté en el colchon, tenía un olor a humedad. Mis lagrimas siguieron cayendo. Nada de esto me hubiera pasado si no hubiera salido esa noche y me hubiera quedado en casa en compañía de mi padre o me hubiera llevado a Jorge conmigo.

Abracé mi cuerpo con gran fuerza.

Danna: Por favor, quiero olvidar, quiero salir de esto que me duele mucho, me esta derrotando. Pro favor Dios, ayúdame a superarlo. Sé que no soy la primera ni al ultima, pero es horrible.

Mis lagrimas caían sin poder contenerlas, el cansancio del viaje, el cansancio emocional, me había hecho caer en un profundo sueño.

Luciano:

Miré la hora, eran las 11:45 pm, aun seguía en la oficina, necesitaba los últimos detalles de las cotizaciones de Megan.

Negué con la cabeza.

En ese momento me detuve… Me recosté en el respaldo de la silla… Puse mis brazos en los reposeros mientras pasaba mis dedos en mis labios.

Cerré mis ojos recordando ese magnifico momento cuando la hice mía. Escuchar sus gritos de placer, sus gritos de dolor… Saber que era su primera vez me movía cada uno de mis sentidos. Me llevé la mano hacia mi miembro que estaba teniendo una gran sensación al recordar cada parte de su magnifico cuerpo. Empecé a masajearme. Abrí el botón de mi pantalón sacando mi miembro.

Sinceramente que hermosa mujer. Tuve la oportunidad de ser el primero, recordar sus hermosos ojos, su timidez y su pudor. Una manera fácil de hacer sentir lo importante que puede ser para una mujer su primera vez.

Mi cuerpo estaba demasiado caliente, al recordar cada momento de esa noche. Sonreí sabiendo que algún día regresaría a Inglaterra para verla, lastima que para mi era una mujer prohibida. Me bastaba saber que Dinora por más que me lo eche en cara, sabe que lo que pasó con esa mujer tenía que ser de esa manera para demostrarle que un Ferrer, puede ser tan hombre como cualquiera que ella pudiera conseguirse.

Solté un gran suspiro, sintiendo como me estaba liberando con los recuerdos de aquella chica… Tomé con mis manos mi liquido para no dejar que cayera nada. Tomé una servilleta, levantándome de la silla. Me acomodé mi ropa.

Luciano: Tengo que volver a verte, no me importa como le haga pero tendré que volver a dar contigo.

Bajé la tapa del portátil. Tomé mi móvil y mis llaves, cuando mi móvil sonó.

Llamada:

- Hola mi amor… ¿Ya vienes?

- No Dinora, no creo poder ir a verte. Te comenté que tengo mucho trabajo.

- Bueno, ni hablar, quería hacer el amor antes de irme de viaje con mis amigas.

- ¿Ahh si? No me habías dicho que te ibas.

- Bueno es algo que decidimos hoy, será como 2 o 3 meses.

- ¿Dónde?

- Nos vamos a Marruecos.

- Bueno, cuídate mucho. Cualquier cosa me llamas.

- Si amorcito.

Rodé los ojos al escucharla, solté un gran respiro, al menos este tiempo me serviría para pensar mejor las cosas sobre mi relación con Dinora que estaba tan deteriorada más que cualquier llanta de auto.

Tomé mi móvil haciendo una llamada.

Llamada:

- Que tal Ciro, ¿Dónde te andas?

- Hola Luciano, en mi departamento.

- ¿Acompañado?

- No, ya la llevé a su casa.

- Te veo en tu departamento. Necesito contarte muchas cosas. Una en especifico que hice en Inglaterra.

- ¿Bueno o malo?

- Depende de como lo quieras tomar.

- Dale, amigo. Te espero.

Terminé la llamada, sabía que Ciro me escucharía son juzgarme y sobre todo que él me entendería el motivo por el cual hice lo que hice con esa chica.

Empecé apagando las luces, todo estaba quedando a oscuras. Oprimí el botón del ascensor. Las puertas se abrieron, entré al ascensor, las puertas se cerraron. Miraba el móvil donde tenía las fotos que nos habíamos tomado Dinora y yo en este viaje. Las seleccioné y les di eliminar.

Las puertas se abrieron. Salí viendo a los vigilantes. Me despedí de ellos. Quité la alarma de mi auto, abrí la puerta, entré.

En mi mente pasó de nuevo ese momento. Sonreí ¿Cómo es que pude disfrutar como nunca haber estado con otra persona y no con Dinora?

Metí reversa, giré pisando el acelerador, saliendo a toda velocidad para el departamento de mi buen amigo Ciro.

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Valentina

Megan

Luciano

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