Capitulo 5

Danna:

Sentí mi cuerpo removerse. El pánico entró en mi rápidamente levantándome con gran brusquedad golpeando la mano que me estaba tocando. Miré a mi padre que estaba a un lado sorprendido por mi reacción.

Donatto: Hija, discúlpame. Me preocupe en que todo el día no quisiste bajar.

Miré a mi padre sintiendo un gran dolor en mi corazón.

Danna: Me quedé dormida. No me di cuenta del pasar de las horas.

Miré hacia afuera viendo que ya era de noche. Era tanto lo que quería olvidar que no me percaté de la hora y mucho menos de todo lo que había pasado.

Donatto: Hijita, de mi vida… ¿Qué te sucede?

Me levanté del sillón, el cuerpo aun me dolía y lo hice con mucho cuidado.

Danna: ¿Eso quiero saber? ¿tienes enemigos?

Mi padre me miraba sin entender mis palabras, se levantó cambiando de aspecto.

Donatto: No, no tengo enemigos. He trabajado correctamente toda mi vida. No tengo nada a quien deberle nada.

Danna: NO TE CREO.

Donatto: tampoco te entiendo. Danna, me ha costado mucho trabajo llegar hasta donde estoy. Me he esforzado por mi solo, cuando tu madre nos abandono, siempre he tratado de cumplir contigo como padre y como empresario. Siempre con la mente en alto sin dañar a nadie ni perjudicar. Que tenemos competencias por los otros concesionarios, eso es cierto, la competencia siempre va existir. PERO ESO NO NOS HACE ENEMIGOS.

Miré a mi padre que me decía las cosas con tanta seguridad, imposible de no creer, pero sabía que me estaba ocultando algo. Ese hombre me dijo que algo le había hecho y tenía que saber lo que le realmente estaba tras de todo esto sucedido.

Mi padre me agarró con fuerza de los brazos.

Donatto: dime Danna, ¿Qué fue lo que te paso? ¿Por qué tus preguntas? ¿Por qué tus dudas hacia lo que te digo?

Negué con la cabeza… mis ojos dejaron caer mis lagrimas que sin querer hacerlo ya estaban por mis mejillas… Me cubrí el rostro con mis manos, no podía ver a mi padre y decirle lo que me habían hecho. No podía. No quería.

Donatto: DIMEEEE…

Me sostuvo mis manos apartándolas de mi rostro.

Donatto: si no me dices, no puedo ayudarte. ¿Te asaltaron? ¿Te insultaron?

Negué con la cabeza a ambas preguntas de mi padre, levanté mi mirada pidiendo a gritos con ella que no me preguntara, pero él insistía.

Danna: PAPÁ….

Donatto: Dime Danna…

Danna: PAPÁ… ME VIOLARON…

Me arrojé al cuerpo de él en busca de su apoyo y su ayuda. Mi padre haría hasta lo imposible para ayudarme, lo sabía. Él me tendería la mano para mi ayuda.

Mi padre me apartó de su cuerpo, sosteniéndome de los brazos. Me soltó negando con la cabeza… su mirada estaba sin ningún tipo de expresión, él estaba muy serio…

Donatto: ¿Qué HAS DICHO?

Danna: Un hombre me dijo que era tu enemigo y que iba a cobrarse conmigo todo lo que le habías hecho. Me dijo que era un Ferrer y que tenía que pagar lo que le hiciste.

Mi padre me miraba negando con la cabeza, dio, tres pasos hacia atrás.

Donatto: ESO ES IMPOSIBLE. JAMÁS… ME OYES… JAMÁS UN FERRER SERÍA UN ENEMIGO MIO.

Mis lagrimas caían por mis mejillas llevándome mi mano en mi boca por el miedo a su reacción… él sin duda alguna sería un golpe duro lo que le estoy diciendo. Lo podía ver. Su mirada de odio hacia ese apellido se le notaba.

Donatto: ¿Cómo PUDISTE FALTAR A MI APELLIDO?

Danna: ¿Qué cosa?

Donatto: NO ERES DIGNA DE LLEVAR MI APELLIDO.

Danna: ¿Qué dices papá?

Donatto: LARGATE, QUIERO QUE TE LARGUES DE MI CASA, NO QUIERO UNA HIJA QUE POR UNAS CUANTAS COPAS SE DEJÓ SEDUCIR PARA IR A REVOLCARSE EN LA CAMA DE UN DESCONOCIDO, INVENTANDO UNA ESTUPIDA HISTORIA.

Danna: ¿Queee? Te estoy diciendo la verdad.

Donatto: DESDE ESTE MOMENTO DEJAS DE CONTAR CON MI APOYO. NO ERES MERECEDORA DE NADA QUE POR MUCHO TIEMPO ME HE ESFORZADO PARA DARTE LO MEJOR. TE DI ROPA, ALIMENTO, VIAJES, ESTUDIOS Y ¿ASI ME PAGAS? ERES UNA DESHORRA.

Mi corazón estaba rompiéndose en mil pedazos al escuchar a mi propio padre como me estaba despreciando sabiendo que no era mi culpa nada de lo que paso… aun así se atreve a echarme la culpa.

Danna: Papá no me digas eso… no me tuve la culpa.

Donatto: UNA MUJER DECENTE SIEMPRE DICE NO A UN DESCONOCIDO.

Danna: Te estoy diciendo que me tomó a la fuerza.

Miré a mi padre tan furioso, viendo como levantó su mano con gran fuerza soltándome una fuerte cachetada, me hizo sentir el peor de los dolores que un padre le puede causar a su hija… Me llevé la mano hacia donde había recibido el golpe.

Donatto: QUITATE DE MI VISTA… DESDE AHORA EN ADELANTE PARA MI ESTAS MUERTA. VERÉ LO NECESARIO PARA QUE NO RECIBAS NI UN SOLO EURO DE MI DINERO… QUERIAS SER INDEPENDIENTE… PUES SUERTE CON ESO…

Mi padre se dio la media vuelta, corrí hacía él viendo que había abierto la puerta de mi habitación… su hombres de seguridad miraron cuando me dejé caer hacia su abrazo sosteniéndolo con fuerza.

Danna: PAPÁ TE JURO QUE NO FUE MI CULPA.

Donatto: ESTAS MUERTA PARA MI… LO QUE HAGAS EN AHORA EN ADELANTE ME TIENE SIN CUIDADO. LARGATE AHORA MISMO DE MI CASA… LAAARTGATEEEEE…

Danna: PAPÁ….. POR FAVOR… NO ME ECHES… SOY TU HIJA Y NO TUVE NADA QUE VER CON LO QUE ME PASÓ.

Mi padre me miró con cierto desprecio.

Donatto: VETE DE MI CASA. NO MERECES EL AMOR DE LESTER NI NADA DE LO QUE EN VIDA QUERÍA DARTE. LARGATEEEEEEE…. ERES UNA…. PERDIDA VULGAR MERETRIZ…. JAMÁS TE EDUQUÉ ASÍ.

Me empujó soltando mi mano, caí al piso sin creer lo que estaba pasando. ¿Cómo mi padre no creía en lo que le decía? y más después de decirle que uno de sus enemigos lo había hecho. Mis lagrimas caían desbordantemente. Mi corazón estaba deshecho, mi vida era un completo caos.

Mi padre entró a su habitación cerrando con un gran portazo sintiendo hasta el piso temblar del gran golpe.

Golpeé tan fuerte como pude el piso, no quería irme. ¿A dónde podría ir? Sin dinero, sin alguien que me pudiera apoyar en este momento.

Negué con la cabeza, Jorge mi guardaespaldas corrió para mi ayuda.

Jorge: Danna, Danna… ¿Qué sucedió?

Danna: Mi padre me culpa de algo que pasó y me ha echado de la casa, de su vida, de todo.

Jorge: Debe haber un gravísimo error.

Danna: No, no, no… no hay ningún error. No quiere reconocer que por culpa de él me pasó lo que me pasó.

Jorge con toda la delicadeza del mundo me ayudó a levantarme, entramos a mi habitación, no lograba contenerme, estaba emocionalmente destrozada con las palabras de mi padre que fueron lo que terminó matando mis esperanzas de poder encontrar al culpable.

Jorge: Danna, se que no es de mi incumbencia, pero ¿Qué te sucedió? El señor Donatto, estaba muy preocupado por ti, hizo todo un revuelo para poder dar contigo por que no aparecías.

Lo miré pero no podía decirle que un miserable me había desgraciado la vida. Negué con la cabeza, no podía tampoco ver a Jorge a los ojos. Era como saber que aunque quisiera defenderme, nadie me creería y menos ahora.

Danna: No puedo hablar… no quiero hablar de ello.

Él me tomó de la barbilla mirándome con mucha tristeza y ternura.

Jorge: De acuerdo. ¿Qué harás?

Danna: Mi padre me echó de la casa y de su vida. Lo he perdido todo. En pocas palabras nada de lo que tengo aquí me pertenece.

Jorge: Lo dijo por que esta todo reciente. Dale unos días.

Negué con la cabeza, me levanté del lado de Jorge apartando mis lagrimas.

Danna: NO. NO LE PIENSO DAR NINGÚN DÍA. COMO SU UNICA HIJA DEBIÓ CREER EN MI. ME DIJO COSAS MUY FEAS, ME INSULTÓ, ME OFENDIÓ. MI MISMO PADRE ME HUMILLÓ. NO ME VOY A QUEDAR. ASÍ TENGA QUE IRME DE ESTE LUGAR LO HARÉ. QUIZÁ NO SEA LA MUJER PERFECTA… TENGO DEFECTOS, COMETO ERRORES, PERO ESO A NADIE, A NADIE… ABSOLUTAMENTE A NADIE LE DA DERECHO DE HACERME SENTIR LA CULPABLE DE LO QUE ME PASÓ CUANDO SÉ QUE NO HICE NADA MALO.

Jorge me miraba sin entender mi dolor. Me hubiera esperado hasta que el mismo Lester que sueña en casase conmigo me lo hubiera dicho pero ¿mi padre? ¿Con que derecho?

Caminé hacia el armario, empezando a sacar un poco de ropa que yo misma me había comprado. Si bien no eran bastante pero al menos era con mis ahorros. Mucho tiempo dependí de lo que mi padre pudiera darme, este es el momento tal y como él lo dijo: “independizarme”…

Bien podía hacerlo, tengo estudios y puedo salir adelante sin tener que depender más de él.

Jorge se acercó a mi, me rodeó con sus brazos por la espalda, me giré para quedar frente a él, respondiéndole el abrazo empezando a llorar como una niñita que le han quitado su juguete.

Jorge: Danna. Eres una mujer valiosa.

Danna: Ya no lo soy. Me quitaron todo. Hasta mi dignidad.

Me aparté de Jorge, quería salir de este lugar lo antes posible, no quería que mi padre saliera de su habitación y me encontrara para que siguiera insultándome frente a todos…

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Danna

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