Capitulo 19

Danna:

¿Qué cosa? ¿Cómo demonios dio conmigo? Recordé que no tenía mi carperta, sin embargo tampoco tenía mi dirección de donde vivía.

Danna: No… no abriré… Así que vete.

Luciano: No me iré. Basta que baje y le pida a Benjamin la llave y créeme que entraré sin tu permiso.

Danna: Hablaré a la policía.

Luciano: Haslo.. es más ahora lo voy hacer para ahorrarte el mal momento, le explicaré como dañaste mi auto… ES PROPIEDAD PRIVADA.

Rodé los ojos… Negué con la cabeza… Me miré que estaba aun con la toalla… solté un respiro.

Danna: ESPERA.

Caminé hacía mi habitación poniéndome una playera y un short… Esperaba que solo me dijera la deuda de su auto y se largara.

Abrí la puerta como siempre dándome mucho trabajo… La bendita puerta cedió… sentía mis pechos como se removían por la brusquedad al abrir, no tenía el sujetador pero al menos era una playera ancha y no se notaría nada.

Levanté mi mirada donde él me miró fijamente… entre abrió sus labios de una manera, causando que tragara saliva. Este hombre era demasiado provocador.

Danna: ¿Cuánto te debo de lo de auto?

Luciano: ¿Puedo pasar?

Miré hacía adentro de mi cuarto, sinceramente no es que quisiera que pasara, quería que esto quedara finiquitado y se largara. Negué con la cabeza.

Danna: No… allí esta bien.

Él pasó de mis palabras entrando sintiéndose dueño del lugar.

Danna: Esta bien pues pasa.

Empujé la puerta dejandola medio abierta… cualquier cosa que me hiciera tendría la oportunidad de salir corriendo. Él se sentó en uno de los sillones sacando una cajetilla de cigarrillos.

Luciano: ¿Tendrás un cenicero?

Solté un respiro, negando con la cabeza. Caminé hacia la pequeña cocina para traerle un vaso y pudiera depositar su ceniza. Si no lo hacía capaz y tiraba la ceniza en el suelo y tanto que me costó dejar limpio.

Lo dejé en la pequeña mesita de centro. Lo miraba sin entender su presencia. Además que estaba más que claro que él no encajaba en un lugar como este. Era demasiado pretencioso y demasiado elegante como para estar en este cuarto humilde. Ya me imaginaba su super mansión o su departamento todo lleno de lujos. Justamente como la que poseía en Inglaterra.

Me senté en el otro sillón quedando de frente. Subí mis piernas al sillón abrazándolas. Él me miró soltando su humo… sonrió.

Danna: Lamento lo de tu auto… no sé como pero te prometo pagarlo.

Luciano: ¿Cómo? No tienes empleo…

Danna: Encontraré.

Luciano: si sabes lo que cuesta un daño de ese auto… ¿cierto?

Negué con la cabeza, claro que podría imaginarme lo que costaría pero tampoco podía tomar el dinero de la tarjeta de Jorge y menos ahora que la había perdido.

Luciano: Danna… Por que me odias sin darme la oportunidad de conocerme un poco.

Sentí mis ojos arder, mis lagrimas se empezaban a formar en mis ojos… aparté la mirada, no quería que me viera de esta manera y tampoco podía hablar de lo que me había sucedido con alguno de los de su familia.

Luciano: ¿Qué te hizo alguno de los Ferrer?

Danna: Nada. Solo jugaron conmigo.

Luciano: De acuerdo. Eso ya es un super avance…

Los dos sonreímos… sus palabras entre broma y curiosidad me hacía pensar que a lo mejor no es como creo que serían todos.

Luciano: Me dijiste que te utilizaron, que te humillaron… ¿a que te refieres? ¿Te intentaron enamorar o que fue?

(Escuchen- Unstedy)

Levanté mi mirada dejando caer mis lagrimas que estaban contenidas… Miré hacia abajo… Negué con la cabeza…

Luciano: si me dices… puedo ayudarte.

Danna: no puedo decirle. No quiero hablar de ello. Es alguno de su familia y no lo entenderías.

Luciano: PUEDO SER CAPAS DE COMPRENDER.

Lo miré, sentía un fuerte dolor en mi alma, ¿Cómo me podía él información sobre lo sucedido? Negué con la cabeza.

Danna: Lo que me hayan hecho lo pienso superar de una o de otra manera.

Luciano: Lo sé. Eres una mujer capas, pero tus reacciones dejan mucho que desear.

Entrecerré mis ojos mirándolo fijamente.

Danna: tristemente en esta vida, hay buenos y malos hombres… Lastima que me tuve que topar con un Ferrer.

Él negó con la cabeza, me miró, se puso de pie llegando hasta donde me encontraba… Se puso de cuclillas… Lo seguía con la mirada. Tomó mis manos que rápido las aparté…

Luciano: De acuerdo.. de acuerdo. No me acercaré a ti.

Él se puso de pie, topando con la mesita de centro, casi cayendo. Rápido me levanté para sostenerlo del brazo y que no terminara rompiendo nada del lugar… al tomarlo él perdió el equilibrio llevándome con él al suelo… sentí sus brazos que giró para que no me lastimara los cristales de la mesa que se había roto al caer.

Danna: aaayyyy…

Él había caído encima de los cristales. Me removí donde su mano al intentar apartarme de él rosó con uno de mis pechos. Él me miró un poco temeroso de mi reacción.

Luciano: Lo lamento… no quise tocarte.

Me aparté rápidamente de su lado.

Danna: No te vayas a lastimar. Ahora regreso.

Él como pudo empezó a levantarse mientras iba por el recogedor de basura y la escoba… él me miraba… se acercó a mi tomando la escoba y el recogedor.

Luciano: No te acerques… te puedes cortar.

Él empezó a barrer, causándome un poco de gracia al verlo… Un hombre con mucho dinero y barriendo unos cuantos cristales. Levantó todo, caminó hacia la cocina dejando todo en el basurero.

Luciano: Danna…

Danna: Debes irte, por favor.

Luciano: Te pasaré la factura del gasto de mi auto. Me pasas el gasto de tu mesa.

Sonreí asintiendo con la cabeza.

Danna: Prometo pagártelo… en verdad lo lamento mucho.

Luciano: Ve mañana a la compañía y veré una vacante para ti. Quizá no de lo que buscas pero puedo buscar uno y ofrecerte.

Asentí con la cabeza… él se dirigió hacia la puerta abriendo un poco para poder salir. Mi cuarto olía a él.., había quedado el aroma de su perfume con el aroma del cigarrillo. Empujé la puerta con fuerza pasando el seguro… sonreí negando con la cabeza.

Estaba demasiado cansada y muy agotada emocionalmente. Quizá no le diga lo que me había pasado pero si, tratar de estar en la compañía en el puesto que me ofreciera para poder descubrir quien de ellos me había hecho daño…

Luciano:

Me subí a mi auto… me quede quieto pensando en la situación de Danna… En mi mente enseguida se hizo presente en el momento que ella abrió la puerta… sus hermosos ojos con una gran tristeza, ver la manera en que sus pechos erguidos se le notaban atraves de la playera que hubiera rogado que fuera transparente… Ese short que le daba buena silueta al trasero que se manda…

Negué con la cabeza…

- ¿En que estas pensando Luciano?

Nunca me fijado en una mujer como ella. No es que tenga algo de malo, pero siempre me han gustado esas mujeres que son un atractivo visual para todos, la típica mujer que en su físico lo tiene todo.

En cambio Danna, tenía un cuerpo perfecto y muy natural, cada parte de su cuerpo es de ella sin ningún tipo de cirugías ni nada que se le parezca.

Su tierna mirada que desborda un dolor tan grande y yo sin saber que es lo que pudieron haber hecho. ¿Cómo saberlo? ¿Megan? Negué con la cabeza, estaba seguro que por ningún motivo ella podría decirme nada de lo que haya pasado con Danna.

Mi móvil sonó… miré la pantalla de un número desconocido. Decidí dejar pasar la llamada. Ahora mi atención estaba Danna. Cada parte de ella ocupaba mi mente… Recordando cuando la sostuve entre mis brazos y el miedo que ella tenía al sentir mis manos.

Solté un gran respiro… Miré hacia el último piso queriendo de nuevo regresar a su cuarto, pero con que pretexto. Miré la hora que ya marcaba las 3: 20 am…

- ¿Qué tienes Danna?

Una chica muy diferente… pensar que apenas llevó un día de tratar con ella y ya esta ocupando mi mente sin precedente. Es cierto me la topé en Inglaterra en el aeropuerto y también en el hotel donde estábamos hospedados Dinora y yo. El mismo donde engañé a Dinora con Astrid, esa chica hermosa pelirroja que tenía mi atención en ese momento…

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Danna

Luciano

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