Ian miraba las islas a su alrededor, pero ninguna le parecía tan fascinante como la de la isla. Aún se preguntaba cómo una joven pudo nadar tan lejos hasta su barco. Cada vez que investigaba algo nuevo de la isla, recordaba a Acuá.
Trataba de buscar un sentido a lo que estaba ocurriendo, pero en vano. Siempre regresaba al mismo lugar.
Como si fuera algo personal, volvió a leer el titular del diario local: “Misteriosas criaturas: ¿mito o realidad?”. Ian tenía el presentimiento de que ese relato tenía que ver con la joven que vio. O que al menos estaba conectado con lo que vio en el muelle aquella noche. Recordó que esos mismos ojos eran demasiado parecidos a los de Acuá. Solo que no le había prestado demasiada atención.
Todo estaba en su mente. Sabía que no podía contarles a los chicos sobre lo que había visto. Sabía que quizás perderían la confianza en su liderazgo y que la investigación del mar se retrasaría. Pensó que sería una buena idea mantenerlo en secreto hasta que supiera la identidad de la joven.
Al día siguiente, todos estaban algo cansados y con pocas ganas de hablar. Esta última semana los había dejado exhaustos. Carlos se le ocurrió la idea de ir a distraerse en la isla. Ian y Albert, que eran difíciles de convencer cuando se trataba de trabajo, se mostraron reacios.
—Vamos, estuvimos encerrados toda la semana en este aburrido barco. No creen que nos merecemos unos días de descanso —dijo Carlos mirando hacia la isla con emoción.
Ian y Albert se miraron sin decir nada, pero siguieron hablando de lo que habían encontrado.
—¡Vamos, chicos! Solo nos la pasamos mirando el océano. ¡Somos jóvenes! Tenemos que ir a divertirnos en la isla —dijo Carlos animando al grupo.
—Seguramente habrán chicas muy hermosas —dijo Carlos con cara picarona.
Los chicos comenzaron a reírse de Carlos. Les parecía muy chistoso su comentario. Carlos ya había convencido a Albert, pero Ian parecía estar dudando si ir. Albert le dijo:
—Vamos, hermano. ¿Puede que incluso veas a tu chica?
—Vamos, estuvimos encerrados toda la semana en este aburrido barco. No creen que nos merecemos unos días de descanso —dijo Carlos mirando hacia la isla con emoción.
Ian y Albert se miraron sin decir nada, pero siguieron hablando de lo que habían encontrado.
—¡Vamos, chicos! Solo nos la pasamos mirando el océano. ¡Somos jóvenes! Tenemos que ir a divertirnos en la isla —dijo Carlos animando al grupo.
—Seguramente habrán chicas muy hermosas —dijo Carlos con cara picarona.
Los chicos comenzaron a reírse de Carlos. Les parecía muy chistoso su comentario. Carlos ya había convencido a Albert, pero Ian parecía estar dudando si ir. Albert le dijo:
—Vamos, hermano. ¿Puede que incluso veas a tu chica?
Ian resopló.
—Está bien —respondió—. Solo porque necesito conocer sobre los locales.
Carlos y Albert saltaron de la alegría.
—Fue fácil convencerlo, ¿no crees? —dijo Carlos a Albert.
Pasaron la tarde por la zona costera disfrutando de unos ricos mariscos y por el mercado donde vendían amuletos en forma de sirenas.
—Hay demasiados puestos relacionados con las sirenas —comentó Ian.
Los jóvenes miraban sin entender por qué los lugareños tenían hasta estatuas del dios Poseidón.
Algunos lo alababan y otros parecían tenerle un profundo miedo.
—Aquí solo creen en puros cuentos de fantasía. ¿Sirenas? Por favor. Estamos en el siglo XXI. No puedo creer que aún crean en leyendas —dijo Albert con ironía, mirando a Carlos y a Ian.
Carlos y Albert comenzaron a reírse como siempre. Ian decidió no prestarles atención y centrarse en un pescador que pasaba por ahí. Ian lo interrumpió y le preguntó:
—Señor, ¿puede contarme por qué hay tantas estatuas de sirenas?
El pescador le contó que hace muchos años las sirenas habitaban esta isla y se sentían atraídas por la luna llena. Algunas se volvían locas en las noches de eclipse lunar y atacaban a los locales. Un joven brujo creó un amuleto en forma de sirena y desde ese entonces la gente de la isla no les tenía miedo a las sirenas
Una niña que pasaba por ahí le dijo al joven:
—No le creas lo que dice. Está loco.
Ian miró a la niña y le sonrió amablemente. Y le preguntó:
—¿No crees en lo que dice el pescador?
La niña negó con la cabeza y le dijo:
—¿Ves esa estatua de ahí?
Ian miró a la estatua.
—¿Qué tiene de especial esa estatua? —preguntó Ian prestando atención a la niña.
La niña le respondió:
—Es la joven que se convirtió en sirena. Ella es nuestra diosa. Protege a los habitantes de la isla. ¿Conoces la leyenda? —preguntó a Ian.
Ian le dijo:
—Algo me contaron por ahí.
La niña miró la estatua y le dijo:
—Ella alguna vez fue humana. Se fue al mar porque estaba enamorada del rey del mar. Una vez que la atraparon, el dios del mar se puso furioso. Los aldeanos temieron por el poder del dios y decidieron soltarla. Por lo que la joven decidió correr e ir al océano con su amado. Le pidió que tuviera piedad, que los humanos no eran malas personas. Solo le temían a lo desconocido. El dios del mar sabía que su amada tenía razón, ya que él mismo se había enamorado de un mortal.
—Parece que sabes mucho sobre las sirenas —le dijo Ian.
La niña sonrió y le susurró al joven:
—Te cuento un secreto.
Ian asintió con su cabeza.
La niña le dijo:
—Anfitrite es mi ancestro.
Intrigado y con curiosidad, Ian le preguntó quién era Anfitrite.
La niña le contó que la joven que se convirtió en una ninfa y sus descendientes fueron llamados sirenas. De la unión de ellos nacieron Tritón y Bentesicime. Es por eso que tienen cola de pez y características humanas. Todos los años, mi familia hace un ritual para alabar a nuestra diosa y pedir prosperidad en la isla.
Asombrado por la historia que le contó la niña, Ian la saludó y luego se acercó a su grupo y se despidió. Albert se acercó a Ian y le contó:
—Me enteré de que hay una cueva secreta en la isla. Está conectada con el mar. Solo podemos acceder si tenemos un permiso de la isla. Voy a intentar conseguir uno para entrar en la cueva.
Carlos y Albert disfrutaban de la vista. Veían a las jóvenes pasar mientras bebían un jugo de coco. Las jóvenes les sonreían a los extraños viajeros.
—Esta isla es genial. Podría quedarme a vivir aquí para siempre —dijo Carlos relajado pero animado.
—Parece que sabes mucho sobre las sirenas —le dijo Ian.
La niña sonrió y le susurró al joven:
—Te cuento un secreto.
Ian asintió con su cabeza.
La niña le dijo:
—Anfitrite es mi ancestro.
Intrigado y con curiosidad, Ian le preguntó quién era Anfitrite.
La niña le contó que la joven que se convirtió en una ninfa y sus descendientes fueron llamados sirenas. De la unión de ellos nacieron Tritón y Bentesicime. Es por eso que tienen cola de pez y características humanas. Todos los años, mi familia hace un ritual para alabar a nuestra diosa y pedir prosperidad en la isla.
Asombrado por la historia que le contó la niña, Ian la saludó y luego se acercó a su grupo y se despidió. Albert se acercó a Ian y le contó:
—Me enteré de que hay una cueva secreta en la isla. Está conectada con el mar. Solo podemos acceder si tenemos un permiso de la isla. Voy a intentar conseguir uno para entrar en la cueva.
Carlos y Albert disfrutaban de la vista. Veían a las jóvenes pasar mientras bebían un jugo de coco. Las jóvenes les sonreían a los extraños viajeros.
—Esta isla es genial. Podría quedarme a vivir aquí para siempre —dijo Carlos relajado pero animado.
—Sobre todo por las bellezas que hay en este lugar —añadió Carlos, mirando con interés a un par de chicas.
—No puedo creer que Ian se esté perdiendo de este espectáculo —dijo Carlos.
—Déjalo. No ves que está obsesionado con la joven que vio en la playa —respondió Albert.
—Aún no la olvida —dijo Carlos pensativo.
—Para que se le meta tanto en la cabeza a Ian tiene que ser muy especial —dijo Albert mientras bebía.
—¿Tú crees? ¿Quizás es un capricho? —dijo Carlos mientras miraba como un depredador a otro par de chicas.
—Yo creo que es algo serio. Ian no se impresiona fácilmente, no como tú Carlos que cualquier chica guapa te llama la atención —dijo Albert mientras lo empujaba.
—¡Oye, hombre! Yo disfruto la vida —dijo Carlos mientras hacía un baile muy gracioso.
Rieron en complicidad mientras se oscurecía el cielo.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 48 Episodes
Comments
badboys
Oh mi Dios Albert realmente que es un personaje algo único Me pregunto cómo acua 😬😬😬😬puedes sobrellevar la vida que tiene😋😋😋😋😋😋😋
2024-05-26
1
Brayan Motta
muy bien todo pero debes incluir los espacios en los puntos seguidos
2023-03-31
0