El señor Johnson padre, miro las cancelaciones de su hijo. Sabe algo, poco, no mucho, de lo que ocurre en la mansión. Y ese poco que ocurre, hace que Thomas se ausente. No infiere en el trabajo, él lo hace muy bien y sabe delegar. Lo que le molesta es que todavía no le ha dicho nada de su nieta. Más de un mes ya ha pasado. ¿Que espera?? ¿Porque lo oculta??? ¿Que gana con eso??? ¿Tiempo?? Para qué???. Tengo que intervenir para ver con que excusa me trae esta vez, ya tiene que asumir las responsabilidades. Pensó mientras se prepara para salir hacia la mansión.
Desde esa mañana, que descubrió las marcas, Thomas pasa más tiempo con Irene, esa noche después de cenar con Smith, se quedó un rato más y después de mucho insistirle pudo aplicarle la crema sobre su piel. Le dijo que no era nada sexual, ni morbo, solo empatía por lo que sufrió. Y desde esa noche, cambio su actitud con ella. Las visitas son más amenas, el mismo ritual de bañarse con albahaca, comparte la merienda, la cena con ella y Smith, las charlas. Y se agregó una cosa más, todas las noches él le aplica la crema.
Smith le llevo unos encargos a Irene y Thomas lo invito a merendar al jardín. Cada día que pasa, Grace es más activa, pasa más tiempo despierta. Esta, cada día, más hermosa, Irene todas las tardes le hace peinados para que se luzca con la visita, y hoy es por dos. El señor Smith pidió para alzarla, y Thomas aprovecha para tomarle una fotografía con su celular. Todos ríen. De repente Smith se levantó con la mirada seria hacia la puerta.
- Señor Johnson, que sorpresa...- dijo Smith entregando a Grace a su madre.
- Papa... Que te trae por aquí???... - dijo Thomas a la defensiva, pues sabe bien por qué está ahí.
- Bueno, pasaba por acá cerca y sentí nostalgia por la casa... Los recuerdos... - dijo mirando posesivamente a Grace
- Buenas tardes... - dijo Irene para que levante la mirada.
- Y quien está de visita???...
- Ella es Irene, mi hija... - dijo con orgullo Smith.
- Tu hija??? Mis disculpas Smith, nunca imagine que tuvieras en algún momento una mujer...- dijo casi riéndose.
- Las apariencias engañan...- contesto algo dolido.
- Y esta hija vino con nieta incluida???...- sin quitar la vista de Grace, pero sin acercarse.
- Pues, sí. Ella es la pequeña Grace...
- Por favor, Thomas acércamela que quiero conocerla...- pidió el señor Johnson.
- Disculpe señor, Thomas no es su padre, pero yo si soy su madre, siquiera conocerla, pídamelo a mí...- intervino Irene viendo como se está tensando la situación.
El señor Johnson, hizo un gesto para que se acercara. Con cuidado, ella caminó hacia él, y lo miro para leer sus intenciones. Lo único que vio es la necesidad de conocer a su nieta. Amor incondicional refleja, que lo único que falta es que la ponga en sus brazos. Y así lo hizo. Thomas está en pánico. Smith está más tranquilo. Se movió para acercar una silla al señor Johnson, quien se sentó maravillado con Grace.
- Y porque estás aquí, Irene??
- Solo estoy unos días con mi padre...
- Y quien te ubico en la casa de huéspedes??... - pregunto levantado la vista hacia Thomas.
- Yo la ubiqué Papá, es por unos días... - trato de explicar.
- Por unos días, parece que está preparada para quedarse un poco más... - dijo mirando el jardín de invierno.
- Tiene razón, estoy ocupando un lugar que no me corresponde. Me retiraré de inmediato. - dijo Irene mientras le quita a Grace de los brazos.
- No, nos apresuremos... ¿Te ocupaste del jardín?? La madre de Thomas, cultivaba aquí orquídeas...
- La reina de las flores ornamentales, delicadas, raras, bellísimas. Solo una persona con pasión puede cultivarlas...- comento Irene. Mirando con cierta tristeza sus cultivos.
- Si, en cierta forma. Tu pasión está presente aquí, y tú eres la orquídea...- dijo con seriedad.
- Disculpe señor, nos retiramos mi hija y yo. No molestamos más...- dijo Smith tomando la mano de Irene y caminando a la salida.
- Thomas, no dirás nada?? - dijo su padre dando pie a que asuma su responsabilidad.
- Está bien papá, ella es mi novia, nos estamos conociendo...- mintió descaradamente. Todavía no puede dar a torcer su brazo.
- Vaya sorpresa Thomas, tienes novia y con una hija... ¿Y dices que no es tuya??? Será que es por nuestro acuerdo???...
- No papá, Grace es solo hija de Irene... Tal vez más adelante, hablaremos de apellidos... - dijo con una mirada suplicante a Irene.
Irene no sabe como intervenir sin complicar más Thomas. Será que es tan terrible con los tratos que Thomas no quiere dar a conocer a su hija. No lo parece, ella no ve eso en ese hombre. Ve a un hombre que busca a su familia, que de cierta forma, está presente.
- No quiero pensar que si la niña es tuya no la reconozcas solo para no perder el trato... - volvió a insistir el padre.
Thomas no contesto y camino hacia Irene y Grace. Parecía que iba a contar todo, pero no hablo. Solo abrazo con temor a Irene, teme que lo rechace.
- En ese entonces, Smith acompáñame por favor a la mansión... dejemos solos a los tortolitos...- dijo el señor Johnson saliendo con Smith del jardín.
- Tu padre lo sabe...- dijo Irene que todavía está entre los brazos de Thomas.
- Sospecha. No sabe con certeza...- dijo mientras la suelta un poco. Toma a Grace en sus brazos.
- Porque no hablas con él??? ¿Cuentale, acaso está mal tener una hija??? ¿Es todo por tu bienestar económico, tu ego o lo que fuera ese trato??
- No, no es eso...
- Y que es??? La vida es corta para estar así... Ve y habla, explica lo que paso... - dijo Irene casi empujándolo hacia la puerta.
Thomas, que tiene a su hija en brazos, camino lentamente y la llevo al dormitorio. Irene, siente la frustración y cansancio, pero no entiende por qué no quiere aclararlo con su padre. Hablando se entiende las personas. Es algo simple, porque complicarlo.
Pasaron lo que quedo de la tarde sin hablar más del tema. Llego la hora de la cena, pero Smith no apareció. Thomas se escabullo hasta la mansión y vio a su padre aun ahí.
- Es porque te espera, ve y habla... - pidió una vez más.
- Tendré que dormir aquí esta noche...
- Aquí??...- dijo mirando al sillón.
- Aquí no, contigo en el dormitorio... Por si papá viene a comprobar mi noviazgo...- sugirió Thomas, sin pensarlo mucho.
- Comprobar que?? ¿Que somos parejas y tenemos sexo?? O que estás mintiendo???...- pregunto Irene ya fastidiada con las mentiras.
- Irene... Solo por hoy...ni te darás cuenta de que estoy contigo...- pidió mientras sube al dormitorio.
Como no darse cuenta, si anhela su compañía, pero ya no quiere ser mentira, siempre de extra. Quiere vivir, vivir de verdad.
Limpio todo, apago las luces, dudo en poner llave a la puerta o no, siempre la dejo sin llave, la dejo así, y también subió. Thomas está en el borde de la cama, vestido. Irene imaginaba que estaría de bóxer, que imaginación la de ella. Fue al baño, se aseó, se desvistió, se puso su piyama. Controlo a Grace que está en su cuna. Y fue a la cama.
- Irene ponte boca abajo...- dijo con la voz muy bajita.
- Para qué???...- dijo erizándose su piel.
- Para que te pueda poner la crema...- dijo casi riendo.
- Ahhh, me olvidé...- se sentó y desato sus botones, se sacó la camisa del piyama, cubrió con su mano su pecho y se acostó boca abajo.
Hace varias noches que hace eso, pero esta noche siente que esas manos no solo tocan su piel quemada, siente sensualidad en esos movimientos. O eso quiere creer. Está confundida. Debe centrarse. No debe caer en la tentación.
- Listo... Puedes darte vuelta...- su voz es seria.
- Debo quedarme así hasta que se absorba...- explico sin moverse. Apago la luz de su velador.
- Esta bien... Que descanses...
Escucho que se levantó de la cama, fue hacia el placar, saco algo. Volvió. Apago su luz también. Lo oyó desvestirse. Sintió como la cubrió con la sabana hasta la cintura, y se acomodó cerca, en su mitad de la cama. Sin tocarla. El cuerpo de Irene está tenso, espera que en cualquier momento Thomas comience a tocarla. Eso no ocurre. Se quedó tan quieta que le causa molestias a su cuerpo. Se alivió cuando Grace la requería. Se levantó, se colocó la camisa sin abotonar y cuando iba a buscarla, Thomas la alzo. Camino hacia ella.
- Como te ayudo???...
- Esta todo bien, solo dámela... Duerme...
Se acomodó en cama como siempre e iba a buscar la almohada para ponerla entre su espalda y el respaldo de la misma y recordo que no dormía sola. Se quedó así nomas, sentada recta. No prendió la luz. Antes lo hacía, para acariciar los cabellos de Grace y jugar con sus manitas.
- Ven, recuestate sobre mi, ponte comoda. Grace pesa mas cada dia, y eso que todavia no come...
Irene escuchó la voz de Thomas, pero no se movió. Sintió un movimiento suave, después un brazo que la jalaba con suavidad hacia atrás. Atrás, donde se siente una tibieza desconocida que traspasa su piyama. La oscuridad es instigadora de ideas sensuales. Busco con rapidez la perilla para encender su velador. Mejor. Solo siente el brazo que pasa por debajo del suyo para sujetar a Grace. No lo miro, pero sabe que tiene el torso desnudo. Vio que otra sabana lo cubría, él dormía sobre su sabana. ¿Necesita cambiar de lado a Grace, pero no está segura, la estará mirando?? Solo será un segundo. Hace el cambio. El silencio. La escena duró unos minutos largos. Cuando se sació Grace, la sostuvo un momento más, y despacio se levantó. Una vez que la acomodo, se prendió la camisa y volvió a la cama. La imagen que quedo en su retina es, ver a Thomas desnudo hasta la cintura, lo demás lo cubre la sabana, y deja todo a la imaginación. Una imagen con cuatro palabras "te espera en la cama". Se acostó, sin decir nada. Esta vez boca arriba.
Thomas está llenos de conflictos. Su padre es comprensivo, tal vez podría anular el acuerdo. O tal vez sea mejor que se cumpla, por lo menos una parte, Paola no está para casarse. Total, entendió que no se debe jugar, ni apostar con algo tan serio como lo es formar una familia. En que pensaba cuando ideo ese contrato, nunca pensó en que pasaría con el hijo que engendraría. Creyó que era fácil crear promesas sin sentimientos. Que cosas terribles podrían haber ocurrido seguir envuelto en una mentira. Fue totalmente egoísta y mezquino con sus acciones. Si no hubiera sentido algo por su hija, si no hubiera seguido a Paola, que seria de la vida de Grace. Y esta Irene. Esa mujer, que está ahí, a su lado. Que también retiene por un contrato, pero que es totalmente diferente. Le está enseñando otro lado de la vida. Los afectos, esa cosa que no se puede comprar, solo sentir. Ella es directa, no pretende nada más que su libertad. Vivir. Es como una mariposa. Bella, delicada, frágil. Él no la puede tocar, lo la debe tocar, pues arruinaría sus alas de libertad. Se lo debe. Solo puede retenerla hasta que dure en contrato, y mientras dure ese tiempo, únicamente puede observarla.
Irene lo despertó temprano. Thomas se aseó, se puso la ropa limpia que ella deja lista en el placar. Ella había preparado el desayuno. Desayunan juntos, casi sin hablar. Antes de salir, Thomas, por impulso nomas, se despidió de Irene con un beso en la mejilla. Irene lo tomo como actuación y trata de ignorarlo. Se concentra y no piensa tonterías.
El señor Johnson paso casi toda la noche platicando con Smith, después de cenar, bebieron coñac en el estudio a puertas cerradas.
- Smith, en que momento se nos fue la vida... Porque no aprendimos a disfrutar de lo que realmente importa... La familia...- dijo con cierta pena, mientras mira la foto que está sobre la chimenea.
- Usted todavía tiene tiempo... todavía tiene muchos años por delante...- dijo agitando su copa.
- Puede ser, pero me perdí de toda la adolescencia de Thomas, no lo acompañe, no estuve con él... Gracias Smith por estar a su lado incondicionalmente...
- Es un buen muchacho, yo solo hubiera querido orientarlo más, pero esa muchacha lo está haciendo madurar esa parte que nosotros no incluimos...- comento Smith.
- Ya lo vi, será suficiente, como la afecta a ella sus decisiones??...
- Thomas tiene dos salidas, asume su paternidad y consecuencia. O busca renovar contrato para que Irene se quede más tiempo y volver a las andadas. Irene sabe lo que quiere... Ella es más segura y sabia que nosotros dos juntos...- dijo terminando su trago.
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