Paola rompe todo lo que encuentra en la habitación. No puede creer que no saliera como lo había planeado. Tanto para nada. Su cuerpo de diosa todavía está hinchado, su panza, sus pechos, hasta su cara es más rellena. Todo culpa de esa criatura y encima era una niña. Lo tenía ahí, tan cerca la forma de hacerse millonaria, a cuenta gotas, pero millonaria al fin. Y Thomas, el peor negocio; sin embargo, planeo como reflotar el proyecto hundido. Su suegro, viejo hipócrita, que no quería ver feliz a su propio hijo, condicionarlo para recibir el traspaso de las empresas y por detrás, hacer trato con ella para que se fuera. No podía creer que después de hacer todo para poder cobrar, el inútil de su hermano no llegara a tiempo para secuestrar a la mocosa. Quiere golpearlo tan fuerte para que sienta el dolor, así como ella sintió el dolor en el parto. Todo ese dolor para que no le quedara ninguna cicatriz. Su cabellera larga, esponjosa y platinada, está hecha una maraña por la furia de sus actos, le arroja el jarrón con flores que cae cerca de la pierna Javier. Los gritos de ella retumba en la casa quinta.
- Era una cosa solamente que tenías que hacer, grandísimo estúpido...- le grita mientras le tira una jarra de vidrio con agua.
- Te dije que no pude porque llego antes Thomas a reclamar a su hija, armo todo un escándalo, no sé cómo supo que esa es su hija. Pronto estuvo los médicos, seguridad y después la policía...- trata de explicar una vez más un joven delgado, desprolijo tanto en su apariencia como su vestimenta. De unos veinte años. Parece más joven porque se hizo depilación definitiva de su barba. Cabello rubio crecido y peinado al viento. Tiene un piercing en la nariz. De dientes grandes, cuando sonríe parece una caricatura.
- Como que apareció??? ¿Te parece que voy a planear algo sin calcular el error??? Ovbio que me iba a buscar!!! Te pedí que fueras antes y estuvieras atento, te di un teléfono que no atiendes cuando llamo. ¡Yo iba a distraer al personal del hospital y tú... tu solito, entrabas y la sacabas... ¡No tienes idea de lo que es dolor de parir y a la hora salir caminando!!! Debería quebrarte las piernas con el atizador.- dijo mientras se movía hacia la chimenea. Con agilidad se movió más rápido Javier y no dejo que lo tome. La abraza con fuerza para que deje de tirarle cosa.
- Tranquila, tranquila. No puedes alterarte así. Acabas de dar a luz...ayyy- grito cuando ella lo golpeo en sus genitales. Y la soltó para tomar sus partes íntimas.
- Tranquila...-remedo su voz.- Si hubieras traído a esa mocosa, estaría tranquila... ¿Se fue nuestro futuro económico, que vamos a hacer??? Tenía todo planeado. Ocultar la identidad de la mocosa. Extorsionar al padre con exponerla a su abuelo, primer parte del plan, recibir en cuotas el pago y después cuando él se harte de eso, cobrarle para entregarle de a gotas información de ella. Por otro lado, extorsionar al viejo con exponerlo a su hijo con la grabación de él pidiéndole que se retire de la vida de hijo a cambio de dinero. Y ahora, todo arruinado. Será mejor que calme para idear otro plan, invirtió todo lo que tenía, hasta su cuerpo.
Mientras tanto, el abogado y su jefe comienzan a mover las piezas del tablero burocrático. Preparan todo para que cada eslabón de su plan se complete y cierre.
Thomas por fin dio cuentas que su hija no posee ningún elemento esencial y llama por teléfono al señor Smith para que se encargue esta vez.
- Señor Smith, vaya al centro comercial y consiga todo lo necesario para la beba, indumentaria, carriola, pañal... - piensa que más necesita, pero no tiene idea. - busque a una vendedora que lo asesore. Compre todo para viajar. Lo que falte compramos en Estados Unidos. Ocupe la tarjeta empresarial para el pago...
- Noooo...- grito Cristian al escuchar el pedido- envíale dinero en efectivo, si ocupa la tarjeta el gasto va a quedar registrado a tu nombre...- hace señas a su cabeza, como diciendo que razone y vuelve a su tarea en la mesa del hotel.
Tiene razón. Reflexiona Thomas, pero a quien enviar. Su escolta de seguridad ya ha salido para el hospital para que Smith pudiera salir a realizar el pedido. Ellos están cubriendo todos los pasos en los papeles.
- Smith, se lo reintegraré en efectivo más tarde. ¿Podria abonar la compra usted de forma particular?? Gracias, Smith... Si Smith puedes preguntar... No. Todavía no lo he decidido. Gracias.- corto la llamada y se apoyó con las dos manos sobre la mesa y mira sin ver los papeles.
- Estás bien? ¿Que paso?? Que quiere saber Smith??- pregunto Cristian a su amigo, deteniendo su trabajo.
- Quiere saber el nombre de la beba...- contesto pensativo. En todo este tiempo, no pensó en un nombre, solo le preocupo recuperarla a toda costa. Cuando todavía se hablaba con Paola, ella ni se preocupó un buscar uno, él creía que nombrarla como su mamá estaría bien. Es lo más importante para el inicio de la existencia de una persona, su nombre.
Comprar cosas para bebe, a su edad, opinó Smith, mientras mira las vidrieras. Él era hijo único, varón, sin parientes cercanos, nunca se casó y menos tuvo hijos. Las cosas que le pedía su joven tutelado. El señor Johnson padre lo contrato hace muchos años para que fuera tutor de su querido hijo, la madre había fallecido, el señor trabaja más de lo habitual y era necesario que alguien acompañara al muchacho. Lo quiere como a un hijo propio y siempre lo ayudo en sus aventuras en la vida, aunque le aconsejo que no le siguiera el juego a su padre. Es un joven muy inteligente, astuto, pero cuando lo ponen a prueba su ingenio, no mide las consecuencias solo busca el cumplir con el objetivo. Evaluó las cosas que se exhibían y luego busco a una mujer de mediana edad para que lo ayude a comprar lo que le encargaron.
Muy temprano esa mañana, Irene le pidió a la enfermera que cuidara a la beba. Quiere bañarse y ponerse la ropa nueva que compro para ella la chica de la limpieza. Había dado su última pertenencia, sus pendientes de argolla de oro y un anillo. No tenía nada más de valor para canjear. La chica tardó en cumplir el mandado porque fue a vender las piezas a una casa de empeño, pero antes busco el mejor precio para que alcanzara para comprar la ropa y una zapatilla, y obvio, que le quedara un extra de dinero por las molestias.
Cerca de las once de la mañana, todo el plan comienza a ejecutarse. Cristian y Thomas le explicaron su plan a Irene. Ella sería reconocida por un hombre de confianza de Thomas, a partir ahí harían los trámites en la Embajada Estadounidense, donde pedirían la visa provisoria para viajar, con la ayuda del médico que atendió a Irene en primer lugar, y lo convencieron cuando le mostraron el maltrato que sufría Irene y comprobaron que Thomas es su papá biológico de la beba, harían un pequeño "error burocrático", el bebe fallecido con la mamá desaparecida e Irene con la beba. Si en algún momento se investigara el incidente, pasaría por un error.
La beba para obtener su identidad tiene que ser registrada en una oficina en el mismo hospital antes de poder salir del mismo.
Thomas pensó en mil nombres, pero ninguno le pareció apropiado y pidió la ayuda a Irene.
- Como llamarías tú a la beba?? - pregunto sin rodeos, mientras ella la vestía.
- Sin dudas, la llamaría Altagracia... - dijo sin voltearse para mirarlo.
Pensó un poco. Lo repitió en voz alta y lento para entender la fonética. Luego pidió que le explique como sería una definición en inglés. Irene dio la definición, pero le pareció un nombre hippie. Entendía el porqué del nombre, pero no le gustaba como se oía fonéticamente.
- Ya está. Esta hermosa niña, hija mía, será llamada Grace...- dijo con gran emoción, un inmenso placer y alegría que hicieron que su corazón diera un vuelco.
Grace es el diminutivo de Altagracia, claro, en inglés.
Ella no está convencida del todo, pues esa beba casi se convertía en su propia historia. Thomas le juro que no era así, él es su padre, no dejaría que su hija quede varada en un país por culpa de la burocracia, una vez en Estados Unidos él la reconocería y legalmente será una Johnson.
Al final se convenció, y firmaron todos los papeles para qué la mamá y su hija Grace estuvieran registradas. Al salir del hospital, un auto los espera con un hombre que sostiene un portabebés huevito de color rosa salpicado con diminutos corazones.
- Irene, te presento a tu padre, John Smith...- dijo Thomas quien se le acerca y abraza al hombre. Ese abrazo es un poco por los nervios, de que todo salga bien, otro poco es porque al verlo ahí es un alivio contar con él incondicionalmente.
Ella lo miro y sonrió amistosamente. Siempre quiso oír esas palabras, ahora, aunque sea de mentira, es otra cosa cumplida de su lista de cosas por hacer antes de morir.
Están en el Registro de las Personas para ser reconocida por su padre y todo va bien. Solo entraron Ceballos como abogado, Smith, Irene con Grace. Ella está sentada con su hija en brazos, una sensación surrealista la envuelve, es mama de todas formas y también será hija. Nunca había firmado tantos papeles como esa mañana. Primero fue el contrato de trabajo, que fue bastante largo y tedioso. Que partes involucradas debían cumplir... que ella es nodriza de Grace... que estará figurando como madre legal hasta que venza el contrato, que es de tres años... Que vivirá en una propiedad de Johnson... que será retribuida económicamente de manera mensual... Que no podía salir ni tener días libres... y un montón de cosas más. Siempre fue la extra en la familia, ahora también, pero diferente, casi que lo disfruta, es un comienzo nuevo, pero con vencimiento, es un acuerdo, no una imposición. Son 1065 días y podría hacer lo que quisiera después, hasta, quizás, quien dice, tendría un tiempo para vivir en libertad. La voz de sorpresa de la mujer que está haciendo la revisión de datos, la saco de su ensoñación.
- Esto lo hicieron a propósito y fue todo especulado...- dijo la mujer de unos cuarenta años, supermaquillada, con grandes anteojos, bastante rellena, camisa impecable blanca y un gran collar en acero quirúrgico, levantando un formulario.
- A que se refiere?? - se apuró a contestar el abogado en castellano, algo incómodo.
- Y que hoy es diecinueve de marzo...- dijo y movió su mano derecha haciendo un gesto para que completara la idea, mientras mira a cada uno de los interesados en completar la gestión.
- No entiendo. - dijo perplejo el abogado.
- Es obvio, o el señor Smith espero un tiempo bastante largo para aceptar que era padre, o el destino hizo que en la misma fecha del nacimiento fueras reconocida. Feliz cumpleaños Irene!!! - dijo con una gran sonrisa. Y siguió mirando los datos.
El señor Smith se levantó de su silla y fue hasta Irene, se agachó un poco, tomo su barbilla y le dio un beso en la mejilla.
- Feliz cumpleaños hija mía, por fin puedo decírtelo en persona...- dijo John con real afecto hacia esa desconocida que ya no está tan sola como estaba antes. Sintió la mano temblorosa Irene sujetarlo, y él también se envolvió en esa dulce y tierna mentira.
La administrativa observó esa escena, y se le derritió el corazón, no miro más ningún dato, sello y firmo todos los papeles para que Irene Nada fuera Irene Smith, y al cambiar de apellido, su hija también. La conmovieron tanto que agilizo los trámites para que pudieran presentar todos los papeles necesarios en la Embajada.
Afuera, Thomas camina nervioso, casi asustado, se está arriesgando todo. No quiere fumar, es un mal hábito, así que juega con sus dedos un cigarrillo sin encender, de los nervios lo estruja todo. Y vuelve a sacar otro. Y otro más. Camino hacia la entrada del Registro, y cuando los vio salir camino deprisa hacia ellos. Miro a Smith primero, él sonreía. A su abogado, que se secaba la traspiración de su cuello. Irene tiene en su rostro una sonrisa de victoria, pero una lágrima delatora resbalando por la mejilla izquierda.
- Ya no soy Nada...- dijo por fin Irene, dándole besitos a Grace.
- Nunca lo fuiste...es lo que quisieron hacerte creer...- hablo Smith poniendo su brazo por sus hombros.
- Ahora a la Embajada. - grito Cristian para aliviar su tensión.
En la Embajada, todo fue mucho más rápido. Le sacaron foto a Irene y a Grace, sus huellas. Todo es legal y real. Para antes de las seis de la tarde de ese mismo día ya están en el aeropuerto. Todos están felices. Irene más que feliz, nunca había estado cerca de un avión, y mucho menos pensar que iba a viajar en un jet privado.
- Y que tenemos aquí... - dice una despachante de aduana, al ver los pasaportes. - tres Smith... un Ceballos y un Johnson...- mira detenidamente a la mujer joven con su bebe de días y al hombre mayor.
- Es mi hija y mi nieta...- dice con firmeza John en inglés sobrio.
- ah h...mama e hija, abuelo y los tíos... Una familia volviendo a casa...- dijo sellando los pases, sin prestar más atención.- Feliz regreso.
Ese es el último eslabón y está cerrado. Thomas por fin respira aliviado.
Ya embarcados, Cristian solo quiere dormir, ni comer quiso, tal vez más tarde. El señor Smith comió algo, y antes de irse a dormir, le entrego a su hija una cajita rosada de terciopelo, detalle que llamo la atención de Thomas. Quedaron despiertos, Irene y Thomas. Ella mira con atención todo, es una novedad para la muchacha. Él la observa detenidamente, lleva puesto un conjunto deportivo blanco, pantalón con campera, una blusa también blanca con botones perlados al frente, zapatillas blancas y una pashmina blanco con unos hilos plateados. Piensa en su mamá, una mujer elegante, una mama hermosa, que no vestiría así, o será que solamente la recordaba como vestía en un tiempo que ya fue?. Y ella, es una mama también, diferente, muy diferente. Bueno no es que sepa como deben vestirse las mamas, pero no imaginaba eso. Aun así, la vuelve a ver y ve a una mama moderna, fresca, joven, natural y muy hermosa, con su hija en brazos. Irene por fin encuentra su mirada y lo leyó en su rostro.
- Quieres alzarla...- dijo suavemente.
- Con toda mi alma...- dijo ansioso. Se preparó para recibirla de inmediato, pero Irene la dejo en el portabebés y fue hacia él con un dosificador y toallitas húmedas.
- No te molestes, pero quítate el saco que tiene un poco de olor a nicotina y dame tus manos que las voy a limpiar. No tienen olor a nicotina, más bien a tabaco, parece jugaste con los cigarrillos...- aclara mientras lo ayuda a hacer lo que dijo.
Se sorprendió tanto que quedo perplejo. ¿¿Como lo supo?? ¿Y eso, porque es, que reacción es esa?? Pensó Thomas. En cuanto, Irene quiere solamente estar a la altura de una buena mamá, pues la primera vez la trato de incorrecta en sus acciones. Termino de limpiarlo, junto a los desechos y limpio sus manos también. Volvió hacia él con Grace y la deposito en sus brazos. La admiro con devoción, viste un conjunto rosa y está arropada con una mantita blanca con conejitos. Nada que no fuera su hija, importaba ya.
- A donde vamos?? - pregunto Irene.
- A casa. - dijo sin apartar sus ojos de Grace, acariciando su carita ángel.
- Y donde está??- formulo con curiosidad.
- En Nueva York.
Irene tiene la sonrisa mas grande. Nueva York. La estatua de la Libertad. Coincidencia?? No, destino.
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