CAPITULO 4. Algo anda mal

Richard abraza a su amigo en demostración de su acompañamiento y apoyo en ese momento tan crítico de su vida, sabe lo que se siente tener a la mujer que ama en una situación de esas.

Flashback

Los médicos iban y venían por los pasillos, estoy desesperado por saber noticias de Natalia, el amor de mi vida, es tan joven y llena de vida, merece otra oportunidad, ¡merece vivir!

Richard: Por favor, llevo horas esperando a que algún doctor se digne a decirme como está mi novia. - grita golpeando la mesa de recepción de urgencias-

Enfermera: joven por favor cálmese, este no es lugar para que usted venga a gritar y hacer berrinche. Cuando logren estabilizar a la paciente van a salir a comunicarle pero por favor, mantenga la calma, asusta a las demás personas.

Impotente, atado de pies y manos se dirige a la sala de espera a seguir en las mismas. Llegan sus amigos y le muestran su apoyo, el accidente fue muy grave y Natalia iba al volante. Todos le daban aliento y esperanzas de que iban a salir de esta.

Ocho horas después, aparece un médico y solicita la presencia de los familiares de la señorita Natalia Iriarte. Desesperado se acerca al médico y le dice que él es su novio.

Médico: Necesito a los padres de la señorita, ya que al ser menor de edad, necesitamos el consentimiento para practicar una cirugía de alto riesgo.

Richard: Ya están en camino pero por favor me permite verla. Es solo un segundo. Quiero saber de qué está bien.

Médico: Por el momento eso además de ser un acto de imprudencia es imposible. La paciente se encuentra inestable, desde que entró al showroom (sala de atención inmediata con tecnología de alta complejidad) sufrió dos paros cardiorrespiratorios por lo cual necesito acá a los padres de esta niña.

Richard: Entiendo doctor, por favor sálvenla. Es el amor de mi vida por favor entiéndame.

Médico: Lo entiendo perfectamente, yo también tengo familia, le pido que también usted me entienda y comprenda la gravedad de la situación.

En ese momento se abren las puertas de entrada, llegan los padres de Natalia, la madre que ver a Richard se abalanza como una fiera sobre el cuerpo del joven y lo comienza a golpear y a maldecir.

Madre: ¡Por tu culpa mi hija casi se mata, mequetrefe infeliz! Si no fuera por su afán de salir a buscarte nada de esto estaría pasando.

Padre: Consuelo por favor contrólate, estás dando un espectáculo lamentable. (avergonzado la toma de los brazos y la aparta de Richard) además, la única culpable aquí eres tú, que te la pasas de metida en la vida de nuestra hija, uno no decide de quien enamorarse. Pero claro, tú que sabes de eso, si a ti lo único que te importa es el estatus social y los lujos. Natalia ahora estaría feliz con nosotros y no tirada en una cama de hospital.

Médico: -enojado- por favor se calman, o llamo a seguridad. Esto es un hospital, y no un ring de boxeo. Son las 4 de la mañana y me gustaría si es que se puede, terminar mi turno e irme a descansar. Dicho esto, necesito que uno de los padres de la joven me acompañe a firmar unos consentimientos para realizar cirugías de alto riesgo, de lo contrario estaría comprometido su estado neurológico.

Madre: -llorando- Perdone usted Dr. yo lo acompaño a firmar los papeles que sean necesarios.

Se dirigen dentro de uno de los consultorios y el padre de Natalia le da un fuerte abrazo a Richard. Aunque su esposa no esté de acuerdo con la relación de Richard y Natalia, él prefiere llevar la fiesta en paz. Además de que ve su propio reflejo en ese joven inexperto que solo quiere estar al lado de la mujer que ama.

Dieciséis horas después termina la neurocirugía de Natalia, la llevan a el área de Terapia Intensiva, lugar donde esperan que reaccione y la evolución sea favorable. Las visitas están estrictamente prohibidas dentro de la habitación, solo se la puede ver a través de un cristal y con toda la vestimenta estéril para no contaminar el área.

Días después por fin Richard puede verla a través de los cristales que recubren la habitación de su amada, inmediatamente se pone a llorar al verla dormida con todos esos aparatos conectados y sonando uno tras otro. No entiende nada y siente miedo porque Natalia no reacciona ni para bien ni para mal. Pasaron varias semanas y él estaba ahí siempre ahí, a la misma hora sin falta.

Siente una mano en su hombro, voltea y es el médico que hace semanas atrás había atendido en urgencias a Natalia.

Médico: Sé que esto no está permitido, ¡pero acompáñame!

Richard no entiende nada de lo que está pasando pero obedece al médico, ingresan a una pequeña sala de esterilización y se cambian de atuendo. Se ponen unos pantalones y chaquetas de un color llamativo de esos que se utilizan en salas de cirugía, luego se lavan las manos un par de minutos, una enfermera los asiste, abre un paquete de camisolines estériles y ambos se colocan, unos guantes estériles, barbijos, protector para el calzado y una gorrita.

Ya listos y sin tocar nada se dirigen a la habitación de Natalia, la enfermera les abre la puerta e ingresan. El médico le indica con la cabeza que se acerque, temeroso obedece y no puede aguantar las lágrimas. La toma de su frágil mano y le da un beso.

Richard: -se acerca a su oído y le susurra- Natalia, perdóname por no venir antes, lo siento. Te amo mi amor. Por favor no me dejes solo, te necesito.

El médico estaba pendiente ante cualquier reacción que ella tuviese, tenía todo preparado en la puerta por si surgia la posibilidad de actuar de urgencia. El respirador artificial empieza a sonar y su frecuencia cardíaca se eleva, Richard se asusta y lo mira al médico, quién se acerca a verificar los signos vitales, tamaño de pupilas y le dice que no se preocupe, que le siga hablando.

Richard obedece y al poco tiempo vuelve a pasar lo mismo pero esta vez siente que Natalia le aprieta la mano, el médico emocionado comienza a llamar a sus colegas por el teléfono interno. Unos minutos después viene el neurocirujano que la opero, y otro médico intensivista, intercambian opiniones y le piden a Richard que se retire.

Richard no entiende lo que está pasando y no puede contener las lágrimas, el médico que lo hizo entrar le explica que Natalia reaccionó gracias a su visita y que de seguir así ya pronto estaría fuera de peligro, le explica también que pudo haber sido un reflejo involuntario por espasmos y que por las dudas ahora iban a chequear de que todo esté bien. Richard no se contiene y le da un abrazo al médico, le dice gracias y sale en compañía de la enfermera.

Pasaron varios meses y Natalia evolucionó de manera favorable, todos decían que fue un milagro. Richard la iba a visitar todos los días sin importar las caras que le ponía su suegra, él iba a ver a su amada y no a ella.

Dos años de tratamiento para volver a caminar y recuperar su independencia después... Se casaron y tuvieron tres maravillosos hijos. Su vocación nació de este terrible accidente que casi le arrebata al amor de su vida, por eso estudió medicina junto a su mejor amigo y colega, se recibieron de Neurólogos perdón, Neurocirujanos (como les gusta que los llamen 😉)

Fin de flashback

Una enfermera se acerca y le dice a Carlos que ya podía pasar a ver a su esposa. Emocionado abraza a Richard y a Iván e inmediatamente acompaña a la enfermera para por fin ir a ver a Virginia.

Ingresa a la habitación, con el camisolín estéril y un barbijo nada más porque la situación de Virginia no es grave. Se acerca y la ve dormida, le toma la mano y la besa.

Carlos: Esta mañana solo quería desayunar contigo, no pensé que terminaríamos aquí. Por favor perdóname. - llora amargamente-

Virginia: - abre los ojos y con una débil voz le susurra- Quiero a mi hija de vuelta.

Carlos: Hablaremos de eso en otro momento, ahora solo descansa.

Virginia: -apretando su mano- Te lo advierto -tose- algo anda mal, - respira profundo- No confío en tu madre, mi hija corre peligro.

Carlos: No entiendo ese odio infundado hacia mi madre, ella siempre te ha demostrado cariño y tú solo decidiste odiarla.

Virginia: - se arranca la cánula de oxígeno que tenía puesto, se sienta en la cama y le dice con una voz firme y fuerte- Si a mi hija le llega a pasar algo, por más mínimo que sea, tú y yo nos divorciamos. Me cansé de ser la estúpida que te dice que sí a todo. O mi hija vuelve, o yo me voy a buscarla y nos largamos a donde jamás nos encuentres. - toca el timbre para llamar a las enfermeras-

Enfermera: Por favor señor, retírese. La paciente necesita descansar.

Carlos la mira por última vez antes de irse y en los ojos de su amada no se reflejan ni el amor que antes veía y menos la pasión que alguna vez existió, lo que vio lo asustó y aún peor, le dolió. Ella lo miraba con odio.

Unidad de Terapia Intensiva

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