Leyai: Creo que él y yo seremos buenos amigos, yo soy incapaz de dormir.
Tehn: ¡¿En serio?! Entonces pueden hacerse compañía en momentos de desvelo.
Ambos rieron y el oscuro terminó de crearles los recuerdos, ambas contrapartes salieron de la cueva y se sentaron sobre una roca, a metros de la cueva.
Leyai: Mañana que despierten pensarán que han estado aquí dos noches, puse un recuerdo de que tú te encargaste de buscar dentro de cuevas o subterráneos con tu luz, por si llegan a preguntarte y negarás que la hayas ubicado.
Tehn: De acuerdo, gracias de nuevo, Leyai.
Leyai: Al paso que van no creo que Lin acceda tan fácil, no puedo dejar que tu hermano Herkes se quede sin poderes, es horrible no ser de utilidad…
Tehn: Tú debes comprenderlo al cien por ciento, para que pudiera hacer el portal de regreso del mundo humano tuvimos que sacrificar a una mortal, fue lo mismo, terminó muriendo.
Leyai: Oh, vaya…
El oscuro se levantó y miró al chico luz.
Leyai: Tayue me contó un poco de la guerra y de lo que hizo el padre de Herkes, fue duro para mi gemelo decirme todo eso, y lo del asesinato de la antecesora de Shin, fue caer muy bajo.
Tehn: Fue horrible, Herkes perdió la acción de llorar, no puede derramar lágrimas desde que pasó eso, y con esto de Lin… es duro para él.
Leyai: No te preocupes, Tehn. Voy a ayudarte a ti y a tus hermanos para que no vuelvan a preocuparse por no haberse vinculado todavía.
Tehn: ¡¿En serio?!
Leyai: Sí, no dejaré que Herkes acabe como yo cuando estuve en el mundo humano, por eso tengo un plan B.
Tehn: ¿Un plan B?
Leyai: Sí, suelo hacer eso cada vez que se me ocurre algo, no te lo diré aún porque quiero ver cómo evoluciona esto, si es para bien pues el plan B será desechado, si es por el contrario, haré uso de mi as bajo la manga.
El chico luz brilló un poco, lo que caló en los ojos al oscuro.
Tehn: ¡Gracias, Leyai! ¡Eres el mejor!
Leyai: Sí, pero no brilles, no me gusta esa luz.
Tehn: ¡Oh! Lo siento…
El ojos tornasol se calmó y controló su brillo.
Leyai: Me voy, asegúrate de que vayan al castillo por la selva, quiero ser el primero en “encontrármelos”.
Tehn: Descuida, lo haré.
El ojos rojos asintió, sacó sus alas y se fue volando. Al día siguiente, Shin fue a la habitación de Tamayo para recoger a sus bebés, caminó hacia la habitación de Cronh y notó que la puerta estaba abierta, por lo que entró y cerró.
Kinto: ¡Shin! ¡Niños!
Los bebés alzaron los brazos, ambos padres cargaron a sus respectivos hijos y los abrazaron.
Shindra: Voy con Lin, ¿pueden encargarse de ellos?
Cronh: Sí, no te preocupes.
Kinto: Espero que el oscuro encuentre a esos tipos para que se lleven a esa humana.
Shindra: Los dejo, cuídenlos mucho.
Ambos usuarios de tierra asintieron y la chica salió de la habitación por el balcón. Después llegó a otro balcón, abrió la puerta de cristal y entró, notó que la pelinegra no estaba en la cama, pero escuchó la regadera, - genial, ya se está bañando, así será más rápido contarle… - pensó Shin. Al cabo de unos minutos, Lin salió vestida y lista, con una toalla para quitar el exceso de agua en su cabello.
Shindra: ¿Qué tal dormiste?
Lin: Muy bien, aquí si sale el sol, allá nunca salía, hasta perdí la noción del tiempo.
Shindra: Bueno, ayer ya me contaste lo que pasó en tu cortejo, deja decirte el mío.
La pelinegra se sentó en una silla para escuchar a la castaña.
Shindra: Mi cortejo consistió en estar afuera, cuando conocí a Tayue y los demás me dejaron sola en medio de la selva durante dos días, dijeron que tenía que pelear con cada uno hasta ceder, pero no me iba a dejar tan fácil y así lo hice.
Lin: ¿Pelear? ¿Con ellos?
Shindra: Sí, aquí se hace así el cortejo. El primero fue Issei, el albino, tiene unos ojos hermosos y con ellos me doblegó, por poco logra tomarme hasta que se distrajo y pude escapar de él atravesando un puente y yendo a otra área. El siguiente fue Kinto, el padre de mi primer hijo, su mirada era tan penetrante que me congeló en el momento, sentí mucho miedo y uso eso como ventaja para empezar el cortejo, afortunadamente tenía algo en el bolsillo con lo que pude herirlo y corrí hasta que caí al agua, la cual me succionó hacia otro lado.
Lin: ¡Rayos! Kinto se ve como enojado todo el tiempo, me imagino esa mirada que cuentas…
Shindra: Al caer al agua fui a parar a otro sitio, la guarida de Kai, él no me hizo nada, no quiso intervenir en el cortejo y fue amable al enseñarme a nadar para salir de ahí. El otro fue Hayate, estaba hambrienta y él me chantajeó con comida, ya estaba anocheciendo y me sentía débil, acepté estar con él a cambio de que pudiera pasar la noche en su guarida.
Lin: ¿Lo hiciste con él?
Shindra: Estuvimos a punto, pero Hayate declinó al final, no quiso ser el primero en mi vida porque lo había obedecido en todas las condiciones que me puso, me cobijó y no pasó nada más. Al día siguiente me dio un arma para defenderme y salí de ahí. El siguiente fue Shun, ¡él si quería cazarme de verdad!, me persiguió, me hirió y casi agota mi energía, él dijo que sólo tenía que acceder y ya, como ya estaba harta y cansada del cortejo tan brusco que estaba teniendo, quise ir hacia él para terminar con todo, pero Natku me atrapó.
Lin: ¡Cielos! No creí que tu cortejo fuera tan violento, creí que lo mío era horrible…
Shindra: Te fue bien, Lin. Después de eso, ellos dejaron de perseguirme, ya era parte de todos ellos. Luego me metí con Leyai, luego con Tamayo, después Kai, luego con Kinto, después Shun y así, hasta que terminé vinculándome con todos.
Lin: ¡Wow! ¿Tardaste mucho en embarazarte?
Shindra: Sí, unos meses, pero ahora estoy en este gran castillo con muchos chicos conmigo, a cada uno le doy un poco de mi amor, si sabes a lo que me refiero…
La pelinegra se ruborizó y asintió.
Lin: Sí, me quedó muy claro cuando besabas a ese chico, Cronh.
Shindra: Eso fue vergonzoso, pero Leyai no sabía que estaba con él, por eso lo perdoné.
Lin: ¿Cuánto tardaste en asimilar este cambio en tu vida?
Shindra: Pronto, creo que los dos días en que estuve sola me hice a la idea de que esto iba a ser mi nueva vida; cuando me entregué por primera vez, fue algo increíble, ellos son muy buenos tratándome y yo los quiero por igual, no creo que para ti sea diferente, tal vez lo es en el cortejo, pero en el trato no lo creo. Nunca sabrás cómo son las cosas en realidad si no les das la oportunidad de cortejarte, no sólo es dar hijos, sino tener compañeros de vida, hombres guapos a tu lado que siempre verán por tu bienestar.
La ojos amarillos dudó un poco y asintió levemente. Por otro lado, Birent y los demás despertaron dentro de la cueva, Tehn dejó su brillo a un lado y se sentó, cansado de usar su poder toda la noche.
Birent: Gracias, Tehn. Hoy toca ir con Tayue, ya que fracasamos ayer debemos pedirles ayuda a ellos.
Tehn: Yo me quedo aquí, Birent… necesito descansar…
Birent: Claro. Zenitsu, quédate con él.
Zenitsu: Claro, sin problema.
Jink: ¡También me quedo!
Birent: Perfecto, iremos al castillo de Tayue.
Iory: ¿Volamos?
Tehn: ¿Y si van caminando por la selva? Bueno, por si Lin está por ahí, es un sitio con agua y mucha vida…
Iory: Puede ser, si alguien quiere sobrevivir, primero va por agua…
Herkes: ¡Iremos hacia la selva! Espero que encontremos a Lin antes de interrumpir a Tayue y los demás con sus tareas.
Birent: Bien, entonces nos vamos, regresaremos por ustedes cuando hayamos encontrado a Lin.
Los hermanos mayores salieron de la cueva, dejando a los tres menores dentro. Los seis puntiagudos caminaron por diversas partes de la selva, buscando por arriba de cada árbol, moviendo arbustos, algunas hojas colgantes y lianas para abrirse camino, - sigue siendo un área llena de vida… - pensó el primogénito, el maestro fantasma se transparentaba para pasar por los árboles huecos y ver si no estaba la chica por ahí, Yuiro se transformó en un ave y voló por las copas de los árboles por si ella estaba en alguna rama alta, los demás continuaron a pie, volteando a todos lados. Tras una hora ninguno encontró a la chica y todos negaron con la cabeza, decepcionados.
Birent: Bueno, no perdamos tiempo y vamos con Tayue…
Los puntiagudos siguieron caminando todo recto para llegar al castillo, luego el rubio vio una silueta por un costado y giró hacia allá.
Rein: ¿Qué pasa, Birent?
Birent: Vengan, creo que reconocí a alguien…
El ojos verdes siguió caminado sin perder de vista esa silueta que caminaba, sus hermanos lo siguieron y el psíquico notó algo en esa persona.
Iory: Es alguien con mucho poder…
La silueta se detuvo y se giró para que fuera visto de perfil.
Birent: ¡Claro! ¡Es Tayue!
Los hermanos vieron esa larga cabellera negra, piel clara, vestido con ropa oscura, tocando un árbol.
Herkes: Cambió su vestimenta… qué raro…
El primogénito puntiagudo no hizo caso, corrió hacia su amigo y se lanzó para darle un enorme abrazo.
Birent: ¡Tayue! ¡Cuánto tiempo sin vernos!
Esa persona no hizo ningún movimiento, miró a los demás y ellos se detuvieron en el acto observando que ese no era Tayue, era idéntico, pero no era él.
Birent: ¡Es bueno verte!
Leyai: Emmm… yo no soy Tayue…
El rubio se sorprendió, se alejó y notó unos ojos rojos que contrastaban con esa cabellera azabache, Birent retrocedió y casi se cae al toparse con un árbol.
Birent: P-pero… ¿q-quién eres tú?
Leyai: Mi nombre es Leyai, soy el gemelo de Tayue.
Todos se quedaron con la boca abierta y no pudieron responder durante algunos segundos.
Leyai: ¿Hola? ¿Por qué ponen esas caras?
Los puntiagudos estaban muy sorprendidos, todos se dejaron caer sentados ante la impresión de ver a un gemelo que no sabían que existía.
Birent: ¿G-gemelo de T-tayue?
Leyai: Sí, él nació primero.
-Su poder es enorme… no sabía que existía alguien como él… - pensó el psíquico del grupo.
Rentzu: ¡Wow! Tayue nunca nos dijo que tenía un gemelo…
Leyai: No me sorprende, tenía sus motivos. ¿Y ustedes? ¿Quiénes son?
Birent: Emm… s-somos amigos de Tayue… yo soy Birent, él es Rein, Yuiro, Rentzu, Iory y Herkes… mis hermanos…
Los hermanos alzaron la mano, el ojos rojos sonrió y se agachó para saludarlos también.
Leyai: Supongo que vienen a visitar a Tayue, puedo guiarlos a él si gustan.
Birent: D-de acuerdo…
El oscuro se levantó y caminó a otra dirección, confundiendo a los puntiagudos.
Leyai: Vamos por aquí, hacia adelante están los alumnos de Natku practicando con las lianas, no debemos interrumpir.
Los hermanos se vieron, se levantaron y siguieron al gemelo rojo.
-Debe tener un poder peculiar como Tehn… - pensó el ojos negros, - ¡otro gemelo! Tayue nos debe una explicación… - se asombró Rentzu, - ¡rayos! Debí verme como un idiota al abrazarlo… - se incomodó Birent, - yo solo quiero encontrar a Lin… - se desanimó Herkes. El ojos rojos escuchó esos pensamientos y sonrió, después de unos minutos llegaron a campo abierto, el oscuro se volteó de manera animada y los demás se detuvieron.
Leyai: Tayue está en el patio de atrás, volemos para no intervenir en los entrenamientos de los demás.
El gemelo sacó sus alas negras y se elevó un poco.
Rentzu: ¡Increíble! ¡Tienes alas negras!
Leyai: Sí, al ser gemelo mis alas son de color distinto a los demás.
Los seis hermanos sacaron sus alas puntiagudas y cafés para volar también.
Leyai: Con que ustedes son así, es bueno saber que hay otro mundo además de este. ¡Síganme!
Los siete volaron sobre la selva, rodearon el castillo y aterrizaron en el límite del jardín trasero, guardaron sus alas y caminaron hacia la puerta de atrás. Vieron a aprendices corredores, ilusionistas, domadores de animales y algunos arqueros. Un ilusionista era perseguido por un corredor, usó su poder y desapareció, el corredor pasó frente al oscuro, pero el gemelo alcanzó a detenerlo y lo alzó un poco, señalando un costado del castillo.
Leyai: Tu hermano se dirige hacia esos arbustos…
Ayudante: ¡Oohh! ¡Gracias, maestro Leyai!
El mayor lo soltó, el corredor fue hasta donde le indicó el maestro y su hermano apareció, siendo atrapado por el corredor.
Iory: ¿Cómo sabías que iba a aparecer allá?
Leyai: Siempre lo hace, es rutinario.
El cabellos naranjas no se creyó eso y no dejó de observar al oscuro.
Leyai: ¡Hey, Tayue! ¡Mira a quienes encontré!
Tayue volteó junto con Hayate, Issei, Natku y Shun, y vieron a los seis puntiagudos con el oscuro, quienes saludaron a los demás.
Tayue: ¡Birent! ¡Qué alegría volver a verte!
Ambos primogénitos se abrazaron con alegría.
Leyai: Qué lindos, ¿no? Ahora si abrazó al verdadero Tayue…
Hayate: ¿A poco te confundió y te abrazó?
Leyai: Sí, fue extraño…
El rubio se ruborizó y se separó de su amigo.
Birent: Eso fue un accidente…
Rentzu: Tayue, ¿por qué no nos dijiste que tenías un gemelo?
Tayue: Bueno… es una larga historia… pasemos a la sala de juntas para hablar…
Los doce maestros ingresaron al castillo para tener una conversación. Por otra parte, Shin acomodaba algunas cosas de sus bebés en un cajón, Lin veía con curiosidad un librero lleno de libros, los cuales la mayoría hablaba sobre el poder de tierra.
Lin: ¿Poder de tierra? ¿Cronh tiene ese poder?
-Le dije que era la habitación de Kinto, ¿por qué pregunta por Cronh? – pensó Shin un poco molesta.
Shindra: Sí, Kinto y Cronh tienen ese poder, la mayoría maneja poderes de la naturaleza.
Lin: ¡Wow! Por eso tienen esas tierras tan extrañas… esa selva donde aparecí era muy oscura, no se podía ni caminar bien.
Shindra: Nunca he ido a ese lugar, dicen que es peligroso, sobre todo de noche.
Lin: Fue un milagro que ese chico, Leyai me encontrara. No hubiera sobrevivido…
La morena abrió un cajón y notó que no había toallas, vio en otro y no había nada.
Shindra: Se acabaron las toallas, iré por más.
Lin: ¿Quieres que te acompañe?
Shindra: Descuida, es aquí cerca. No salgas de la habitación, a veces vienen ayudantes, pero sólo para saber si necesitas algo. Enseguida regreso.
La morena salió de la habitación. Después de unos minutos, la pelinegra escuchó que alguien aterrizaba, unas voces murmuraban algo y su estado de alerta se encendió, - se escucha como Birent… - pensó asustada, unos pasos se acercaban y vio la sombra de un par de alas, - ¡mierda! ¡Son ellos! – la ojos amarillos dejó el libro que había tomado sobre una mesa, corrió hacia la puerta y salió para “escapar”, dejando extrañados a los dos aprendices que apenas entraban.
Ayudante 1: ¿Qué le pasa?
Ayudante 2: Tal vez tenía prisa… supongo que no necesitaba nada…
Ayudante 1: Bueno, volvamos abajo entonces.
Los dos jóvenes asintieron y se fueron tal como habían llegado.
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