Leyai: Bueno, pues qué se le va a hacer. Lin, ¿tienes hambre?
La chica asintió.
Leyai: Entonces iremos a comer algo, ¿te parece?
Ella se alegró y asintió de nuevo.
Leyai: No te preocupes, Tayue, me haré cargo de ella, sólo has una junta con los hermanos para que sepan de Lin y después me avisas.
Tayue: De acuerdo…
-¿Vas a interrogarla? – pensó el ojos azules para su hermano, este asintió con una sonrisa y guio a la humana hacia la salida. El oscuro guio a la nueva humana hasta el comedor, donde estaban algunos aprendices comiendo, nadie notó a la chica, pero sí al maestro gemelo, por lo que todos se levantaron y le reverenciaron a Leyai, continuando después con su comida.
Leyai: Ven, Lin, vamos a sentarnos.
Los dos se sentaron en una mesa, la chica seguía viendo que el establecimiento tenía muros blancos, doble altura y una gran iluminación natural que atravesaba las ventanas.
Leyai: ¿Te gusta el lugar?
-¡Es asombroso! – sonrió la joven.
Lin: Es muy bonito y agradable.
Leyai: ¡Me da gusto!
El oscuro tronó los dedos y enseguida apareció un plato de comida, agua y un postre para la humana, para él sólo una botella de vino y una copa.
Lin: ¿Vas a beber alcohol desde temprano?
Leyai: El alcohol no nos hace ningún efecto a nosotros, es como si fuera agua de uva.
Lin: Oohh, ¡gracias por la comida!
La pelinegra comenzó a comer con entusiasmo, - así que se escapó de Herkes… por lo que me han contado él es el que más a sufrido, seguramente se está culpando porque su humana huyó… si saben que está aquí, vendrán por ella… ¡debo aprovechar al máximo su llegada! – pensó el oscuro con una sonrisa.
Leyai: ¿De dónde vienes?
Lin: No lo sé, del mundo que escapé se parece mucho a éste… no puedo decirte bien de dónde vengo…
Leyai: ¿Cómo llegaste a ese mundo?
La chica dejó de comer y tomó algo de agua.
Lin: Estaba en mi ciudad, salí de mi casa como todos los días y durante todas mis visitas me fui encontrando a varios tipos extraños, después ellos me persiguieron hasta que llegué a un callejón, uno de ellos me mordió y me desmayé. Cuando desperté estaba en una gran recámara, me asomé y noté que el cielo siempre estaba oscuro, como si viera el espacio exterior, me asusté y me encerré allí. Luego vino un tipo, me habló sobre un cortejo y me negué a eso, ¡es una estupidez! Después fui encontrándome uno a uno que querían… querían…
Leyai: ¿Acostarse contigo?
La chica asintió con mucha vergüenza.
Lin: Afortunadamente los rechacé sin que me obligaran a nada, pero seguían insistiendo. Así fue durante semanas, luego llegó un soldado a mi alcoba, me jaló hacia una abertura y aparecí en otra habitación, ahí estaba uno de esos tipos que empezó con su “cortejo”, él abría aberturas y cuando una apareció, escapé y la atravesé. Creí que vendría a buscarme de inmediato, pero no lo he visto, fue un alivio para mí alejarme de todos ellos.
Leyai: Entiendo… debes estar muy confundida por todo eso.
La chica asintió mientras apretaba sus manos en puño.
Leyai: Tienes razón de que ese mundo se parece al nuestro, porque tenemos casi las mismas tradiciones, incluyendo el cortejo.
-¡¿Qué?! ¡¿También son unos enfermos con eso?! – se sobresaltó la humana.
Lin: Es… ¿por esa chica, Shin?
Leyai: Así es, ella acaba de ser madre de unos gemelos, al fin tenemos a los primeros bebés de un gran linaje, porque nosotros somos once maestros, ¿cuántos eran los que iban a cortejarte?
Lin: N-nueve…
Leyai: Nueve… dos menos que nosotros… ¿ninguno te llamó la atención?
Lin: Pues… sólo uno, es un gemelo, se llama Zenitsu… f-fue al primero que rechacé…
Leyai: ¿Por qué? Te gusta, ¿no?
Lin: Sí, es guapo… pero no quiero acostarme con nadie… ellos solo buscan a alguien quien les dé hijos y ya…
Leyai: Mmm… creo que estás malinterpretándolos, pero es mejor si hablas con alguien que ya pasó por lo mismo.
Lin: ¿Alguien? ¿Te refieres a Shin?
Leyai: ¡Sí! Tal vez entre humanas puedan entenderse, si escuchas su parte de la historia, de seguro entenderás un poco mejor eso del cortejo, descendencia y el ser madre.
La humana dudo un poco, - lo dice como si fuera algo muy normal… pero no quiero estar con ninguno de esos tipos… - bajó la cabeza.
Leyai: Termina de comer, después iremos a que conozcas a mis hermanos.
Lin suspiró rendida y siguió comiendo. Más tarde, en la recámara de Kinto, Shin ya le había dado de comer a sus bebés, los sentó en su camita mientras les cepillaba su cabellito.
Shindra: ¿Cómo apareció esa chica en esa selva?
Kinto: Ni idea, dijo algo sobre una abertura, pero es muy extraño.
Shindra: Tal vez Leyai y Tayue puedan saber más de ella…
Kinto: Eso espero, porque vio un poco extraño a Cronh.
La humana se puso alerta después de escuchar eso y los bebés dejaron de reírse, haciendo una cara de duda hacia su madre, Kinto notó eso y sonrió divertido.
Shindra: Ah, ¿sí? ¿Cómo?
Kinto: No sé como explicarlo, nos vio a los cuatro, pero se detuvo en Cronh.
El soldado se alarmó al sentir un ligero enojo en la castaña, los bebes se asustaron un poco y no hicieron ningún ruido.
Shindra: ¿En serio? Qué raro… ¿Qué opinas tú, Cronh?
El ojos cafés se sobresaltó, los gemelitos miraron al soldado para saber qué le respondía a la chica, quien empezó a sentirse celosa.
Cronh: Pues… es una humana extraña… algo falsa…
Shindra: ¿Falsa? ¿Por qué?
Cronh: S-si pudiera leer la mente… podría explicarlo…
El maestro sonrió burlón ante cómo su soldado trataba de zafarse de los celos de la ojiazul.
Kinto: Bueno, entonces deja bajar para ver si ese par ya averiguó algo.
El maestro tierra se hundió en el suelo, dejando el problema que había creado en manos de su soldado.
Shindra: Leyai es el único que puede indagar en los pensamientos de esa chica…
La castaña terminó de arreglar a los menores, los cargó y se volteó hacia el joven.
Shindra: Espero que averigüe por qué te veía tan “extraño”.
El chico sonrió de manera nerviosa, luego tocaron la puerta y dos ayudantes de Tamayo entraron a la habitación.
Shindra: Ya comieron, cuídenlos bien.
La humana le dio a cada uno un niño y los ayudantes sonrieron al verlos.
Ayudantes: ¡Claro, señorita Shin!
Ambos reverenciaron y salieron de la habitación.
Shindra: Entonces, ¿tú no notaste esa “mirada extraña”?
Cronh: N-no… l-la ignoré por completo…
La morena se acercó a él para verlo mejor.
Shindra: ¿Y por qué estás tan nervioso?
El joven pudo notar el aroma a lavanda, tragó un poco de saliva y negó con la cabeza.
Shindra: Bueno, me alegra que no hayas prestado atención a esa “mirada”, es como revivir ese momento incómodo con las chicas de la escuela.
Cronh: ¿E-estás celosa?
Shindra: Sí… espero que esa chica vuelva por donde vino… no acepto competencia.
El soldado se rio ligeramente y besó a la humana. Poco a poco fueron acercándose a la mesa que había ahí, separando el beso.
Cronh: Descuida, no haré nada, pero quiero besarte más tiempo.
Shin asintió queriendo lo mismo y volvieron a besarse, ella tocó la mesa que estaba detrás de ella y se subió, después el soldado se recargó para que el beso fuera más entregado.
Tayue: Emmm… ¡Ejem!...
Ambos se separaron abruptamente y notaron que ya estaban en la sala de juntas, frente a todos los maestros y la nueva humana, Lin. El soldado se sonrojó completamente y retrocedió, Shin se bajó de la mesa y miró furiosa a Leyai.
Leyai: L-lo siento… Tayue me dijo que te trajera…
Kinto: Puedes irte, Cronh.
El menor reverenció y salió corriendo de la sala. Shin notó todas las miradas sobre ella, sobre todo la de los maestros, quienes estaban sonrientes al notar que ella ya estaba empezando a reponerse de su embarazo y que los besos podían estar permitidos, lo que los emocionó. Lin miró que cada hombre tenía una sonrisa ligera en el rostro, - ¿están felices por haberla visto besándose con ese chico? – se extrañó la pelinegra.
Tayue: Bueno, es que queríamos presentarte a la nueva humana que encontramos cerca de los volcanes, ella se llama Lin.
La ojos amarillos alzó la mano para saludarla, lo mismo hizo Shin.
Tayue: Lin, ella es Shin, nuestra humana.
La chica contó a todos, incluyendo al que estaba besando a la morena y le dieron doce en total.
Lin: ¿N-no son once maestros?
Leyai: Sí, pero el que acaba de irse es un soldado.
-¡¿Ah?! – arqueó una ceja la pelinegra.
Tayue: Verás, Shin tuvo unos gemelitos, Kinto es el padre de uno de ellos, Cronh es el padre del otro.
-¡¿Ah?! ¡Estoy más confundida ahora! – pensó la ojos amarillos.
Leyai: Shin te lo explicará más tarde.
Shindra: ¿Ah? ¿Yo?
Tayue: Lin vino a nuestro mundo porque estaba escapando de otro, ¿recuerdas que hablamos sobre Birent y los demás?
La ojos azules asintió.
Tayue: Por lo que nos contó, ella es la humana de todos ellos.
Shindra: ¡Oohh!
La morena se sentó en una silla vacía, entre Kinto y Leyai.
Shindra: ¿Por qué escapaste? No entiendo…
Lin: Todos querían acostarse conmigo, dicen que para descendencia o algo así…
Shindra: Ah… ¿cuántos son?
Lin: N-nueve…
La ojiazul levantó una ceja e hizo una mueca de incomodidad por el motivo tan absurdo que tuvo la otra chica al escaparse.
Shindra: ¿Te persiguieron? ¿Te mandaron afuera para el cortejo? ¿Te doblegaron?
Lin: ¡No! ¡Eso hubiera sido peor!
La castaña entrecerró sus ojos y miró a los once maestros por igual, poniéndolos nerviosos.
Shindra: ¿Ninguno fue más allá de un abrazo? ¿Te tocaron?
Lin: Uno si me abrazó, pero cuando lo rechacé no volvió a hacerlo…
Shin asintió un poco molesta.
Lin: Otro me mordió un poco la oreja, pero se apartó cuando grité…
La castaña se enojó más, preocupando a los maestros.
Lin: Otro se me puso encima, pero cuando le dije que no, no insistió más…
Dos íconos de molestia aparecieron en la cabeza de la morena.
Lin: A otro lo empujé hacia afuera de la recámara y cerré la puerta, tocaba cada día, pero nunca abría sin mi permiso.
Shindra: ¡Vaya! Caballerosos ante todo… ¡¿Verdad, chicos?!
Los once hombres sonrieron de manera nerviosa y asintieron.
Leyai: Debo anunciarles algo antes de que Shin y Lin tengan su conversación como humanas.
Nawako: ¿Qué cosa?
Leyai: Sucede que Lin es la sucesora de Shin.
Todos: ¡¿Qué?!
Tayue: ¡¿Estás seguro?!
Leyai: Absolutamente.
Shindra: ¡¿Cómo?! Aún no me he muerto para que tenga frente a mí a mi sucesora…
Leyai: Al parecer Birent y los demás la trajeron con sus poderes… ¿cuántos te persiguieron en el mundo humano?
Lin: Cinco, apareció el sexto cuando me acorralaron en el callejón.
Shun: Debió ser Rein quien usó su poder, debió costarle mucho.
Hayate: No entiendo, ellos tienen descendencia con mortales comunes, ¿por qué fueron por la sucesora de Shin?
Tayue: Ni idea, lo más seguro es que vengan por la señorita Lin.
La ojos amarillos se asustó y negó con la cabeza.
Lin: No… no quiero volver con ellos… sólo quiero ir al mundo humano, a mi casa…
Hayate: No tienes de otra, eres la humana de Birent y los demás y regresarás con ellos, te guste o no.
-¡No quiero! – pensó molesta la pelinegra mientras miraba triste hacia otro lado.
Kai: Si ya se dieron cuenta de que la señorita Lin no está con ellos, ya deberían de estar buscándola, ¿no?
Tayue: Tal vez, seguramente aparecerán en alguna parte, cerca de aquí o muy lejos de aquí.
-Dios, que sea muy ¡muy lejos de aquí! – rogó Lin.
Tamayo: Entonces pondré a Ganju a vigilar…
Shun: Mandaré a Jiroy para que busque con los depredadores…
Natku: Maro se comunicará con la naturaleza por si aparecen…
Kinto: Cronh estará al pendiente del área rocosa y alrededores…
Issei: Enyi dará rondas por todos los lugares…
Lin: ¡Esperen!
Todos voltearon a verla con extrañeza.
Lin: Por favor, no les digan que estoy aquí… ¡se los pido! No quiero que me encuentren, tuve suerte al escapar de ellos, ¡por favor!
-¿Es estúpida o qué? – pensó Kinto, - solo Shin debe estar en este castillo… - pensó Hayate, - hay que regresarla, ¡y pronto! – pensó Shun, - pero… no perteneces aquí… - pensó Tamayo, -¡quiero un beso de Shin! – pensó Issei, ignorando la situación de Lin.
Shindra: Chicos, si les parece…
Ahora las miradas fueron para la castaña.
Shindra: Aún no manden a los soldados para la búsqueda, hablaré con Lin sobre las dudas que tenga, tal vez sabiendo mi historia vea con otros ojos la situación.
Tayue: De acuerdo, como digas, Shin.
-¡Ay! ¡Gracias, Shin! – se alegró la pelinegra, - ¡ve tú a buscarlos, Leyai!, debe regresar con ellos lo más pronto posible – pensó la ojiazul mientras se levantaba, el oscuro sonrió ante el plan que tenía la morena, - me encanta cómo piensas, Shin – pensó el ojos rojos.
Shindra: Ven, vamos a otro lugar a hablar.
La ojos amarillos asintió y siguió a la castaña hasta salir de la sala.
Tayue: No me digas, Leyai, Shin pidió que tú fueras a buscarlos, ¿verdad?
Leyai: Así es, quiere regresarla lo más pronto posible.
Kinto, Hayate y Shun: ¡Sí!
Natku: La engañó muy fácil…
Issei: ¡Shin siempre tan inteligente!
Tayue: Bueno, espero que Birent y los otros no tarden en venir a buscarla.
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