-Sí es una antigüedad… no había notado esto por la prisa de regresar aquí… pero no puedo decirle nada a Tayue tras mi promesa de no volver a preguntar sobre la guerra… - pensó el oscuro mirando desde todos los ángulos el pequeño libro, - si tan solo pudiera contactar a Tehn… o saber con exactitud donde queda su mundo… saldría de cualquier duda… - hizo una mueca de disgusto al descubrir esto muy tarde, - espero que algún día vengan a visitarnos, ya que son amigos de Tayue y los demás… -. De pronto, el soldado café casi caía de frente al notar que había atravesado las puertas del mayor sin darse cuenta, - ¿ah? – pensó el ojos cafés con algo de susto, miró a Leyai con un libro en sus manos y ambos cruzaron mirada de impresión.
Leyai: ¡Ah! ¡Hola, Cronh! ¿Qué te trae por aquí?
El oscuro actuó como si nada, se levantó de su mesa y fue hasta su librero para poner ambos libros en su lugar.
Cronh: M-maestro Leyai, ¿podría prestarme un libro?
El oscuro miró al chico con extrañez.
Leyai: ¿Y eso? ¿Ya no los robarás?
El menor se ruborizó un poco y negó con la cabeza.
Cronh: El maestro Tayue me amenazó y alertó a todos para que revisaran sus libros antes de dormir, si les faltaba uno, yo sería el primer sospechoso…
El ojos rojos se rio un poco, avergonzando más al soldado.
Leyai: Y me lo pides a mí, ¿por…?
Cronh: P-para practicar… e-el pedir prestado…
El ojos cafés estaba muy avergonzado, pero tenía que intentarlo para no perder su manía de leer libros de otros.
Leyai: De acuerdo, ¿cuál quieres?
Cronh: Pues… el libro que estaba leyendo antes de que Jiroy lo descubriera…
El ojos rojos lo buscó con los ojos, lo sacó del librero y se lo dio al menor
Leyai: Toma, y porque tuviste el valor de pedirlo…
El ojos rojos sacó de un cajón unas hojas y se las dio.
Leyai: Este es tu resumen, puedes conservarlo si gustas.
El chico sonrió un poco y asintió, guardando las hojas dentro del libro.
Cronh: Gracias, maestro Leyai.
El soldado fue hacia la puerta, alzó la mano para tocar la puerta y notó que seguía sin ser sólida.
Leyai: Mi habitación tiene la orden de dejar entrar a unos cuantos, como tú, Shin, Theron, Kazou y Haku, por eso pueden atravesarla sin problema.
Cronh: Ah, entiendo…
El menor se ruborizó y salió casi corriendo para que el maestro oscuro no lo viera. Leyai miró el librero, en el libro verde, lo tomó y se sentó nuevamente para leerlo desde el principio, ahora con una perspectiva diferente a como lo había leído anteriormente. Días después, en el mundo de los puntiagudos, Tehn se paseaba en la orilla de una cascada, lanzando bolitas de luz para iluminar el camino, pues el cielo le indicaba que era de noche. El ojos tornasol iba pateando una pequeña piedra para matar el tiempo, ya no le gustaba estar en el castillo sabiendo que la humana que habían traído del futuro estaba tan negada a ellos, - ¡rayos! Les dije que había sido plan mío para proteger la identidad de Leyai… y es mi culpa que todos se sientan deprimidos por Lin… ¡nunca pensé que ella fuera tan fría! – el chico se dejó caer de rodillas, sus luces empezaron a apagarse y a desintegrarse en el aire, - si Leyai estuviera aquí… podría darnos una idea de lograr que Lin acepte por lo menos a Herkes… pero es al que más rechaza… - comenzó a llorar metiendo sus manos al agua, (Hey, no te apagues tan rápido… Tú manejas el poder de la luz, el abatirte no te hará bien).
La voz de Leyai sonó dentro de su cabeza, el gemelo menor asintió y secó sus lágrimas con su brazo, - tiene razón, ya me cansé de estar apagándome cada vez que alguien me hiere… - asintió con mirada sin tristeza, - si Leyai puede combinar ambas partes, yo también puedo… - se levantó, secó sus manos en sus ropas y comenzó de nuevo a sacar luces brillantes, dejando su mente fuera de la situación de la chica. En poco tiempo, Tehn se calmó, su luz volvió a estar estable y continuó caminando, ahora un poco más lejos del agua para iluminar parte de la arboleda.
Zenitsu: Tehn…
El gemelo mayor alcanzó a su hermano y vio que estaba practicando con su brillo.
Zenitsu: Pensé que estabas apagado por lo de Lin…
Tehn: No tendría por qué.
Las palabras del chico luz fueron secas y apáticas.
Zenitsu: ¿E-en serio?
Tehn: Bueno, ella me rechazó cuando no tenía intención de tocarla, sólo quería darle un consejo, pero ya mejor no le dije nada. En realidad, no me importa lo que ella haga, puede aguantarse el celo hasta morir si así lo quiere.
El mayor se sorprendió por lo dicho, se quedó helado por unos segundos, reaccionó y alcanzó de nuevo a su gemelo.
Zenitsu: Tehn, ¿estás bien?
Tehn: Sí, ¿por?
Zenitsu: Suenas como si tu celo no importara…
Tehn: Sí me importa mi celo, por eso tuve la “grandiosa” idea de ir por esa humana y salió mal. Sé que tengo la culpa por decir eso, pensé que sería una gran oportunidad y ella solo quiere regresar a su casa… como si su vida fuera tan grandiosa…
Zenitsu: ¡Hey! ¿Qué te pasa? Hablas como si se te hubiera cerrado el corazón…
Tehn: Me cansé, Zenitsu… me cansé de ser al que siempre le afecten las situaciones de negatividad, el que siempre se apaga ante los problemas, y el rechazo de Lin no será un motivo para hundirme en la oscuridad. Esa humana es seca, miedosa y ajena a los sentimientos de los demás, yo deserto de cortejarla.
Zenitsu: A Birent no le gustará esto, tú fuiste el de la idea…
Tehn: Bueno, es mi primera opinión que se convirtió en un error. Ya sé que Birent se dio cuenta de que Lin no era lo que se esperaba, ¡y tiene razón!, ella no se parece en nada a la humana de Tayue.
Zenitsu: ¿Hablaste con la humana de ellos?
El chico asintió y una sonrisa se dibujó en el rostro.
Tehn: Ella me dijo que olía a guayaba… y que parecía una luciérnaga cuando brillaba por mi luz…
Ambos hermanos se rieron por el calificativo.
Tehn: La humana de Tayue se llama Shin, es morena, de cabello castaño y ojos azules como el zafiro. Me la encontré en la cárcel, ambos estuvimos detenidos por el mismo delito de golpear a alguien, aunque ella mandó al hospital a dos humanas… ella dijo que estaba embarazada de Kinto y con eso entendí por qué era tan agresiva.
Zenitsu notó que su gemelo no estaba nada triste por la chica que estaba en una de las recámaras del castillo.
Zenitsu: ¿Cómo saliste de la cárcel?
Tehn: Ella me ayudó, usó el poder de tierra para fugarnos, estaba algo desesperada por salir e hizo un túnel que después cerró.
Zenitsu: ¿Te vieron?
Tehn: No, ella prometió guardar el secreto de que nos conocimos, nunca le dije el motivo por el que estaba en el mundo humano y ella entendió que no quería hablar sobre eso. Por los tiempos creo que sus gemelos ya nacieron y se prepara para el siguiente cortejo; es una humana ruda, inteligente y bastante decidida, nada que ver con Lin.
Zenitsu: Entiendo, ella mantiene tu luz estable…
Tehn: Por una parte, por otra me tengo que hacer a la idea de que Lin nunca estará con nosotros, a menos de que se le fuerce de alguna manera.
Zenitsu: ¡Tehn! No podemos hacer eso… nosotros no somos así…
El chico luz miró con frialdad a su hermano.
Tehn: Es la única forma, pero si no quieren hacer eso, les deseo suerte convenciéndola de una manera amable… aunque yo ya me rendí con ella desde que me gritó sin justificación.
Zenitsu: Pero Tehn…
Tehn: Sé que el segundo celo es peligroso, pero prefiero morir por ello que andar rogándole a una humana fría y llena de dudas como lo hace Herkes, porque el rechazo es lo que lo está matando, no el celo.
El chico luz siguió caminando dejando a su gemelo atrás, el corazón del menor se volvió neutral, pero sintió satisfacción al no dejarse vencer por la tristeza, su luz no se apagó y continuó sacando luces alumbrando todo el rio, mientras el otro no daba crédito a la apatía de su hermano. Por otra parte, Aryeel caminaba por los pasillos, abrió un portal y apareció en la recámara de su maestro, Herkes; el cabellos verde seguía arriba de su cama, abrazando sus rodillas y triste, sin derramar ninguna lágrima, - está peor que ayer… - pensó el soldado, dejó un plato de comida y notó que el anterior estaba completo, - no comió nada… al igual que ayer… - hizo un gesto de disgusto y se fue con el plato anterior. Llegó a la cocina, dejó el plato sin tocar y empezó a hacer su labor de la noche: limpiar la cocina. El chico de cabello negro lavaba los platos con una mirada fría e incómoda, a cada habitante del castillo le tocaba la limpieza de la cocina las tres veces del día, uno por turno, por lo que en ese momento el soldado estaba completamente solo.
-¿Qué pasa con la humana?, creí que la habían traído para el cortejo de los maestros… ¿por qué no hacen algo para convencerla? – pensó el menor mientras enjuagaba los platos, - creo que debo hacerle una visita a ella… no sabe que soy el soldado del maestro Herkes… y con lo que ha comido… - sonrió con un poco de maldad, - puede que ahora si pueda acceder… -. Al mismo tiempo, Birent seguía ocupado con los documentos, optó por distraer la mente ante lo que estaba ocurriendo con Lin. Un día antes había ido a su habitación para saber si lo había pensado mejor, pero ella siguió rechazando la oferta sin dar una explicación. Una hora después al fin terminó todos sus pendientes, durante esas largas semanas se ocupó de ello para dejar a sus hermanos volver a intentar con la chica, pero fue inútil, ahora con la mente despejada, el ojos verdes se desanimó, se recargó en el respaldo de su silla y volteó hacia el candelabro que iluminaba su oficina.
-Hace tiempo que no voy al mundo de Tayue… pero Herkes es el único que puede ir hacia allá… - hizo una mueca de decepción, - ir con Tayue para platicarle la situación, saber su opinión y poder encontrar una solución a esto… ¡pero no puedo! ¡Ni siquiera mi poder sirve para transportarme a su mundo! – se sintió inútil, agachó la cabeza viendo la puerta, perdido, - no he visto a Tehn, es el único que no ha venido a quejarse sobre Lin… tal vez deba buscarlo para saber por qué no ha intentado cortejarla… - asintió, se levantó y se hizo transparente para vagar por el castillo en busca del niño luz. Primeramente, fue a su recámara y lo descubrió leyendo un libro, el mayor se materializó y se acercó a él, sentándose en una silla cercana.
Tehn: ¡Ah! Hola, Birent…
Birent: Debo hablar contigo, Tehn…
El chico cerró el libro y lo dejó en la mesita de noche.
Tehn: Sí, dime.
Birent: ¿Por qué no has intentado cortejar a Lin?
Para responder, el chico luz se calmó para no volver a caer en la tristeza.
Tehn: ¿Para qué? Ella no quiere, eso es suficiente para mí para no acercármele.
El rubio notó extraño a su pequeño hermano.
Birent: A todos ha rechazado, pero seguimos intentando…
Tehn: Pero no ha cambiado la situación, ¿cierto?
El mayor negó con la cabeza, admitiendo el acierto de su hermano.
Birent: ¿Podrías intentarlo? Tal vez con tu luz…
Tehn: No. Cuando ella me vio me confundió con Zenitsu, me gritó antes de decirle algo y mejor me fui. No pienso rogarle a esa humana…
Birent: Tehn…
Tehn: Sé que ya tienes dudas sobre ella y que mi idea fue muy mala, pero no sabíamos que Lin iba a ser una persona tan insensible… pero teníamos que agotar todas las posibilidades para poder tener decendencia…
Birent: Nadie te culpa, Tehn. Además, siento que fue una gran idea, algo que jamás se le hubiera ocurrido a nadie.
-Lo sé… Leyai es un genio con los planes… pero nosotros somos idiotas al no saber llevarlas a cabo o tener un ‘as bajo la manga’… - pensó el menor.
Tehn: ¿Sabes? ¿Por qué no se la dejas a los soldados? Tal vez ellos puedan llamarle la atención.
Birent: ¿Y nosotros?
Tehn: No sé tú, pero yo no quiero nada con Lin, no me gusta. Me arriesgaré con mi celo, estoy cansado de buscar los brazos de una mujer, llevamos mucho tiempo con esto y, cuando creímos que iba a haber una “luz” con Lin, nada bueno salió de ella. La luz que me queda la guardaré sólo para mí hasta que se apague para siempre.
El mayor notó una seriedad que jamás había visto en el maestro luz, - es apático para su protección… - pensó el rubio.
Birent: De acuerdo, mañana le preguntaré a los demás que opinan sobre la chica y veremos qué hacer.
Tehn: Suerte con eso, Birent. Y perdón por decirte las cosas tan fríamente.
Birent: No te preocupes, si yo fuera tú, haría lo mismo.
El mayor abrió un portal y salió de la recámara.
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