EL ESCAPE

Tehn: Me arriesgaré con mi celo, estoy cansado de buscar los brazos de una mujer, llevamos mucho tiempo con esto y, cuando creímos que iba a ver una “luz” con Lin, nada bueno salió de ella. La luz que me queda la guardaré sólo para mí hasta que se apague para siempre.

El mayor notó una seriedad que jamás había visto en el maestro luz, - es apático para su protección… - pensó el rubio.

Birent: De acuerdo, mañana le preguntaré a los demás que opinan sobre la chica y veremos qué hacer.

Tehn: Suerte con eso, Birent. Y perdón por decirte las cosas tan fríamente.

Birent: No te preocupes, si yo fuera tú, haría lo mismo.

El mayor abrió un portal y salió de la recámara. En la recámara de Lin, ella salió del baño, se había duchado porque no lo había hecho desde hace días, cepilló su cabello y quitó el exceso de agua, - ¿hasta cuándo estaré aquí? – se preguntó, - ya los rechacé a todos y algunos siguen insistiendo… sobre todo ese idiota de cabello verde… - se molestó, - tal vez ellos no saben lo que es ‘no’… y eso de la guerra no sirvió para cambiar mi manera de pensar, sólo me dio lástima por ellos… - bufó enojada y dejó el cepillo en el buró, - ya perdí la noción del tiempo, ¡aquí no amanece! ¡No sé cómo pueden vivir así! -. De pronto, un portal se abrió y el soldado de Herkes apareció, la humana se ruborizó al notar al chico, - ¡es muy lindo! – pensó ella con un poco de emoción.

Aryeel: Buenas noches, señorita Lin.

Lin: ¿Es de noche?

Aryeel: Sí, cuando hay estrellas es de día, cuando están las costelaciones es de noche.

Lin: Ah, entiendo. ¿Cuál es tu nombre?

Aryeel: Soy Aryeel, un soldado portal.

Lin: Un gusto, Aryeel. ¿Qué se te ofrece?

Aryeel: Vengo a verificar que usted siga viva, no ha salido de la recámara desde que llegó.

Lin: No lo hago para no encontrarme con esos tipos.

-¿Tipos? – pensó el chico, - ¿los maestros? -.

Aryeel: ¿Piensa que, quedándose aquí, ellos van a dejarla?

Lin: No… pero es la única opción que tengo…

Aryeel: Yo tengo otra opción…

El soldado se acercó a ella, la jaló del brazo, abrió un portal y la lanzó dentro, cerrando de inmediato. La pelinegra aterrizó cayendo al suelo, se golpeó un poco el brazo y se enderezó, - ¡¿por qué hizo eso?! – se enfadó mientras se levantaba, - ¡todos aquí son horribles! ¡Quiero irme a mi casa! – rezongó, su paciencia había llegado al límite y miró con enfado que estaba en otra habitación, - ¡¿a dónde diablos me arrojó?! – volteó hacia atrás y vio a alguien arriba de la cama, escondiendo su cara con sus rodillas, - ¿ah? ¿quién es…? – se congeló, percibió el olor a miel y sonrió un poco, - huele muy dulce… toda la habitación huele así… - pensó ella. El maestro portal miró hacia enfrente y notó a la humana en su recámara, una luz de esperanza lo animó a salir de la cama, se acercó a ella e inmediatamente fue a abrazarla.

Lin se petrificó, era de nuevo el maestro de cabello verde quién quería su atención, - ¡¿otra vez él?! – pensó ella, su celo se le volvió a presentar y sin que pudiera hacer algo, el ojos miel la empujó con cuidado hacia la cama para ponerse encima de ella y besarla en los labios. La humana nunca le había dado oportunidad a ninguno de llegar más lejos que un abrazo, pero el maestro portal estaba tan desesperado que la besó sin pedir permiso o esperar a que ella diera un primer paso; la ojos amarillos no supo qué hacer, ni siquiera movía sus labios para corresponderle, su cuerpo reaccionó sólo ante las necesidades del celo y no hizo ningún movimiento defensivo. El hombre dejó su boca y bajó a besar el cuello blanco de la chica, ella sólo pudo subir un poco las manos para tomar los brazos del mayor, - ¡¿qué mierdas está haciendo?! ¡¿Cómo se atreve a besarme?! – se enojó, el cabellos verdes siguió besando y, con los dientes, jaló uno de los botones de la joven y lo arrancó. Así lo hizo con dos botones más y se abrió paso a su pecho.

-¡Esto va mal! A este paso… - pensó con susto, luego vio cómo un portal se abría y luego se cerraba, - ¿ah? ¿qué fue eso? – arqueó una ceja, la lengua del joven pasó por su cuello y se detuvo para morder un poco la oreja de la mujer, nuevamente vio una abertura y se cerró casi de inmediato, - es como el chico Aryeel… “soldado portal” … … ¡eso es! – ideó un plan. Herkes siguió con el lóbulo dándole suaves mordidas, la chica hizo un sonido seductor y esto prendió al maestro, notando que otro portal se había abierto y tardó un poco más para cerrar, - tal vez alguna de esas aberturas me lleve a casa… - sospechó, el hombre volvió a aprisionar los labios de la humana en un beso, ella trató de seguirle el paso para que otra abertura apareciera. Tras unos minutos de ‘faje’, el ojos miel se enderezó un poco y comenzó a quitarse la camisa, - ¡el portal, idiota! – exigió ella, cuando él se deshizo de su prenda, otra abertura apareció, la chica aprovechó para empujarlo y corrió hacia esa abertura, la cual alcanzó a cruzar y de inmediato se cerró.

Lin cerró sus ojos al cruzar, luego los abrió y notó que estaba en medio de una gran arboleda, muy frondosa y algo oscura, los árboles eran tan altos y frondosos que tapaban la luz del sol, - ¿dónde estoy? – se preguntó, - ¿será una parte del mundo humano? – dudó y comenzó a caminar. Tras un rato de andar, sentía que nadie se encontraba en ese lugar, volteaba a todos lados por si veía alguna persona, pero nada, no había nada en ese lugar, - ¡rayos! No sé que es peor, quedarme para que ese idiota abusara de mí o venir aquí en medio de la maldita nada… - se golpeó la cara y siguió caminando. Por otro lado, en la oficina de Birent, Jink seguía triste por el rechazo de la pelinegra, Tehn lo tranquilizaba con su luz, pero sabía que no era suficiente, Zenitsu estaba un poco dudoso sobre la idea de su gemelo con respecto a la chica y Iory sólo estaba sentado, esperando un milagro. De pronto, la puerta se abrió y entró Herkes, completamente vestido y con unos nervios de punta.

Birent: ¿Qué pasa, Herkes?

Herkes: ¡V-van a matarme! P-pero… Lin acaba de escapar.

Iory: ¿Hacia dónde fue?

Herkes: E-escapó hacia uno de mis portales…

Birent: ¡¿Qué?!

Zenitsu: ¡¿Por qué dejaste que huyera?!

Herkes: ¡Lo siento! Estaba en mi recámara, estábamos empezando el cortejo, pero no sé por qué abrí un portal y ella escapó… corrió sin mirar atrás…

Lo último lo dijo con mucha tristeza y se dejó caer de rodillas, completamente desanimado. Jink sintió esa tristeza y comenzó a llorar tapándose la cara, Tehn no pudo estabilizar a su hermano y se alejó un poco para que su luz no tuviera ningún efecto negativo.

Iory: Esto no es bueno, ella logró escapar…

El ojos verdes pensó un poco, se acercó a Herkes y le dio una palmada en el hombro.

Birent: ¿Sabes dónde puede estar? ¿Viste hacia dónde apuntaba tu portal?

Herkes: Sólo vi muchos árboles verdes, enormes y casi oscuro, ni siquiera noté el piso de tierra.

El mayor se quedó pensando durante un minuto, - densos árboles… enormes… sitio oscuro… - después se alarmó y supo dónde era.

Iory: ¿Sabes dónde está?

Birent: Sí, está en el mundo de Tayue y los demás.

Por otro lado, en el castillo de Tayue y los demás, el ojos beige estaba en el techo del edificio, afinando su vista, pudo notar que había avanzado en su poder y que sus ojos lo llevaban hasta la zona muerta que Leyai solía estar anteriormente. Ganju cerró sus ojos, se volteó y el oscuro ya estaba detrás de él, con una gran sonrisa, lo que asustó al soldado animal.

Ganju: ¡Oiga! ¡No haga eso!

Leyai: Lo siento, pero me dio curiosidad lo que estabas haciendo, ¿sigues siendo vigía?

Ganju: Estoy practicando, ya pude llegar hasta las tierras áridas y grises que están algo lejos de aquí.

Leyai: ¡Oohh! Impresionante. ¿Puedes ver a través de las cosas?

Ganju: No… sólo la superficie de las cosas.

Leyai: Ah, eso no me lo esperaba…

El ojos rojos caminó unos pasos alejándose del soldado y luego volvió con él.

Leyai: Oye, ¿puedes hacerme un favor?

Ganju: ¿Cuál?

Leyai: Mi oscuridad notó algo extraño más allá de los volcanes, no quiero cruzar esa área porque me irrita, ¿puedes fijar tu mirada hacia allá?

Ganju: No voy a ver gran cosa, sólo los volcanes.

Leyai: No te preocupes, combinaremos nuestros poderes para ver más allá.

El cabellos vino se impresionó y asintió con algo de duda. El soldado se giró hacia los volcanes y empezó a usar su habilidad.

Ganju: Puedo ver uno de los volcanes… y a Haku lanzándose a uno…

Leyai se acercó al chico, tocó su nuca con cuidado, lo que incomodó al menor.

Leyai: Relájate, sigue viendo.

El soldado fijó su mirada en ese mismo punto, después sintió una especie de escalofrío y su vista atravesó el volcán, eso lo impresionó y siguió adelante.

Leyai: Bien, Ganju. Sigue más allá, hasta la arboleda densa de atrás.

El menor no podía creer que pudiera hacer eso, su vista estaba siendo guiada mucho más allá que sus ojos podían ver y todo gracias al poder del maestro oscuro.

Leyai: Gira un poco hacia tu derecha.

El chico lo hizo, la sombra de ese lugar era demasiado densa, pero podía ver cada planta, cada hoja, cada insecto que allí estaba, luego vio algo moverse y se alarmó.

Ganju: ¿Eso era lo que quería ver?

Leyai: Sí, síguelo por favor.

Ganju asintió, buscó de nuevo y tras algunos segundos pudo encontrar esa ‘cosa’ que se había movido, entrecerró sus ojos y luego se asombró demasiado.

Ganju: ¡E-es una humana!

El ojos rojos quitó su mano del soldado y se volteó, chistando un poco.

Ganju: Pero… ¿cómo es posible? ¿De dónde salió?

Leyai: Ni idea… debo decirle a Tayue… gracias, soldado.

El oscuro se volteó y sacó sus alas.

Ganju: A usted, maestro Leyai.

El mayor volteó y notó que el chico le sonreía, esto lo ruborizó y asintió para irse volando. Leyai llegó a la entrada principal, caminó hacia el gran salón y atravesó la puerta, notando que su hermano mayor, Cronh, Kinto y Shin estaban con él, junto con los bebés.

Tayue: ¡Hola, Leyai! No te había visto desde hace dos días, ¿qué hacías?

Leyai: Leía en mi habitación…

El ojos rojos acarició la cabeza del niño primogénito y el bebé rio divertido.

Leyai: Vine porque descubrí algo… bueno, a alguien en la selva frondosa, detrás de los volcanes.

El gemelo menor vio al otro niño e hizo lo mismo, sacándole una sonrisa.

Tayue: ¿Alguien? ¿No será alguno de los alumnos de Natku?

Leyai: No… le pedí ayuda al soldado de Tamayo y pudimos notar que era una mujer.

Los cuatro se impresionaron.

Kinto: ¡¿Una mujer?! No es posible…

Leyai: Pensé que era Amei por el cabello negro, pero tiene ojos amarillos, piel pálida y está asustada.

Tayue: Debemos saber quién es, es peligroso que ande ahí sola.

La ojos azules tomó a sus dos hijos.

Shindra: Vayan, yo los llevaré a la recámara.

Todos asintieron, Kinto le dio un beso en los labios y los cuatro hombres salieron del gran salón, volando, - una chica aquí, ¿no se habrá equivocado Leyai? – pensó y caminó hacia la salida con sus dos bebés. Tras varios minutos volando hasta allá, los cuatro hombres aterrizaron al inicio de esa arboleda y guardaron sus alas.

Kinto: Ubícala, Cronh.

El chico asintió, puso su mano y usó su poder, tras unos segundos supo dónde estaba al sentir sus pisadas, - sí es una mujer… - pensó, el oscuro se acercó al menor y puso su mano sobre la de él.

Leyai: No perdamos tiempo, voy a traerla aquí.

El oscuro combinó su poder con el del soldado, la sombra cobró vida, tomó a la humana del brazo y la jaló hacia el suelo, en segundos la sombra arrojó a la chica fuera de la arboleda y aterrizó de sentón en el suelo, la chica se asustó por eso y volteó hacia atrás, - ¡¿qué fue eso?! – se asombró.

Tayue: Humana…

La chica volteó y miró a los cuatro, pero se detuvo en el soldado, - ¡wow! Qué lindo es… - pensó con un ligero rubor, el oscuro la ‘escuchó’ y notó que ese alago había sido para el menor.

Lin: ¿Q-quienes son ustedes?

Tayue: Nosotros somos residentes de este mundo, ¿cómo llegaste aquí?

Lin: N-no lo sé, vi una abertura y la atravesé…

Los cuatro notaron un ligero aroma a lavanda y se alarmaron, - ¡huele igual que Shin! – pensaron Tayue, Kinto y Cronh, - es la sucesora de Shin… debió escapar de Tehn y los demás… - sonrió el oscuro y ayudó a la chica a levantarse.

Leyai: No podemos dejarte aquí, vamos a llevarte al castillo.

Lin: ¡¿C-castillo?!

Leyai: Sí, ahí vivimos, ¿por?

-¿Sigo en el mundo de Birent y los demás? – dudó la chica.

Tayue: No te preocupes, no te haremos daño.

La chica retrocedió un poco, lo que desesperó al maestro tierra.

Kinto: ¡¿Vendrás o no?!

-¡Qué genio! – pensó molesta, - ¡ya cásate! - esto hizo reír al oscuro.

Leyai: Vamos todos.

El oscuro tronó los dedos y los cinco aparecieron ante las puertas del castillo, la ojos amarillos se impresionó y miró todo alrededor, viendo a varios chicos entrenando en el jardín, un cielo despejado y de día, - no… no estoy en el mundo de esos locos… - se alivió ella.

Tayue: Ven, síguenos.

Los cinco entraron, caminaron y se metieron al gran salón, Lin vio esa inmensa sala y quedó impresionada por el bonito color claro de sus paredes y el domo de arriba.

Lin: ¡Wow! Este lugar es genial…

Tayue: Bueno, dinos tu nombre.

Lin: ¡Ah! Mi nombre es Lin.

Tayue: Un gusto, señorita Lin. Ellos son Leyai, mi gemelo, Kinto y Cronh.

-Cronh… - pensó la chica de manera feliz.

Lin: Y… ¿ustedes saben cómo puedo volver al mundo humano?

Antes de que el primogénito dijera algo, el oscuro se acercó a la chica.

Leyai: No, de hecho, nos impresiona que estés aquí, ¿por qué atravesaste la abertura?

-Para escapar de ese chico portal… - pensó la humana.

Lin: Escapaba de alguien… vi eso como única salida y terminé en esa selva…

Tayue: Lo bueno que te encontramos, sino hubieras pasado la noche en ese lugar, y se vuelve peligroso.

Lin: Quiero regresar a mi hogar, pero no sé cómo…