Mientras la noche se Ceñia en la ciudad de Mironor y el silencio cubría todo el lugar.
Después de que Miralia terminara de hablar con Naru, el espadachín y el Capitán Hrogar, los cuatro se despidieron para descansar y partir temprano al día siguiente. Naru se retiró a su habitación, pero Miralia se quedó afuera, disfrutando de la brisa nocturna y la vista de las estrellas. Naru salió un momento a tomar aire fresco y Miralia lo notó, invitándolo a quedarse un rato con ella.
"Has pasado una prueba difícil hoy, pero has demostrado ser un guerrero valiente", le dijo Miralia, sonriendo. "Aunque debo admitir que fuiste un poco brusco conmigo cuando me encadenaste".
Naru sonrió avergonzado. "Lo siento, fue lo primero que se me vino a la mente. Espero que no te haya hecho daño".
"No te preocupes, fue un buen golpe de realidad", respondió Miralia con una risita. "Pero cuéntame, ¿de dónde eres? No pareces ser de este mundo".
Naru frunció el ceño, sin saber si debía decir la verdad o no. "Soy de un lugar muy lejano a este mundo", respondió en tono evasivo.
Miralia asintió comprensiva. "Entiendo. Todos tenemos secretos que preferimos no compartir. Pero agradezco que hayas venido aquí y nos hayas ayudado en nuestra lucha".
Los dos se quedaron un rato más hablando de sus vidas y sus metas, disfrutando del silencio de la noche y la compañía mutua. Finalmente, se despidieron y se retiraron a descansar.
Naru se acostó en su cama, cerrando los ojos y esperando caer en un sueño profundo. Pero de repente, comenzó a soñar con un martillo pesado, resplandeciente con escrituras y símbolos en el mango. Lo vio claramente, brillando en la oscuridad y sintió una extraña atracción hacia él. Sin pensarlo dos veces, lo agarró y lo tocó en el suelo, haciendo que el martillo comenzara a brillar aún más fuerte.
De repente, Naru despertó con un sobresalto, sintiendo que algo había cambiado en él. Se preguntó qué significaba ese sueño y qué era ese martillo resplandeciente que había visto. Sin embargo, no tuvo tiempo de reflexionar, ya que el Capitán Hrogar y el espadachín estaban haciendo bromas sobre él y Miralia hablando a solas en la noche.
Naru se unió a sus risas y juntos, se dirigieron al barco aéreo del Capitán Hrogar para zarpar rumbo a su próximo destino. Aunque Naru todavía estaba preocupado por su extraño sueño, sabía que debía mantenerse concentrado en la misión y en proteger a sus nuevos amigos
Después de despedirse de los habitantes de la ciudad, Naru y Miralia abordaron el barco del capitán Hrogar junto con el espadachín y la tripulación de enanos que los llevaría a la ciudad de Elendor. Una vez a bordo, Naru no podía dejar de mirar a Miralia y sonreír, sintiendo su corazón latir a mil por hora. Sin embargo, el espadachín notó la mirada de Naru y decidió bromear con él para quitarle un poco los nervios.
"¿Sabes que ella debe tener más años que tú, verdad?", dijo el espadachín, riéndose con humor.
Naru se sonrojó un poco, pero también se rió de la broma del espadachín. Después de todo, él no era un niño indefenso, y estaba seguro de que podía manejar lo que fuera que la vida le trajera.
Durante el viaje de tres horas a la ciudad, Naru no podía dejar de pensar en su sueño y en lo que significaba. Decidió buscar en el libro cualquier información que pudiera tener sobre el tema, pero se dio cuenta de que solo había una página que hablaba de la devoción de un paladín y su arma para defender y proteger con rectitud la fe, la esperanza y el amor.
Naru recordó el incidente en el templo antiguo, cuando había elegido un martillo pero se había convertido en polvo sin explicación. Se hizo muchas preguntas y se preocupó, pero Miralia notó su preocupación y se acercó para preguntarle si podía ayudarlo.
Naru se abrió con Miralia y le preguntó si alguna vez había visto un arma desvanecerse y convertirse en polvo. Miralia le respondió que quizás el arma que había elegido no era la adecuada para él y que quizás debía cambiar su perspectiva sobre lo que era un arma.
"Nosotros, los Santos, creemos que las armas deben ser algo más que simples herramientas de combate. Quizás el cambiar tu perspectiva sobre lo que es un arma te ilumine y te ayude a encontrar la adecuada", dijo Miralia con sabiduría.
Las palabras de Miralia resonaron en Naru, y decidió seguir su consejo y meditar sobre su situación. Finalmente, encontró la paz que necesitaba y se sintió más preparado para enfrentar lo que fuera que el futuro le deparara
Naru estaba concentrado en su práctica de símbolos de luz, moviendo sus dedos con precisión y velocidad para mejorar sus habilidades de sellado. Mientras tanto, el barco se acercaba a su destino y el capitán gritó con fuerza "¡Destino a la vista!".
En ese momento, Naru se detuvo en seco y se unió a Miralia y el espadachín en la borda para contemplar la magnífica ciudad de Elendor. El barco traspasó las nubes que cubrían la ciudad y la vista fue impresionante. Ellos estaban en lo alto, viendo desde arriba el vasto paisaje de la ciudad amurallada.
Las fortificaciones de la ciudad eran impresionantes, con enormes torres que se alzaban hacia el cielo y murallas de piedra que parecían eternas. El gran escudo que cubría la ciudad brillaba bajo el sol, mostrando su indestructible poder protector.
Naru se quedó sin palabras mientras contemplaba la belleza y magnificencia de la ciudad. A pesar de su corta edad, había visto muchos lugares diferentes, pero nunca había visto algo tan impresionante y majestuoso como Elendor. La vista era una mezcla de majestuosidad y misterio, una ciudad antigua y poderosa que aún mantenía su grandeza.
Miralia y el espadachín estaban igual de sorprendidos que Naru, y los tres se quedaron allí en la borda, maravillados por la vista de la ciudad. El barco aéreo se posicionó en las afueras de la ciudad para desembarcar, pero no hubo recibimiento ni bienvenida para ellos.
La falta de gente que los recibiera no opacó la maravilla y el asombro que sentían al contemplar la ciudad y su impresionante escudo. Naru sabía que su misión era importante y que no podía permitirse distracciones, pero no pudo evitar sentirse emocionado por la posibilidad de explorar la ciudad y conocer su historia.
Mientras los enanos de la tripulación se quedaban a cuidar el barco, Naru, Miralia y Hrogar se adentraron en la ciudad. Pero apenas habían caminado unos pocos pasos cuando sus ojos se encontraron con una imagen aterradora. Una delgada capa de color gris oscuro cubría todo el escudo que protegía a la ciudad. La capa era tan fina que a simple vista no se podía ver, pero Naru y el espadachín la habían notado al acercarse.
La delgada capa gris oscura que cubría el escudo protector de la ciudad de Elendor hizo que Naru y el espadachín sintieran una sensación de miedo y escalofrío recorriendo sus cuerpos. Era un sentimiento que les recordaba a la época en que la oscuridad había invadido el reino mortal, y se habían unido para luchar contra ella.
Miralia y Hrogar, al notar la reacción de los dos guerreros, se acercaron preocupados para preguntar si todo estaba bien. Pero antes de que pudieran recibir respuesta, el espadachín hizo la pregunta que estaba en la mente de todos: "¿Es lo que creo que es?"
Naru asintió en silencio y, sin decir nada más, se acercó a la capa gris oscura y comenzó a concentrarse en su poder de luz. Al tocar la capa con sus dedos cargados de energía, esta comenzó a desvanecerse lentamente, como una niebla que se disipa con el sol.
A medida que la capa se desvanecía, una imagen aterradora y tenebrosa se revelaba ante ellos. La ciudad de Elendor no tenía ningún escudo protector, y se encontraba en ruinas y desastre. Las llamas consumían los edificios y los cuerpos de los santos yacían en el suelo, consumidos por la oscuridad. El aire estaba lleno de un olor a quemado y de los gemidos de los heridos y los moribundos.
El silencio se apoderó de ellos mientras observaban la escena desoladora frente a ellos. Hrogar frunció el ceño con enojo al recordar lo que su pueblo había sufrido en manos de la oscuridad, y Miralia quedó en shock al darse cuenta de que los cuerpos que yacían en el suelo eran los de su propia gente.
En medio de la devastación, Naru notó algo que llamó su atención: un rastro de oscuridad que se desplazaba en la distancia marcando rumbo al castillo de la ciudad. Sabía que era importante seguirlo para descubrir quién era el responsable de la destrucción de la ciudad y salvar a cualquier superviviente que pudiera encontrar.
"Tenemos que seguir ese rastro", dijo Naru en voz baja, rompiendo el silencio. "Hay personas en peligro y alguien tiene que detener esto."
El grupo se reunió en torno a Naru, determinados a enfrentar cualquier peligro que pudiera presentarse en su camino. Pero todos sabían que la oscuridad que se cernía sobre ellos era una amenaza mayor de lo que jamás habían imaginado.
El terror y la Ruina de la ciudad era una gran tragedia, Naru y el espadachín sabían que algo maligno y inexplicable estaba detrás de todo esto, pues la misma obra que contemplaron en el reino de los hombres, yacía de la misma manera frente a sus ojos en la ciudad de Elendor.
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Comments
hackforth
Como que hay algo de amoríos jaja
2023-03-15
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