Naru estaba en el gran salón del rey, rodeado de los soldados de élite del reino. La tensión en el ambiente era palpable, y el sudor le resbalaba por la frente mientras se preparaba para enfrentar la prueba que el rey Mefisis le había impuesto.
De repente, la princesa Miralia se unió a los soldados, empuñando una espada fina y puntiaguda, con su mirada clavada en Naru. "Si realmente eres un paladín, deberías ser capaz de enfrentar a todos nosotros", dijo con una sonrisa burlona.
Naru recordó en ese momento que la esencia de su poder no era para dañar a los hombres, sino para luchar contra la oscuridad. Lleno de convicción y devoción, una electricidad recorrió todo su cuerpo, haciéndolo brillar con un color dorado y desprendiendo una fuerza celestial que infundía temor santo en los adversarios de la prueba.
Naru buscó en su libro la página que hablaba del "martillo de la protección", invocando así un poderoso martillo y clavándolo en el suelo. Del martillo emanaron grietas en el suelo que desprendían fuego, así como una luz que rodeó a Naru, impidiendo que los soldados y Miralia se acercaran.
Miralia lanzó un ataque divino, invocando una lluvia de hojas de espada para destruir el escudo de Naru, pero no tuvo ningún efecto. Naru tomó el martillo y lo alzó, desprendiendo todo su poder y subyugando a los soldados y a Miralia con cadenas de luz que salían de las mismas grietas de fuego. Los inmovilizó completamente.
"¡Impresionante!", dijo el rey Mefisis, saliendo de las sombras y aplaudiendo con entusiasmo "No esperaba menos de un paladín de tu calibre, Naru. Veo que eres fiel a tu palabra y que el poder que posees es verdaderamente impresionante."
Naru se inclinó en señal de respeto hacia el rey. "Mi señor, es un honor poner mis habilidades a disposición de su majestad. Solo busco cumplir con mi deber de proteger a los inocentes y luchar contra las fuerzas del mal."
El rey sonrió con astucia. "Eso es lo que todo paladín diría, ¿no es así? Pero permíteme poner a prueba tu lealtad una vez más. Necesito que viajes al sur de Elendor y traigas de vuelta información sobre la situación allí. Los demonios han estado atacando con más frecuencia últimamente, y necesito asegurarme de que estamos preparados para lo que pueda venir."
Naru asintió con decisión. "Lo haré, mi señor. Partiré hacia el sur de Elendor y traeré la información que necesite."
El rey sonrió de nuevo, pero esta vez con un aire de camaradería. "Eso es lo que quería escuchar, Naru. Eres un paladín valiente y leal, y eres un verdadero honor para el reino de Mironor"
Mientras Naru salía del gran salón, sus pasos eran rápidos y decididos, ansioso por salir de allí. Pero justo cuando estaba a punto de atravesar la puerta, sintió una mirada fría y penetrante clavada en su espalda. La sensación lo hizo detenerse y voltear para ver al rey Mefisis observándolo con una sonrisa misteriosa en su rostro.
Naru no podía leer la expresión del rey, pero la sensación que le produjo esa mirada era incómoda, casi amenazante. ¿Qué estaría tramando Mefisis? ¿Por qué lo miraba de esa manera? La mente de Naru comenzó a divagar y las peores posibilidades se presentaron ante él.
Sin embargo, no tuvo tiempo de seguir pensando en ello, ya que Miralia lo llamó desde la parte inferior de las escaleras. Naru sacudió la cabeza, tratando de sacudirse la sensación de peligro y siguió a Miralia hacia abajo.
Pero, mientras caminaban por las escaleras, Naru comenzó a sentirse extraño, como si una voz en su cabeza le susurrara algo. "No todo lo que ves es lo que es, cuida tu corazón porque de él emana la vida", susurró la voz en su cabeza. Naru se detuvo, tratando de encontrar la fuente de la voz, pero no había nadie allí. La frase se repetía una y otra vez en su mente, llenándolo de preocupación y alerta.
Miralia notó la extraña actitud de Naru y lo miró con preocupación. "¿Estás bien, Naru?" preguntó ella con voz suave.
Naru trató de disimular su preocupación y respondió rápidamente, sin dar detalles. "Sí, todo está bien. Sigamos adelante".
Pero en su interior, Naru seguía perturbado por las palabras que había escuchado. ¿De qué se trataba? ¿Qué significaba esa frase? ¿Por qué resonaba en su cabeza de esa manera?
Mientras caminaban hacia la posada "El Rey y para el Rey", Miralia comenzó a hablar sobre la ciudad y su raza. Le contó a Naru sobre los Santos, seres que vivían eternamente y se dedicaban a mantener el orden y la pureza entre los suyos. Naru escuchaba atentamente, pero su mente aún estaba en las palabras que había escuchado antes.
Finalmente, llegaron a la posada y Naru se reunió con sus amigos. Al verlos, intentó disimular su preocupación, pero ellos lo conocían demasiado bien. Los rostros de sus amigos estaban llenos de preocupación y tensión. Era evidente que habían estado discutiendo algo importante.
"¿Qué está pasando?" Preguntó Naru, tratando de sonar casual.
El espadachín, Hrogar, tomó la palabra. "Hay algo extraño en esta ciudad, Naru. No podemos confiar en nadie".
Naru sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar esas palabras. ¿Qué había pasado? ¿De qué estaban hablando? Pero antes de que pudiera preguntar, el capitán Hrogar le tendió una botella
El espadachín se acercó a Naru y notó algo extraño en su mirada. "¿Estás bien, amigo?", preguntó con preocupación. Naru asintió, pero sus amigos no parecían convencidos. El capitán Hrogar intervino con su usual sentido del humor. "Si necesitas un trago para animarte, yo te invito", bromeó mientras golpeaba a Naru en la espalda.
Mientras tanto, Naru seguía pensando en la voz que había escuchado en su cabeza. ¿Qué significaba todo eso? ¿De qué debía cuidar su corazón? Naru sabía que tenía que ser cuidadoso y estar alerta, pero no sabía por qué.
La posada "El Rey y para el Rey" estaba llena de gente. Había músicos tocando en la esquina y los aromas de la cocina llenaban el aire. Naru se sintió abrumado por todo esto y decidió alejarse un poco para reflexionar.
Fue entonces cuando notó algo extraño. Una figura oscura, escondida en una esquina, lo observaba. Naru intentó acercarse, pero la figura desapareció en un abrir y cerrar de ojos.
Naru estaba más confundido que nunca. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Quién era esa figura misteriosa y por qué lo estaba siguiendo? Naru sabía que tenía que estar alerta y cuidar su corazón, pero no tenía idea de cómo hacerlo.
Las amistades de esta ciudad eran confusas, todo era demasiado tranquilo y puro que parecía una ilusión, Naru, el espadachín y el capitán Hrogar junto a toda su tripulación estaban inquietos pues algo raro estaba pasando y no sabían que era.
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Updated 52 Episodes
Comments
Yelsin Yels
Me encanta la trama
2023-12-28
1
oldmagic
Que misterio
2023-03-23
4