CAPITULO 13

CAPÍTULO 13.

Por VIGO COSTELLO.

Cuando Chloe se fue, me decidí a pensar de qué manera le diría que me encanta y debia pensar en como explicarle la verdadera cara de mi familia. Tal vez es muy pronto, pero… Debo ser sincero con ella… Lo mejor será decirle las cosas de una vez.

No habian pasado ni diez minutos de que ella se fue, cuando note que, poco a poco, los guardias que custodiaban el exterior de la casa, desaparecieron. Solo quedaron los dos hombres que habian ingresado.

Pronto Gagliano entro por la puerta, acabo con los dos guardias como si fueran dos muñecos y luego poso su vista en mí. Sin decir una palabra, logre dejarlo derrotado en el piso. Rápidamente, tomé una silla y lo senté sobre ella, amarrándolo. Lo dejé ahí para ir en busca de mi portafolios, en el cual guardaba los artilugios de tortura que una vez me había regalado el tío Giovanni cuando cumplí la mayoría de edad.

Al regresar a la sala, Chloe estaba ahí… Y luego siguió lo que ya sabemos… Cuando me fui de mi apartamento, al primer lugar que se me ocurrió ir, fue a la casa del Tío Giovanni, no podía ir en busca de mis padres, sería demasiado arriesgado. Ya que si la policía estaba detrás de mí, irían ahí en primer lugar.

Lo llamé para avisarle que iba en camino a su casa, que necesitaba una maleta y mis documentos para salir del país… No podía quedarme aquí y sabía perfectamente a donde ir. Colgué el llamado y me apresuré a llegar a la casa de Giovanni, no podía tomar un taxi ni pedir un aventón para no dejar testigos que me ubiquen. Después de un rato de caminar, llegue a su casa, la tía Victoria abrió la puerta, me recibió con un fuerte abrazo. Allí también estaba mi primo Francisco, quien al verme en ese estado se preocupó. Les dije que les explicaré todo cuando llegue el tío Giovanni.

Pasaron menos de 15 minutos cuando mi tío llego, apurado con las cosas que le pedí. Al verme, me abrazo con preocupación y yo comencé a llorar como un niñito.

-La perdí, tío. -Dije.

-Cálmate… Cálmate y cuéntame todo. -Dijo él.

Comencé a explicarles todo lo que había pasado y luego de acabar con mi relato, el tío Giovanni me entrego mi pasaporte y otro falso. Bajo otro nombre. Ya que si salía del país como Vigo Costello, sería fácil encontrarme. Los abracé fuerte y me despedí de ellos, les prometi que cuando llegue a mi destino, conseguiré otro teléfono y los llamaré.

-Llama a tus padres… Y también a tu padrino. -Dijo el tío. -Estaba en la casa cuando fui y se quedó muy preocupado.

-Lo haré. -Dije. -Gracias por todo… Prometo que ni bien se solucionen mis problemas volveré. Por favor, despídeme de todos, en especial de los gemelos.

Mis tíos y Francisco me abrazaron fuerte.

-Tú no te mereces esto, amor. -Dijo mi tía. -Todo saldrá bien para ti, mi príncipe…

-Gracias tía. -Dije. -Los amo.

Sin más que decir, me fui de allí rumbo al aeropuerto. Tomaría un avión rumbo a una nueva vida. Una que espero sea temporal, porque no soporto la idea de estar lejos de mi familia por tanto tiempo.

Subí a ese avión con una tristeza que me invadía por completo, recibí un mensaje de papa diciendo que pronto se reuniría conmigo. Recordando las palabras de Giovanni, decidí escribirle a Noah para decirle que estoy bien, que pronto regresaré y que me aseguraré de llamarlo ni bien tenga un nuevo número… Por seguridad… Una vez que envíe todos los mensajes que quería, puse la función de formateo de teléfono y destroce la tarjeta para que no lo rastreen… Luego lo bote en un bote de basura que estaba junto a la puerta de abordaje.

Finalmente, me subí a ese avión. Lleno de dudas, preguntas y con el corazón hecho trizas… Pero debia seguir adelante. No podía sentarme a esperar a qué vengan por mí…

Horas después, aterrice en mi querida Italia… Ha pasado tiempo desde la última vez que vine aquí. Tome un taxi y pase por una tienda a comprar un nuevo teléfono, luego fui a la casa de mis abuelos. Al llegar, me recibió mi Abuela Ariana, la madre de papá. Había decidido no contarles la verdad, ellos ya estaban mayores y no quería preocuparlos por nada.

-Mi príncipe mayor. -Exclamo Ariana al verme.

-Abue… ¿Cómo estás? -exclame.

-Feliz de tenerte aquí. -Exclamo ella. -Pero ven, pasa…

-¿Cómo está Mauricio, abue?

-Bien, cariño… Fue a jugar Golf con Fabrizio. De seguro pronto regresan y podrás verlo a él también.

-Eso espero abue. -Dije… No tenía ánimos para hablar, pero no quería desilusionar a la abuela. -Extraño a la abuela Isabella… Aún no puedo creer que ya no esté aquí.

-Yo también la extraño. -Dijo ella afligida. -Su partida ha sido un gran golpe para mí… para todos.

-Sí… Esa maldita enfermedad. -Exclame.

-¿Te quedarás, amor? -pregunto ella, ofreciéndome un café y unos pastelillos que había horneado.

-Un par de días solamente. -Dije. -Vine de visita solamente. Tengo un asunto que resolver en Rusia, así que… Estaré ahí un tiempo. -Exclame, tomando un sorbo de mi café. -Pero quise venir a ver a mis abuelos favoritos antes.

Ariana sonrió.

-Siempre serás bienvenido aquí. -Dijo ella. -Es una pena que no quieras quedarte más tiempo.

-Vendré en cuanto pueda. -Dije. -Y aceptaré que vayan a verme cuando quieran.

-Eso me deja más contenta. -Dijo ella, sonriente. -Y ahora dime, Vigo… ¿A qué le huyes?

-A nada abue, solo tengo un trabajo que hacer y aprovecharé a descansar un poco de los Estados Unidos…

-A mí no me mientes, no te olvides de que crie a tu padre. -Dijo ella. -Y eres igual a él. Le huyes a una mujer, ¿no es así?

-Algo así abue. -Dije. -Es… complicado.

-Esa manía que tienen ustedes de complicar todo. -Dijo ella. -Si la amas, lucha por ella, no te rindas. Tu padre ha amado a Camila desde que tengo uso de razón… Mi ahijada siempre fue una mujer muy hermosa… Y tu padre… Un idiota.

-Lo se. -Dije riendo. -Noah y Giovanni me lo han contado todo. Casi que siento pena por todo lo que han tenido que pasar gracias a esos dos.

-Ni te imaginas. -Dijo ella.

-Sin embargo. -Dije. -En esta historia no soy yo quien tiene que luchar por ella abue. Es ella la que tiene que decidir.

-¿Por qué lo dices, cariño?

-Descubrió quién soy en realidad por otra persona diferente de mí. -Dije. -Sin embargo…  No se lo tomo a bien… Prometo contarte la historia detalladamente, otro día abue, ahora sinceramente no tengo ganas de hablar de ella.

-Está bien, hijo… -Dijo ella.

Después de unos días en Italia, pasando tiempo con la abuela, su esposo y mi abuelo Fabrizio, era hora de ir a mi próximo destino: Moscú, Rusia.

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Comments

Arminda Ovelar

Arminda Ovelar

Vigo no puedes mentir a tu abuela..tu eres un libro abierto...se fuerte

2024-02-10

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