CAPITULO 5

CAPÍTULO 5.

Por CHLOE HAMILTON.

Conduje hacia el lugar junto a Ezequiel y otros agentes. Al llegar, creí en las palabras de mi amigo. Estaba realmente abandonado. Di la orden de rodear la casa por si acaso alguien intentaba escapar y me acerqué para golpear a la puerta.

-Buenas tardes. -Grite. -Soy la agente Hamilton del FBI, necesito hacerle algunas preguntas, ¿hay alguien en casa?

Pero no recibí respuesta. Sin embargo, uno de los agentes me informo por el radio que habian algunas camionetas como las que vi en las fotos estacionadas en la parte trasera de la granja, algo ocultas. Decidí golpear un par de veces más, tal como lo dicta el protocolo, y tras no conseguir más respuestas, les di la orden a mis agentes para entrar al sitio.

-Chicos. -Dije. -Encárguense de buscar cualquier trampa que puedan haber montado aquí, también busquen a los hombres, debe haber varios aquí. Yo me encargaré de Costello. -Exclame.

Ellos asintieron y se dirigieron a hacer el trabajo, mientras que yo, alerta, iba en busca de la víctima. Busque en las habitaciones que estaban completamente vacías, pero se notaba que hace pocas horas alguien estuvo aquí, por lo que los delincuentes seguían en la casa.

-¿Hay alguien revisando el granero? — pregunté.

-Lo tenemos rodeado, en caso de que alguien escape. -Contestaron los SWAT.

-Bien. -Exclame. -Sigan comprobando la casa, entraré al granero. Puede ser que Costello esté en ese lugar.

Ante el asentimiento de los SWAT, me dirigí al granero, abrí las puertas con sumo cuidado, allí no había nadie cuidando, sin embargo, pedí que avancen y verifiquen el lugar. Vi a Costello en el medio del sitio, colgado de unas cadenas del techo. Estaba demasiado golpeado, su perfecto cuerpo ejercitado estaba lleno de hematomas, creo que al pobre lo usaron de saco de boxeo.

-No hay nadie aquí. -Dijo uno de los agentes.

-Bien. Ayúdenme a bajar al muchacho, los hombres deben estar fuera o en la casa… Por favor, encárguense de ellos.

Me acerqué a Vigo y mientras mis hombres intentaban desatar sus muñecas, yo revise que tuviera pulso. Al tocar su cuello, él reaccionó.

-¿Mama?

-Soy la agente Chloe Hamilton, he venido a rescatarte… Todo acabo… Estás a salvo ahora. -Dije.

Cuando mis hombres lo soltaron, lo sostuve por encima de mis hombros, ya que estaba demasiado débil. Otro de los hombres, cruzo su brazo por su hombro y entre los dos lo sacamos de aquel lugar, atentos a que no nos estén esperando afuera. En ese instante, escuche por el radio la voz de Ezequiel, avisándome que habian logrado atrapar a todos los matones y que un grupo de agentes fue en busca de Charles, que había logrado escapar. Debieron pedir refuerzos, pero ya estaban en la cacería.

Lleve a Vigo hasta la camioneta. Logre sentarlo allí, hasta que finalmente llego la ambulancia. Lo subieron en ella y debí acompañarlo, mientras los demás agentes se quedaban esperando para dar el informe y que los autoricen a abandonar el lugar.

Vigo iba inconsciente en la camilla de la ambulancia, una enfermera le tomo sus signos vitales. El pobre hombre estaba deshidratado y algunas de sus heridas estaban infectadas, así que fue curándolas, hasta que finalmente llegamos al hospital y lo atendieron correctamente. Limpiaron y desinfectaron el resto de las heridas, mientras que debieron suturar algunas otras. Le pusieron un suero para que dé a poco vuelva a hidratarse. Solicite autorización para ingresar a la habitación, debia hablar con el cuándo despierte. Su confesión será clave para cerrar el caso. Estuve unos minutos dando vueltas por la habitación hasta que finalmente abrió los ojos.

-¿Dónde estoy? ¿Quién eres tú? -pregunto.

-Estás en un hospital. Soy la agente Chloe Hamilton. Acabamos de rescatarte, estás a salvo ahora.

-¿Dónde está mi familia?

-Ellos están en camino hacia aquí.

-Necesito beber agua. -Exclamo él. Asentí y volqué algo de agua en un vaso y me acerqué a él, mientras le ayudaba a beber. Él se quejaba por cada movimiento que hacía.

-Me duele todo. -Dijo.

-Estás demasiado golpeado. -Dije. -Esos hombres se ensañaron contigo.

-Lo se.

-¿Sabes por qué lo hicieron? — pregunté.

-Soy el hijo de un magnate multimillonario. Creo que esa es suficiente razón. -Dijo.

-Sin embargo, encontré información acerca de él en tu computadora. -Dije. -Lo tenías bien investigado.

-¿Cómo ingresaste a ella? Nadie conoce la clave.

-Fue difícil, más no imposible. -Dije y él me dirigió una media sonrisa que hizo que mi corazón quiera saltar de mi pecho.

-Trabajaba en un caso en donde él era sospechoso. -Dijo. -Tenía que investigar al contrincante. Tú sabes como funciona, nuestros trabajos no son tan diferentes.

-Eso bastará… Por ahora. -Dije.

-Gracias, Agente. —Dijo él.

Asentí antes de salir de la habitación, justo a tiempo, ya que la familia había llegado. Pude ver a sus padres, hermanos, tíos, primos… Vaya, solo faltan sus abuelos y estarían todos. Pensé.

Sali de aquel hospital, orgullosa por lo que había logrado. Me dirigí a casa, mañana será un día muy largo… Y tengo la sensación de que este caso recién empieza.

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Comments

Arminda Ovelar

Arminda Ovelar

ohh sii...recién empieza

2024-02-09

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