CAPITULO 10

CAPÍTULO 10.

Por CHLOE HAMILTON.

Desde ese día, luego de preparar una maleta, me mude con mi querido protegido. Hasta el momento todo va de maravilla, ya ha pasado una semana. La convivencia con él es bastante tranquila. Vive en una linda casa vidriada, con dos habitaciones, un despacho, comedor y cocina, separados por una linda barra, sala de estar y un lindo patio. Es bastante acogedor aquí, debo decir. Dos veces por semana viene una mujer a realizar el aseo y luego solo contamos con los agentes de seguridad que rodean la casa. Hacen tres turnos, entre ellos para poder descansar entre medio. Lo cual me pareció muy empático por parte de la agencia.

He estado ayudando a Vigo con su caso, sin embargo, tal como él dijo, no pude encontrar nada para ayudar a Morgan sin necesidad de sacar a la luz su secreto.  Mientras que, por las noches, a veces se quedaba a ayudarme con mi investigación, con la que también estoy algo frenada. Estoy en un callejón sin salida. Y volviendo a aquello, probablemente se preguntaran como reacciono el Sr. Alexander Hamilton ante la idea de que viva con un hombre... Pues...

Flashback.

Saliendo de la agencia, no perdí el tiempo y fui directo a la casa de mis padres, debía hablar con ellos lo antes posible. Golpee la puerta de la casa y fue Tomás quien abrió.

-¿Cómo está mi hermosa, hermana mayor? –pregunto él, abrazándome.

-Hola Tom. –Dije, devolviéndole el abrazo. Después de los brazos de papa, los brazos de Tom no eran tan diferentes. Debo decir que Tom es el calco de papa. Incluso tiene la misma cantidad de mujeres detrás. –Hace tiempo no te veía.

-Sí... Decidí tomarme un descanso de los estudios. –Dijo él. –¿Vas a pasar?

-¿Papa y mamá se encuentran?

-Claro, en el despacho. –Dijo él, y yo lo observé expectante. –Tranquila... No están haciendo nada raro. –Dijo este riendo.

-Qué alivio. –Dije, soltando una risa. –¿Me acompañas? Tú también debes estar presente en lo que debo decirles.

-Claro. –Dijo él. Íbamos llegando al estudio cuando Tom me freno. –Chloe... Sabes que como hermano menor siempre te he ayudado en todo... Esta vez, quiero pedirte que si vienes por el asunto de tu investigación, es mejor que desistas de tu idea... Mama se quedó muy afligida la ultima vez. –Exclamo este. –Mira, no se qué razón tuvo ella para ocultar que su apellido paterno es Steel, pero...

-Lo se Tom. –Dije interrumpiéndolo. –Quédate tranquilo, no es nada sobre eso.

Tomas me abrazo y deposito un beso en la coronilla de mi cabeza, a pesar de ser menor que yo, siempre ha sido muy protector. Además, su estatura lo hace ver de más edad... Aunque solo nos llevemos un año. Sin decir más, entramos al despacho, allí papa y mamá estaban analizando unos planos que el tío Liam les había entregado para analizar la seguridad de la compañía. Creo que quiere renovar todo el sistema y para eso, necesita de dos especialistas.

-Hola papa... mamá. –Exclame.

-Hola princesa. –Dijeron ambos.

-¿Podemos hablar? – pregunté.

-Claro, siéntense. –Dijo papa, viéndonos a ambos.

Tom y yo nos sentamos en el sillón del despacho, mientras que papa y mamá se sentaron en los sillones más pequeños al frente nuestro.

-Dinos amor. –Dijo mama. –¿De que quieres hablarnos?

-¿Recuerdan el caso en el que estuve trabajando? El del heredero de la familia Costello.

-Sí. –Dijeron ambos. Tom no decía nada, solo me observaba atento.

-Pues... Resulta que su secuestrador escapo de la cárcel y ahora está suelto. Está siendo buscado por la agencia. Incluso lo publicaron en la Lista como el criminal más buscado.

-Vaya... Pobre muchacho, ha de estar aterrado. –Dijo mama.

-Sí... Pues el hecho es que el hombre es bastante reacio a la seguridad. Así que, de la agencia, me solicitaron trabajar como su guardaespaldas. Además de mí, habrá un grupo de agentes que estarán disponibles las 24 horas para asegurarse de que estemos bien.

-¿Estemos? –pregunto papa, elevando una de sus pobladas cejas y recalcando esa palabra.

-Sí... Mi trabajo incluirá que tenga que convivir con él hasta que logren encarcelar al criminal.

-Acabas de sacarle el capuchón a la granada. –Dijo Tomás, apenas audible, pero yo logré escucharlo bien.

-¿ACASO ESTÁN LOCOS? –Grito papa. –LLAMARE A RICHARD AHORA MISMO. NO PERMITIRÉ QUE MI NIÑA ESTE A SOLAS CON UN HOMBRE. –Dijo poniéndose de pie, buscando su celular.

-¡Papa! Ni se te ocurra. –Dije. –Solo vine a avisarles. La decisión está tomada. Acepte. Sí, logro cumplir con esto, me darán el ascenso que tanto deseo.

-Hija, tienes mi completo apoyo. –Dijo mama.

-También el mío. –Dijo Tom, apretando mi mano.

-¡VAYA! TODOS ESTÁN LOCOS. –Dijo papa, quien no dejaba de caminar de un lado a otro.

-Alex, por favor, cálmate. Tu hija es grande, sabe lo que hace. –Dijo mama. –Además, ¿cuál es el problema si convive con un muchacho? Yo a su edad ya dormía contigo.

-¡Mamaaaa! –gritamos Tom y yo a la vez. Y mama hizo un gesto de hombros como quitando importancia a la situación.

-Alex... Por favor, no puedes hacer esas escenas cada que vez que una mujer de la familia este con un hombre. –Dijo mama. –Primero tu hermana, luego tus sobrinas, ¿ahora tu hija? ¿Es en serio?

-Mi hermana... No me digas que tu protegido también es ginecólogo? –pregunto Alex.

-No papa... Es abogado. –Dije. –Papi. –Volví a decir, poniéndome de pie. –Tú eres el único hombre, el más hermoso, más sexy y el único que puede arrullarme en sus brazos. No estés celoso.

Papa negó con la cabeza y me abrazo.

-No estoy preparado para aceptar que hayas crecido... Ni que tengas hombres rodeándote. Aún no estoy listo para dejarte ir. –Dijo él.

-Papa... –Dije, besando su mejilla. –Tú siempre serás el primer hombre en mi vida. Nadie va a reemplazar tu lugar.

-¿Me lo prometes?

-Pinky promise. –Dije, extendiendo mi meñique. Él sonrió e hizo el mismo gesto. –Te amo papi.

-Yo también te amo, preciosa.

-Claro... Dejen afuera al hermano marginado. –Dijo Tom, fingiendo molestia.

-Ven aquí tú también. –Dijo papa.

Nos dimos un abrazo superfamiliar...

Fin del Flashback.

Entonces, las cosas con papa salieron mejor de lo que esperaba... Y en cuanto a Vigo... No hemos tenido ninguna situación extraña, más de hablar durante las comidas, para lo cual nos turnábamos. Debo decir que es un buen cocinero. Y también teníamos algunos momentos de platica cuando nos dirigíamos a algún lado.

Yo sentía en mi interior que cada vez me gustaba más su compañía, debo decir que será muy difícil volver a la realidad cuando todo esto acabe.

-Y bien, Agente. ¿En que te puedo ayudar hoy? –pregunto Vigo.

Los días habían pasado y ya solo faltaban dos días para el juicio de Morgan Hawke. Aún estábamos en un callejón sin salida, pero teníamos la esperanza de que pase algo que nos ayude a ganar ese juicio. Según me contó Vigo, este juicio no durara más de dos días, ya que la justicia está siendo presionada por los medios y por supuesto, la opinión pública, para dar una rápida sentencia.

-De hecho... Necesito tomarme un descanso de mi investigación... Aún no llegamos a nada y la verdad... Me preocupa más el juicio de Morgan. –Dije.

-En ese caso... Quiero que me acompañes, logre conseguir una entrevista con Morgan... Es la ultima vez que podre verla antes de ir a la Corte, así que pensé que tal vez... Quieras acompañarme.

-Como si pudiera elegir. –Dije, después de todo, tengo que seguirlo a todas partes.

-Bien... Te presentare como mi asistente. El día del juicio te sentarás a mi lado en el banquillo. De esa manera podrás ayudarme en caso de que algo nueva surja.

-Perfecto. –Dije.

Vigo tomó sus cosas, las llaves del coche y nos dirigimos a la prisión para entrevistar a Morgan. Luego de ingresar y pasar por los chequeos de rutina, nos sentamos a esperar que la chica llegue. Minutos después, dos agentes la escoltaron hacia nosotros.

-Hola Vigo. –Dijo ella. –Veo que tienes compañía hoy. –Dijo viéndome a mí.

-¿Cómo has estado Morgan? Ella es Chloe, será mi acompañante durante el juicio y... Quise traerla para hablar contigo.

-Bueno... Chloe. –Dijo ella, saludándola. –Soy Morgan Hawke. Aunque probablemente eso ya lo sepas. –Dijo sonriendo. –Estoy aquí porque me acusan de asesinar a mi esposo... Pero soy inocente, lo juro.

-Morgan. –Dijo Chloe. –Lo entiendo... Pero necesitamos algo que nos ayude, una coartada... Tu palabra no basta.

-Me gusta esta mujer. –Dijo ella, viendo a Vigo. –No se que decir, Chloe... Realmente ya le he contado todo a Vigo.

-Morgan...

-Vigo... Ya te dije que no quiero hablar de lo otro...

-Morgan... Puedes contarle. –Dijo Vigo. –Si la traje es porque tal vez hablar entre mujeres sea un poco más fácil que hablarlo conmigo.

-¿Seguro que puedo confiar en ella? –pregunto Morgan. Yo solo miraba entre ambos sin entender nada.

-Ella tiene mi entera confianza. –Dijo esta vez Vigo, clavando su profunda mirada en mí. Por un momento me perdí en esos hermosos ojos.

-¡Ejem! –Carraspeo Morgan, sacándome de mi ensoñación y volviendo a concentrarme en ella. Morgan miraba entre ambos con una mirada pícara.

-Cuéntame Morgan. –Dije. –¿Que es eso tan importante que me ocultan?

-El día del crimen de mi esposo, yo estaba viendo a mi hijo. –Dijo ella, casi susurrando. –Tengo un hijo de 15 años, fue producto de una violacion. –Siguió. –La razón por la cual no quiero decirlo, es porque nadie lo sabe... El pequeño vive con su familia adoptiva, una buena familia y lleva una buena vida, tranquila. No quiero que los medios de comunicación lo acosen cuando sepan que soy su madre...

-Morgan. Te entiendo completamente. Si fuera madre, haría lo mismo. –Dije, pensando en lo duro que habrá sido para ella. Morgan siguió dándome más detalles acerca de su hijo. Hasta que finalmente dio por terminada la historia.

-Entonces... En resumen, esa es mi historia. –Dijo ella.

-Esto es sumamente complicado. –Dije. –Morgan... No se que podremos para demostrar tu inocencia. Pero juro que haremos lo imposible.

-Prefiero ir a la cárcel antes que revelar esto. –Dijo ella. –Por favor... Confío en ambos.

-No iras a la cárcel. Te sacaremos de aquí. –Exclame segura. Vi una nota de orgullo en los ojos de Vigo, y seguía viendo la mirada picarona de Morgan.

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