CAPÍTULO 7.
Por CHLOE HAMILTON.
Resuelto el caso de Vigo Costello, todo volvió a la normalidad en la oficina. Los siguientes días debí encargarme del papeleo, ya que tenía que realizar informes y dejar asentado todo el operativo que preparamos para rescatar al hijo de los magnates. Estaría mintiendo si no les digo que no he pensado en él. Ese hombre me ha cautivado desde que lo vi. Sin embargo, intentaba no suponerlo. Quiero decir… Solo fue un caso y como él, hay muchos hombres bellos.
Papa y mamá han querido hablar conmigo, pero no les he hecho caso, estoy demasiado ofendida por la pelea en la casa la última vez. Papa estaba muy preocupado cuando supo que rescate a Vigo, decidí hacer una tregua por esa vez y dejar que me abrace como siempre lo ha hecho. Sin embargo, cada vez que quiero retomar lo de aquella noche, las cosas se ponen tensas, por lo que decidí tomarme un tiempo, de lo contrario, seguiremos discutiendo siempre por lo mismo.
Estaba a punto de partir hacia la oficina a entregar finalmente mi informe, cuando recibí una visita inesperada. Abrí la puerta, y allí vi, a otro de los hombres más importantes de mi vida.
-Mi princesa. -Dijo él, extendiéndome sus brazos.
-¡Tío Liam! - grité, colgándome de su cuello.
-¿Me dejas pasar? -dijo este.
-Claro que sí. -Dije. -Iba de salida, pero puedo llegar un poco más tarde.
-No demoraré demasiado. -Dijo.
-Mmm… Te mando papa, ¿verdad?
-¿Cómo dices eso, amor? Soy tu tío y padrino. -Exclamo. -Y en cuanto a Alex… él está preocupado por ti.
-No tiene de que preocuparse. ¡Solo le pedí que me diga la verdad! Estoy investigando un caso en el que él participó, quiero que me ayude, quiero tener su experiencia… Quiero ser como él. -Dije soltando algunas lágrimas.
-Princesa. -Dijo Liam. -Mi amor, te amamos… Y tanto yo, como tus otros tíos, tu madre y tu padre, queremos lo mejor para ti. Y estamos tan, pero tan orgullosos de quién eres. Pero tienes que entender que hay cosas que es mejor dejarlas en el pasado.
-No lo puedo entender, tío, lo siento… Papa y mamá nunca me habian hablado de esa forma.
-Porque tal vez no quieran recordar sus días como agentes… No es para nada fácil.
-Está bien tío… Intentaré ponerme en su lugar. -Dije, abatida. -Iré a la oficina y tal vez luego vaya a casa para hablar con ellos.
-Muy bien, preciosa. Entonces me iré. -Dijo Liam, depositando un beso en la coronilla de mi cabeza. -¿Quieres que te lleve?
-¿Lo harías?
-Todo por ti. -Dijo él.
El tío Liam me dejo en la oficina y luego se dirigió a hacer sus quehaceres. Al entrar, me encaminé directamente a la oficina del jefe para dejarle mi informe. Ni bien entre, Richard me pidió ir a la prisión, al parecer había que preparar unos últimos detalles en las fórmulas de traslado de Gagliano para llevarlo a una prisión de máxima seguridad, de la cual nunca lograra salir. Si no me hacía cargo de las formulas, era posible que todo el asunto se demore más de lo necesario.
Así que, tome una de las camionetas y me dirigí a la cárcel para hacer el papeleo correspondiente, iba entrando cuando me tope con el hombre que no abandonaba mis pensamientos.
-Agente. -Exclamo él, sonriente.
-Sr. Costello… Que bueno verlo bien.
-Gracias… Acabo de reincorporarme. -Dijo él. -¿Qué la trae por aquí?
-Pues… Vine a terminar el papeleo sobre su secuestrador. -Dije.
-¿Supongo que puedo estar tranquilo ahora? Mi familia me dijo que lograron atraparlo.
-Así es… Está a la espera de ser trasladado a otra prisión. ¿Y usted? ¿Qué hacía aquí?
-Por favor, no me hables de usted. -Dijo él, algo sonrojado. -Vine a ver a una cliente yo… Estoy preparándome para un juicio dentro de un mes.
-No pierdes el tiempo. -Dije, sonriendo.
-Soy muy dedicado a mi trabajo. -Exclamo.
-Bueno, yo… Debo ir a hacer el papeleo… Me alegra verte bien.
-Está bien… Y… Gracias por salvar mi vida, agente. -Exclamo él, acercándose a mí. Se inclinó a la altura de mi rostro y deposito un pequeño beso en mi mejilla. -Espero verte pronto.
-Igualmente. -Dije, huyendo de allí, roja de la vergüenza.
Me adentré hacia la oficina de entrada y me anuncié, me hicieron ingresar para hablar con el jefe del penal. Una vez allí, le ayude a completar las fórmulas que faltaban y me quede conversando acerca de lo que pasaría una vez saquen a Gagliano del penal. Sin embargo, unas sirenas interrumpieron nuestra conversación. Los guardias comenzaron a correr de un lado a otro y nosotros nos pusimos de pie, preocupados por tal acción.
-¿Qué ocurre? -pregunte.
-No lo se… Creo que se trata de un motín. -Exclamo el jefe de la prisión.
Comenzamos a desenfundar nuestras armas y a dirigirnos, a ayudar al resto, arriesgado, lo se… Pero debíamos hacerlo. Al llegar a los calabozos, efectivamente se había armado un motín, pero por lo que vimos, los demás guardias ya lo tenían bajo control. El jefe y yo nos miramos extrañados.
-¿Qué ocurrió? -Le pregunté a uno de los guardias.
-Hubo un motín entre los reclusos… Sin embargo, nada de que preocuparse. No hubo heridos de gravedad. -Exclamo él.
-¿Se aseguraron de que todos estén en su celda? -pregunto el jefe y yo lo observé extrañada.
-Están en eso, Señor.
-¿Piensas que fue un señuelo? -pregunte.
-Tengo un mal presentimiento Chloe. -Dijo él.
-Señor. -Dijo un agente que venía agitado. -Todos los reclusos están en su celda, excepto…
-¿Excepto quién? -pregunto el hombre.
-Excepto Charles Gagliano. -Exclamo el guardia asustado.
-¡MALDITA SEA! -Grite.
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Comments
Arminda Ovelar
y ai es cuando se escapó...oohh nooo
2024-02-09
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