Borracho

Con las manos ocupadas puede percibir una ligera tristeza, soledad y silencio en el lugar por lo deja la charola en la mesa; posa su mano en el hombro del hombre y el solo la mira con los ojos cerrados pero sin nada de interés.

—¿Quién eres y por qué me tocas el hombro? —indagó con los brazos cruzados ya que antes se situaba su cabeza reposada en ellos y con la baba un poco escurriendo de su boca dejándolo como si de un niñito fuera el; “se ve un poco tierno el jefe… aunque apenas hace unos días se porto un poco grosero conmigo, siento que todos los hombres de dinero son de esa manera por lo que no debo de sentir mal… además me compro unos cuantos pares de zapatos y pude volver a encontrarme con mi amiga” “pero tengo que admitir que es muy apuesto, varonil y sexi… pero que es lo que ocurre… no cerebro no debo pensar ya cosa y es mejor que ya no haga más adelante mejor le digo que a comer para apresurarme a hacer mis cosas” paso por la mente de Tirilith.

—Jefe soy yo su secretaria, le he traído de comer ya que no se encuentra bien —comento luego de dar un suspiro rápido y sentirse más tranquila por lo que abrió ahora los ojos y ligeramente rojos se notaban al igual que con la boca llena de un olor a chicle de menta para tapar el olor del alcohol.

—Eres Tirilith… pero que es lo que traes para comer, linda de hermoso corazón —mencionó el hombre que solo la observó con una mirada penetrante.

—Es una sorpresa sólo usted pruébelo —hablo con una pequeña timidez que deja un poco ruborizada su piel y gentil mente tomó la charola pero se la acercó aun más a sus manos brazos.

—No me gustan las sorpresas son infantiles y tontas… ¡mejor dime que es, rápido! —decreto con una pequeña molestia por lo que frunció el ceño y eso hizo que ella se preguntara el por que no le gustan ya que a todos les gustan las sorpresas.

—Es bien gruñón y enojo el jefe cuando está borracho —murmuró para ella misma mientras observaba al ceo.

—¡¿Qué dijiste, señorita Mibrul?! —indagó con un furia en su tono de voz al igual que con un poco de saliva colgando de su boca.

—No dije nada, jefe pero ya que no quiere mi sorpresa que es comida seria mejor que me la llevara… que tengas lindos sueños ya no lo seguiré molestando —discutió para segundos después retomar la bandeja y dirigirse hacia la salida.

—Aj esta bien come lo que me trajiste… de todos modos no es como si se fuera a tirar dicha comida —discrepo con más calma en sí y que el lugar que tiene pinta de ser horripilante se volviera menos lúgubre.

—Solo por que insiste… observe lo que le he traído… y es nada más y nada menos que comida picante —anuncio sentándose enfrente de él solo para demostrarle los platos y luego irse a comer en su lugar de trabajo; así lo hizo y después de haberlo hecho se levantó para irse a su destino pero que se evitó debido a que Maruen la tomó del brazo.

—No te vayas por que no comes conmigo… s-sería más alegre y mejor que comas conmigo —balbuceo con sus mejilla sonrojada y con la tonalidad de una fresa en cada una de ellas y sus ojos se quedaron un poco los labios de Tirilith, por lo que más se ruborizo; “están bonita… le queda perfecto ese labial tan fantástico en sus labios” “¿pero por que le pedí que se quedara conmigo?” “… es solo que no me quiero quedar solo en esta habitación fría” reflexionó sin soltar el brazo de la mujer pero luego de unos pequeños segundos Tirilith asintió con la cabeza así que acomodo su asiento del mismo modo que arrimo su asiento para estar más cómoda y estar cerca de su comida, también probó un poco de su alimento hasta que Maruen la interrumpió para invitarla a probar un poco de su comida, y eso hizo que ambos se enchilaran por lo que bebieron mucha agua además que pasaron un buen momento por que cuando se miraron a los ojos no supieron que pasó pero solo sintieron una sensación de satisfacción por lo que tanto como Maruen como Tirilith siguieron comiendo sin reprochar.

—Jefe me llevó estos platos sucios y con permiso —dijo luego de terminar de comer mientras que alza los platos sucios y los coloca en la bandeja.

—Si no te preocupes… gr-gracias por la comida… fue realmente agradable comer contigo —titubeó con los cachetes de color rosita flamenco y la vista abajo ya que Maruen no es muy bueno dando las gracias la arrogancia y el egocentrismo sería las palabras perfectas para describirlo, pero que por la pequeña cantidad de alcohol que seguía en su cuerpo dieron efecto para que demostrará tal agradecimiento con vergüenza; “no puedo creer que le haya dado la gracias a una chica… pero es que fue buena conmigo por lo que es lo mínimo que puedo hacer además que en realidad si me la pase con ella… hacia demasiado tiempo que no hablaba con nadie y menos mientras comía” “ya que regularmente suelo comer solo” ponderó con su nariz con un diminuto sudor y la mirada ligeramente perdida.

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