Despido

—¿Cuál despido? !no tienes el por qué hacerlo es solo un pequeño error que a cualquiera le puede pasar, no necesitas hacer nada por mi para pedir disculpas es mas con que lo hagas esta bien y con eso me conformó —habló mientras la mira a los ojos de ella y unas pequeñas lágrimas se asomaron a través de sus lindos ojos por lo que el quedó sorprendido que la señorita fue a llorar.

—Es que soy una tonta por no poder mirar hacia dónde voy y ahora te he manchado de café y todo es por mi culpa por no ser más cuidadosa —exclamó mientras cierra su puño y unas pocas lágrimas están por salir de sus ojos y bajar por sus mejillas.

—Bueno esta bien si dejas de llorar que diré que puedes hacer para que me sienta mejor —opino luego de lanzar un suspiro al aire y tomarla de los hombros para hacerle saber que estaría bien.

—B-Bueno, dejaré de llorar —opino con los gotas de agua aún en sus ojos y sin más lo miró a los ojos para que segundos después se frotar sus ojos con la palma de su mano.

—¿Qué te parece si solamente compras las meriendas que terminaron de caer y luego me ayuda a limpiar todo este desorden? —interrogó aún con sus manos en ella de cada costado; Tirilith solos sintió con la cabeza y ambos fueron juntos a la conserjería por trapos, jergas, trapeadores, jabón con aromatizante para que el piso no quedaría pegajoso y apestoso.

Ambos limpiaron lo más rápido posible para que el jefe no se enterara de tal incidente y que los dos no se metieran en problemas.

—Gracias por ayudarme a limpiar, papá fortachón—comento sin pensar Tirilith al punto de finalizar su limpieza y el solo la volteo a ver pero no pronunció ninguna palabra hasta segundos después; “por qué tendrá esa pulsera están tierno el que la tenga pero ese será un apodo, no lo se pero suena tierno y un tanto burlón” “quiero preguntarle su nombre pero tengo vergüenza de que piense que soy una entrometida o mas bien una mujer chismosa” “por qué le dije papá fortachon, debo estar tonta para decirle tal cosa” cavilo y sin mas su ojos se fueron a mirar el suelo al igual que sus mejillas se enrojecieron.

—De nada pero mi nombre no es papá fortachon dice eso la pulsera ya que fue un regalo de un persona que es importante para mi… pero mi nombre es Jadrio, pero si deseas me puedes decir jadri o jad como más te guste —artículo con un calidez y buena onda en lo que trasmitía con el tono de su voz mientras la mira con su cara de confusión ya que nadie nunca le había dicho ese apodo a excepción de su vecinito.

—Perdona mi falta de respeto, mi nombre es Tirilith pero si apetece me puedes decir tiri y soy la nueva secretaria del señor Maruen Rinolusa, es un gusto el conocerte jadri —pronunció ligeramente avergonzada y dejando de ver al suelo para que mirara a Jadrio quien tenía una bella sonrisa pegada a su rostro.

Ambos estrecharon las manos para darse un saludo por educación pero quien pudo mirar a Jadrio notaría que el se había enamorado a primera vista de Tirilith y como no sería así, si Tirilith demostró ser una persona muy encantadora del mismo modo que espontanea al igual que dulce, amable; “que nombre el de ella, es la primera vez que escucho ese nombre y es lindo… mas bien le queda a la perfección a ella” “mejor me apresuró a entregar su comida a mis compañeros… hay si es cierto también debo de archivar para que después pase por mi vecinito a la escuela”.

Se despidieron sin mas por lo que Tirilith se apuró a ir a la cafetería donde Jadrio le había enseñado y de ahí tomó una bandeja para transportar la comida de ella y de su jefe; “haber que es lo primero es buscar comida para mi jefe y después para mi” “tengo el presentimiento que esta ebrio por lo que la comida picante sería una buena elección para evitar que tenga cruda” “mm… ¿pero que es la comida que le podría gustar?” pensó mientras se acercaba por toda la tienda de comida y con la duda de si su jefe sería alérgico a algún alimento por lo que busco en Internet y al final se pudo informar que es alérgico a la zanahoria del mismo modo que compró un tazón de salsa esmeralda con calabazas pequeñas y papas cocidas en trozo de triangulo y con el bistec de cerdo cocido totalmente, con unas cuantas tortillas de maíz color amarilla, otro tazón de arroz blanco como acompañamiento, chiles en nogada con mucho picante, una agua de arroz con avena; y para ello compró un tazón de sopa de letras, un tazón de agua de fresa con poca azúcar, una tiras de pechuga de pollo empanizado con acompañamiento de una ensalada de lechuga con pepino; después se fue a la dulcería donde caramelos y dulces con un picor ligero y subió nuevamente a su oficina donde quito el seguro de la puerta así que procedió a tocar.

—Jefe voy a entrará con el mejor respeto posible —hablo tocando la puerta y entrando en ella, sin mas abrió, la puerta se abre por lo que ella al dar unos pocos pasos.

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