—¿Por qué?, te estoy dando una orden baja en este momento, no es pregunta es un orden no me hagas bajarte a la fuerza —mencionó y ahora su expresión había cambiado gradualmente y ella no se sorprendió antes ya había tenido que lidiar con imbéciles patanes que se creen que son dueña de las mujeres solo por el simple hecho de ser hombres.
—Ya le he dicho que no voy a ir a esa tienda prefiero caminar en las piedras y arena caliente por el sol en el país de Egipto que ir a esa tienda discriminadora además ya no estamos en el trabajo para que yo siga las ordenes que me da —murmuró con el puño cerrado por recordar ese pésimo recuerdo, y con sus ojos puestos en el ceo al igual que sus miradas se encontraron el se dio cuenta de que estaba haciendo mal al querer forzarla; “que estoy haciendo, si sigo hacia esta será la décimo octava secretaria que se irá por mi tonta arrogancia es mejor no quererla hacer algo que ella no apetece”, “ahora que debería de hacer pedirle disculpas podría ser lo mejor, pero no se si ella querrá aceptar por parecer un patán” pensó ese grandulón musculoso.
—Perdona no era mi intención forzarte a hacer algo que no quieres… es solo que no quiero que te lastimes. —agachando su cabeza hasta la ventana del auto donde se disculpo con la mirada de un cachorro arrepentido y ella solo sonrió mientras mira su angelical rostro.
—Esta bien es solo que esa tienda me hace recordar cosas que están mejor en el pasado… pero agradezco tu gesto pero no quisiera ir a esa tienda —hablo posando encima de la mano del chico para segundos más tarde sonreír por que hizo efecto para que el chico diera un suspiro de alivio y sus miradas se encontraron pero muy picos segundos pasarán para que ese contacto visual se desviara.
—Gracias ¿que te parece si te llevo a otra tienda para comprarte unos zapatos como en forma de disculpa por comportarme como un imbécil?... ¿Te parece?. —indagó soltando se del agarre de ella y subiéndose al vehículo donde ella no pronunció ningún palabra pero no hacia falta que lo hiciera para que su asentir con la cabeza fue la respuesta que hizo que el encendiera el auto y condujera hasta la zapatería de los pies del loto; una pequeña algo descuidada pero verdaderamente talentosa con los diseños y donde antes la mamá de Tirilith la solía llevar cuando trabajaba en dicha tienda donde ella le fascinaba el ver como su madre decoraba con paciencia y alegría el calzado hasta que ella enfermo hasta el punto que no aguanto para posteriormente morir postrada en la cama de un hospital.
El no dijo nada solo salió del auto y entró en dicha tienda al igual que ella que hizo lo mismo; en ese lugar solo se encontraba una muchacha que es la mejor amiga de Tirilith de nombre Flenia rapluque son mejores amigas desde la infancia por que las madres de ambas eran amigas hasta que murió la madre de Tirilith pero eso no paro el hecho de ser casi hermanas.
—Hola tiri ¿Qué te trae por aquí mi pequeñita? —hecho la lengua al aire Flenia quién observaba su celular hasta que la campañilla en la parte superior sonó al abrirse la puerta y al notar que es Tirilith no pudo ocultar lo feliz que estaba por el motivo que no se habían visto desde hace dos años ya que Tirilith se había mudado para seguir con sus estudios de ser cocinera y demostrarles al mundo las delicias culinarias del bello país México.
–Hola caramela lo que pasa es que mi zapato se a estropeado por qué lo eh venido con la zapatería más talentosa en la que eh estado —comento dándole un abrazo y un beso en la mejilla y con su apodo de caramela ya que de niñas se solían decir así ya que flenia es muy dulce y cariñosa, por otra parte Tirilith era muy pequeña en ese tiempo pero los que sigue siendo tierna y adorable para flenia por lo que sus madres le solían decir así a ambas.
—Pues mira pequeñita, estos son los que me han traído mi proveedor no hace mucho y es de tu talla por lo que te quedaría como una princesa en un cuento de hadas… pruébatelos te quedarán a la perfección —hablo muy motivada y alegre por ver a su amiga “a cambiado mucho mi pequeñita” “ ha pasado mucho Tirilith yo y mi madre la buscamos por mucho tiempo pero gracias a dios que por fin la hemos podido localizar” “mi madre estará muy feliz de saber que por fin la he encontrado” “pero quién será este bello muchacho que se a encontrado mi pequeñita”.
—Pues deja checo si me quedan —indico para después sentarse en un banquito y ponerse el zapato como si fuera una bruja o adivina flenia si es verdad que le queda sin embargo no es de su agrado esos zapatos ya que algo adentro de ellos le incómoda; al notificarle a su amiga ella trajo más calzados no obstante flenia trajo mucho más pero ninguno era de agrado hasta que flenia le informo que tenía unos cuantos pares que ella misma había hecho hace poco que si deseaba se los traería y sin más fue por ellos. Y como un milagro creado por dios esos si le quedaron bien y eran de su lindo gusto por los que se llevó unos cuantos pares.
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