Pasaron unos minutos y flenia terminaba de empacar los pares de zapatos al igual que con pensamientos de invitar a cenar en su casa a Tirilith para saber que como le ha ido en su vida.
–Ti-Tirilith ¿Qué si el día de hoy en la tarde tienes tiempo para ir a comer a mi casa? –pregunto tartamudeando un poco con las orejas calientes y su nariz sudando un poco por el motivo de que no sabía si su amiga había cambiado desde la última vez que la vio.
–Si por qué no… que te parece a las nueve treinta luego de salga del trabajo –respondió tomando los zapatos y luego de que flenia le asintiera con la cabeza en forma de estar de acuerdo salió de la tienda con sus nuevos zapatos que estreno ya en sus pies.
Se subió al auto y en todo el camino con su jefe el silencio es abrumador al igual que incómodo y sin decir nada por parte de ambos, solo se le viene a la mente a Tirilith cuando solía ir a vender comida con su madre después de la escuela donde rara vez no iba y eso era por que se hallaba enferma.
–¿Son de tu agrado tus nuevos pares de zapatos? –interpelo con su mirada en ella y sin dejar de manejar por lo que Tirilith al notar eso también lo vio a la cara y solo sonrió dulcemente como si de una niña pequeña se tratara.
–No me gustaron porque… más bien me encantaron ¡gracias jefe por su regalo! –argumento con mucho entusiasmo en ella y que fácilmente pudo trasmitir a su jefe quien sólo demostró una pequeña sonrisa y seguí manejando.
–Me alegra que fueran de tu agrado –disertó luego de ver a los ojos a la chica “no se por qué pero su sonrisa es muy contagiosa” “me recuerda a esa pequeña niña que me ayudó una vez cuando era más joven”, “me dan unas ganas de hacerle cosquillas par hacerlo reír pero no es apropiado hacer tal acto y mas si solamente la eh conocido apenas hoy, no importa que sea su jefe…que estoy pensando y más con ella que ni siquiera se cuando es su cumpleaños debo de estar chiflado para que dicha tontería resuene en mi cabeza” pensó el apuesto hombre quien solo se acomodo su corbata y siguió manejando.
Luego de eso siguió tomando el volante el joven pero segundos después sonó el celular de Tirilith ya que alguien le estaba llamando por teléfono y al mirar su teléfono noto que era su hermanito “como pude ser tan tonta y dejar esperando por tanto tiempo a mi hermano” “debí mínimo de haberle enviado un mensaje de que no me esperara y que se fuera solo en la casa” y sin mas contesto la llamada.
–Hola, perdón hermanito por dejar esperando tanto es que tuve un inconveniente por lo que se atraso el ir contigo pero espérame un poco mas y estaré ahí mismo –manifestó con mucha culpa aparte con la mirada en el suelo y el corazón ligeramente acelerado por arrepentimiento pequeño.
–No te preocupes hermana yo se que debes de estar haciendo lo posible por llegar aquí… y no te altere estoy en las maquinistas jugando en lo que tardas –alegó desde el otro lado del celular y con las manos ocupadas por el videojuego.
–Espérate ahí no tardaré mucho tiempo –expresó con su corazón más tranquilo sabiendo que nada malo le había sucedido.
–Si hermanita aquí te espero. –sin más colgó la llamada y Tirilith finalmente pudo soltar un suspiro de alivio.
–¿Jefe no sería mucho pedir si me deja aquí?, es que es urgente a donde debo de ir en este momento –consulto con mucha vergüenza en su rostro ya que no le quiere pedir más cosas a su jefe por el miedo que todavía se encuentra en ella al estar muy cercas de ella.
–No por qué es muy peligroso dejarte en este lugar… además se ve que es peligroso y puede pasarte algo malo y no quiero eso –opino negándose rotundamente “pero por he dicho tal cosa debo de estar loco para decirle algo así a mi secretaria”.
—Pero señor es que debo de ir con mi hermano ya que lo he dejado por un gran tiempo y no puedo mas tiempo esperándome –argumento con un poco de confusión y enojo por no saber por qué su jefe no la deja ir.
—No puedo dejarte en un lugar como este además que es peligroso pero si deseas puedo llevarte –vocalizo con sus ojos puestos en ella.
—Me niego jefe usted ya ha hecho mucho con comprarme zapatos y eso es más que suficiente –alegó volteándolo a mirar y que sus ojos se encontraron y él ceo más que nada su corazón comenzó a palpitar mucho ya que muy pocas veces le sucedía y en esta ocasión era una de esas.
—Se que tienes que estar en ese lugar lo antes posible por lo que a mi no me molestaría llevarte hasta dicho lugar –declaró con el tono de voz relajado y su mente clara.
—Está bien jefe es en este lugar –habló para segundos después enseñarle la ubicación desde su celular y el no dijo nada y solamente siguió conduciendo velozmente para llegar lo antes posible. No tardaron mucho pero si que el tiempo se pudo notar por lo que sin saberlo Tirilith bajo del auto donde el jefe la acompaño con la excusa tonta de llevarla a sana y a salvo junto si hermano ya que es parte de la compañía y es su deber cuidar a todos sus empleados.
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