Capitulo VI Humillación y salvación

06 de Abril, 2050

Querido diario:

Ayer me quedé sin tiempo para contarte lo que fue la primera reunión con Druscila y Fredy. Solo soportamos la humillación porque somos dóciles. Aún así, fue terrible.

El enano es el más morboso de ambos. Le dio placer vernos con nuestra ropa interior y parecía que nos devoraba con la mirada, sobre todo a mí. Su hermana en cambio, quedó obsesionada con Marion.

Estuvimos de pie, semi desnudas, por unos minutos que fueron eternos el enano se relamía a cada instante solo con ver mi cuerpo. Me dio asco.

— Así que tú eres Mia, debes saber conejita que me gustan mucho las fiestas. Espero que a ti también — me susurró al oído, mientras tocaba uno de mis pechos. El contacto con sus dedos era repugnante y tuve que esforzarme para no retroceder.

— Si señor — me limité a decir, con incertidumbre

— A mi también me gustan. ¿Son buenas bailando? — preguntó Druscila, mientras tomaba de la cadera, por detrás a la a pobre Marion.

Vi que mi compañera dócil se ponía roja, a pesar de nuestro entrenamiento, la situación era extraña. Para fortuna de Marion, aún tenía su ropa interior puesta, pero no parecía que esa situación fuera a durar demasiado.

— ¡Deseo que bailes, ahora! Y que tu ropa vaya bajando lentamente — le ordenó con morbosidad Druscila.

Para ese momento mi sorpresa era total. ¿A qué sitio habíamos llegado? Miré de reojo a las sirvientas esclavas y las dóciles más viejas. Parecían habituadas a esos tratos humillantes. Aquello me preocupó.

Fredy puso música, una mezcla de sonidos horribles que tenían un ritmo al viejo estilo reggaetón, pero más electrónico. Mientras el enano aplaudía, Marion bailaba para complacer a Druscila.

La escena era grotesca, la joven dominante bebía alcohol, mientras su pequeño hermano se reía y movía. En un momento, la dominante se acercó a Marion, metio dos de sus dedos en la ropa de la dócil y parecía estar dispuesta a bajar su ropa interior.

De repente, la puerta se abrió de par en par. Un hombre de facciones duras, vestido con traje y corbata, ingresó súbitamente al salón donde los jóvenes se divertían con nosotras.

— Fredy, Druscila ¿Qué carajos están haciendo? Zánganos morbosos. ¿Cuántas veces les he dicho que las dóciles son muy costosas para desperdiciarlas en sus juegos? — les gritó con prepotencia.

Tanto el enano como la joven bajaron las miradas. Al parecer le tenían mucho miedo.

— No fue mi culpa padre. Las dóciles. . .

— No te quiero escuchar Fredy, eres una criatura vil, avara y morbosa. ¡Te vuelvo a encontrar en esta situación con las dóciles y te enviaré a trabajar a las fábricas!

El enano empezó a temblar, de repente la música se había detenido y todo volvía a la normalidad. Las dóciles empezaron a subir su ropa, así que yo hice lo mismo.

— Lo sentimos padre, nos hemos dejado llevar por la situación. — se defendió Druscila, mientras ayudaba a Marion a vestirse y de paso la seguía tocando.

— Ambos son Rufino, incluso tú que eres adoptado Fredy. Procuren actuar como tales — Sentenció el recién llegado.

Luego, me percaté de que ese hombre era el mismísimo presidente. Era frío, brusco y estricto. Pero, nos había salvado.

El resto del día lo ocupamos en tareas de la mansión. Había mucho para limpiar, acomodar y ordenar. En la noche, antes de ir a nuestra habitaciones, la dócil alfa me dedicó unas palabras.

— Mia, mañana temprano tú debes atravesar toda la propiedad e ir a la oficina donde trabaja la primera dama, ella pidió que fueras apenas te despiertes . Así que cumple y no me hagas quedar mal—

— ¡Si, señora Lidya! — respondí sin titubear.

Todas me miraron sin decir palabra, mientras yo me preguntaba ¿Qué podría ser tan urgente? Acabábamos de llegar a la mansión y ¿Ya me iba a reprender?

Mañana te cuento para que me llamaron Roy. Por lo pronto, me iré a descansar.

Besos

Tú Mía.

Glosario:

*Dócil Alfa: Es el mayor cargo al que puede aspirar una dócil, suelen estar a cargo de toda una casa/mansión. También tienen mejor sueldo y mayores responsabilidades. Mandan sobre otros empleados de las mansiones. Pueden llegar a lograr una buena fortuna si se mantienen en su puesto, algo sumamente difícil por la exigencia que tienen.

*Dóciles Encargadas: Es el segundo puesto de mando, mandan a las dóciles comunes (sin cargo) y son la mano derecha de la dócil Alfa. Son muy competitivas y en ocasi okones las más crueles.

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