Capítulo VIII Un choque cautivador

08 de abril de 2050

Querido diario: Hoy fue un día terriblemente rutinario. Aún debo contarte con quién me choque ayer, luego de hablar con la primera dama Roxana.

Él es uno de los Rufino, el hermano de Druscila. Pero es muy diferente a ella, a su propio padre o al enano. Si amabilidad me dejó cautivada desde el primer momento, no lo voy a negar.

— ¡Oh disculpa! No fue mi intención chocarme contigo, creo que ambos veníamos distraídos. Supongo que tú debes ser Mia — me dijo mientras me daba las manos para ayudarme.

No supe qué decir, quizás me sorprendió su amabilidad, sus brazos musculosos, o quizás sus ojos azules, profundos. El caso es que estaba tonta. Una vez que me ayudó a levantarme y estuve frente a él, me di cuenta al ver sus mechones negros sobre su frente que ya lo había visto antes.

— 'Es el joven que me observaba desde donde estaba el público' — pensé entusiasmada.

— Mi nombre es Leonidas, me dijeron que estabas reunida con mi madre, espero que haya sido amable — me dijo mientras miraba directamente a mis ojos ¡Era encantador!

— Sí, soy Mia, gracias por ayudarme, y sí, fue muy amable conmigo, señor Leonidas — le contesté torpemente, luego bajé la mirada. Se suponía que no debía ver a sus ojos, directamente, a los de ningún Dominante en realidad. Algo difícil, porque eran hipnotizantes.

— ¿Señor Leonidas? Tranquila, puedes decirme solo Leo, aún tengo 19 años, aunque para esta sociedad ya soy todo un hombre —

— Si, entiendo señor Leo, es que hay pocos hombres y se espera de ellos lo mejor, también de nosotras las dóciles — le dije cortésmente

— Bueno, no quiero entorpecer tus tareas Mia, solo quería avisarte que en dos días me vas a acompañar al centro de Metrópolis, voy a necesitar tu ayuda para algunas compras

— ¿Solo nosotros dos? — pregunté sin darme cuenta de que solo debería haberlo

— Sí, ¿Hay algún problema? — me preguntó mientras fruncía el seño. Era aún más bonito cuando estaba serio.

— Por supuesto que no, señ... Leo. Estoy para servir — respondí tartamudeando.

Luego de eso se despidió amablemente, al pasar por mi lado derecho me rozo el codo con su brazo; la sensación fue extraña. Él me da curiosidad y algo mas que yo no sabía describir. No estaba muy acostumbrada a tratar con hombres.

Ese mismo día nada interesante volvió a suceder, solo aprender las rutinas, sitios, reglas y protocolos de la casa y servir a los invitados del gobierno. Algunos

El día de hoy fue igual de extenuante, tuvimos que limpiar y ordenar toda la mansión mientras la familia disfrutaba de un tranquilo día al aire libre, estuvo nublado desde la mañana, así que no hubo riesgos de exponerse al sol.

Está noche tendré que compartir mi cama con otra de las dóciles, Sharon. Algo que me trae recuerdos de la academia.

Los días que vienen intentaré no cometer errores y cuando visitemos Metrópolis procuraré no involucrarme de más con Leo. Después de todo, es un Dominante.

Tú Mia 🌹

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