Podría ensuciar tu lindo vestido

Capítulo 14

Podría ensuciar tu lindo vestido

“eso en este momento no importa mucho, solo debes arrodillarte delante de ella y preguntarle si quiere ser tu esposa por el resto de su vida… es imposible que se niegue cuando eres tan guapo y destacado, ve con confianza yo te estaré mirando desde aquí”

Mientras la mujer de mediana edad hablaba, todos notaron que su hijo no dejo de pasear sus dedos por el teclado de su teléfono, cuando ella finalmente terminó de hablar, Sebastián que siempre ha sido un hombre frio e inexpresivo, extrañamente mostrando toda su indignación en su rostro tomó la delicada cajita de las manos del mayordomo, buscó a quien se supone que debía arrodillársele para proponerse, cuando la miró que ni estaba muy lejos, comenzó a caminar con elegancia y sin prisas en su dirección.

Al llegar justo detrás de la mujer que en este momento se encontraba bebiendo una copa de champagne y se reía ampliamente de algún comentario gracioso que debió hacerle su padre con quien conversaba alegremente; suspiró, se puso de pie junto a ella sin intención de ocultar su descontento en absoluto, le ofreció la cajita que contenía el anillo y le dijo con frialdad

“cásate conmigo para que mi mamá acceda a ir al médico en este momento, te daré lo que quieras si aceptas”

Aunque Diana Tyler estaba muy descontenta debido a que, indiscutiblemente su estúpida suegra Sofía no tuvo ningún tipo de vergüenza para forzar a Sebastián a proponerse delante de todos los presentes, convirtiéndola en un hazmerreir… por qué; sí, aunque ella estaba de espaldas y había escuchado todo decidió fingir estar sorprendida cuando escuchó a Sebastián hablar junto a ella, llevándose las manos a la boca, intentando mantener un poco de su propia dignidad le respondió

“Sebastián ¿me estas proponiendo matrimonio? Pero… yo…”

Notando la impaciencia indisimulada en la mirada del hombre, cambió sus palabras, pensaba decir ‘no me lo esperaba’ pero se ha esforzado tanto para que el haga un movimiento que no puede perder esta oportunidad…

“…Yo me siento la mujer más feliz del mundo”

Le terminó de responder sin atreverse a tomar la cajita de sus manos, en ese momento se levantó la madre de Diana, sintiendo que su hija estaba siendo muy agraviada con esta propuesta tan pobre y le dijo

“está bien que no te pongas de rodillas ante tu futura esposa y madre de tus hijos; pero, deberías tener la consideración de colocarle tú mismo el anillo”

Sofía, quien no se encontraba muy lejos frunció el ceño al observar la frialdad de la propuesta de Sebastián, ella sabía que sería un poco difícil lograr que aceptara, pero no esperaba que a él no le importara en lo más mínimo guardar las apariencias por el bien de su prometida, miró a su mayordomo quien se encogió de hombros y fue directamente a abrir las botellas de champagne para el brindis, pues, sin las fotos del brindis no podría publicar el matrimonio de su precioso hijo en la prensa, ni convertirlo en la noticia más destacada, se levantó de su silla con las manos en el pecho y se acercó a Sebastián, quien al ver a su mamá en ese estado de pie se sintió mucho más frustrado mientras se acercaba a ella y le preguntaba

“¿no te sientes mal? ¿Por qué te pones de pie y caminas hacia acá?”

Sofía lo miró muy descontenta y en lugar de responderle lo regañó

“¿no te dije que debías colocarle el anillo estando de rodillas?”

Sebastián frunció el ceño, ya estaba impaciente y no dejaba de mirar en dirección a la puerta del salón, sin atreverse a ser muy audaz y que su mamá se desplomara delante de él accedió, inmediatamente abrió la cajita del anillo, sorprendiéndose un poco por el gran tamaño del diamante que lo adornaba, miró la delicada mano de Diana, saco el anillo de la cajita mientras tomaba una servilleta de las que adornaban la mesa, y usándola de barrera protectora entre ella y él, como un guante levantó la mano de la mujer y, tomando otra servilleta en la otra mano, deslizó el enorme anillo por su delicado dedo anular…

En ese momento todos quedaron atónitos, aunque todos los presentes sabían bien que “El novio” estaba siendo realmente forzado a comprometerse, nadie se imaginó que sería capaz de hacer algo como eso y no salían de su asombro, hasta que el hombre dijo

“no quería hacerte sentir mal, pero deberías saber que acabas de aceptar casarte con un germofóbico y si te toco, podría ensuciar tu lindo vestido con vómito”

Esa escena causó las risas frenéticas de todos ¿acaso no es evidente que Sebastián detesta tanto a su prometida que no se atreve a tocarla?, peor aún, el hombre después de colocarle el anillo sin tener ningún contacto físico directo con ella tomó unas toallas desinfectantes de su bolsillo y se limpió las manos frenéticamente, como si acabara de tocar algo extremadamente sucio…

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