¡No morirá virgen!

Capítulo 11

¡No morirá virgen!

Ella solo esperaba hablarle en voz baja, pues no era necesario subir su volumen cuando el hombre estaba tan cerca que podía devorársela de un bocado si solo bajaba un poco más la cabeza; pero, en este momento para el emocionado Sebastián cualquier palabra que dijera esta mujer, definitivamente se convertiría en una frase estimulante, y pues… con el efecto del aromatizante su voz sonaba mucho más caliente en sus oídos.

“Sebastián, lo siento… pero yo nunca...”

Le dijo sin poder terminar la oración, tenía muchas ganas de dejarlo continuar lo que comenzaron, moría por sentirlo adentro; pero también estaba aterrada de que al saberlo este hombre decidiera dejarla con sus ganas y se fuera, quizá sería lo mejor para los dos, pero estaba ansiosa lo deseaba al extremo, no quería dejarlo ir… así que dirigió su mirada inmediatamente hacia la ventana intentando ocultar su vergüenza

Habiendo sido tomado por sorpresa con semejante declaración y la vergüenza de la declarante, Sebastián inmediatamente detuvo sus movimientos; realmente no se esperaba que haber cedido su suite a sus traicioneros padres le sería retribuido de esta manera tan espléndida, aunque moría de ganas por enterrarse inmediatamente en la cosita avergonzada debajo de él, se tumbó junto a ella y sonrió ampliamente mientras la atraía a sus brazos y acariciaba sus abultados y calientes pechos con descaro, debía hacer algo para que no se sintiera tan avergonzada, quería que su rubor solo fuera parte de su disfrute y no de su incomodidad.

“¿esta es tu primera vez gatita?”

Le preguntó sin dejar de amasarla y mucho menos retirar su mirada esperanzada de la cara enrojecida de la mujer entre sus brazos.

Ella se limitó a sentir sin devolverle la mirada, no se atrevía a decir una palabra más… ya estaba totalmente perdida por este hombre que no solo es guapo, también es muy gentil y supo cómo hacerla rendirse ante él, sin contar con la bendita droga que los convierte en un par de bestias en celo a los dos.

La sonrisa en los labios de Sebastián se hizo mucho más amplia para ella, pensó que está droga y la aparición de esta mujercita pudieron ser una bendición disfrazada, ¡ya no moriría virgen! Además la mujer que no le causa repulsión es realmente hermosa…

Después de controlar la euforia que sintió al momento de mirarla asentir en aprobación, se acercó a la oreja de la chica tímida que tenía entre sus brazos y le habló con su voz magnética y ronca

“cariño, nunca trataría con dureza a mi mujer, gracias por decírmelo no tienes que preocuparte seré gentil...”

Sin poder seguir conteniéndose ni un segundo más, giró nuevamente ese pequeño cuerpo caliente que a partir de hoy le pertenecería y se apoderó como un hombre hambriento de sus rosados y tímidos labios, antes no le había prestado atención; pero, ahora que ella le confesó que estaba a punto de ser su primer hombre, por la torpeza de sus movimientos también supo que eran sus primeros besos, esa sensación de ser el único en la vida de esta mujer tan hermosa y educada lo hizo un poco... ¿Feliz?, aunque es muy consciente de que no la tuviera en absoluto de no ser por esta maldita trampa en la que cayó estúpidamente, mientras la besaba con pasión, pensó que debía preparar su propia sorpresa para la novia el día de mañana.

Mientras besaba y acariciaba todo el cuerpo de la mujercita con gentileza, sintió que no era el momento de pensar en nada más, negó con la cabeza y dejó sus pensamientos de venganza para cuando terminara de cumplir con su deber de nuevo marido; y es que, aun no se podía creer que estaba teniendo intimidad con una mujer, además de lo hermosa y suave que era la piel de esta chica.

De pronto, notó que hace rato no siente a la mujer respirar y abrió los ojos de inmediato, solo para ver que la cosita que ya tenía los labios hinchados como un par de salchichas comenzaba a adquirir un color morado en su rostro, la soltó rápidamente y la vio tomar una bocanada de aire, no pudo evitar reírse al ver esto

"tonta, necesitas respirar"

La regaño con cariño; aunque, lucrecia nunca se quedaría con un regaño por más suave que fuera; en este momento no se atrevía a decir ni una sola palabra, para ella las palabras de este hombre eran hipnóticas y solo deseaba que el siguiera besándola, si ella le respondía ¿no lo separaría más tiempo de sus labios?...

Solo asintió y él, realmente encantado con tanta belleza y obediencia, volvió a tomar sus labios, pero esta vez dejó de ser perezoso.

Comenzó a acariciar su cuerpo nuevamente, sintiendo la perfección y suavidad de su piel morena.

Realmente no podía creer como una Diosa había caído en su balcón, cuando regresó a acariciar su entrepierna la mujercita comenzó a moverse seductoramente, al parecer le gustaba su forma de tocarla, un arco triunfal se dibujó en las comisuras de su boca, mientras la complacía, no paraba de ver su rostro complacido con sus ojos cerrados, ya estaba tan mojada que de no saber lo que estaban a punto de hacer hubiera pensado que tuvo un accidente.

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